Sexta parte
Hugo no se esperaba semejante noticia y si no viera con sus propios ojos a sus padres no les creería en lo absoluto.
-¿Están hablando en serio?.- preguntó en un hilo de voz y Adrien con Marinette asintieron con algo de temor al ver la expresión de su segundo hijo.
-¿No te alegra?.- habló por lo bajo la azabache.
-¿Qué si me alegra?.- cuestionó incrédulo.- ¡claro que me alegra!.- se dirigió a ambos y se pusieron de pie enfundandose en un gran abrazo.- no saben lo feliz que me hacen.
Louis también se puso de pie uniéndose a la tan cálida muestra de afecto y es que sentían tanta dicha de tener nuevamente su familia junta. Se separaron entre risas cuando la gran puerta del comedor sonó dejando de pie una rubia de ojos verdes de la mano con un castaño de ojos azulados.
Todos se voltearon a verla, extrañados porque se encontrara en la mansión.
-¿Me perdí de algo?.- preguntó cruzándose de brazos con una sonrisa.- ¿mamá?, ¿que haces aquí?.- ladeó el rostro.
Louis miró a la pareja divertido y luego a sus padres dándoles aliento para la revelación que se aproximaba.
-¿Emma?, ¿no deberían estar en su luna de miel?.- preguntó la azabache a los recién casados.
-Es que tuvimos un problema con el vuelo y preferimos volver porque Emma tenía una corazonada, ya saben como es cuando de eso se trata.- respondió educadamente Claude.
-Oh, lamento que les pasara esto un día tan especial.- agregó la de ojos cielo.
-Yo no.- respondió Adrien ganándose un golpe de Marinette en su costado.
-Bien, quiero saber a que se debe esta reunión familiar.- habló la hija mayor viéndolos expectante.
Adrien tomó la iniciativa apegando a Marinette desde la cintura haciendo que Emma abriera un poco mas sus verdes por aquello.
-Bueno princesita... tú mamá y yo...
-¡No!, ¡ni lo digas!.- exclamó la rubia corriendo hacia ellos.- ¡están juntos!.- se colgó de ambos dando un salto abrazandolos con fuerza.- ¡no puedo creerlo!, ¡esto es el mejor regalo de bodas que pudieron darme!.- comenzó a derramar lágrimas y Adrien con Marinette se miraron un momento a sus espaldas sonriendo levemente para después ambos acariciar la espalda de su primogénita.- estoy muy feliz... .- sollozó.
-Amor, no llores.- dijo con suavidad su madre.
-No puedo no hacerlo, esperé mucho tiempo para que se dieran cuenta del error que cometían al separarse.
-Ya no hablemos de eso ahora princesa.- musitó Adrien acariciando los cabellos dorados de su pequeña.
Emma se embriagó con el aroma de sus padres, sintiéndose protegida por ambos como cuando era una niña. Su mente la transportó a sus primeros años de lucidez donde sus más grandes héroes eran el rubio y la azabache.
-Los amo tanto.- suspiró soltandose por fin de ellos y separándose para verlos a los ojos.
La rubia depósito un beso en la mejilla de cada uno y estos al mismo tiempo besaron su cabeza con ternura.
-Mi pequeña, vamos a desayunar, ¿bueno?.- agregó la de ojos cielo y su hija asintió levemente limpiando las lágrimas derramadas por sus mejillas.
Marinette se giró a ver a su ex esposo dejándo así mas al descubierto su mejilla marcada, aunque la haya intentando ocultar con algo de maquillaje se podía ver claramente.
-Mamá, ¿qué te pasó en la mejilla?.- preguntó Emma tomando su rostro y examinándola detenidamente.
-Oh... e-esto.- aclaró su garganta.- será mejor que desayunemos y luego hablamos, ¿si?.- respondió con una leve sonrisa.
