Capitulo 23
Carlos despertó al sentir una pequeña corriente de aire contra su espalda desnuda, se giró para despertar a su esposa, pero al buscarla con los ojos cerrados se dio cuenta que no estaba.
Salió de la habitación sólo con unos bóxers y el cabello revuelto, fue a la cocina y se encontró con Jill, quien estaba vestida solo con su camiseta del día anterior y su ropa interior, la castaña movía sus caderas al ritmo de una canción que sonaba en la radio.
Se acercó a ella y la abrazó por la espalda mientras acariciaba su vientre y besaba su cuello.
- Buenos días... -susurró ella dándose la vuelta y dejando un beso en sus labios- ¿tienes hambre? -preguntó acariciando su rostro.
- Mucha... -respondió mientras la tomaba en sus brazos y la sentaba sobre el mesón de la cocina.
- ¡Hablo de comida! -comenzó a reír cuando él empezó a hacerle cosquillas con su barba- ¡basta!
Después de jugar un rato y desayunar, ambos salieron para ir a dar un paseo. Incluso fueron al cementerio para visitar a su madre.
- Hola Mamá, -Carlos dejó unos tulipanes encima su tumba- ¿ha pasado mucho no? Pues, quería decirte que estoy bien, más que eso, -tomó la mano de su esposa y dejó un beso- me casé con la mujer más hermosa, valiente e inteligente del mundo, la adorarías.
Unas lágrimas resbalaron de sus ojos, Jill las limpio con cariño y cuidado. Carlos la abrazó y lloró un poco más en sus brazos.
•••
- ¿Quieres jugar un videojuego? -preguntó el moreno mientras cargaba una consola- aún tengo algunos de cuando tenía unos diez años.
- Claro, -Jill asintió mientras escondía algo detrás de la almohada- ¿el que pierda hace la cena?
- Me parece justo... -después de conectar todo comenzaron a jugar.
Eligieron un videojuego de autos, después de varias carreras y empates, Carlos ganó.
- ¿Qué cenaremos, esposa mía? -preguntó burlón mientras se sentaba en el taburete frente a la isla de la cocina.
- Hmmm... -Jill sacó algunas cosas del refrigerador- podríamos cenar pasta.
- Deliciosa... -respondió viendo el trasero de su esposa, quien lo atrapó en el acto- hablo de la cena, claro.
Ambos rieron y comenzaron a conversar mientras preparaban la cena, cenaron y estaban por irse a dormir, pero el timbre de la puerta los detuvo.
- ¿Quién podría ser a esta hora? -preguntó el moreno viendo su reloj, se acercó a la puerta y se llevó una sorpresa.
- Hijo... yo... -aquel hombre era muy parecido a él, pero tenía el cabello corto y castaño, también tenía varias arrugas que se marcaban en su piel.
- ¿Carlos...? -Jill no veía quien era, así que se acercó a la puerta. Carlos al estar congelado ni siquiera la notó.
- Diego... ha pasado un tiempo. -escupió con rencor el menor.
- Carlos, -el mencionado giró hacia su esposa- ¿lo invitarás a pasar?
- No, puede irse por donde vino. -Carlos cerró la puerta y se fue a la cocina, sin notar que Jill abrió la puerta.
- Hola, soy Jill, -saludó y lo invitó a pasar- disculpe la pregunta pero, ¿Quién es usted?
- Soy Diego, -respondió el mayor- también soy el padre de Carlos.
- Oh... -la castaña recordó cuando su esposo estaba incómodo al hablar de él- eh...
- ¿Por qué lo dejaste entrar? -preguntó Carlos regresando de la cocina.
- No sabía quién era, -respondió con una mirada apenada- lo siento.
El moreno suspiró, no podía enfadarse con ella, después de todo no sabía de quién se trataba.
- ¿Podrías ir a la habitación? -se acercó a su esposa y dejó un beso en su frente- Te alcanzó en un rato.
Jill se fue a su habitación sin poner resistencia, le preguntaría después que fue lo que había pasado.
¡JUMANJIII!
Digo... ¡Feliz Año Nuevo!
Espero estén bien y disfrutando, besos 😘
🖤
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