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ㅤㅤㅤ── once ──

Jimin hizo su mayor esfuerzo por abrir sus ojos en medio del silencio del búnker. El hecho de no escuchar nada sólo le inquietaba más y le traía a la mente imágenes brutales de lo que podrían ser las consecuencias del ataque. Quién sabía cuántos cuerpos hallarían los guardias supervivientes, mientras que ellos se habían refugiado allí dentro como unos cobardes. Aquella parte de ser rey no le gustaba.

Después de bostezar echó un vistazo al resto de presentes en la pequeña sala para comprobar que todos siguieran de una pieza, aunque era imposible que fuese de otro modo. Cuando encontró la figura de su hermano en medio de la penumbra, pudo distinguir su mirada de ojos brillantes por la culpa. Le conocía mejor que nadie y podía poner su mano en el fuego: se sentía mal por la discusión que habían tenido.

Pero Jimin apartó la mirada. No estaba dispuesto a hablar, al menos no en ese momento.

──Mimi... ¿Podemos hablar? ──susurró Taehyung desde su posición.

El omega rodó sus ojos y se giró para mirarlo un instante. Por más que quisiera, no podía ignorarlo.

──Más tarde.

Pero Taehyung hizo una mueca y se removió al lado de Jungkook.

──Mimi, lo siento mucho... ──volvió a susurrar.

Por suerte para el beta, Yoongi pareció despertar y de ese modo frenó a Jimin de soltar un comentario mordaz. El omega se centró completamente en su alfa y Taehyung no pudo evitar sentirse desplazado, así que guardó silencio y observó pacientemente.

──¿Estás bien? ──preguntó Yoongi un segundo después de despertar.

Jimin forzó una sonrisa y se acomodó aún más en sus brazos para poder percibir su aroma plenamente.

──Ahora sí ──respondió.

El alfa hinchó su pecho al dejar de sentir la tensión que lo había desvelado. Después cubrió a Jimin con su capa y este cerró sus ojos con intención de volver a dormir. Minutos después su lenta respiración dio a entender que lo había conseguido.

Yoongi también repasó a los demás para comprobar que todo estuviese en orden, quizá eran gajes del oficio. Al fijarse en sus consejeros, al lado de un Taehyung despierto, no pudo pasar por alto sus manos unidas. Esa vez sonrió y se preguntó cuántas veces lo habría tenido frente a sus narices y, sin embargo, había ignorado la realidad.

Con un suspiro decidió relajarse hasta que todo el mundo despertase. Tampoco es que pudiese hacer mucho desde allí, pero quería ejercer de rey cuanto antes. Por el momento se dedicó a acariciar y observar a su omega dormido, quien parecía más inocente de lo que realmente era.

Conforme las horas pasaron, el ruido en el exterior fue incrementando y uno a uno se fueron despertando bajo la mirada de Yoongi, a excepción de Taehyung que no había podido dormir de nuevo.

──¿Qué hora es? ──preguntó Jungkook mientras se frotaba los ojos.

──La hora de desayunar, espero ──murmuró Hoseok antes de intentar peinar su alborotado cabello.

Jimin se espabiló en seguida, pero silenciosamente y miró a Yoongi, quien tomó la palabra.

──Hemos de salir de aquí, parece que el ataque ha cesado. ──Hizo una pausa y miró a su omega──. Puedes quedarte aquí hasta que aseguremos el exterior, por si acaso.

Los dos consejeros, sabiendo que para ellos no había opción, se pusieron en pie y sacudieron sus uniformes, listos para seguir al monarca.

──No, quiero acompañarte ──replicó Jimin con su ceño fruncido──. No seré de ayuda aquí dentro.

En seguida el omega pensó en Hyunjin, Felix y Haesoo. Debía averiguar sobre ellos lo más rápido posible. Además también era rey, y debía ayudar a movilizar a tanto a heridos como al ejército.

Cuando Yoongi abrió el búnker, Taehyung salió corriendo como si hubiese estado años enjaulado. Cuando lo perdieron de vista, Jimin dejó ir un largo suspiro.

──Debería ir con él ──susurró para sí.

