Capítulo 5: "Por ti"
¡Buenas! Aquí les traigo el capítulo cinco de "Siempre serás tú..." :3
Espero que les guste, yo creo que les sorprenderá un poco porque las cosas van tomando bastante forma, así que supongo que ya se deben de estar dando una idea de la trama que tendrá la novela dentro de unos capítulos y a qué se quiere enfocar.
Simplemente disfrútenlo, y espero que les guste, saludos y los quiere, Flor ♥
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Estaba muy cansada, y probablemente no era la única. Cada vez que me volteaba a ver a Alisson y Brian, sentía ese sentimiento de culpabilidad al haberlos arrastrado entre tantos embrollos apenas habían llegado. Aunque bueno, no fue premeditado.
Sin embargo, eran cada vez más los momentos en los cuales me quedaba estática, mirando un punto fijo poco relevante y pensando millones de cosas al mismo tiempo.
Era una costumbre mía, en realidad.
Pero fue mi madre quien de repente llamó mi atención al salir del hotel donde aparentemente nos hospedábamos.
-Listo, ustedes dos ya tienen una habitación y les dejaron sus maletas dentro. Ahora vámonos, nos esperan para almorzar.
Mamá se abrió paso con sus altos tacones hacia la acera y rápidamente detuvo un taxi. En su lugar, hubiese estado horas intentándolo. Ella tomó el lugar del copiloto, y nosotros tres ocupamos los asientos traseros. Mamá le indicó al hombre del taxi una calle con su respectivo número y el silencio se hizo presente en cuanto arrancó el coche. Sin embargo, creí que podría mantenerse, pero una voz resonó aturdiéndome.
-¿Cómo lo sorprenderás? –preguntó Ally a mi lado.
-Planeaba decirle "Sorpresa" y que ustedes salieran detrás de mí.
-Amy, no puedo creer lo básica que eres.
Viniendo de otra persona podría haberlo tomado como un insulto, pero vamos, era Alisson.
-Entonces dime que idea tienes tú.
-Bien, escuchen atentamente a esto. Brian y yo nos colocaremos unas túnicas, como aquellas que usan en los desiertos para cubrirse, y entraremos al restaurant de esa forma diciendo que Amy nos contrató para darle un show en vivo, por lo tanto, bailaremos y cantaremos mientras Ryan no comprende ni media parte de lo que sucede delante de sus narices y nos quitamos todo lanzando hacia él.
El silencio sepulcral se propagó por todo el taxi. A veces dicen que el que calla otorga... Supongo que demostramos nuestra disconformidad.
-Aja, ¿Y dónde planeas conseguir todo eso? –preguntó Brian de repente.
-Podríamos ir por allí, quizá...
-Nos quedamos con la idea de Amy, definitivamente.
Y no se dijo más nada. Aunque claro que la expresión frustrada de Alisson y sus caprichos eran demasiados evidentes.
Cuando el coche se detuvo, los nervios me dieron de lleno.
Ryan estaba allí dentro, probablemente confundido y algo molesto conmigo por las mentiras que le he dado durante el día. Sin embargo, por fin iba a mostrarle la sorpresa que había estado planeando hacía un tiempo.
Y eso lo abarcaba todo.
Fue así que seguí a mi madre hasta dentro del restaurant junto con los chicos detrás de mí. Nos guió y nos hizo subir una escalera, probablemente conociendo el lugar desde hacía mucho tiempo. No era su primera vez en Nueva York. Varias hileras de mesas llenaban el espacio junto con decenas y decenas de personas almorzando todo tipo de comidas. Y me fue difícil divisarlo.
Pero allí estaba, hablando con mi padre muy animadamente.
Algo me hizo tener un cosquilleo en mi estómago y los nervios se hicieron más presentes que antes. La necesidad de verlo todo el tiempo me afectaba severamente, y cada vez más. Alisson me dio empujoncitos suaves, como animándome a que avance y no temiera. Lo más gracioso es que eso parecía por mi reacción, pero en realidad solo estaba imaginando lo que sucedería a continuación.
Mamá saludó a todos y tomó asiento del otro lado de mi padre.
Entonces fue mi turno de llamar la atención de todos.
