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Los desconocidos son aliados.

"A veces los desconocidos son los mejores amigos y aliados" Tomas Goodwin

Un vociferador, su madre le mando un vociferador. Sus ojos se agrandaron ante el horror de tocar siquiera la carta que mantenía la lechuza. Tenía miedo, un horrible miedo corría por todo su ser. Su mesa estaba a la espera de que la tomara, y el hechizo cobrara efecto, no era un vociferador cualquiera. Era uno, con el cual el mago no tendría remedio más que escucharlo con el simple tacto.

Goodwin alargo la mano, trago con dificultad y salió huyendo. Era una cobarde, su casa lo sabía y comenzaron a reír al ver como la lechuza salía tras la bruja.

— ¡Offensio

La voz de Draco se escuchó a lo lejos. El hechizo ocasiono que tropezara, Goodwin temía lo peor. Dos alumnos de grado superior la levantaron por los brazos. La lechuza se acercó a la joven, aterrada se retorció, su casa era cruel.

— Vamos Goodwin, la pobre ave está esperando — rio el de su derecha

— Si...no queremos que la pobrecilla no cumpla con su trabajo — se mofo el de su izquierda.

Demian y Alec Baldwin era los peores busca pleitos que cursaban el ultimo grado de estudio en Hogwarts. Siempre seguidores de las familias más poderosas de la magia, y guardaespaldas del odioso Malfoy.

— La carta no es mía, no es mi lechuza — dijo desesperada.

— ¿Escuchaste Alec? 

— Si Demian, cree que somos idiotas.

— Yo-o...yo no he dicho eso...yo solo.

Goodwin sintió el aire escapar de sus pulmones. Le golpearon, esos brutos le dieron un golpe en el estómago. Cayo de rodillas, intentado respirar mientras escuchaba la risa del par. Rogaba que apareciera algún profesor, pues, su prefecto no la apoyaría. Toda la casa de Slytherin estaba en su contra.

— ¡Oigan brutos! 

— ¿Qué quieres mocosa? 

— Métanse con alguien de su tamaño.

— Miran quien llego hablar Alec, una enana.

Esa niña estaba en serios problemas. Preocupada Poppy deseo levantarse, pero le dolía, su cuerpo aún no se recuperaba del todo por la maldición y ahora, estaban a punto de apalear a una pequeña de segundo.

— ¡Alto ahí! si se meten con mi hermana, también conmigo.

— Vete Longbottom, no es tu asunto.

— Claro-o que si.

Neville comenzaba a dudar. Eran más grandes, fuertes y hostiles de lo que parecían desde lejos, pero debía ser fuerte, no por él, por su hermana Alex. Con dificultad saco su varita, estaría dispuesto a defenderle de cualquiera.

— Vaya, vaya, el pequeño ratoncito se cree león — rio Alec — Veamos que es lo que tienes Longbottom. 

— ¡ALTO! Si se meten con Neville también con nosotros.

Poppy sintió unos brazos levantarla, dos cuerpos se interponían entre ella y sus agresores. Los reconoció, eran los gemelos Weasley. Su peor miedo cobraba vida, estaba siendo defendida por la mesa de Gryffindor. Con dificultad se separó de ellos, no necesitaba meterse en más problemas.

— Déjenos...es-s...esto no es de su incumbencia — logro pronunciar.

— Ya escucharon a Goodwin, solo estamos "conversando" ¿Cierto Demian?

— Por supuesto Alec — sonrió.

— ¡Claro que no! Están abusando de ella solo por ser más fuertes.

La pequeña volvió a hablar, Poppy le rogó con la mirada que no se metiera, pero no le hacia el menor caso. Reparo en que no portaba el uniforme rojo y dorado, si no uno más claro, un azul y gris. Un halcón de Ravenclaw era quien la defendía, se rumoraba entre demás casas que los halcones no solían inmiscuirse en pleitos, peleas absurdas que no reparaban en el intelecto. Esa jovencita no parecía importarle esos rumores. Desesperada por terminar con todo, Goodwin tomo el vociferador.

La sala quedo en silencio. La voz de su madre era el único sonido que se escuchaba en el gran comedor. Los ojos de Poppy se llenaron de lágrimas con cada palabra, sintió dolor, un intenso dolor en su pecho, las piernas le fallaron y termino en el suelo. Los estudiantes ignoraban la voz potente de la mujer, el vociferador se consumió en una pequeña bola de fuego.

Poppy agrando los ojos cuando lo vio, el profesor Severus Snape, su jefe de casa incendio la carta. A su lado se encontraban los profesores Lupin, McGonagall, Sprout y Flitwick mirando sorprendidos la escena.