La de ojos verdes miró a su padre buscando alguna respuesta, pero este esquivó la mirada. Él no quería que se enteraran de lo que había ocurrido del todo y mucho menos de que no pudo defender a su madre antes de tiempo.
-Ven querido, toma asiento.- indicó la azabache a Claude, el cual estaba aún parado en la entrada.
-S-si claro, gracias.- aclaró su garganta y Emma se unió a él sentándose en sus respectivos lugares.
Hugo volvió a tomar asiento al lado de su hermano viendo detalladamente a su madre ya haciéndose una idea de lo que pudo haber pasado.
Luego de desayunar entre risas y contando antiguas anécdotas de cuando los hijos Agreste eran niños, pasaron al tema que los tenía envueltos en curiosidad a todos, menos a Louis el cual ya sabía perfectamente lo ocurrido.
A Marinette se le hacía difícil hablar sobre aquello que la había asustado enormemente por la noche, así que Adrien junto a Louis terminaron de narrar los hechos de la desafortunada disputa.
-Esto es una... .- Hugo apretó sus puños golpeando la mesa.- ese infeliz.- su respiración se volvió más agitada sintiendo la rabia instalarse en su pecho.
-¡Esto no se puede quedar así!.- espetó la rubia con molestia pasando su mano por su cabello en un acto de frustración muy característico de su padre.- no entiendo como es que pudo hacer eso.- frunció el ceño y Claude posó una de sus manos sobre la de su esposa para intentar calmarla.
Hugo se mantuvo un momento en silencio analizando la situación, volviendo a fijar la vista en las delicadas facciones de su madre que habían sido marcadas por un individuo sin corazón. Miró a su hermano un momento para encontrar también la marca en su labio que delataba la pelea.
-Debería haber estado aquí.- bufó el azabache de ojos verdes.- pero ese tipo me va a escuchar.- presionó su mandíbula.- esto no se quedará así.
Si hay algo que Hugo realmente apreciaba era a su familia, la cual era sagrada y nadie tenía siquiera el derecho de tocarla. Ver a su madre y hermano de esa forma, lo único que provocaba era que la impotencia lo consumiera y no podía quedarse sentado sin hacer algo al respecto.
-Bueno, ya no opaquemos esta felicidad .-habló el Agreste mayor tomando nuevamente la mano de aquella mujer de encantadores rasgos.- terminemos de comer en familia, ¿está bien?.- les sonrió a sus hijos y estos se quedaron un momento en silencio para intentar calmar las emociones de frustración que sentían, incluidos Claude que de igual forma, descubrir lo que pasó su suegra luego de que ellos se fueran lo llenó de enojo.
-Claro papá, no hay que dejar que esto nos arruine la felicidad.- habló la rubia, que a pesar de estar molesta por completo, tenía una prioridad... Y esa era que ahora sus padres volvían a estar juntos.
Mientras continuaban con el desayuno en familia, Adrien miró a Hugo intentando descifrar lo que pensaba y es que los conocía a cada uno perfectamente, no podían engañarlo en lo absoluto.
Cuando acabaron de comer, Emma y Claude decidieron subir a descansar un poco ya que no durmieron anda esperando el vuelo, sumándole la fiesta hasta altas horas de la madrugada.
Hugo por otro lado se despidió yendo a su habitación para cambiarse de ropa, ya que saldría.
Marinette, Adrien y Louis se quedaron parados en el vestíbulo viendo como el azabache de ojos verdes salía de la mansión.
-¿Qué haremos hoy?.- preguntó el de ojos cielos viendo a su padre, el cual le sonrió levemente.
-Podríamos salir, ¿que dices?.
-¿Los tres?.- Marinette asintió peinando los cabellos de su hijo con sus dedos.
-Pero primero debo arreglar algunos asuntos.- habló Adrien nuevamente mirando a la azabache dándole entender de esta forma lo que haría.
-Nosotros podemos hacer algo mientras tu padre vuelve, ¿te parece?.- preguntó a sus hijo y este asintió.