Yoongi ni siquiera opinó, más bien retiró el brazo que había rodeado su cintura y le dio vía libre de hacer a su parecer.

Jungkook carraspeó y pareció hinchar su pecho cuando se posicionó al lado de Jimin. Hoseok tuvo que contener una sonrisa, estaba orgulloso de él y de que por fin fuese la mano derecha de un monarca.

──Le acompaño, majestad ──anunció Jungkook.

El omega, confuso, miró a su esposo y de nuevo a él. Debían mantener las apariencias, habían guardias y más personas que pasaban cerca de allí, así que no podía preguntar a la ligera.

──Creí que sería bueno que tuvieras a un segundo a tu lado ──susurró Yoongi en su oído──. Pensé en Jungkook.

Jimin asintió sin darle demasiadas vueltas. Tenía asuntos más importantes que atender.

──Gracias, nos vemos más tarde ──murmuró con la vista en el pasillo por donde Taehyung había salido corriendo.

Tendría mejores formas de mostrar su agradecimiento, pero en ese momento solamente quiso saber que su hermano estaba bien. Podían estar enojados, pero nunca le daría la espalda.

Yoongi, sabiendo lo que rondaba la mente de su marido, le dejó un pequeño beso en la frente y lo vio marchar junto a uno de los consejeros.

Jimin no podía saber a ciencia cierta a dónde había ido Taehyung, pero podía buscar en los lugares que frecuentaba. Al llegar al jardín principal, fue el alfa quien lo encontró primero.

──Alteza ──le llamó.

Taehyung se giró y mostró sin pudor sus ojos cristalizados y las mejillas sonrojadas.

──Probablemente esté en el ala médica ──sugirió Jimin entre dientes──. Quizá esté con Felix.

El beta le miró de arriba abajo, pero no había descaro o enojo en su mirada, solamente tristeza.

──Vamos ──añadió Jimin.

Su hermano asintió y se acercó a ellos, dejando un silencio incómodo que solamente se rompió con el sonido de sus pasos atravesando el jardín. De alguna forma Jimin sabía que Taehyung se arrepentía de haberle herido con sus palabras, pero necesitaba una disculpa verbal y hasta que no la tuviese pensaba mantener un trato mínimo y cordial con él.

Por otro lado, el beta jugaba con sus manos, inquieto tanto por la tensión entre su hermanito cómo por la incertidumbre de no saber cómo se encontraba su prometido.

Mientras atravesaban los pasillos, los guardias y sirvientes que se cruzaban con ellos se inclinaban en reverencias apresuradas, pero ellos no se entretuvieron en devolverlas y tampoco saludaron a nadie. Y cuando por fin llegaron al ala médica, no perdieron tiempo.

──¿Han visto a Hyunjin? ──preguntó Taehyung a una de las sirvientas que se habían ofrecido voluntarias para ayudar a las enfermeras.

Ella realizó una reverencia corta y negó, pero se marchó sin dar explicación alguna.

Taehyung agachó la cabeza y a su hermano se le encogió el corazón, así que no dudó en tomar su mano y estirar de él por el largo pasillo de camillas ocupadas.

──Le encontraremos ──aseguró Jimin.

──Mimi...

──Cállate, después hablaremos ──sentenció el omega.

Sabía lo que Taehyung diría, podía escuchar cada maldita palabra en su mente: Mimi, siento mucho todo lo que dice anoche, sabes que te quiero, ¿Verdad?
Pero no estaba de humor para disculpas.

──Majestad.

Una enfermera encargada de la coordinación del lugar se interpuso en su camino y les obligó a frenar en seco. Jungkook carraspeó tras los dos nobles y sólo entonces la mujer se inclinó rápidamente.

──Majestad, ¿Puedo ayudarle?, ¿está buscando el informe de heridos? ──preguntó.

Jimin negó a la alfa, pero aprovecharía la oportunidad para obtener información.

──En realidad estaba buscando a ciertos miembros del personal, después le echaré un vistazo al informe ──hizo una pausa──. ¿Ha visto al mayordomo real?

Debía ser discreto, aún no era sabido que Hyunjin y Taehyung estaban comprometidos, pero seguramente podría encontrar al beta a través de su hermano.

