II El Capitán Síragon
"El mar dará a cada hombre una nueva esperanza, como el dormir le da sueños"
Cristobal Colón
Síragon Méndez, era un hombre oriundo de la República de Cuba, aquella tierra que en las épocas de la colonización española en América fue la primera en ser libre hacia el año de 1898, pero que a través de su historia, sólo ha sido gobernada por tiranos dictadores que sólo han querido aprovecharse de las riquezas que una isla como Cuba ha podido ofrecer para el mundo y únicamente siendo utilizada para sus propios intereses. Una Dictadura al fin.
El Capitán Síragon nos contó su travesía para llegar hasta donde está, verán; nació y creció en la ciudad de Santiago de Cuba, solía ser amante de los sabrosos boleros que cantaba Olga Guillot, nos tarareó un pedacito de su canción favorita que les admito, me identifiqué rápidamente, ésta decía:
"Si Dios me quita la vida antes que a ti, le voy a pedir ser el ángel que cuide tus pasos"
Esta frase me transportó hacia una mañana de primavera, era el clima ideal, no había tanto sol y el jardín de nuestra casa estaba florido. Aquel día ayudaba a mamá a recoger los restos de desechos orgánicos que estorbaban en nuestras tierras, miles de hojas y partes de frutas secas, inundaban el espacio que estaba destinado para el cultivo de cosechas que teníamos, solía hacer esas cosas junto a mamá, era uno de los pocos momentos que disfrutábamos juntos, y siempre colocaba en la radio estaciones donde se escuchara música de su época de joven, a mi me encantaba cantar con ella, y ese día sonó aquella canción que una vez que los oídos de mamá la escucharon, tomó mi mano, y me cargó, empezamos a bailar como solía hacerlo de joven y con una sutileza me susurró suavemente al oído aquella frase, con la que supe que siempre estaría con ella.
El Capitán Síragon, solía ir a menudo a las playas, era el único momento que tenía para distraerse y sacar lo que sentía dentro de él, problemas, penas y desgracias que le habían sucedido. Era amante del sol y de los castillos que habían en aquella zona, siendo su favorito <El Castillo de San Pedro de la Roca< construido por el famoso arquitecto italiano Bautista Antonelli. Síragon contemplaba la exquisitez de las líneas que componen las terrazas superpuestas enlazadas entre sí a través de rampas y escaleras, en donde disfrutaba de los atardeceres con vista hacia la formación montañera que estaba justo frente a sus ojos, a su vez las olas que tocaban sus pies.
Cumplidos los diescisiete años de edad, Síragon se enlistó en el ejército en donde se formó, llegando como un cadete más, a raíz de su estancia por más de 12 años aprendió la historia y todo lo que conformaba aquella institución, su amor al mar lo hizo destacar en diferentes eventos que organizaba Fidel Castro siendo partícipe en escuadrillas de lanchas coheteras y torpedear, caza submarinos que tenían como propósito luchar contra las agrupaciones en los accesos al territorio nacional y asestar golpes a sus medios navales formando parte de la Marina Popular de Cuba.
Transcurridos 12 años y ya casi con 30 años a cuestas, el Capitán Síragon J. Méndez, aspiraba tener una mejor vida, para su pesar los años que habían pasado fueron completamente en vano, pues el sólo deseaba ser libre y no tenía mucho que hacer allí, era un ciclo que se repetía conforme pasaban los años y para ser sincero no tenía como observar hacia el futuro en una isla que sólo entraba en decadencia, por eso un 15 de Octubre del año 1995 y sin previo aviso, el mismo se dió de baja mediante un comunicado que dejó en la cartelera de su habitación, la cuál era supervisada día y noche, para evitar actividades conspirativas de traición a la patria. Síragon, al igual que otros 160 hombres, trazó un plan de fuga que consistía en construir en lugares estratégicos balsas hechas de madera, con el fin de llegar hacia las costas de Miami. Este plan no fue fácil, ya que tenía que trabajar a escondidas de sus oficiales superiores en horas de la madrugada, escogió un pequeño fuerte abandonado, donde un grupo de 40 personas con distintos cargos dentro de las fuerzas militares perseguían su misma causa, ser libres. Fueron meses y meses trabajando a escondidas y casi sin dormir, pero nada podía más que las ganas de tener un futuro mejor, por eso llegado el 15 de Octubre de 1995 a las 2:35 AM escribió rápidamente su carta de baja en la que expresaba las siguientes palabras:
A quien pueda interesar
"Señores, respetables oficiales y ministros de nuestra hermosa y soberana Patria República de Cuba, teniendo en cuenta que es un requisito indispensable Defender la patria de los enemigos que nos acechan, y considerando que el Gobierno no ha cumplido con los intereses de la República, queremos hacer de su conocimiento como Defensores de la Patria que somos, que un grupo de 39 militares y mi persona, nos declaramos rebeldes a la causa patriótica y soberana que ha regido nuestro país en los últimos 36 años, por eso, el derecho que nos otorga las ansias de libertad y una mejor calidad de vida para nosotros y nuestra familia: oficialmente nos declaramos rebeldes a su causa"
¡Nosotros Venceremos!
Síragon Méndez
Capitán General de la Brigada Marina N° 163
En las aguas del Caribe, navegando sin rumbo fijo durante días y noches, las pocas sobras que teníamos apenas nos alcanzaban para comer una sola vez al día, así fuimos pereciendo uno por uno y lanzados al mar como símbolo de una heroica causa. Síragon nunca perdió de vista su objetivo, a pesar del cansancio que significaba llevar días y noches en las heladas aguas del Caribe tenía que ser fuerte y luchar con los pocos Soldados que navegaban junto a él.
Es así como luego de un mes, llegaron hasta las costas de la ciudad de Miami, donde la policía marítima de Estados Unidos los detuvieron. Los estabilizaron, dándoles abrigo y comida que no probaban desde hacía más de 3 semanas. Para ellos fue algo inexplicable sentir aquellos sabores que degustaba su paladar acompañada de deliciosa agua dulce y purificada. Síragon miró al cielo, por que si algo que nunca perdió fue la fé. La fé de llegar sano y salvo a tierras hasta ahora desconocidas para él.
Transcurrido el año de haber llegado, su solicitud de asilo ya había sido aprobada, fue así como Síragon Méndez empezó a formar parte de una empresa que se dedicaba a la exportación de productos no perecederos, sus ganas de salir adelante lo llevaron a destacarse en su área de trabajo, lo que llevó a sus superiores a evaluar una subida de rango con mucha más responsabilidad por que si algo conocía este hombre era el mar, ya que una vez tomada la desición se propuso a estudiar las rutas marítimas actuales, ya que solo tenía en su mente las que existían hacia los años cincuenta que era lo único que podía encontrar en las bibliotecas cubanas.
De esta manera, fue como el Capitán Síragon se presentó a nuestra vida, un auténtico enamorado del mar y sus delicias, un hombre carismático, trabajador y con ganas de salir adelante, pero guardaba un oscuro secreto que afectaría todo lo bueno que aparentemente le estaba sucediendo con nosotros.
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
Si Dios me quita la vida - Olga Guillot
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