Cuando cortaron la comunicación con Isabelle toda la familia Lightwood salió presurosa a buscarla, pero Magnus se quedó, por nada del mundo volvería a dejar solo a Alexander, le aterraba la idea de irse y no encontrarlo al volver. Minutos después los señores Bane también se despidieron y fueron rumbo a casa de su hijo para cuidar de sus nietos así que el moreno se quedó tranquilo. Se sentó al lado de Alec y tomó su mano para conversar con él.

— Lo sabías, ¿no es así Alec?, No te estoy reprochando nada amor, las familias guardan secretos, nosotros teníamos los nuestros, es solo que jamás hubiese imaginado que tu hermana y Simón..., se que no era tu secreto Alec, pero me hubiese gustado que confiaras en mi, por lo menos así sabría que decirle a ella, no se que hacer, ¿cómo debo ayudarla? Isabelle está perdiendo la razón Alexander, mira que creer que Gideon es su hijo... — fue solo un momento, pero Magnus sintió un leve apretón que lo dejó paralizado, no sabía si era real o no, pero al cabo de unos minutos asumió que fue una mala jugada de su imaginación.

Magnus apoyó su cabeza en el colchón mientras recordaba como se enteró de ese gran secreto, como siempre, fue "la prensa", esos odiosos periodistas con bastante tiempo libre como para meterse en donde no les llaman, eso sucedió solo un poco después de que publicaran sobre la adopción de Max; según decía el artículo, cuando Isabelle solo era una adolecente se embarazó de Simón y abortó al bebé para evitar las habladurías de la gente, eso devastó a la familia y empezaron acciones legales en contra de la casa periodística.

Después de unas semanas de que publicaran aquello fue la misma Isabelle quién le contó lo sucedido a Magnus, le dijo que era verdad lo referente a su embarazo y eso dejó a Magnus sin palabras, ella le contó que sus padres estuvieron furiosos en un principio, pero unos meses después lo aceptaron y esperaban con ilusión la llegada de su nieto; todos eran felices, todos menos sus abuelos, ellos eran un tema aparte, a su abuela no le pareció que manchara el apellido Lightwood de esa forma así que le pidió que abortara, cosa que Isabelle se negó a hacer, así que por ordenes de la abuela la mantuvieron en casa durante todo el periodo de gestación. En aquellos días Magnus creía que su cuñada estaba estudiando en el extranjero.

Pese a los cuidados que recibía Isabelle, el parto se adelantó, sus padres estaban de viaje y Alexander tenía una cita con su novio aquel día, asi que Isabelle estaba completamente sola en casa. La enfermera que cuidaba de ella estaba preparada para atenderla en caso de emergencia y así lo hizo, y a pesar de que la abuela le había dado órdenes de no dejar a su nieta ver al bebé ella desobedeció, puso al recién nacido en brazos de su madre e Isabelle detalló y grabó en su mente cada rasgo de aquel pequeño angel que acababa de traer al mundo.

El cansancio por el trabajo realizado la hizo dormir y cuando despertó, el bebe ya no estaba, su abuela aprovechó que estaba dormida para llevarse al niño y luego le dijo que había muerto, nadie debía saber de la vergüenza de la familia. Isabelle lloró y suplicó que le devolviera a su hijo, pero hasta en su lecho de muerte aquella mujer siempre le dijo que estaba muerto.

Este era uno de los secretos mejores guardados de la familia Lightwood, ni siquiera Magnus lo sabía y eso que ya era novio de Alexander en esa época, pero ahora todo el país lo sabía, la prensa había publicado su historia hace unos años.

Robert conducía desesperado, iba a tanta velocidad que fue un milagro que llegara al hospital sin haber sufrido un accidente, en el asiento de atrás iba Simón tratando de comunicarse nuevamente con su esposa, pero ella no tomaba el celular. Apenas llegaron corrieron en su búsqueda, ni siquiera cerraron las puertas de su automóvil en su prisa por ver que ella estuviera bien. Después de unos minutos la encontraron en la unidad de cuidados intensivos, ella suplicaba a los de seguridad la dejarán pasar.

— Por favor..., se lo suplico, es mi hijo, quiero verlo...

— Lo siento señora, pero no puede pasar, esta es zona restringida, además aqui no hay nadie más que un joven, el cual es hijo del Dr. Stevenson

— Tengo que verlo, yo...