-Buenos días señor y señora Cooper, también a ti Ryan que probablemente te preguntas qué hacen estos dos aquí detrás de mí –su expresión fue confusa, era una mezcla entre alegría y preocupación mientras alternaba la mirada entre el par y de mí-. Sabía cuánto querías que estuviesen aquí en este esperadísimo gran día... así que, ¡Sorpresa!
Se levantó de su asiento negando con la cabeza entre sonrisas y saludo a cada uno. Claro que le dio ese saludo de macho a Brian que continuó sin comprender, y Alisson le dio un ligero abrazo.
-Pero si me habían dicho que ambos tenían un evento importantísimo hoy, ¿Ha sido una farsa? –preguntó Ryan entre risas.
-Amy te ganó de ante mano –entonces se volteó.
Sin embargo, cuando llegó a mí, me tomó de las mejillas y me observó directamente a los ojos.
-No tienes ni una mínima idea de lo que me has preocupado esta mañana.
¿Qué? ¿Eso era lo que me decía luego de tanto trabajo para traer a Alisson y Brian?
-Lo siento, no quería que...
Y de repente, me besó.
Delante de toda la planta alta del restaurant.
Jamás nos habíamos besado frente a un grupo tan amplio de personas, menos delante de los Cooper ni mis padres. Claro que un impulso fue querer separarme de su contacto pero mi sentimiento por Ryan era más fuerte para poder resistirme y tener la voluntad de hacerlo, así que me mantuve de pie, allí, sintiendo mis mejillas llenándose de color y temperatura. Esto era vergonzoso y reconfortante. Y claro, parece que duró una eternidad, pero en realidad fueron unos segundos eternos para mí.
Una vez separados, observé nerviosamente a mí alrededor. Alisson y Brian ya estaban sentados en la mesa y hablando con nuestros padres. Ellos, por su parte, observaban el menú decidiendo qué elegir.
No comprendía.
-Tranquila, ya se acostumbraron a la idea de ambos, juntos, haciendo este tipo de cosas.
-Es un alivio –murmuré en voz baja.
-De igual forma, no me importaría llamar la atención de todo el mundo para demostrar cuanto te quiero.
Mi corazón dio varios latidos consecutivos. Creí que me moría de la ternura.
Ryan podía ser cursi cuando se lo proponía.
Sin embargo, se adelantó tomándome la mano y me indicó para sentarme a su lado en la gran mesa compartida.
-¡Amy! Mira este sándwich, a ti que tanto te gustan –dijo mi madre, mostrándome el menú.
-Espero que esta vez no lo dejes caer –murmuró Ryan.
-¿Aún recuerdas eso?
Lo siento señor Sándwich, si es que aún puedes oírme desde algún lejano lugar.
-Claro, tu rostro de "Impactada" también.
-No te burles de mí, fue demasiado perturbador escuchar como el imbécil, en su momento, más grande de la historia diera a entender que le gustaba.
-Eso fue porque no te resistías a mis encantos.
Le saqué la lengua, pero seguido le indiqué a mi madre que iba a escoger uno de esos.
Esperé en silencio un rato, oyendo la charla de la gran mesa. Hacía tiempo que no estábamos todos juntos, inclusive con Brian y Alisson. Todo era tan increíble de creer.
-¿Todo ha estado bien? –preguntó Ryan, susurrando.
-Sí, ¿Por qué?
-Digo, estuvieron solos en Nueva York y sabes que ese lugar es un caos si no tienes ni idea de dónde estás parada.
-Bueno... Pero aquí estamos. Además éramos tres personas.
-Comprende que eso no lo sabía hasta hace un momento, tengo mis razones para preocuparme. Además fue todo tan repentino que el entrenador tuvo que obligarme a entrar a ese bus.
-Realmente lo siento por eso, no quería mentirte pero era una sorpresa...
-Está bien, solo olvidémonos de esto.
Su sonrisa me impartió tranquilidad, ninguna muestra de resentimiento ni enojo. Mi interior se alivió y le devolví la sonrisa antes de oír que llamaban su atención. Sin embargo, le tomé de la mano por debajo de la mesa, algo que también lo sorprendió. Probablemente porque yo siempre tenía las manos frías y él cálidas, aunque de igual forma, ya estaba acostumbrado a ello.
-Ryan, ¿A qué hora exactamente comienza el partido? –preguntó su padre.
