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VII El Secuestro

Uno no sabe que pregunta es más cruel: la del secuestro ¿Cuando Volverán? O la de la desaparición forzada ¿Donde están?

Luis Gabriel Carrillo Navas

El nerviosismo entró en mi cuerpo, nos ataron de pies y manos, también nos colocaron una venda en los ojos, sólo podía sentir un arma en mi cuello, caminé unos cuantos pasos y sentí como me monté en esa camioneta que había visto, cuando arrancó ante tal desesperación no podía dejar de hablar, solo les preguntaba:

— Saúl: ¿Quienes son ustedes malditos? ¿Qué quieren de nosotros?

De la cual no tuve respuesta. Exasperado grité:

— Saúl: ¿Michi donde estás? ¿Dónde estaaaas?

Y tampoco escuché nada.

No podía moverme, tampoco ver nada, solo sentía a dos personas justo al lado de mi, también percibía un olor como si de Marihuana se tratara, mucho alcohol y también podía escuchar Salsa Brava. Si de algo estaba seguro era que estos tipos eran latinos.

Estuve dentro de esa camioneta durante aproximadamente 1 hora con 45 minutos, con mucha preocupación, nerviosismo. Pues no sabía hacia donde me dirigía. El olor a drogas era penetrante, por lo que me empecé a marear y caí desmallado.

Desperté sudando frío, ya no estaba en el auto, me encontraba en un cuarto oscuro sentado y amarrado de manos y pies. También en la boca para que no pudiera gritar. Pasó mucho tiempo, aproximadamente 2 horas.

De repente sentí una puerta abrirse, la claridad reflejó directamente en mis pupilas como si estuviese mirando al sol fijamente. Ahí entró un hombre vestido de militar, a mi parecer era alguien importante, pues tenía múltiples condecoraciones. Se trataba del Contralmirante de la Marina de Guerra Revolucionaria de Cuba Alfonso Ramos quién me habló de la siguiente manera:

— Alfonso Ramos: ¡Mirá Chamaquito hoy amanecí con el moño virao, así que necesito que pienses muy bien lo que vas a decir!

Yo tan sólo asentí con la cabeza, con mirada amenazante.

— Alfonso Ramos: "Primero que ná' ¿Qué relación tienes tú con el Ex - Almirante General Síragon Méndez?"

— Saúl: ¡Eso a usted no le importa!

Alfonso Ramos tomó mi cabeza, y me colocó un Tenedor del hereje, un antiguo dispositivo de tortura que me obligaba a tener el cuello totalmente extendido.

— Alfonso Ramos: ¿No piensas hablar chamaquito?

— Saúl con dificultad responde rotundamente: ¡NO!

— Alfonso Ramos: ¡Te arrepentirás!

Y salió dejándome encerrado.

Alfonso Ramos buscó a Michell quién tenía unos cuantos moretones encima y la llevó tomada del pelo arrastrada por el piso hasta el lugar donde yo estaba. Me sentía impotente, por no poder defenderla, y no podía esperar el momento de estar libre para darle el merecido a este tipo que estaba golpeando a mi amada. Pero no podía hacer mucho la verdad. Así que decidí respirar profundo a pesar de la ira que tenía, y esperar por que estábamos heridos, Alfonso nos colocó juntos amarrados y nos tomó una foto, me quitó mi teléfono, y se la envió a Síragon, colocándole el siguiente mensaje de forma amenazante:

¡Aquí te esperamos Traidor Méndez!

Síragon al verla se desesperó, empezó a gritar como loco destruyendo su escritorio, llorando y lamentándose. Pero no había tiempo para eso, gritó como loco, estaba a punto de irse solo, en ese momento llegaron mamá y el Señor Domingo Ferdinando; quiénes se agobiaron por la situación. Decidieron actuar de una vez por todas, pero primero debían idear un plan.

Ya teníamos más de 24 horas secuestrados, no nos dejaban dormir, tan sólo nos dieron de comida carne podrida con gusanos, agua caliente. Y para que negarles, vomitamos todo, nos dieron náuseas, pero al menos estábamos juntos que era lo más importante. En algún momento todo pasaría. En eso, y sin ningún motivo Alfonso Ramos entra en la habitación con una manguera de agua a presión, que apuntó a nosotros. Estábamos muy débiles, cuando le suplico:

— Saúl: ¡Alfonso! Te daré toda la información que necesitas, por favor suéltanos, te lo suplico!

— Alfonso Ramos: ¡Te dije que te arrepentirías chamaquito! Las condiciones las pongo yo, te di la oportunidad y no quisiste!

Y se fue... me quedé pensando por un momento, pero no se me ocurría nada. En ese justo momento entraron 2 hombres morenos gigantes, me tomaron y me dieron otra golpiza. Me dijeron las siguientes palabras:

— Moreno 1: Como dijo Fidel en su discurso inaugural el 1ero de Enero de 1959: "La Revolución no será tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de peligros, sobre todo, en esta etapa inicial, y en qué mejor lugar para establecer el Gobierno de la República que esta fortaleza de la Revolución"

— Saúl: ¡Todo lo que dices es basura! Le grité
— Saúl: ¿Acaso no ves todo los años que tienen viviendo en la miseria? ¿Si Cuba es tan maravillosa como dices, que carajos haces aquí en el país de sus enemigos?

— Moreno 1: ¡Vinimos por una sola razón, y esa razón es Síragon J. Méndez! La pagará aunque esté fuera de nuestra jurisdicción!

— Moreno 2: ¡Así es chamaquito! Daremos todo lo posible por sacar vivo o muerto a Síragon J. Mendez de aquí. Tiene que ser juzgado por traición a la patria, y pasar los días que le queden de vida podrido en prisión. Y tú no te quedas atrás! Te juzgaremos, tendrás que servir a la patria y pasarás toda tu vida sirviendo a la revolución.

Estaba muy asustado, no sabía que iba a pasar pero no lo demostraba. Es lo último que haría, no les daría motivos a estos imbéciles para seguirme torturando. Hasta una lágrima se derramó. Tan sólo pensaba ¿qué había hecho para merecer esto? ¿Mi terquedad me jugó una mala pasada? Ya no estaba tan seguro que podría salir de allí, así que solo cerré los ojos a esperar una oportunidad. Me desconecté por un momento de la realidad que estaba viviendo, dicen que cuando vas a morir se vienen a la mente todos los recuerdos de tu vida de forma instantánea. Y pasaron por mí, todos los momentos que reí con mamá, cuando conocimos a Síragon, todas las travesías que que había pasado para ser quien era hasta ese momento, cuando descubrí lo que hacía Síragon, los ratos que que pasamos con el Señor Domingo Ferdinando, todas las veces que reí, sufrí y disfruté. Y que pasara lo que tenía que pasar. Prácticamente necesitaba un milagro para salir de aquí, así que mis pensamientos no eran del todo positivos en ese momento.

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

Ricardo Arjona - La Nena (2009)

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