-Bueno, entonces nos vemos después. No se diviertan tanto sin mi.- les guiñó un ojo y ambos soltaron una risa.
-Claro que nos divertiremos mucho.- rebatió mujer y Adrien se acercó tomándola por la cintura y uniendo sus labios en un tierno beso.
-Entonces me apresurare para volver lo antes posible.- susurró sobre sus labios con una sonrisa.
-No tardes, gatito.- musitó ella rodeando su cuello con sus brazos cerrando levemente sus ojos para percibir el aroma del varón.
-Hey, yo sigo aquí.- alegó Louis y ambos voltearon a verlo soltando una carcajada.
-¿También quieres un beso acaso?.- cuestionó su padre aún sosteniendo a Marinette con una sonrisa en sus labios.
-Creo que ya han sido suficientes por hoy.- respondió sacándole la lengua en un acto infantil.
Adrien volvió a fijar su mirada en la azulada de ella acariciando su mejilla con suavidad y besando su frente.
-Nos vemos después princesa.- musitó.
-Nos vemos después.- recibió el afecto con tranquilidad.
Adrien tomó las llaves de su auto y salió de la mansión subiéndose a este para después emprender camino.
¤¤¤
Hugo estaba hecho una furia, les dijo a todos que tenía asuntos que atender, pero en realidad su cometido era poner en su lugar a ese hombre que dañó a su familia.
Aceleró su motocicleta entre los vehículos para llegar lo antes posible al departamento de Luka Couffaine. Cuando llegó al lugar estacionó el vehículo de dos ruedas y sacó su casco subiendo rápidamente al piso golpeando con fuerza la puerta del departamento correspondiente.
-¡¿Quien mierda toca a esta hora?!.- oyó desde el otro lado de la puerta y cuando el sujeto la abrió lo empujó adentrándose al lugar mientras lo sujetaba de la camiseta contra la pared.
El Couffaine parpadeó un poco fuera de sí, sin acabar de entender que acontecía hasta que vio esos ojos verdes tan característicos de ese rubio, solo que esta vez no era él quien lo sujetaba.
-Vaya, que sorpresa tenerte aquí en mi casa Hugo.- habló con una sonrisa burlona en sus labios.- ¿que se te ofrece?.- preguntó en calma viéndolo fijamente.
-Escúchame bien pedazo de basura.- apretó su agarre con más fuerza.- si te atreves a tocar a mi madre o a mi hermano otra vez, no saldrás bien librado, ¡¿oiste?!.- escupió sus palabras viéndolo con completo enojo en sus fracciones.
-Veo que ya te fueron con el chisme, ¿no?.- enarcó una ceja en su dirección.- y ahora vienes a amenazarme a mi casa.
-Quedas advertido, no te acerques a mi familia otra vez o juro que no respondo de lo que soy capaz.- le sostuvo la mirada.
-No tengo miedo de un niñato como tú.- soltó una carcajada viéndolo con burla.
-Pues deberías, aun no conoces a Hugo Agreste y si se te llega a ocurrir ponerle un dedo encima a mi madre, recordarás toda tu vida que no debiste meterte conmigo.
Luka lo quedó mirando en silencio sintiendo la impotencia subir por su garganta presionando su mandíbula y agarrando las manos de su contrario para quitarselas de encima.
-No me hagas reír.- soltó con socarronería.
-Deberías agradecer que mi hermano estaba presente anoche porque o si no mí padre te hubiera partido la cara y no podrías ni siquiera pensar en sonreír.
-Tu padre es un hijo de puta cobarde y tu madre no se queda atrás.- eso fue suficiente para que Hugo le propinara un golpe en la quijada haciendo que cayera al piso.
