Mientras que Van y Joey se alejaban hacia el estudio, Seto, Roci y Rosa volvían a entrar en el despacho del castaño.

-¿Cómo te ha ido con Joey? – preguntó Roci mientras se sentaba en el sofá.

-A ti que te importa.

-Amargado – Respondió Rosa pasando por su lado para sentarse al lado de su hermana.

-Mujer de hielo – Respondió desafiante el ojiazul.

-No te metas con mi hermanita. Pobre le vas a herir sus sentimientos – pidió Roci abrazando a una Rosa que tenía los brazos cruzados mirando desafiante a Seto.

-Anda haz el favor de responder a mi hermana – pidió Rosa para no empezar una pelea.

-Aaa... Pues me va bien y esa cola que le pusiste me encanta – sonrió con lujuria en sus ojos.

-Pervertido – las dos hermanas lo miraban extrañadas y alejándose lentamente.

-¿Decirme tenéis algún invento nuevo?

-De verdad eres un pervertido, no piensas en otra cosa.

-Cállate Rosa.

En un estudio de la mansión se encontraba Joey y Van que rebuscaba en una gran maleta que llevaba.

-Quítate eso.

-¿Cómo?

-Que te lo quites – se acercó y le bajó la cremallera observando que se encontraba totalmente desnudo. Por lo que la chica se sonrojó con brusquedad para darse la vuelta y lanzarle la ropa saliendo del estudio, pero diciendo antes – Póntela y espera aquí vengo enseguida.

Corrió al estudio abriendo de golpe mirando enfadada a Seto, él que la miraba sorprendido.

-¿Cómo eres capaz de sacar a Wheleer de casa con solo una gabardina?

-¿Cómo? ¿Acaso le has quitado la ropa? – Dijo notarialmente celoso.

Ahora verás Seto me voy a llevar a Joey de aquí.

-Ni te atrevas.

-Sabes que lo haré – dijo Van prepotente con una sonrisa de seguridad.

-No te dejaré.

Rosa activó un pequeño aparato que ató los pies de Seto haciendo que no pudiera caminar. Mientras Roci corrió a recoger a Joey para sacarlo de la casa y subirlo al coche. Roci se sentó atrás con Joey, Rosa en el asiento del copiloto y Van en el del conductor. Pisó el acelerador a tope y en menos de 20 minutos llegaron a la mansión de las hermanas.

-¿Por qué te llevaste a Joey? – Preguntó Rosa.

-Je, je, je, je, ya lo averiguarás. Muajajaja.

En la mansión llevaron a Joey a la habitación en la que se había desperado la última vez y le obsequiaron unas ropas tanto elegantes como de sport para que se cambiara.

-Bueno Joey mañana a la primera hora ve a la 3ª planta, Roci estará hay y te hará una pequeña operación.

-O...O... OPERACIÓN – Joey abrió los ojos caminando hacia atrás.

Van salió riendo de la habitación dejando a un Joey temeroso de la futura operación que le haría Roci.

Se puso el pijama blanco y azul que le habían dejado, se echó en la cama para dormir. Tardó en dormir por los nervios que tenía, siempre que le metían en una operación salía con algún aparato y no precisamente le habían ayudado, pero después de mucho pensarlo se acabó durmiendo.

A la mañana siguiente se despertó con mucha pereza y se cambió medio dormido poniéndose un vaquero y camisa blanca holgada y se dirigió a la 3ª planta en la que solo había una puerta. Picó y oyó la voz de Roci desde su interior.

- Pasa.

Al entrar en el lugar le pareció una enorme sala de operaciones en la que Roci se encontraba con una bata de color rosa claro y llevaba una carpeta. Se acercó hasta él extendiendo un vaso con un líquido de olor a miel pero no era miel.

-Bébelo y siéntate en esa camilla – Señaló en la sala.

OK.

Bebió y se sentó como le había ordenado pero en pocos minutos se comenzó a excitar y tanto la cola como las orejas salieron y la respiración dificultada hizo que Roci se diera cuenta.

-¿Cómo te sientes? – Le empujó para que se echara en la camilla.

-Ex... Excitado.

Roci se sentó en la camilla sonriendo mientras observaba el cuerpo que se movía inquieto por el problema que se encontraba en su pantalón.

-Tranquilo pronto todo pasará – Le besó en la frente, en la mejilla y en la punta de la nariz.