— Vaya espectáculo señorita Goodwin, mandare una carta a sus padres, pidiendo que sean más discretos con su correspondencia.

— Si...si profesor.

— ¿Qué están esperando? ¡Rápido a sus clases! — ordeno

El comedor volvió a reanimarse, los estudiantes escapaban de la mirada escrutadora de Severus Snape. Alec y Demian pasaron cada uno a su lado con una sonrisa, Draco la empujo sin la menor duda. Poppy se sentía su mundo quebrarse. Tomo sus pocas pertenencias del suelo, los libros, bolso, y plumas estaban rotos, rasgados y mojados. Conteniendo el impulso de salir corriendo bajo la cabeza, para irse a su siguiente materia Pociones.

— ¡Oye, espera! 

— Solo..solo déjame en paz — Poppy acelero el paso.

— ¡Digo que esperes! 

La chiquilla le dio alcance al doblar la esquina. Temblando, Goodwin apretó sus libros, deseando poder desaparecer.

— ¡¿No es suficiente con haberme metido en problemas?! ¿Qué más quieres de mí? ¿Humillarme?

— No, yo solo, quería saber si estabas bien.

— ¡Pues no lo estoy! ¡contenta! 

— Lo siento... -susurro — Mi nombre es Alex, ella es Luna.

No reparo en la segunda presencia. Luna Lovegood, mejor conocía como Lunática por todo Hogwarts acompañaba a la castaña. Poppy espero la tierra se la tragara, no lo soportaba más, su mundo estaba colapsando, su hermano no le dirigía la palabra, sus padres la odiaban y ahora, ahora estaba siendo rescatada por los leones y halcones. ¿Qué podía ser peor? Ella no lo sabía.

— Toma, tu ropa se manchará — Luna se acercó con un pañuelo.

— ¿Manchar? 

— Si, estas llorando, por eso te seguimos — confirmo Alex.

Fue más de lo que logro soportar. Los muros se rompieron, sus trampas se abrieron y su ser, se vino abajo. Se desplomo llorando con amargura, las dos Ravenclaw la sostuvieron. Poppy ya no lo soportaba, el rechazo, la humillación, el acoso, las burlas, todo, todo por ser buena, por ser amable con su profesor, por querer defenderse. Todo por ser distinta. Dudaba si el sombrero seleccionador se burlaba de ella también, al colocarla en la casa de Slytherin.

  ↦↝↠  

Remus Lupin conocía, sabia, de la pureza de la sangre. Pero nada, nada se comparaba con presenciar la miseria que albergaba pertenece a ella. Poppy Goodwin era una serpiente, orgullosa de su linaje, seria y reservada, portaba con alegría su uniforme, su emblema. Una joven bruja brillante con gran futuro, un futuro que ahora se encontraba lejano.

El resto del profesorado sospechaba, discutían sobre la crueldad de algunos estudiantes. Entre ellos los hermanos Baldwin. La profesora Pomona Sprout permanecía al margen, el año pronto terminaría ese par de jovencitos se graduarían, Remus estaba en contra de mantener una vista alejada de los problemas que acarreaban al alumnado. Severus lo apoyo de cierto modo, era mejor poner un alto al acoso estudiantil de una vez por todas.

Por eso, los jefes de casa se dirigían al comedor dispuesto a hablar con los estudiantes en el pequeño descanso antes de reanudar las clases, no esperaron toparse con la escena.

¡POPPY GOODWIN! COMO OSAS SI QUIERA JUNTARTE CON LA ASQUEROSA SANGRE DE REMUS LUPIN.

ERES UNA ABERRACIÓN PARA ESTA FAMILIA, UNA DESHONRA, UN ASCO DE PERSONA, NI SIQUIERA PUEDO LLAMARTE HIJA.

TU PADRE Y YO ESTAMOS DECEPCIONADOS DE TU COMPORTAMIENTO. NO VOLVERÁS A CASA JOVENCITA, NO TE ADMITIMOS EN NAVIDAD, NI EN VACACIONES DE VERANO. PASARAS A VIVIR CON TU ABUELA, LEJOS DE NOSOTROS POR UN AÑO ¡UN AÑO!

AGRADECE QUE TU PADRE FUE BONDADOSO CONTIGO, Y ESPERO ENTIENDAS TU LECCIÓN, Y NO VUELVAS A JUNTARTE DE NUEVO CON NINGUNA SANGRE QUE NO MEREZCA SER LLAMADA "PURA".

¡ERES UNA DES...!

Si no fuera por Severus, la voz de esa mujer ocuparía cada parte del castillo.