-Tu no llegarás a ser ni el comienzo de lo que ellos son.- lo miró desde arriba con superioridad.- no eres más que un envidioso y un rufián que no vale la pena.- aquellas palabras lo hicieron fruncir el ceño de sobremanera a la vez que posaba su mano en el golpe que el Agreste le había dado.- puedes hacer lo que se te pegue la gana, pero nunca vuelvas a cruzarte en nuestros caminos.
Luka se puso de pie quedando frente a él sin apartar la vista de esos verdes que le recordaban al rubio que más odiaba en sus entrañas.
-Te pareces a él.- soltó con aborrecimiento.- la misma postura y los mismos ojos.
-Que te puedo decir, es mi padre.- respondió con orgullo.- y agradezco que lo sea.
En eso entró rápidamente el rubio captando la atención de ambos, enfocando la mirada en su hijo.
-Papá... .- musitó Hugo y él frunció el ceño.- ¿qué haces aquí?
-Te conozco.- respondió acercándose y tomándolo del brazo para sacarlo de ahí.- vamonos.- habló firme.
-Pero...
-Hugo, ahora.- ordenó, y aunque él ya fuera un adulto respetaba a su padre demasiado como para desafiarlo.
Luka observó al azabache por última vez antes de que se dirigiera a la puerta delante de su progenitor.
Adrien no quería ni ver al Couffaine, sabía que no aguantaría mucho sin terminar de darle su merecido así que le dio una ultima mirada y se giró para salir de aquel lugar apretando sus puños a sus costados.
-Ni siquiera saludarás.- habló el sujeto a sus espaldas y él se paró en seco.- vaya modales.- se burló en su posición de una forma relajada.
-¿Aún te duele la cara?.- preguntó Adrien esbozando una sonrisa sin voltearse.
-Esto no es nada.- respondió el pelinegro despreocupado.- ni siquiera lo siento.
-Pues pareciera que te pasó un camión por el rostro, quizás deberías ver un médico o un psiquiatra ya que te gusta golpear mujeres y niños.- lo miró por encima de su hombro destilando enojo en su posición frunciendo el ceño de sobremanera.
-Yo no quise golpearla.- se defendió.- estaba tomado.- Adrien se giró por completo encarandolo.
-Yo ni tomado haría semejante acto.- lo apuntó con fuerza.- así que no trates de justificarte porque nada de lo que digas es válido para hacer lo que le hiciste a ella.
-Voy a hablar con ella.- dictó firme en su posición.
-No, no lo harás. No permitiré que le pongas un dedo encima a mi mujer, así que vete olvidando de tus ideas en la cabeza.
-Ella es mi novia.
-Déjame decirte que eso ya no es así y lo dejaste muy claro anoche.
-Eso no lo decides tú.
-No, no lo decido yo.- respondió cruzándose de brazos.- lo decide Marinette y ella es mi mujer, jamás dejará de serlo, que te quede muy claro Couffaine.- se acercó amenazante.
-Te acostaste con ella.- soltó con rabia en medio de un bufido alzando las manos bruscamente- ¡¿no es así?!
-Eso a ti no te incumbe en lo absoluto.
-Te acostaste con mi novia, eso sí me incumbe en todos los sentidos.- le dio un empujón desde el pecho.
-Ella no es nada tuyo, ella es mi esposa y puedo estar con ella las veces que ella lo desee.- no le respondió el empujón, Adrien no estaba dispuesto a rebajarse nuevamente ante sus provocaciones por más que quisiera ponerlo en su lugar.- espero que te quede claro que no te quiero cerca de mi familia.- le dio la espalda caminando hacia la salida, Hugo se devolvió por su padre al ver que no salía.
-Quizás te interese saber quien es el verdadero padre de Louis.- habló el de ojos azules a su espalda haciendo que el Agreste se detuviera en el umbral de la puerta en seco.- Marinette puede ser muy traviesa.- agregó.- y nos conocemos desde hace bastante.
Adrien sonrió y lo miró por encima del hombro sin ninguna pisca de malestar.
-Ay Luciano.- se expresó soltando una risa.- espera... creo que era Leonardo... oh no, creo que se me olvidó, lo siento.- se disculpó falsamente.- lo que no me interesa suelo olvidarlo fácilmente.- Luka apretó sus puños indignado por la osadía de aquel que hombre despreciaba de sobremanera.
-Veo que no te interesa, entonces le haré una visita porque eso es lo que me corresponde.- Adrien se dio la vuelta sin dar un paso.
-No intentes jugar conmigo porque eso no funcionará, confío en Marinette más que nada en el mundo y ella jamás se metió contigo.- dijo lo último en un tono más cantarin.- de eso estoy muy seguro, no puedes romper algo que está fuera de tu alcance. Conozco a Marinette desde el instituto, fue mi novia por años y mi esposa por mucho tiempo, di lo que quieras, pero nada hará que dude de ella.
-Te dejó una vez y lo volverá a hacer, ella volverá conmigo, con el padre de su hijo.- sonrió seguro de si mismo provocando una carcajada en el ex modelo.
Hugo oía atento la conversación aguantando las ganas de ir y golear a ese sujeto que manchaba el nombre de su madre, pero sabía que no debía entrometerse ya que su padre tenía todo bajo control.
-Sabes algo Couffaine.- habló Adrien con soltura.- Louis tuvo un accidente con mis suegros hace algunos años atrás.- el rubio se cruzó de brazos viéndolo a los ojos.- adivina quien es compatible con su sangre.- sonrió esperando a que él dijera algo, pero no lo hizo.- pues su padre, o sea yo.
Las facciones del pelinegro se desencajaron tras aquella respuesta por parte del rubio, sus planes fueron frustrados en menos de un minuto, más admitió la derrota sólo en esa batalla y antes de que Adrien saliera hablo nuevamente.
-¡Ella volverá conmigo y te dejará otra vez!.- exclamó antes de que el Agreste cerrara la puerta.
Hugo miró a su padre con un sonrisa en su rostro y este lo abrazó por el costado comenzando a caminar a la par.
-Hiciste que se tragara sus palabras.- habló el azabache dejándose guiar por su progenitor.
-Debemos usar el cerebro de vez en cuando.-respondió bajando con él hasta llegar a su auto donde ambos se subieron. Adrien suspiró apoyando sus manos en el volante.- no debiste haber venido aquí Hugo.
-¿Cómo sabías que estaba aquí?.- preguntó viéndolo de perfil.
-Eres mi hijo, sabía que no te quedarías tranquilo después de saberlo.- sonrió volteandose a verlo.- y me enorgullece que vinieras a defender a tu mamá y tu hermano, pero podría haberte pasado algo.
-Lo siento...
-Está bien.- se encogió de hombros viendo al frente nuevamente.
-Papá... ¿qué vas a hacer ahora?.- preguntó por lo bajo.- ya sabes... sobre Kagami.
-Iré a hablar con ella y espero pueda entenderme.- su semblante cambió a uno más entristecido.
-Ya veo... papá.- llamó nuevamente y este alzó la vista hacia él.- no quiero que mamá lloré otra vez.
-Y no lo hará, sabes que la amo con todo mi corazón.
-Lo sé.- Hugo tomó una gran bocanada de aire y suspiró para después sonreír.- bien, entonces yo ahora iré a la casa.- su contrario asintió en su lugar.- suerte con lo de Kagami.
-Gracias, hijo. Nos vemos en la casa.
-Claro, no llegues tarde a comer.- abrió el auto y salió para luego subirse a su moto.
Adrien lo vio alejarse por las calles para después encender su auto y emprender camino hacia el departamento de la japonesa.
Cuando llegó a su destino, golpeó la puerta un par de veces y a los pocos minutos abrieron la puerta dejando a la azabache de corta cabellera con un sonrisa.
-Amor, que sorpresa. ¿qué haces aquí?.- preguntó alzándose un poco para darle un beso, pero Adrien la detuvo lo más suave que pudo.
-Kagami... debo hablar contigo.- ella lo miró algo extrañada volviendo a su anterior posición abriendo la puerta por completo para darle el paso.
-Claro... pasa.- respondió con voz suave y él se adentró parándose en la sala.
Kagami cerró la puerta detrás de ella y se acercó a su novio en una postura algo tímida al verlo con el semblante inexpresivo.
-Tu dirás.
Adrien la miró a los ojos y soltó lentamente el aire de sus pulmones, y es que no tenía muy claro como albergar el tema.
-Escucha... yo no se como decirte esto, pero nosotros debemos...
-¿Debemos?.- la de rasgos japoneses lo miró expectante tratando de averiguar lo que tenía de esa forma a su novio.
-Ven, sientate.- él la tomó de los hombros haciendo que se sentara en el sillón a su lado.
-Adrien me estas asustando, ¿ocurrió algo?
-Kagami tu sabes que yo... que yo y Marinette estuvimos mucho tiempo casados.- ella asintió sin poderle entender a que venía aquello.- bueno también fui sincero contigo cuando comenzamos a salir.
-Lo sé.... dijiste que aún la amabas y yo acepté eso.
-La cosa es que... ese sentimiento no cambiará.- Adrien formó una fina línea en sus labios pasando su mano por su nuca.- Kagami, el amor que siento por Marinette no dejaré de sentirlo nunca y ayer lo confirmé cuando la vi nuevamente...
Kagami sintió una presión en su pecho por su confesión y aunque ya lo tenía claro, eso no quitaba que le doliera, sintiendo las lágrimas asomarse por sus almendrados ojos.
-Lo siento... no quiero lastimarte o hacerte sentir mal por ningún motivo, pero debía decírtelo.
-P-pero ella tiene pareja... .- las palabras se quedaron en su garganta cuando el negó con la cabeza.
-Ella y yo ayer hablamos... aclaramos muchas cosas, de las cuales todas eran malentendidos entre los dos, los cuales hicieron que nos separaramos, pero Marinette... ella...
-Te ama.- respondió mirando hacia abajo.- ella aún te ama.- Adrien tragó con dificultad.- lo noté ayer por como te miraba... desde que entraste en la iglesia con Emma, la forma en como se vieron mutuamente fue muy clara.- alzó su rostro viéndolo a sus gemas verdes.- lo entiendo y está bien.- sonrió débilmente posando su mano en la de él.- te quiero Adrien y porque lo mismo quiero que seas feliz.- afirmó más su agarre.- y conmigo no lo serás completamente.
-Y-yo... discúlpame, eres una persona increíble Kagami y cualquiera sería muy afortunado de tenerte a su lado.
-Gracias... .- respondió por lo bajo.- bueno, creo que esto quedó por zanjado.- el rubio la observó detenidamente a la vez que asentía en silencio.
-Lamento que esto resultara así...
-No tienes que disculparte conmigo por lo que sientes, al contrario, agradezco tu sinceridad ante nada y se que sus caminos estaban destinados de todos modos, en más de una ocasión me llamaste Marinette sin darte cuenta cuando salíamos.
El Agreste abrió un poco mas sus ojos al escuchar eso de lo cual no tenía la menor idea.
-¿Lo dices en serio?.- preguntó sintiendo vergüenza y ella asintió.- ¿por qué no me dijiste algo?
-Porque no te dabas ni cuenta.- se encogió de hombros y se puso de pie, él imitó su acción.- espero podamos seguir siendo amigos después de esto, pero ahora debes ir con tu esposa.- lo jaló del brazo y empujandolo levemente por la espalda.- ¡anda!
-Espera, espera... no puedo dejarte así con esto, yo...
-Yo soy fuerte, Agreste. Me conociste lo suficiente el tiempo que salimos y ahora eres libre de irte.
-Oye... .- se giró y ella enmudeció.- gracias.
