Una paliza a Seto por culpa de la gran noticia
Roci se levantó de la camilla y fue a coger una jeringuilla con un líquido transparente y que le inyectó a un Joey que todavía estaba demasiado agitado, haciendo que se quedara dormido pero algo agitado. Comenzó la operación para quitarle las orejitas y la cola. Al acabar la operación comenzó a despertarse viendo a Roci en la mesa de experimentos. Joey se sentó sintiendo un pequeño escozor, por lo que se quejó, Roci se dio cuenta y lo miró, tenía una cara de preocupación que asustó un poco a Joey.
- Joey, ¿te encuentras bien? – preguntó acercándose a él.
- Si, ¿por qué? ¿Qué pasa?
- ¿Has sentido mareos, antojos, cansancio o algo fuera de lo normal? – preguntó mientras lo examinaba cuidadosamente.
- Bueno, cansancio sí, pero creo que es culpa de Seto, no me deja en paz y lo hacemos siempre que puede, antojos, creo que tampoco, siempre he comido mucho y también cosas muy raras y mareos sí, llevo 3 días con mareos y ganas de vomitar... ¿Por qué?
- Lo que me temía.... Verás es un asunto muy delicado... - se notaba que no sabía como decírselo.
- Dímelo ya y no me hagas preocuparme. Soy un hombre, lo asimilaré.
- Como quieras – levantó los hombros despreocupándose, respiró hondo y se lo dijo - ¡Estás embarazado!
Joey se quedó en estado de shock mientras se escuchó que picaban a la puerta, y vieron a entrar a Rosa tranquilamente (Mimivily: ¬_¬ como no)
- Seto acaba de llegar y está en el despacho de Van.
Joey se levantó con los ojos perdidos sin mirar algo, Rosa y Roci miraron detenidamente al rubio el cual inspiraba profundamente para a continuación dar un grito que se oyó en toda la mansión de las hermanas.
- SETO KAIBA – salió a una velocidad sobrehumana en dirección al despacho.
--------- UNOS MINUTOS ANTES EN EL DESPACHO ----------
Seto entraba al despacho de Van. En éste se encontraba la propia Van y Rosa mirando uno de sus nuevos productos. Al ver a Seto se detuvieron y saludaron.
- ¿Qué haces aquí, Seto? – preguntó Van algo enojada.
- Vengo a por mi cachorro.
- ¿Y si no te lo devuelvo? Acaso crees que te voy a dejar que te lo lleves para volver a llevártelo por hay desnudo y con solo una estúpida gabardina – se levantó de su sitio enfrentándose al castaño.
- Eso no es culpa mía.
- ¿A no? ¿Y entonces de quién?
Seto suspiró sabiendo que Van tenía ideas fijas y no le dejaría ver a Joey hasta que le contara todo lo que había sucedido.
- Lo que sucedió es que le secuestraron y le pusieron un estúpido traje, disfraz... como queráis llamarlo, lo que provocó que se enfadara y les diera una paliza. Al volver vinimos en la limusina y el disfraz digo que.... Ya sabéis lo comenzamos a hacer pero no llegamos al final, cuando íbamos a seguir... llegamos a la mansión y como no quería volver a ponerse esa humillante ropa le dejé mi gabardina. ¿Comprendes?
Van abrió los ojos como platos y quedó atónita. Mientras Rosa se levantó para ir a buscar a Roci y Joey.
- A... lo siento.
- No pasa nada pero no le digas que te lo conté – se sentó en uno de los sofás.
- A por cierto le quitamos las orejas y la cola así que no le hagas enfadar, porque al fin y al cabo no ha estado pagando el alquiler de su cada y también dejó su trabajo.
- Entiendo.
Desde lejos, más concretamente donde se encontraban los tres jóvenes se escuchó un potente grito, que hizo temblar las paredes de la mansión. Se escuchó acelerados pasos de una carrera, y un fuerte golpe en la puerta, haciendo que ésta abriera, dejando ver a un rubio rabioso.
- Setito – dijo con una voz melosa pero con un enfado notario.
Se acercó a una mesa que se encontraba cerca para coger un jarrón que le lanzó a Seto dándole de lleno en el estómago. Seto se quedó sin respiración pero en cuanto la recuperó se levantó para dirigirse hacia donde estaba Joey tan cabreado, pero esto solo le llevó a que diera con un gatito de porcelana en la cabeza y que le hiciera una pequeña cortada que comenzó a sangrar en el instante.
- Cachorro, ¿Qué te pasa? – preguntó logrando por fin escapar de otro gatito de porcelana más pequeño.
- ¿Que, qué me pasa? ¿Que, qué me pasa?... TU, tu maldito capullo, demente, ¿no tenías otra cosa mejor que hacer que follarme a cada momento? – continuó lanzando todo lo que tenía a mano pero estos ya Seto los conseguía esquivar.
- ¿PERO QUÉ HE HECHO? – gritó Seto desesperado esquivando un par de libros.
- CÁLLATE – le lanzó el último libro que tenía cerca.
Joey caminaba hacia Seto, y éste caminaba hacia atrás por el temor que tenía al ver a Joey tan sumamente enfadado, más incluso que en sus típicas peleas en el instituto o en sus duelos. Esta vez imponía a cualquiera incluso al mismísimo Seto Kaiba.
Seto siguió caminando hasta chocar con la pared. En ese momento Joey levantó su puño derecho y con gran velocidad y fuerza chocó contra la pared. Seto lo consiguió esquivar gracias a que éste se agachara y se sentara en el suelo. Durante unos minutos nadie en esa casa se movió. Pero en un preciso momento a Seto le cayó una gota salada de agua en su rostro, miró hacia arriba y vio que era de Joey. No sabía de que sería acaso le odiaba tanto como para llorar, se sentía violado por haber hecho tantas cosas con ese cuerpo de ensueño o acaso era de dolor por tener medio puño incrustado en la pared.
- Joey.... ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Te mancaste en la mano? – Seto le susurraba esperando una respuesta que nunca llegó.
- ¿Por qué Seto? ¿Por qué yo?
- Joey, me gustas, te quiero, te amo y no se que hacer si no estás cerca de mi así que por favor dime ¿Qué pasa?, te lo suplico – vio a Joey cayendo de rodillas entre sus piernas. Seto le quitó las lágrimas que escapaban en esos hermosos ojos que miraban al suelo.
- ¿Por qué yo? ¿Por qué me pasa esto a mí? Estúpido, gato en celo, demente, loco, engreído, idiota,.. tonto – con cada insulto un puñetazo débil fue a parar en el pecho de Seto hasta que le sostuvo las manos para que parara.
- Joey, por favor dime ya lo que te pasa – pedía acariciando suavemente y con cariño la cara.
- Me pasa... me pasa que estoy embarazado de un estúpido gato en celo.
Seto se quedó de piedra al escuchar que iba a ser padre, que Joey, su gran amor y él iban a ser padres. En ese momento solo tenía en la cabeza el celebrarlo, hacer una fiesta, incluso le daba igual invitar a los estúpidos amigos de su cachorro. Pero lo primero que hizo fue sujetar la cara del rubio para besarlo con la mayor pasión que nunca antes le había dado, mientras sentía las temblorosas manos por el llanto que ya comenzaba a aplacarse en sus brazos, sujetándolos con fuerza.
- Te amo más que nunca Joey Wheleer – le abrazó por la cintura.
- Y yo a ti maldito gato sarnoso – le abrazó por el cuello reposando su cabeza en el pecho del castaño.
- Volvamos a casa, ¿vale?
Solo obtuvo un asentimiento de cabeza.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro