Ese pequeño rayo de luz fue el que guió a Carlos para decidirse e ir en busca de Jill, al llegar a Africa fueron directo a la base de la B.S.A.A. Para nuevas instrucciones, el moreno se encontraba muy asustado por dos cosas.

La primera, el temor de que Jill sí estuviera muerta y todo esto sería en vano, y en segunda, si ella estaba viva y decidió irse con Albert, probablemente la había perdido para siempre.

- Oye... -habló Chris a su lado- está bien, eso lo sé...

- ¿Cómo estás tan seguro? -preguntó en susurro.

- Solo lo sé, -tomaron sus cosas y fueron a su camarote- créeme, Jill es la mujer mas tenaz y valiente que he conocido aparte de mi hermana.

- ¿Tienes una hermana? -el castaño asintió- ¿Donde está ahora?

- En realidad... no lo sé, -dejó sus cosas sobre su cama- corté comunicaciones con ella una semana antes de todo el caos de Raccoon City. Ahora está casada con Leon S Kennedy.

- Vaya, recuerdo haber visto algo relacionado a ese tal Kennedy en la comisaría de Raccoon City -habló intrigado el moreno mientras se acomodaba el arma.

- Ella está bien... -dijo casi murmurando.

- ¡Oliveira, Redfield! -gritó un hombre entrando a su camarote- ¡Los necesitan, síganme!

Los nombrados siguieron a aquel hombre que interrumpió su conversación, los llevó a una especie de sala donde les asignarían su nueva misión.

- Caballeros, les presentó a su compañera, -habló un hombre mientras nuestros personajes tomaban asiento, señaló a una mujer africana que llevaba un traje como ellos- su nombre es Sheva Alomar, será su guía y compañera hasta dar con este hombre. -les pasó la foto de un hombre caucásico de cabello castaño y ojos cafés.

- Solo sabemos que se llama Irving, -habló Sheva por primera vez- el es quien ha vendido y esparcido el Uroboros, tenemos la ubicación en la que estará mañana, iremos por el y nos llevará a Wesker.

- ¿Saben algo más sobre Jill, lo que sea? -preguntó Carlos apoyándose sobre sus codos.

- No, aún no sabemos nada sobre la señorita Valentine... -habló el mismo hombre otra vez- solo sabemos que Albert Wesker está vivo y no deben desperdiciar esta oportunidad bajo ningún costo.

- No lo haremos, Señor. -respondió Chris levantándose de su lugar.

Carlos lo siguió, fueron por su equipo para el día siguiente, fueron acompañados por Sheva, ella y Chris no dejaban de verse el uno al otro.

A los tres les entregaron lo necesario: armas, municiones y dispositivos de comunicación a larga distancia.

- Deberías invitarla a salir... -dijo el moreno sentándose en su cama.

- ¿A quién? -el castaño fingió estar confundido.

- Sheva... -Redfield se dejó caer sobre su cama- Vamos, no han dejado de verse en ningún momento.

- Es guapa... -dijo con una sonrisa.

Carlos solo permaneció en silencio, llevó una de sus manos a su maleta para tomar una pequeña caja, azul y aterciopelada. Redfield lo notó y fue hacia él.

- ¿Y eso...? -pregunto con curiosidad sentándose a su lado.

- La noche anterior a la misión en casa de Spencer, Jill y yo... -sus ojos comenzaron a arder y su voz se cortó- le propuse matrimonio... y aceptó, ¿puedes creerlo?

Chris apoyo una mano sobre su hombro, Carlos le pasó la pequeña caja y con curiosidad el castaño la abrió, encontrándose con un anillo simple y lindo.

- Es muy lindo... -dijo cerrando la caja otra vez- ¿sabes? A Jill le encantará.

Carlos asintió sin saber que responder, luego de que Chris se fuera para ir a cenar, el moreno decidió dormir, mañana sería un día difícil.

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