Kagami no quería que siguiera ahí, no quería que la viera frágil por la situación, porque realmente le dolía.
-Ya, vete ahora mismo.- volvió a empujarlo.- tengo cosas que hacer.- rió levemente.- y si sigues aquí no podré hacerlas.- posó sus manos en su cintura y él la abrazó.
-Hacerte la fuerte no funciona conmigo.- musitó sujetando su cabeza contra su pecho.- se que te estoy lastimando... no intentes engañarme.
Adrien abrió la puerta de su barrera con ese abrazo, Kagami sintió su calidez respirando profundamente su perfume dejando que las lágrimas abandonaran sus ojos. Rodeó la cintura de él con sus brazos y lo apretó con fuerza.
-E-estaré b-bien.- su voz se quebró.- n-no te preocupes... .- sollozó sintiendo el nudo en su garganta.- quiero que seas feliz.
Adrien acarició su cabeza suavemente sintiendo culpa por hacerle sentir aquel pesar a su ex novia.
-Ya basta.- ella se alejó y limpió rápidamente sus mejillas riendo levemente.- ya vete antes de que inunde mi departamento, me haces llorar, Adrien.
El sonrió con pesar y se acercó para besar la cabeza de la joven con ternura, Kagami cerró sus ojos sintiendo profundamente su tacto para después abrirlos y verlo a sus ojos.
-Nos vemos... .- musitó.
-Nos vemos.- respondió ella en un hielo de voz y antes de que él saliera lo llamó nuevamente.- ¡Adrien!
-¿Qué?.- se giró en su posición.
-¿Le dirás la verdad a Marinette?.- cuestionó y él tragó grueso.- de todos modos en algún momento se enterará.
-Se lo diré, pero... quizás se moleste conmigo.
-Te lo mereces por idiota.- enarcó una ceja.- dicelo antes que se enteré por otro lado.
-Lo haré... gracias por todo...
-Gracias a ti.
El Agreste salió por la puerta bajando hasta su auto donde comenzó a meditar todo lo que le diría a Marinette y es que estaba seguro que ella se molestaría.
Se apoyó sobre el volante con ambas manos sacando de su bolsillo una argolla de oro puro viéndolo detenidamente.
-Ella se enojará conmigo... pero tenía mis motivos.- musitó pasando su mano libre por su cabello.- deberá entenderlo...
Holis! ^-^ adivinen que...😂 se me hizo largo otra vez y tendrán séptima parte 😂😂😂😂
Bueno, no creo que eso les moleste 😉 pero debía decirles, no me di ni cuenta cuando ya había llegado a las cuatro mil palabras (son más o menos la cantidad de palabras de cada capítulo en esta historia)
Vimos que nuestro Hugo definitivamente no se quedó de brazos cruzados y que llegó nuestra Emma junto a su esposo al desayuno familiar.
Vimos como Luka intentó hacerle creer a nuestro rubio que Louis era su hijo, pero el gatito es mas astuto y confía ciegamente en Marinette 😏
Kagami a pesar que le dolió que su relación terminara, quería ver feliz a Adrien y lo dejó ir por la paz manteniendo su amistad.
Sólo nos queda descubrir lo que oculta Adrien y al parecer Kagami está al tanto de esto persuadiendolo de que sea él mismo quien se lo cuente a Marinette.
Bueno, gracias por leer y quería decirles que luego de la séptima parte (la cual si será el final) quería hacer un extra el cual podría ser sobre, no se... Cuando Adrien y Mari se hicieron novios, cuando se casaron, cuando nació Emma o cuando se enteraron que Mari estaba embarazada o cuando Mari se fue de la mansión. Ustedes decidan de que podría ser o que les gustaría leer y tomaré en cuenta sus comentarios para escribir :3
Sin mas que decir me despido 💖 gracias por leer y querer esta mini historia tanto como yo.
-NinaCatsauria.
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