-Cuatro de la tarde.
-¿Estás nervioso? –preguntó su amigo.
-Para nada.
Y en ese momento, me sentí especial. Quizá era una tontería, pero Ryan pareció convencido al decir que no estaba nervioso, sin embargo, yo sola sabía que si lo estaba porque al momento de oír la pregunta, apretó mi mano como signo de tensión.
Entonces comencé a acariciarle lentamente su dedo con el mío.
Estas pequeñas cosas me llenaban lo suficiente como para sentirme completamente feliz.
Pero, si era elegido y tenía que alejarse, ¿Podría volver a sentirme así con la distancia?
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La comida había estado exquisita al igual que aquella charla en familia, y claro que Alisson y Brian, pero ahora Ryan debía marcharse definitivamente y me refiero que con su equipo.
Eran las tres de la tarde y todos ya estábamos esperando en el estadio. Al ser familia, podíamos estar un poco antes que el resto. Así que Ryan se quedó un tiempo con nosotros antes de marcharse a calentar.
El estadio era enorme, parecía de aquellos que salen en la televisión de los New York Yankees. Y sí, no había tenido la oportunidad de ir a ninguno, así que era mi primera vez en uno de estos.
El olor a césped mojado probablemente de la nieve, era impresionante. Sin embargo, no pude creer que estuviese todo tan limpio. Me esperaba envases de gaseosa lanzados por doquier, puesto que Nueva York no es extremadamente limpio como otros sitios de los estados unidos.
Sin embargo, antes de que pudiese ver más, me encontré con otros grupos de personas que se iban sentando alrededor nuestro. Probablemente familias de otros jugadores como Ryan.
-Amy –me llamó él.
Me acerqué lo más rápido que pude y me alejó de todos yendo a un rinconcito cerrado. Por un momento me pregunté qué rayos quería hacer allí, sin embargo se puso serio y recordé las palabras de Gerty por teléfono.
«...no tomes decisiones por ti misma. Es una tontería.»
Entonces supe que era el momento de hablar.
Pero antes de poder hacerlo, él simplemente acurrucó su rostro en el hueco de mi cuello y suspiró, haciendo que me recorra un lindo escalofrío por todo mi cuerpo. Al instante acaricie su cabello, trasladándome a aquel momento en la reserva Roshmore, dónde estábamos haciendo exactamente lo mismo que ahora.
-Hemos dejado esta charla muy para el final. Sé que es tarde pero tengo que decírtelo.
Se separó de mí, cuando mi instinto no quería que lo haga y tuve que aguantarme. Su expresión adolorida me decía que se estaba sintiendo demasiado mal por lo que tenía que decirme, y todas mis dudas comenzaron a aflorar.
Él no iba a tomar una decisión precipitada por sí mismo, ¿O sí?
Supuse que lo mejor manera era oírle.
-Creo que me replantearé las propuestas que me hagan una vez que el partido finalice.
Y entonces me quedé estática, intentando comprender que era lo que me estaba diciendo.
-¿A qué te refieres?
-Esto no se lo he dicho a nadie.
No comprendía y mi interior se apretujaba de la ansiedad. Quería saber que era aquello que tanto le carcomía la mente a Ryan y no se atrevía a decirme. Vamos, era muy obvio que algo estaba ocultando bajo el pretexto "Estoy nervioso" o simplemente "No es nada". Si él se abría de una buena vez, probablemente iba a conseguir ayudarle.
-Entonces te oiré atentamente –murmuré, acercándolo a mí.
-Sabes que siempre me ha gustado el fútbol americano, y que siempre te he ganado –sonreí y asentí-, pero siento que no podría dedicarme a ello en las grandes ligas.
Mi estómago dio un vuelco y dejé de respirar. Su futuro, este viaje, tanta distancia... ¿Había sido en vano?
-Probablemente debes estar pensando el por qué he aceptado, y no, no lo estoy haciendo bajo obligación. Aquí no solo vienen entrenadores de grandes ligas, sino que también directivos de universidades con el fin de otorgar becas deportivas. A quienes no son elegidos, normalmente terminan allí.
-¿Y qué planeas hacer? –por primera vez, vi inseguridad en Ryan antes de hablar, como si esperara que lo juzgara por su decisión.
