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Capítulo 6: "Cazatalentos"

¡Buenas! Solo quería decirles que espero que disfruten este corto capítulo, porque pronto se viene lo bueno :3

Y además, quería comentarles que con respecto a "A.E.A.I." y "Enseñando a amar" (Mis otras novelas aún no comenzadas) las estoy escribiendo y modelando. Comprendan que son novelas que escribí cuando era chica y están escritas de forma desastrosa, así que prontito se viene una actualización a mis novelas semi-abandonadas (?

Ahora sí, que disfruten de este capítulo, los quiero :)

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Al momento en que las bocinas me aturdieron, mi alrededor se desvaneció.

El tan esperado partido de Ryan, estaba comenzando.

Todo sucedió demasiado rápido, antes de darme cuenta él ya estaba en su posición frente a todo el estadio. De no ser por Alisson que no dejaba de gritar y señalar como una desesperada, no lo hubiese encontrado lo suficientemente rápido como para estudiarlo con su uniforme de jugador.

Estaba muy atractivo, pero ese no era el punto, no.

Ryan comenzó a empujar a sus contrincantes con mucha fuerza junto a sus compañeros. Si a mí me derribaba pero con suavidad para no lastimarme cuando jugábamos juntos, no quería ni imaginarme la fuerza que probablemente tenía en aquel momento luego de entrenarse seriamente para ello durante tanto tiempo. Alguien de su equipo tomó el balón y dio un tiro largo para que la tome otro compañero. Ryan corrió como si no hubiese mañana y su colega se la pasó antes de ser derribado por un grupo de contrincantes. Él solo corrió y esquivó con esa técnica que tan bien conocía. Sin embargo, se convirtió en el objetivo de la mayoría de contrincantes. Debían detenerlo a los golpes si era necesario. Entonces Ryan apresuró el paso, y con toda la habilidad que tenía para el juego avanzó con gran rapidez y anotó para su equipo.

Entre festejos y saltos volvieron a sus posiciones de inicio. Estaba emocionada. Fuera su última anotación o la primera de tantas, ya tenía un puesto asegurado para lo que quisiese. Anotar mediante una jugada tan perfecta era excepcional a los ojos de los cazatalentos desperdigados por este estadio. Además pude notarlo por parte de algunos. Estábamos rodeados de ellos y murmuraban. Afirmaban y otros no parecían interesados.

De todas formas, Ryan no buscaba nada extravagante. Él mismo me lo había dicho un momento antes de ir al vestuario y prepararse. Pretendía obtener una beca y fin.

Alisson me dejó sorda innumerables veces, Ryan anotó en bastantes ocasiones al igual que Chester, aquel amigo de él que había conocido antes de que comience el juego y casi toda mi familia estaba alterada porque no podían dejar de hacer comentarios positivos.

-Tu hijo es impresionante -le decía mi padre al de Ryan entre gritos.

-Bueno, ahora será tuyo también.

Entonces ambos me miraron y corrí la mirada avergonzada. Genial...

-No entiendo absolutamente nada de esto -gritaba mi madre a la de Ryan mientras levantaba los brazos en forma de celebración.

-Yo tampoco, jamás me ha gustado ver este deporte, todo sea por mi pequeño -respondía su madre entre risas.

Todos tenían un único motivo para estar aquí y era él y su maravillosa carrera.

¿Qué sucedería cuando les dijera que solo iba a acceder a una beca deportiva y no a las grandes ligas en caso de obtenerla?

Sentí una punzada en mi interior y por más que quería enfocarme en el partido, sus palabras afloraron en mi mente.

"No quiero dejar todo por un deporte que me gusta. Sé que si me centro en ello seriamente, terminará disgustándome. Además, no podría dejar ni a mi familia, ni a la chica que amo por ello."

Solo esperaba que sus padres pudiesen tomarlo a gusto. De todas formas, iba a estar ahí para él y apoyarlo en caso contrario.

-El número dieciséis -oí de repente.

Era una voz ajena, proveniente de los asientos inferiores. Dos hombres mayores con unas carpetas anotaban y hablaban entre ellos, a lo que me dio lugar para pensar que probablemente eran becarios o entrenadores de grandes ligas. Agudicé mi oído mientras buscaba al número dieciséis en el partido. Ryan no era.

-Chester Lewis, dieciocho años. No es la primera vez que intenta participar aquí. Tiene potencial, Rudolf -le dijo uno al otro.

No supe si reír por su nombre de reno -mis respetos a los Rudolfs del mundo-, o querer gritarle a Chester lo que probablemente iba a suceder.

Chester era un amigo de Ryan, aquel que había conocido hacía menos de media hora.

-Eres insistente, ¿Realmente crees que vale la pena?

-Observa -le respondió el otro hombre.

Fue entonces que Ryan tomó la pelota y el número dieciséis anotó. Justo en el momento exacto en que estos dos hombres lo estaban examinando.

-¿Ya lo ves?

-Bien, hablaremos con él -contestó Rudolf-, sin embargo... El chico que le pasó la pelota...

-Déjame buscar mediante su número... Ryan Cooper, diecisiete años. Es la primera vez que prueba en esto.

-Ese chico tiene talento.

Oh dios mío. Tuve el impulso de decirles "Hey, Ryan Cooper es mi novio y juega espectacular" pero me contuve y me acerqué un poco más a ellos con el fin de oír su conversación. Sí, bien de chismosa, pero estábamos hablando del probable futuro de Ryan, así que me daba lo mismo.

-Bien, anótalo también.

Sin embargo, me hubiese gustado saber qué ofrecían y de donde, pero eso no me era imposible saberlo.

Alisson a mi lado comenzó a gritar como una maniática, mientras Brian le pellizcaba el brazo para que dejara de chillar como una loca.

-Realmente está jugando muy bien, no hay dudas de que terminará en la cima -murmuró su amigo.

Claro, él aún no tenía idea de su decisión.

Solo asentí entre vacilación y continué observando el partido.

Terminó demasiado rápido para mi gusto. El equipo de Ryan había ganado y entre festejos comenzaron a abrazarse y golpearse entre ellos en medio de la cancha. Muchos comenzaron a irse, en su mayoría los familiares o acompañantes de los contrincantes que se marchaban derrotados a sus vestuarios, igualmente expectantes a la llegada de su destino como Ryan y Chester.

Alisson continuó... ¿Adivinen qué? Sí, gritando, y Brian y yo comentamos momentos culmines del partido mientras todos esperábamos. Primero debían presentarse las propuestas, y luego Ryan vendría y nos contaría que tal.

Aunque yo ya sabía su decisión.

-Será muy difícil que dejen pasar a Ryan como si nada, tendrá incontables propuestas -murmuró mi padre de repente.

-Seguro, siempre le ha gustado este deporte, ¿Qué mejor que dedicarse de lleno a eso? -dijo su madre.

-Es un chico demasiado talentoso, estoy segura que llegara lejos -agregó Alisson.

-Igualmente... -dije de repente pero abandonando la frase abruptamente, haciendo que todos se centren en mí. Quise tirarme por las escalinatas.

Negué con la cabeza demostrando que no tenía más nada que decir y continúe observando el estadio medio vacío. Iba a decir alguna tontería, de eso estaba segura, pero Ryan era quien tenía que dar la noticia, no yo.

Entonces y por fin, apareció.

Todos corrieron a saludarlo, sin embargo, yo preferí quedarme última. Nuestros padres lo felicitaron, Alisson se le colgó y Brian lo abrazó con emoción, pero luego su mirada se centró en mí y viceversa.

Me acerqué, lo abracé y olí su perfume. Se había duchado probablemente en los vestuarios.

-Lo has hecho muy bien allí, créeme que has sido uno de los mejores.

-Gracias -murmuró, besando mi cabeza con dulzura y lentitud.

-¿Y bien? Cuéntanos qué harás finalmente -dijo el señor Cooper.

Entonces se despegó de mí, me tomó de la mano, la apretó con fuerza sin intención porque probablemente estaba nervioso y finalmente habló frente a todos, en medio de las gradas.

-Iré a la Universidad de Washington, me darán una beca deportiva.

Y fue entonces, que algunos sonrieron pero otros no tanto y mi mano comenzó a doler. Ryan realmente estaba preocupado y lo demostraba al tensionarse, pero definitivamente no era el único, porque de repente mis nervios también afloraron junto a los suyos.

¿Qué iba a realmente suceder con él?


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