Capítulo 40
Narra ______
Mirábamos el cuerpo de DIO en el suelo, yo no sentía nada al verlo así más que alivio... suspiré profundo y volteé para ver a Jotaro.
-¿Estás bien... ?
Con la manga de mi abrigo, limpié levemente la sangre de su rostro, él sonríe de lado y asiente.
-Aunque... yo debería hacer esa pregunta...
-Estoy mejor ahora...
Sonreí dejando de limpiarlo y entonces no pude contenerme, estaba aliviada y alegre... me erguí sujetándome por mis brazos enredados en su cuello y alcancé sus labios con rapidez. Jotaro me sujeta sin dejarme caer y acepta este momento con gusto.
Sentía que todo estaría mejor ahora... volveríamos a casa juntos...
-¿Huh? - nos separamos cuando escuchamos una ambulancia y vimos a los de la fundación Speedwagon.
Nos vimos en la obligación de separarnos aunque no quisiéramos, ellos nos subieron a la ambulancia junto al cuerpo de DIO, lo encerraron en una cabina de cristal y a mi me acostaron en otra camilla. Iba en la misma ambulancia que el señor Joestar y DIO, ya que aquí también estaba Jotaro y fue él quien me hizo venir en este vehículo en específico.
-¿Por qué pusieron los restos de DIO y de Joseph Joestar en el mismo vehículo?
-Porque aún no se ha terminado. - menciona Jotaro -DIO tomó algo nuestro.
Yo me apoyé en mis codos para levantarme un poco y mirar mejor pero uno de mos doctores me hace acostarme de nuevo y me coloca mejor la máscara de oxigeno.
Escuché algo sobre una transfusión de sangre para el cuerpo del señor Joestar, pronto comprendí lo que Jotaro pretendía. Sería imposible... pero conociendo a Jotaro... lo puede hacer posible.
Me acomodé de modo que podía ver más o menos lo que pasaba y que hacían con el señor Joestar. Escuché que comenzó a tener pulso gracias a Jotaro, entonces comenzaron la transfusión rápidamente... y entonces comenzó a recuperar su color y forma.
-Su carne recuperó la vitalidad.
-¡Tenemos actividad cerebral!
-No puedo creerlo. Sus signos vitales son buenos.
-¡Abrió los ojos!
-¡Lo logramos! ¡Está vivo!
¡Increíble... ! Sabía que Jotaro era capaz de hacer algo como eso...
-¿Viejo... ?
-¿Huh?
Agudicé la vista y miré al señor Joestar, estaba actuando extraño... ¿Podría ser que... ? Este se sentó arrancando los tubos de sangre y comenzó a reír.
-¡Eres in tonto, Jotaro!
-¡Desgraciado! No me digas que...
-¡Reviví gracias a ti!
-¡Infeliz!
Abrí los ojos de par en par y me medio senté, Skillet se colocó junto a Jotaro con ambas plumas sables y Jotaro sacó a Star Platinum.
-¡E..Esperen, Jotaro, _____! ¡Es una broma!
¿En serio... ?
-Lo siento. Solo bromeaba. ¡Juro que soy yo!
Saca su Stand para que le creamos, enarqué una ceja mientras respiraba algo agitada pero seguía manteniendo a Skillet alerta.
-Joseph Joestar. Nací el veintisiete de septiembre de mil novecientos veinte. Mis esposa se llama Suzi Que. ¡Me gusta coleccionar cómics!
-¿Quién es la actriz principal en Tarzán, el hombre mono de mil novecientos ochenta y uno? - pregunta Jotaro.
-Bo Derek.
-¿Quién cantaba "Eat it", la parodia de "Beat it"?
-Weird Al Yankovic.
-Yare yare. Supongo que eres tú. Solo tú sabrías esas estupideces.
Jotaro se calma y yo hice regresar a Skillet, solté un quejido por mi esfuerzo y me dejé caer de nuevo en la camilla.
-¿Hm? ¿Ves lo que ocasionas, viejo? - Jotaro se me acer a y se queda a mi lado.
-Mh... Lo siento, ______, supongo que sí me pasé...
-¿Supone... ? - murmuré antes de resoplar -Bueno... al menos es un alivio tenerlo de regreso, señor Joestar.
-Me alegra ver que siguen aquí...
Sonreí algo adormilada, pero vi la mano de Jotaro sobre la baranda de mi camilla y con un poco de esfuerzo apoyé mi mano sobre la suya.
-A mi también me alegra...
Jotaro sonríe leve, se cubre los ojos con su sombrero y se queda en silencio. Nosotros continuamos el camino hasta que llegamos al lugar... bajan a DIO y Jotaro me ayuda a mi, quería estar presente en este momento ya que mi familia también fue involucrada con DIO...
El sol comenzó a salir y pudimos presenciar cuando el cuerpo del que había sobrevivido por un siglo para atormemtarnos... ahora se volvía polvo.
-DIO tomó algo de todos nosotros. Durante los últimos cien años tomo lo que quería de innumerables víctimas.
-Fue demasiado. - menciona Jotaro.
-Sí. Demasiadas cosas valiosas que nunca podremos recuperar. La ñerdida es tan grande como este planeta, pero gracias a sus sacrificios, estamos aquí hoy.
Volvimos la mirada al frente, aunque yo apoyé mi cabeza en Jotaro quien me sujetó mejor...
-Kakyoin, Iggy, Avdol... ya terminó.
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