CAPÍTULO 35
*** FERNANDO MONTERO ***
-Hola, buen día ¿Donatto está en su oficina?
-No, Fernando – apuntó hacia la derecha – está revisando parte de los materiales discográficos de los otros artistas, sus vídeos digitales están dando de qué hablar y él está modificando cosas.
-Gracias – le sonreí a la secretaria – pase bien.
Camine hacia la sala de reuniones de la disquera y vi a Donatto a través de las puertas de cristal, toque la puerta y el alzó la vista, me hizo señal de que entrara – Buenos días, hombre.
-¿Cómo así tan temprano por aquí? Te esperaba más tarde. – su vista seguía en las hojas.
-Quise aprovechar el día ¿no importa?
-No, solo estaba revisando esto – alzo el disco que reposaba en la mesa – tienen mucho talento y las chiquillas de 12 años se identifican con ellos, serán una promesa del espectáculo.
-Ya lo apuesto – me senté frente a él – y bueno ahora que estoy aquí ¿qué es lo que me querías decir?
-Hay unos asuntos que me preocupan un poco – cerró la carpeta que revisaba – resulta que la mañana de ayer recibí una visita de los empresarios que representan tus ventas en parte de Latinoamérica y ellos quieren un reembolso del dinero que se gastó en el mes de abril, cuando tú no te presentaste en ninguno de los conciertos acordados por esas fechas.
-¿Porque aparecen ahora? Ya ha pasado más de un mes.
-Dicen que han estado haciendo el balance exacto y por eso han esperado hasta ahora.
-Ese mes fue que me separe de Scarlet – pase las manos por mi rostro – fueron unas semanas terribles, apenas salí de casa – sostuve mi cara con mi mano – ¿qué propones?
-Debemos llegar a un acuerdo con ellos, la suma que piden es muy alta, pero según los abogados están en todo su derecho, no podemos enfrentarnos a ellos porque sería un problema en vano, su impulsacion es vital para darte a conocer en esa parte y ellos son los mejores, debemos tenerlos de nuestro lado, fue un error nuestro así que debemos asumir las responsabilidades de nuestros actos.
-Lo comprendo – busque mi billetera en el interior de mi saco y extraje una tarjeta para después extendérsela – aquí está el nuevo número de mis abogados, habla con ellos y lleguen a un acuerdo, y una vez más lo siento.
-Hemos hablado de esto, ahora solo basta asumir lo que nos compete.
-¿Has visto a Amelia en estos días? Desde nuestro viaje a Chile no sé nada de ella.
-Ha pasado por aquí, pero apenas ha saludado, ha ido directamente a grabar, está molesta conmigo por aceptar que cambiaras la escena – se inclinó sobre la mesa – pero aquí entre nosotros, pienso que no puedo renovar contrato con ella si tú no lo haces.
-Donatto, yo no quiero seguir trabajando con Amelia – mi voz reflejaba la seriedad del asunto – sé que debemos separar lo profesional de lo personal, pero con ella no se puede mantener esa línea y no lo digo por mí solo que ella siempre buscará la manera de hacerme las cosas imposibles, pero ese es mi punto de vista ¿porque tú no quieres renovar el contrato?
-No es algo decidido solo que me ha rondado la cabeza – se levantó del asiento – ella tiene talento aunque no el suficiente como para ser solista internacional, en Venezuela apenas es conocida y eso que es su país, alrededor del mundo nadie sabe de ella por excepción de Latinoamérica y eso es por ti y si te has dado cuenta – bajo la voz unos tonos más – desde que la prensa polemizó con ustedes a ella la ven con la villana, solo los medios amarillistas la apoyan, ella sin ti no puede triunfar.
-¿No hay otra solución? Qué se yo, otros artistas, otra manera, no quiero que ella deje de triunfar, es cierto que aún no puede hacerlo como solista, pero con práctica...
-Fernando, tú más que nadie sabe que este mundo es muy exigente y no se conocen puntos intermedios, o eres bueno o eres malo, no puedo integrar a Amelia con otros cantantes porque sería desequilibrarlos, esto no es una escuela de música donde se enseña a cantar – me miro – es una discográfica que lanza talentos para que su éxito sea indiscutible ¿recuerdas cuando a principios de mayo te comenté que ella tenía un contrato? Al dueño de la firma no le gusto, eso se quedó en nada, buscaba más energía así que prefiero a otro cantante, ella lo sabe, pero no sabe nada de lo que estamos hablando.
-En cierta parte me siento responsable – tome el teléfono en mis manos – a ella la ven como la villana por nuestro juego, de las cosas haber sido diferentes...
-Fernando, ni tú ni yo la obligamos a nada, es más, ella dio mil veces muchas ideas para que la prensa los captará, estaba fascinada con que todos la vieran contigo, no es una niña que manipulamos, es una mujer que aprobó y aportó acciones que sugerimos.
-En eso tienes razón, creo que debo hablar con ella, es decir explicarle de alguna manera que no podemos vivir en constante guerra por un error.
-Ahora no está aquí y te recomiendo que lo hables primero con tu novia, después las cosas se van a salir de control y no te conviene ahora que se van a casar, ya sabes lo que dicen, no hagas cosas malas que parezcan buenas, ni buenas que parezcan malas.
-Gracias por el consejo – me levante de mi asiento – ahora me retiro porque debo recoger a mi novia que en dos horas sale del set.
-Ve y te espero el lunes, debemos concretar los detalles para la próxima gira, en tu correo tienes toda la agenda, me saludas a Scarlet.
Lo mire con un poco de humor ya que últimamente me tenían a mí como el mensajero de saludos ¿qué había pasado entre estos dos para que su relación mejorará? Sea lo que sea era mejor estar así, me despedí con un apretón de manos y salí de la oficina para después ir al parqueadero donde Espinel me esperaba.
Llegue al canal pasada de las doce porque detuve a comprar el helado favorito de mi novia, me senté en el lobby y cambie de canal a uno de deportes, quería ver el marcador del partido – Fernando, buenas tardes ¿¡cómo vas!?
-Hola, Sergio – se sentó a mi lado - ¿ya terminaste de grabar?
-Hoy tenía ensayo con los personajes extras, cosa de una hora, ya me iba y te vi aquí solo – se burló - ¿va perdiendo tu equipo, eh?
-Aún no acaba el partido así que todo puede suceder ¿cómo vas con Carolina?
-No me quejo – se lanzó para atrás del sillón – ella me gusto desde que la vi y siempre soñé con una oportunidad, ahora está conmigo y ambos queremos que esta relación funcione, por eso nos hemos mantenido fuera de los lentes de la cámara.
-Esa es una excelente decisión, muchas veces las cámaras son culpables de que la relación se termine o si no pregúntale a los miles de famosos.
-Quizás más después lo demos a conocer, porque ya nos andan fichando, pero no tenemos ni un mes así que mejor esperar.
-Carolina es una mujer muy bella en todos los sentidos, cuídala mucho.
-Lo mismo digo de Scarlet – sonreímos – debes aprovechar esta segunda oportunidad que te dio y conociéndola eres afortunado.
-¡Amor! – Scarlet salió de la puerta principal con una sonrisa en sus labios - ¿tienes mucho aquí? – me levante del sofá y nos dimos un beso en la mejilla – pensé que ya te habías ido, Sergio. – lo miro.
-No, aún estoy aquí – abrió las manos en señal de resignación – le hacía compañía a tu novio y me burlaba de que su equipo vaya perdiendo.
-No es mi equipo – lo mire con seriedad fingida – toma, amor, te traje esto.
-Siempre tan detallista – tomo el helado que le extendí – te adoro y no te cambiaría por nada.
-Ni aunque quisieras, podrías.
-No coman delante de los pobres que mi novia no está aquí. – sonrío.
-¿Quién no está aquí? – Carolina entró por la puerta del canal con ropa de tenis – Hola chicos, hola amor. – se aferró a sus labios y su beso duro algunos segundos donde mi novia y yo nos limitamos a sonreír.
-¿Quién es el que come ahora?
-Ustedes son ricos. – Sergio sonrío de su propio comentario abrazando a su novia por detrás.
-No sé de qué hablan, pero tengo una idea ¿vamos al club? Almorzamos, nos bañamos en la piscina, podemos jugar un poco de billar si es que le gusta o tenis aprovechando mi vestuario, no sé, cualquier cosa que nos despeje después de esta semana tan ardua.
-Me encanta el plan, además no todos los sábados son días libres.
-No se diga más, nos vemos en el club entonces – Sergio tomo la mano de su novia – no demoren, los estaremos esperando.
-¿Cómo te fue en la disquera?
-Donatto quería hablarme del volumen de ventas del mes de mayo, ya sabes que siempre se hace el inventario al término de cada mes – sonreí – no es nada del otro mundo – caminamos hacia el coche – mejor cuéntame ¿cómo estuvo la jornada?
-Muy bien, hoy ya ensayamos con tu canción en off, ya sabes la escena que se había hablado a principio de semana.
-Esa canción es toda mi inspiración por ti.
-No creas que olvide que recibiste ayuda – me sonrió de lado – buenas tardes, Espinel.
-Buenas tardes, señorita Medina – cerro la puerta de su lado y yo camine hacia el otro lado - ¿a dónde llevo a los señores?
-Al Lomas Country Club, por favor, Espinel. – mi novia sonrío con ternura.
Estábamos a una hora del club así que muy bien podía hablar con Scarlet sobre la conversación que había tenido con Donatto, pero no quería dañarle el día aunque tampoco quería ocultarle cosas, la mire por algunos segundos mientras ella iba sumida en sus pensamientos, era más de lo que me merecía, tan única, tan diferente, capaz de hacerme mejor persona, por ella había cambiado, con ella quería estar por siempre, tome su mano con fuerza en un impulso de sentirla que estaba conmigo, que era real todo lo que estábamos viviendo, ella me miró con sus cálidos ojos azules que parecían el mismísimo cielo, siempre había admirado esos ojos, del mismo color de su padre, resplandecían a través de sus cabellos oscuros y su piel blanca, era perfecta para mí.
*** SCARLET MEDINA ***
-Anoche hubo luna llena, te hubieras cortado el cabello ayer.
-Amor, eso lo analizan ustedes – sonrío – los hombres no le prestamos atención a esas cosas además que no busco que me crezca rápido.
-Ustedes deberían preocuparse más – reí dejando el vaso de jugo a un costado – y... Ya que hablamos de eso... – jugué con los dedos sobre la mesa – ¿podemos ir al centro comercial? – puse voz de niña.
-Eh, déjame pensar – puso la mano en su barbilla - ¿qué ganaría yo sí aceptó?
-Puedes ganar muchas cosas, por ejemplo, puedes obtener ese juego que tanto quieres.
-Sabes por dónde negociar – su mirada se iluminó - ¿prometes que no te molestaras si paso más de las horas en el cuarto de juego?
-¿Cuántas?
-No lo sé, es que cuando tome el control de los juegos me olvido del tiempo.
-¡Hombres! De acuerdo, compramos el videojuego y prometo no molestarme si no me prestas atención – hice pucheros – es un placer hacer negocios con usted.
-Jamás me había emocionado tanto ir de compras.
Llamo al mesero y canceló la cuenta, salimos del restaurante abrazados por la cintura, entramos al coche y Fernando le dijo a Espinel que nos llevará a Plaza Universidad, el centro comercial que quedaba cerca de las Colonias del Valle, la zona donde vivíamos, él solo sonrió y empezó a conducir, no se pueden imaginar la sonrisa que tenía mi novio al saber que iba a tener su ansiado videojuego ¡hombres!
Llegamos a casa a la hora de la merienda, comimos afuera y pasamos la tarde en los parques aledaños que son realmente preciosos en esa zona, fuimos al museo también y todo sin planearlo, esa zona ofrecía mucho atractivo y pocas veces lo disfrutábamos por eso habíamos querido hacerlo, obviamente llegamos cansados así que apenas terminamos de comer nos fuimos a bañar juntos, aunque claro está hubo una que otra maldad con el shampoo, pero nada fuera de lo común.
-Donatto ya me envió el itinerario que cumpliremos en Uruguay – dejo el teléfono en la mesa de noche – pero lo revisaré mañana, hoy solo quiero dormir.
-Dame dos minutos y estoy contigo – le sonreí por el espejo mientras hacía una trenza con mi cabello – mañana es lunes y debemos amanecer con todas las energías arriba, empieza una nueva semana.
-Contigo los días pasan rápido – sonrío – sabes que te ves mucho más hermosa sin maquillaje.
-Muchos me lo dicen – mi tono era de broma – pero solo me gusta escucharlo de ti.
-¿Ah sí? ¿Y también te dicen que luces muy sexy en pijama?
-Déjame pensar.... También.
-¿Quién? – alzo la ceja y cruzó los brazos.
-¿Celos?
-¿Quién?
Reí ante su expresión – Mi fans número uno – me levante de la silla y camine hacia la cama – me lo dice cuando dormimos juntos.
Empezó a reír también y tomo mi mano jalándome hacia su cuerpo – Dígale a su fans que solo yo puedo decirle eso – beso mi nariz – te amo, castaña. – su mirada estaba en la mía.
-Te amo, Fernando Montero. – susurre y me giro entre sus brazos para quedar sobre la cama, me abrace a su cuerpo y cerré mis ojos por un momentos, el olía también que me embriagaba, sus dedos pasaron por mi cabello y susurro un "buenas noches", le di un cálido beso en los labios y así nos quedamos dormidos.
*** AMELIA GALLARDO ***
-Usted ya tiene el pasaje en sus manos, ahora debe venir para acá, y que sea lo más pronto posible.
-El jueves estoy contigo, tengo que resolver algunas cosas en Ecuador, te estaré esperando en el aeropuerto.
-Ahí estaré una vez me confirme la hora de su llegada, pase un buen día, Camila.
-¿Con quién hablas? – mi hermana me hizo sobresaltar y baje rápidamente el celular de mi oído no sin antes cortar la llamada.
-Asuntos de trabajo y tú ¿porque no te has ido a tus clases?
-No te doy explicaciones desde hace mucho ¿lo olvidas?
-Entonces no me las exijas a mí, Zoe.
-No quiero seguir discutiendo contigo – lanzó el celular al sofá con despacio – quiero que entiendas de una vez por todas que estás haciendo las cosas mal.
-No sé de qué hablas.
-¿Seguro? Tú crees que la culpa de todo la tienen Fernando y Scarlet cuando las cosas no son así, discúlpame que sea tan honesta contigo, pero la única culpable eres tú, Fernando jamás te engaño y tú sabías a que te metías cuando aceptaste ser su premio de consolación, a estas alturas no vengas a decir que él te embaucó con sus palabras bonitas porque no es algo que se pueda creer.
-¿Te parece poco que Scarlet lo haya obligado a cambiar de escena?
-Tu bien sabes que eso no es verdad, si Fernando cambio las escenas del concierto fue porque él lo decidió, porque ama a su novia a pasear de haber tenido un desliz contigo, por si no lo sabes ese matrimonio que se viene en puerta es aprobado por su padres.
-¿Cómo lo sabes?
-Tus errores no deben ser los míos y para que sepas yo tengo una buena relación con Paola, deja en paz a esa familia, dedícate a lo tuyo, estás dejando que tu éxito se vaya solo por no enfocarte en él, me decepciona saber que has cambiado tanto por un hombre – tomo de nuevo su teléfono – ya no queda nada de mi hermana, esa sonrisa se apagó al igual que sus ilusiones. – cogió las llaves de la mesa de centro y salió de la casa sin despedirse.
Me senté en el sofá y apoye mi cabeza en el respaldar, habían pasado ya ocho meses desde que mi vida había cambiado de verdad, mi hermana tenía razón en algo, mi sonrisa se había apagado, pero ahora eso no era importante, lo importante era acabar con Scarlet y su ex madrastra me iba a ayudar en mi plan, como Mariam me lo había dicho, al enemigo hay que atacarlo cuando menos se lo espera y sin ensuciarse las manos y eso precisamente era lo que iba a hacer.
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