-No quiero dejar todo por un deporte que me gusta. Sé que si me centro en ello seriamente, terminará disgustándome. Además, no podría dejar ni a mi familia, ni a la chica que amo por ello.
-Pero Ryan...
-Si obtengo una beca deportiva, será algo menos tedioso y además podré estar contigo, ¿No crees?
Sonreí y lo abracé con todas mis fuerzas. Ya no sentía ni frío, ni preocupación. Sin embargo, tuve que hablar.
-Si esto lo estás haciendo por nosotros, es una mala decisión.
-Tranquila, confía en mí.
-Lo hago.
Iba a besar su mejilla con ternura, sin embargo, fui directa a sus labios. Saber que no iba a estar tan lejos de él, me dio demasiada tranquilidad. Sin embargo, sus manos bajaron hasta mi cadera, así que yo me aferré a él con más fuerza y el beso se profundizó, como antes no habíamos podido conseguir al estar frente al resto.
Esto era lo que necesitaba, definitivamente.
-Vaya, vaya, así que ella es la famosísima Amy.
La voz de un joven se hizo presente en nuestro rincón vacío de cemento. Al ser cerrado, aumentó su voz e hizo que me separara de Ryan como un rayo. Pude oír una risa de su parte. Me tomó de la cadera y me acercó a él, dándome a entender que no estábamos haciendo nada malo como para separarnos así.
Un joven vestido con una camiseta del mismo equipo que Ryan se acercó hacia nosotros con una sonrisa burlona.
-¿Había necesidad alguna de interrumpir? Gracias Chester.
-Por nada –respondió él.
-Amy, él es Chester Lewis, compañero de equipo y aunque me cueste admitirlo, uno de mis amigos –dijo Ryan burlón-, Ches, ella es Amy O'Donnell, mi novia.
-Ya veo –murmuró él-, Encantado de conocerte Amy, igualmente creo que ya te conozco demasiado puesto que Ryan no para de hablar de ti.
-¿En serio? El gusto es mío.
Ryan parecía avergonzado ante la acusación, así que negó con la cabeza en una sonrisa.
-Básicamente nos ha contado todo ese viaje a la reserva Roshtown.
-Roshmore –lo corrigió Ryan.
-Como sea, lo tienes encandilado.
Reí nerviosamente. No creía que Ryan podría estar tanto tiempo hablando de nuestra relación y se me hizo muy tierno de su parte.
-Bueno, ya deja de parlotear sobre mí y ve a calentar, tienes un puesto que ganar.
-Tú también amigo, así que no me des ordenes –bromeó Chester-, cuando termines de hacer lo que estabas haciendo, ve rápido a los vestuarios que el entrenador dará su típico discurso aburrido frente a todos.
-Bien, ya voy.
-Entonces te esperaré allí, adiós Amy, fue un placer conocerte.
-Igualmente, suerte hoy.
Chester desapareció sonriente y saludando con una mano en el aire. Parecía un chico demasiado simpático y gracioso, así que me alegré de que durante todo este tiempo haya sido entorno de Ryan.
-Bueno, ya lo has oído, será mejor que te adelantes y que te cambies. Además de escuchar a tu entrenador, supongo que será importante lo que tenga que decirles hoy.
-No lo creas, él otro día un par se han quedado dormidos con su discurso, y yo no me quedo atrás. Parece que los busca por internet con el nombre de "Discurso para funerales".
-¡Ryan! –reí.
-Bien, vamos con los demás así me despido de ellos.
Rápidamente nos tomamos de la mano y volvimos. La mirada atrevida y lejana de Alisson me dio a entender que sospechaba de nosotros dos, aunque tampoco habíamos hecho nada extraño. Ryan comenzó a saludar uno por uno, y cuando volvió a llegar a mí, lo estreché entre mis brazos deseándole suerte.
Antes de darme cuenta, ya estaba sentada en mi lugar con un refresco comprado por mi padre y una Alisson curiosa a mi lado que no dejaba de preguntarme que habíamos estado haciendo desde que habíamos vuelto.
Sin embargo, el tiempo pasó rapidísimo y el pitido del comienzo del partido, resonó por el estadio repleto de personas que vitoreaban para ambos equipos.
El futuro de Ryan, comenzaba a definirse.
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