──Por supuesto, puedo mostrarle la camilla en la que se recupera, por suerte sus heridas no fueron profundas ──explicó la alfa.

Acto seguido los tres caminaron tras ella a través de la alargada sala. Olía a sangre, productos de limpieza y algunos aromas que salían a relucir tras los efectos pasados de supresores.

Cuando la enfermera se detuvo y retiró la cortina semitransparente, pudieron ver a Felix durmiendo sobre una camilla y a Hyunjin sentado en una silla a su izquierda.

En cuanto al último, no dudó en alzarse y abrazar a Taehyung mientras él le hacía un millón de preguntas. Jimin y Jungkook fueron meros expectadores, aunque en un punto de la conversación de la pareja las miradas de Hyunjin y Jimin se cruzaron.

──Volveré más tarde ──anunció el monarca──. Para ver qué tal está Felix ──aclaró.

Todas las miradas se centraron en él, pero la de Hyunjin fue la única que le evitó.

──Me quedaré aquí ──dijo Taehyung.

──Lo suponía ──replicó Jimin, que ya se estaba dando media vuelta para marcharse──. Nos veremos más tarde.

Sin nada más que añadir, salió escoltado por Jungkook, quien solamente asintió a los betas a modo de despedida.

Taehyung se olvidó por completo de cualquier otra cosa que no fuera su amado en cuanto estuvo con él, así que apenas prestó atención a la despedida de su hermano y el escolta.

──¿Estás bien? ──preguntó con sus dos manos en las mejillas de Hyunjin.

──Sí, la peor parte se la llevó Felix ──respondió este.

──Se recuperará, tenéis genética de luchadores ──bromeó Taehyung con la primera sonrisa genuina del día.

El otro beta se acercó para dejarle un pequeño beso en los labios, nada que no pudiese cubrir la cortina que rodeaba la camilla.

──Gracias a la Luna que estás sano y salvo ──susurró Hyunjin, como si estuviese recitando un mantra para sí mismo.

Taehyung le devolvió el beso pero se detuvo allí unos segundos de más, para guardar en su memoria la sensación de las chispas rodear la estancia. Debía atesorar cada momento como si fuera el último.

──Pude resguardarme, pero tú y Felix... ──hizo una pausa en la que rodeó su cintura con los brazos──. No sé que habría hecho sin tí.

Hyunjin intentó darle calidez a través de su cuerpo mientras lo abrazaba fuerte, cual alfa, sólo que él no tenía ni lobo ni aroma con que arrullarlo. Por ello suspiró.

──Lo importante es que ahora estamos juntos, no importa cómo ──arrastró la última palabra con pesar.

Taehyung no entendió a qué se refería, pero prefirió no preguntar y seguir en esa nube de cariño que habían formado en medio del caos.

Unos pocos minutos después, se escuchó un quejido de dolor que quebró el silencio.

──¿Alteza...?

Ambos se giraron para ver a Felix ya despierto, aunque apenas podía abrir los ojos.

──Peque, ¿te encuentras bien? ──preguntó su hermano.

Los dos betas se acercaron a la camilla, pero fue Hyunjin quien tomó su mano con cuidado.

──Todo lo bien que puedo estar con una herida de espada ──balbuceó.

Taehyung no pudo evitar volver a sonreír.

──Al menos conserva el sentido del humor ──canturreó.

Felix se esforzó en abrir sus ojos y mirar al príncipe.

──Alteza, me halaga tenerle aquí, ¿a qué se debe la visita? ──murmuró.

Taehyung compartió una mirada con Hyunjin y este último negó sutilmente.

──Pues... Quería saber que ambos estaban bien ──respondió sin prisa──. Mi hermano vendrá a verte más tarde.

Felix se removió incómodo e intentó incorporarse, pero la mano de su hermano se lo impidió.

──Tienes que descansar, su Majestad lo entenderá ──susurró este.

Pero Jimin estaba lejos de poder regresar al ala médica. En cuanto él y Jungkook bajaron las escaleras de las mazmorras que conducían a la cárcel, los guardias les habían guiado hasta donde estaban Yoongi y Hoseok.

De nuevo los cuatro juntos esperaron a que el comandante hablase.

──Las tropas se desviaron de la frontera, siguiendo una pista ──explicó con una voz que retumbaba en las paredes de piedra──. Encontraron al que podría ser el líder de los rebeldes, pero se niega a hablar.

Yoongi gruñó desde lo más profundo de su pecho y algunos presentes, incluido Jungkook, se estremecieron.

Dentro de una celda había una persona, un hombre de no más de treinta años. Estaba atado con cadenas y una bolsa de tela negra cubría su cara. Jimin no comprendió por qué le habían cegado si todo el mundo sabía de la ubicación del castillo y de las mazmorras.

──Destapadlo ──ordenó.

El comandante carraspeó pero no hizo lo mandado por alguna razón.

──Majestad, antes de eso tiene que saber algo ──comenzó.

──Un rey no se hace repetir ──saltó Hoseok, tensando su mandíbula tras ellos.

Aquella vez no hubo réplica, tan sólo se escuchó el ruido metálico de la puerta de la celda abrirse y los pasos del comandante. Este mismo fue quien quitó la bolsa y dejó descubierto un rostro demasiado familiar.

──Es imposible ──murmuró Yoongi, que por instinto había tomado la mano de Jimin.

El omega no dijo nada, solamente miró al rebelde y analizó sus facciones: tez pálida, ojos felinos, nariz ancha, labios finos y cara redondeada. Hasta la cicatriz que cubría desde su ceja hasta debajo del ojo le perturbó. La única diferencia que había con su marido era el cabello, el del rebelde era completamente negro y corto.

──Majestad, quizá hayan habido gemelos en la realeza, es común que a uno de los bebés se...

──Silencio ──le detuvo Yoongi.

El aire se llenó de su aroma. Para Jimin era un baño relajante, el alfa solamente quería dejar claro su territorio, pero a juzgar por las muecas del resto era una esencia demasiado fuerte como para calmar a nadie más.

──Dejadnos a solas ──masculló.

Al soltar la mano de su omega, él supo que nada lo haría cambiar de opinión.

──Vámonos ──susurró a los dos consejeros.

Al instante todos siguieron a Jimin por las escaleras. Todos incluidos los guardias.

Yoongi agradeció el silencio y la relativa soledad para poder enfrentarse a él mismo. Era como mirarse en un espejo defectuoso, con algunos fallos, pero sin duda con su misma cara.

──No sabes quién soy, ¿verdad? ──murmuró el rebelde con una sonrisa amplia.

El rey chasqueó la lengua.

──¿Ahora sabes hablar?

──Por supuesto. Sólo hablo con gente que está a mi altura ──replicó el pelinegro.

Había algo en su voz que ponía de los nervios a Yoongi. Quizá era su tono altivo, o el hecho de que era más suave que la suya.

──Pues habla.

El rebelde bufó.

──No confesaré nada ante ti ──marcó la última palabra con cierta rabia. Después escupió al suelo, a los pies del rey.

Yoongi tubo que hacer uso de toda la paciencia disponible en su cuerpo para no arrancar los barrotes y matarlo con sus propias manos. No sólo era despreciable o había cuestionado la genética de la realeza, también había matado a muchos súbditos suyos en los ataques.

──¿Entonces ante quién? ──bufó.

El preso se alzó de sus rodillas todo lo que las cadenas le permitían, por consecuente siendo igual de altura que Yoongi. Además no borró la sonrisa en ningún momento.

──Quiero ver al rey.

──Estás ante el rey ──masculló Yoongi entre dientes, golpeando uno de los barrotes de la cárcel.

El rebelde ni siquiera pestañeó.

──No. Quiero ver al rey Park.

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ଓ ଘ ଙ

Hace mucho que no nos leemos, ¿qué tal?
Tardo mucho en actualizar porque la vida de adultos es difícil, espero que se entienda 😔

Me alegra actualizar al fin, espero que haya valido al pena el esfuerzo y la espera...
Y recordar que no abandonaré la historia, aunque tarde en escribir nuevos capítulos los haré, no os preocupéis 🥰

Bueno, ¿Qué tal el capítulo? ¿Alguna teoría? ¿Alguna idea? Como siempre, os leo 👀 →

Hasta la próxima ~

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