Justo en ese momento Simón la tomo en brazos y la sacó de ahí ante las protestas de Izzy que quería volver a cuidados intensivos.

— ¿Qué está pasando contigo Isabelle? vámonos a casa

— No, no iré a ningún lado, es mi hijo, mi hijo... mi bebé está tras esa puerta

Simón respiro profundamente, recordarlo dolía tanto o más que cuando le dieron la noticia.

— Amor..., nuestro hijo falleció hace años, por favor...

— No, no es así, yo también creía eso, pero él esta vivo, ya se que crees que me volví loca, pero es mi hijo, ella nos mintió

— Cariño...

— Por favor créeme, él lo tiene... — Isabelle introdujo su mano dentro de la camisa de Simón y la levantó un poco acariciando cerca de su ombligo — cerca de su corazón él tiene la misma marca que tú, tiene un lunar en forma de estrella, él es nuestro hijo Simón, ella nos mintió, mi abuela me mintió.

Simon no sabía que pensar, no podía ser cierto lo que su esposa le estaba diciendo, no podía ser que esa mujer que se decía abuela de Isabelle, aquella que decia amarla les haya mentido de aquella manera, el sabía sobre los rasgos físicos de su hijo, sobre todo las características de aquel lunar al que Isabelle se refería, ella se lo había descrito con lujo de detalles además de una marca propia de los Lightwood, un lunar en forma de una llama ardiente que se encontraba en medio de su espalda, salio de su aturdimiento cuando Izzy siguió hablando.

— Es mi culpa, todo fue mi culpa, yo provoque esto..., quería atraparle para obligarle..., por favor ayúdame a entrar..., tengo que estar a su lado, por favor... — Ella lloraba cuando el doctor que había estado monitoreando a Gideon salió revisando unos papeles— ¿Cómo está mi hijo? — Isabelle ni siquiera saludo, se interpuso en el camino del médico y preguntó.

El solo la miró extrañado sin saber que decir, cuando se disponía a hablar vio llegar a Camille y dejó a Isabelle para correr a ayudar a su rubia colega, ella caminaba lentamente apoyada en su esposo.

— Henry, gracias a Dios ¿Cómo esta mi hijo?

— ¿Cam, te sientes mejor? si te duele puedo pedir más analgésicos y...

— No me cambies el tema, ¿Cuál es el estado de Gideon?

— Lo siento, pero es difícil saberlo, el trauma es grave y debemos operar cuanto antes, justo me dirigía a buscarlos, necesito su autorización, ustedes ya saben el procedimiento, vamos a mi oficina para hablar de ello

Isabelle estaba yendo atrás de ellos cuando Camille reparó en su presencia — ¿Nos estas siguiendo infeliz?, lárgate de aqui, no quiero verte, por tu culpa mi hijo se está muriendo, ya estarás contenta, ¿eso era lo que querías no?, te dije que él no tenía nada que ver en nuestros problemas, que si querías hacer pagar a alguien fuera a mi, pero no te bastaba conmigo, tenías que hacerle daño a mi hijo con tus propias manos.

— No es tu hijo, él es...

Camille la miró con asombro, jamás pensó que se metiera con ese hecho, pensó que se quería burlar de ella y estuvo a punto de lanzarse a golpearla, pero fue detenida por su esposo.

— Maldita, sabes que es adoptado, por eso me lo dices ¿no es cierto?, no lleva mi sangre pero lo amo más que a mi vida y se que él me ama de igual forma, él es y siempre será mi hijo, no es algo que alguien como tu entienda, después de todo no eres madre — Lo último lo dijo con toda la intención de hacerle daño, ya había aguantado mucho y no pensaba soportar más, no ahora que su hijo había sido dañado.

Camille y su esposo entraron a la oficina del doctor donde revisaron todos los estudios hechos a su hijo y después dieron el consentimiento para la cirugía, hubiesen querido hacerlo ellos mismos pero ya no podían ejercer, ese era uno de los castigos impuestos por el juez.

— Henry permitenos entrar a sala, déjanos sostener su mano

— Ya lo había pensado, no solo sostendrán su mano, su estado es sumamente delicado y voy a necesitar de su ayuda, la cirugía es muy complicada y no voy a permitir que mi nieto pierda su vida solo porque los Ligtwood quieran vengarse de ustedes.