— Dios, ¿Cómo puede una madre hablar de ese modo a su hija? 

— No lo sé Minerva, no lo sé ... — Pomona susurraba

— La familia Goodwin es de las más prestigiosas, en común que entre la nobleza vean ciertas "amistades" ...incorrectas — Severus miro a Lupin.

— Sera mejor que envíes una carta cuanto antes Snape, no queremos de nuevo que la pobre jovencita sufra otro tipo de humillaciones de este tipo — Flitwick parecía preocupado — Debemos buscarla, necesita hablar con alguien enseguida.

— En efecto, Lupin, debería ir — sonrió con descaro Severus.

— No creo sea lo apropiado — comento Pomona — No quiero imaginar que haría la madre con enterarse de ello...

— ¡Tonterías Pomona! Esa madre debe entender, que nuestro deber es ser profesores e incluso, si es necesario, consejeros. El que Lupin trate a la chica, es normal, la pobre no tiene amigos, colegas...

Los jefes de casa se sumergieron en una discusión. Remus miraba atento el comedor. Cerca de la chimenea que daba a la mesa de las serpientes se encontraban dos libros, se acercó y los tomo. El lomo de uno estaba carbonizado, el segundo mostraba un deterioro en las páginas, pero ambos pertenecían a la misma persona, Poppy Goodwin. Con el ceño fruncido, el profesor salió en busca de su estudiante.

Vaya sorpresa la que se llevó, escondido tras una estatua Remus contemplo a las señoritas hablar, parecían ajenas a la situación, se encontraban fuera de sus clases.

— Si gustas, podemos acompañarte a clases. Luna y yo tenemos Transformaciones.

— No, descuiden.

— Toma, te protegerá de los nargles y las malas energías.

— ¿Qué es? 

— Es un amuleto, puedes conservarlo.

— Gra... —apretó los labios.

Con una sonrisa, el profesor de Defensa salió con fingida molestia. Era curioso, como un par de desconocidas podían alegrarte.

— ¿Qué hacen afuera de sus clases? 

— Ah, nos... ¡nos perdimos! — se excusó Alex

— Si, pero ya nos vamos — sonrió Luna — Nos vemos Poppy.

— ¡Adiós! — se despidio Alex antes de correr con Luna.

Poppy las observo irse y las palabras de su hermano menor aparecieron en su mente A veces los desconocidos son los mejores amigos y aliados. Tomas Goodwin pasaba la mayor parte de su tiempo solo en la mansión de la familia, aun no contaba con la edad suficiente para asistir al colegio. Desconocía quienes era los "aliados" de su hermano en casa.

— Espere señorita, dese hablar con usted, por favor acompáñeme.

Preocupada lo siguió. Esperaba el profesor Snape no se alterará por su ausencia, y era mucho decir. Esa tarde, el aula de Defensa se encontraba vacía, Poppy tomo asiento en una butaca, coloco sus libros en la mesa a la espera de un castigo o regaño.

— Lo siento.

— ¿Profesor? — no comprendía a que se refería.

— Lamento lo ocurrido en el comedor.

— No es su culpa, mi...mi...mi madre es un poco especial con mis...

Poppy observo a su profesor preguntando ¿Qué eran? Un golpeteo apareció en su corazón ante la pregunta. Su profesor, era su profesor. Uno que la escuchaba, que le guiaba, la orientaba, que se preocupaba por ella. Remus Lupin, era su profesor de Defensa.

— Gracias, por su preocupación... — susurro

— Señorita Goodwin, no debe agradecer — sonrió — Sabe la familia no precisamente es de sangre.

Ahí estaba de nuevo, esa sensación de melancolía en su persona. Goodwin escucho hablar a su profesor sobre la familia, sobre los amigos y los lazos que uno creaba, todo por amor.

— A veces los desconocidos son los mejores amigos y aliados — le dijo, recordando a su hermano.

— Asi es, espero encuentre a la suya señorita Goodwin.

— Creo profesor, que ya lo he hecho.

Su anhelo iba creciendo, Poppy se despidió de ese hombre y su deseo se convirtió en anhelo. Un anhelo de que siempre fuera su profesor.

Debía buscar a su propia familia, y tenían en mente dos personas, dos señoritas de Ravenclaw.

↦↝↠

Un deseo es interés o apetencia que una persona tiene por conseguir la posesión o la realización de algo.

Un anhelo es el deseo intenso o vehemente de una cosa.

Dedicado a @PotterheadFlitwick con cariño. Espero te guste, si existe problema alguno por la aparición de Alex dime y enseguida corregiré.


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