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Capítulo Único

El sonido de la alarma sonó otra vez.
Obito se levantó todo apresurado al darse cuenta que era la quinta vez que mandaba a dormir su alarma y ya se le había hecho muy tarde.

—No, no, no, no. -repetía una y otra vez el azabache mientras intentaba arreglarse a una velocidad vertiginosa, para poder estar listo e ir a la universidad. —¿Cómo pude quedarme dormido?

El azabache recordó que el día anterior su amiga de la infancia, Rin, le había dicho que lo esperaría para irse juntos ya que quería decirle algo importante. Ahora iba casi media hora tarde y se sentía terrible por hacerla esperar.

—Sólo espero que no se haya ido -dijo para si mismo al tiempo en que se subía a su camioneta todo terreno y encendía el motor.

Una imagen de Rin caminando sola le vino a la mente, he hizo que apretara los dientes, por lo tonto que había sido en quedarse dormido, y luego una imagen de Rin caminando junto a Kakashi le hizo apretar la mandíbula aun más. 

El azabache siguió el camino lo más rápido que pudo, pero un suspiro lleno de decepción se escapó de sus labios al momento de pasar frente a la casa de la castaña y no ver a nadie allí, así que siguió el trayecto a toda velocidad para ver si lograba alcanzala, pero su corazón se contrajo al ver a su querida amiga caminando hacia la entrada de la universidad, junto a cierto peligris que de paso, era su mejor amigo también.

Con un poco de desdén buscó donde aparcarse, se bajó de su camioneta, tomó su maletín y camino sin mucho cuidado hacia la entrada, su mirada estaba fija en el piso, no tenía muchos ánimos, es más no tenía ánimos en absoluto, y dentro de sí se preguntaba ¿Desde cuándo ese sentimiento había surgido en él? ¿Desde cuándo su mejor amiga, se había vuelto un alivio para su alma? Y ¿Desde cuándo había empezado a sentir un dolor en su corazón por no poderle decir cómo se sentía?

Al entrar al salón, notó que el maestro Jiraiya aún no llegaba, así que sin llamar mucho la atención, se dirigió hacia el puesto más alejado de todos y dejó caer todo su peso sobre el con pesadez, ahora mismo no quería ni mirar hacia donde estaban sus amigos, pues se sentía de lo peor por haber perdido la oportunidad de estar a solas con ella, con Rin, y peor aún, de no haber escuchado lo que quería decirle.

Pero la susodicha llegó de repente, se paró frente a él y se inclinó para quedar cara a cara, regalandole una amplia y bella sonrisa, <<¿Cómo puede sonreírme después de haberla dejado plantada?>> pensó para si el azabache.

—¡Buenos días Obito! -exclamó con energía y felicidad la castaña.

—Ho...Hola Rin, -respondió todo cohibido, intentado a toda costa evitar la mirada de ella.

Rin se rió un poco, llamando la atención de él y ella aprovechó y le entregó un sobre blanco.

—¿Qué es esto? -preguntó él un poco sorprendido por el comportamiento de ella. Aunque él ya sabía que esa era su forma de ser, Rin siempre era alegre y soñadora, siempre buscaba lo mejor de los demás y era especial en todos los sentidos. 

—¿Recuerdas que ayer te dije que debía decirte algo importante? -le dijo en voz baja.

—Sí, -respondió él sintiéndose un poco menos cabizbajo. 

—Quiero que me ayudes a confesar mis sentimientos. A... una persona que es especial para mí. —le dijo cerca de su rostro, mostrándose toda sonrojada pero decidida.

Obito sintió que su alma se había ido de su cuerpo al escuchar eso, e intentó con todas sus fuerzas actuar con naturalidad. —A... Vaya.. Pues claro con... Con gusto te ayudo. —logró decir.

La castaña le regaló una bella sonrisa y volteó un segundo a ver a su amigo de cabello plateado. Quien les saludo desde el otro lado del aula donde se encontraba, totalmente inadvertido de la conversación entre Rin y él.

Al ver el gesto del peliplateado y entre cerró sus ojos sintiendo mucha envidia de su compañero, era obvio que Rin se enamorara de él, era perfecto en todos los sentidos, pero para hacerle pensar a ella que no sabía de quien se trataba, le preguntó con curiosidad. —¿Quién es el... afortunado?

Ella sólo se sonrojó un poco y negó con la cabeza. —Ahora mismo no te lo diré por haberme dejado plantada.

<<Golpe bajo>> pensó para si el azabache —Lo siento mucho, no tengo una buena escusa, me quedé dormido y. —se intentó disculpar pero en ese momento entró el profesor.

—Buenos días jóvenes, abran sus libros de literatura en la pagina 459, y señorita Nohara por favor tome asiento.

Rin vio un segundo a Obito y le señaló la carta, y seguidamente corrió hasta su asiento junto a Kakashi sin decirle nada más al Uchiha, quien estaba destrozado por dentro y no sabía muy bien qué hacer.

Durante la clase, el ojinegro no podía concentrarse en absoluto, escuchaba al maestro como si estuviera a una distancia muy lejana, todos sus compañeros parecían haber desaparecido en la nada, y lo único que veían sus ojos era a Rin hablarle en secreto al peliplateado, ambos parecían estar planeando algo y él no podía evitar morirse de celos....

Pero.... ¿Desde cuándo? desde cuando había empezado a sentir ese sentimiento en su corazón, desde cuando había empezado a pensar en Rin como algo más que una amiga...
La respuesta fue clara en su mente: desde siempre. Sólo que ahora sabía ponerle nombre a sus sentimientos y ese era: Amor.

*******

Cuando por fin terminó la clase, abrió la carta, la cual era una invitación para ir a la azotea. Obito levantó su vista, y vio que Rin ya no estaba, y  Kakashi se encontraba sentado leyendo un libro de historias eroticas.

El azabache en realidad odiaba leer, y  no entendía cómo era posible que su amigo leyera ese tipo de libros en público. Aunque la verdadera pregunta era, ¿Cómo era posible que nadie pareciera notar el título sumamente pervertido de sus libros y más bien lo miraran con admiración y respeto?

Sin más que hacer, se acercó a su amigo, y le pidió que lo acompañara a la azotea. Muy dentro de sí, quería irse y no ser parte de eso, pero si su amiga iba a ser feliz junto a ese engreido, él también sería feliz al verla a ella siendo feliz.

—¿A dónde? —preguntó Kakashi sin mucho interés, mientras seguía leyendo su libro.

—A la azotea Bakakashi. -le dijo con irritación.

—Lo siento ahora mismo estoy en la mejor parte, quizás otro día. —dicho esto, volvió su mirada al libro que estaba en su mano y sonrió sonrojado luego de leer lo que seguía a continuación.

Obito se alejó de él sin decir nada más, tampoco es que le hubiera dicho a Rin que movería cielo y tierra para que ella se declarase a ese gran tonto...
Aunque por ella de verdad haría lo que fuera por verla sonreír siempre.

—Supongo que subiré y le diré que él no quiso venir. —se dijo a sí mismo un poco apenado.

Al llegar a la azotea, no vio a la castaña por ningún lugar, dejó salir un suspiro lleno de alivio y a la vez frustración. Estaba aliviado de saber que atrasaría la declaración por ese día, pero estaba frustrado porque no era él quien estaría a su lado.

Con lentitud se acercó a las barandas de la azotea, los universitarios se veían pequeños en los alrededores del campus. De repente, una persona se aclaró la garganta tras de él, como para hacer notoria su presencia.

El pelinegro se volteó y vio a cierta castaña de ojos marrones mirándolo con una pequeña sonrisa y un leve rubor en sus bellas mejillas.

—Rin, —exclamó sorprendió. —Lo siento, pero Kakashi no quiso subir aquí. —intentó disculparse, aún sabiendo que era una escusa barata.

La joven lo miró extrañada y negó moviendo su cabeza con suavidad, su sonrisa aún no se apartaba de su rostro. Dio unos pasos en silencio y quedó frente al Uchiha. —Quizá Kakashi tenía razón. -dijo. —Tú no te darías cuenta por ti mismo.

El azabache no entendío lo que le acababa de decir ¿A qué se refería? —¿A qué te refieres? —preguntó en su defensa.

Rin levantó su mano y acarició la mejilla derecha de Obito, las cicatrices de su triste pasado por siempre marcarían su rostro, aquel rostro que ella una vez conoció y de él cual se enamoró.

—Sabés... Hoy cumplimos 18 años de conocernos. —le dijo sin responderle a su pregunta.

—¿Hoy? —preguntó extrañado el Uchiha.

—Sí, hoy hace 18 años llegué a esta ciudad junto a mi familia, y tú y tu mamá estaban bajando las compras de su auto.... —Rin rio emocionada al recordar. —Tú me viste llevando a mi pequeño gato en mis brazos y me regalaste un chocolate mordido que tenías en la mano.

Obito se sonrojó hasta el más no poder, ahora que ella lo mencionaba, recordó ese día como si fuera ayer. —¿Cómo lo recuerdas? apenas teníamos cuatro años.

—Porque desde ese día en adelante sentí algo especial dentro de mi. Creo que desde ese día me enamoré... De ti.

Los ojos de Obito se abrieron cuan grandes eran. No podía creer lo que acababa de escuchar. —¿De... Mi?

La castaña puso ambas manos en las mejillas del azabache, las cuales se habían tornado rojas de lo sonrojado que estaba. —Así es. -le dijo mirándolo a los ojos, a esos bellos ojos negros que tanto amaba mirar. —De ti y de nadie más.

—Rin yo... -Obito no sabía que decir, las palabras estaban atoradas en su garganta y sentía una emoción inmensa en su corazón. ¿Acaso estaba soñado? ¿Cómo era eso posible? —Pero... Tú y Kakashi.

Rin se puso de puntillas para poder estar casi a la altura de él, Obito se veía tan sorprendido. —Kakashi es nuestro mejor amigo, y siempre lo será. Pero es a ti a quien amo y siempre quiero estar junto a ti.

Obito bajó su mirada y vio el rostro de Rin a solo centímetros del suyo. Todo lo que había sucedido en solo unos minutos había cambiado por completo su forma de ver el mundo hasta ahora. Rin lo amaba, desde que eran pequeños ella compartía ese mismo sentimiento.

Sin más tiempo que perder, unió sus labios a los de ella con suavidad, cálidos besos repartió por todo su rostro. Ese momento era demasiado bueno para ser verdad, aún no podía creer que sus sentimientos eran correspondidos. Sus manos cubrieron las de ella e intentó hacer el beso más profundo.

Rin sentía que se desmayaria de la emoción que sentía. Por fin se había confesado, y el amor de su vida correspondía sus sentimientos.

Al tener que separarse por falta de el oxígeno, él la atrajo hacia su pecho en un fuerte abrazo. —Rin, dime que no estoy soñando. -le pidió con urgencia.

Rin sonrió ante lo dicho por él, y lo abrazó con toda su fuerza. -No, no estamos soñando, pero esto sí es un sueño hecho realidad.

El azabache la miró a los ojos, sus miradas conectadas decían más que cualquier cosa que pudieran decir. ¿Cómo es que no se había dado cuenta antes? La sonrisa de Rin siempre le decía "Te amo" en silencio.

—Rin, gracias... Hoy me has hecho abrir los ojos. Jamás pensé que pudieras llegar a corresponder mis sentimientos porque pensé que Kakashi era mejor para ti...

Rin tomó a Obito por el cuello e hizo que quedaran cara a cara. —Tonto... -le dijo al tiempo en que pegaba su frente a la de él. —Siempre te he amado a ti.

—Ahora lo sé, -le dijo con una sonrisa. —Te aseguro que desde ahora Siempre estaré junto a ti.

Ambos siguieron en su burbuja de emociones y sentimientos, totalmente inadvertidos de la mirada de cierto peliplateado que sonreía triunfante. —Ya era hora de que esos dos se dijeran algo -dijo en voz baja para sí mismo. —En fin mejor me voy al salón a seguir leyendo, prefiero utilizar la imaginación que ver cosas en primera fila. Vámonos Jiraiya Sensei

—Pero pero...

Ambos bajaron las escaleras, uno con una sonrisa y otro con cara de decepción... Pero una cosa había quedado muy clara...

Obito y Rin ahora estarían Siempre Juntos.

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Este OneShot es mi regalo de cumpleaños para xXRyuuKuroAkatsXx / -ImObitoUchiha-

🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂FELIZ CUMPLEAÑOS 🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂🎉🎁🎂

Espero que te haya gustado!!! Me esforce mucho en terminarlo a tiempo... Aunque técnicamente aquí ya es 15 de Noviembre (3am)... Pero lo tuve muy presente para terminar antes de que allá sea demasiado tarde.

Que tengas un bello día y muchos éxitos Siempre!!

Nos vemos XD

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