Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8

Otra mañana más en el instituto, pero por suerte la semana ya casi acababa y para mejorar un poco mi día, hoy tenía una mis asignaturas favoritas: biología. El tema de esta clase era sobre alcohol y tabaco, tomé nota de algunos tips para evitar una borrachera extrema y una tortuosa reseca, los que mañana mismo pondría a prueba. Mientras mis manos transcribían lo escrito en la pizarra a mi cuaderno, recordé que todavía no decidía que disfraz usaría.

La campana tocó y todos abandonaron el aula con desesperación. Aún no había cruzado palabra con la rubia, ella sabía que durante esta materia mi atención estaba fielmente ocupada, sin contar que el tema del día le pareció intrigante, siquiera había intentado hablarme. En tanto mi amiga terminaba de tomar nota, me escapé al baño y la esperé junto a este, para ir a la cafetería juntas.

Cuando apareció, hice un ademán por emprender mi caminata, pero poniéndome la mano frente a mi rostro me pidió un minuto.

—Ya salgo.

—¡Apúrate! Tengo hambre— Bufé y recargándome sobre la pared saqué mi teléfono para jugar. Dos batallas terminaron y la melliza no aparecía —¡Catalina!— Grité hacia el interior del baño donde mi voz hizo eco, atrapada por los azulejos.

—Ya voy— Salió del servicio alisando su pollera. Era de esas chicas que podría pasar horas y horas frente al espejo arreglándose —Que poca paciencia— Bromeó riendo.

Aprovechando el hermoso astro y su cielo despejado, decidimos almorzar en las mesas del patio. Nuestros hermanos nos abandonaron por sus amigos para planear lo que harían en la cercana fiesta. Sin falta, antes de cada evento donde habría alcohol ellos se reunían lejos de nosotras.

—¿Qué pasó con Mike?— Ataqué primera mientras apoyaba mi bandeja sobre la mesa de madera y pasaba un pie por encima del banco.

—Después de que se fueron, me llevó a casa como le prometió a tu chico— La sonrisa que sus labios crearon, reflejó claramente su inmensa felicidad. Sus orbes estaban salpicados de un brillo especial que logró enternecerme —Me sedujo con un par de palabritas, me contó uno que otro chiste queriendo romper el hielo y se ofreció, junto con Matt, en pasar a buscarnos mañana para llevarnos a la fiesta.

Arqueando una ceja la escuché hablar a la vez que llenaba mi boca de comida. Su humor estaba atrapado por sus sentimientos hacia el defensor del equipo, diría que estaba enamorada de él, sin embargo, todavía no estaba segura.

—¿Eso fue todo?— Pregunté creyendo que su historia sería más larga.

—Ah sí, también nos pusimos de acuerdo para combinar nuestros disfraces— Elevando sus cejas repetidas veces, intuí que sería algo sexy.

—¡¿Y cuales son?!— Odiaba que se callara en la parte más importante, siempre me hacía lo mismo.

—Me disfrazaré de enfermera y él de doctor— Mordiéndose el labio inferior, se metió el tenedor, cargado de lechuga y tomate, a la boca.

—Sexy— Jugué y ambas nos echamos a reír —Yo sigo indecisa con ese tema.

—No te preocupes, hoy cuando vayamos a comprarlos, elegiremos uno que Matt pueda arrancarte con los dientes— Comentó dándole un mordisco al aire.

—¡Cata!— Exclamé totalmente colorada mientras le tiraba una papa a la cara. Con la intención de apaciguar el rojizo tono en mis pómulos, cambié de tema —Hoy quedé con Matt para hablar de Zac.

—Cierto... ¿Cómo está eso?— Mutando su expresión a una de preocupación, refrescó su garganta con agua.

—La verdad es que no lo sé ¿Crees que todo terminará mal?— Suspirando, sentí los nervios ascender lentamente por mi espalda baja.

—Estoy segura de que tiene sus motivos, pero no creo que terminé todo por algo así. Se nota que te quiere, no te preocupes.

—¿Qué motivos puede tener para comportarse así con un chico nuevo?

Cata desvió su mirada y relamiéndose los labios, rascó el contorno de su rostro. La conocía más de lo que se conocía ella misma, sabía sobre el tema, pero estaba empeñaba en esquivarlo.

—¿Qué me ocultas?— Entrecerrando los ojos, intenté incomodarla con la mirada —Zac no es un chico nuevo ¿Cierto?

—No creo ser quien tenga que responder tus dudas, amiga. Sé que siempre nos contamos todo, pero lo de Matt y Zac es más personal de lo que crees, y por más que quiera no puedo involucrarme en algo así. Solo te diré que lo que dijiste es cierto, él no es un chico nuevo.

—¿Tan grave fue lo que pasó?— La preocupación se mezcló con mis facciones y ella lo notó enseguida —¿Eso quiere decir que metí la pata hasta el fondo con Matt?

—Sí. Lo que pasó fue jodido, pero te repito, el sexy del mariscal no dejará que su pasado interfiera en lo que tienen— Tomó mi mano y me sonrió, regalándome un halo de esperanza.

—Eso espero.

[...]

A pasos de abandonar el colegio, me detuve y tomé mi móvil, ningún mensaje. Estirando el cuello, busqué a los alrededores la figura de mi novio, pero parecía que la tierra se lo había tragado.

—¿Buscas a Matt?— Preguntó mi amiga, apoyando todo su peso sobre una de sus piernas mientras se metía un chicle a la boca.

—Sí. Se supone que lo vería ahora para hablar.

—Llámalo.

Haciéndole caso, busqué su contacto y suspirando, lo llamé. El tonó de espera me impacientaba, relamiéndome los labios, esperé y esperé hasta que di con el buzón de voz.

—Vayamos a comprar los disfraces— Propuso sonriendo —Cuando vea las llamadas y te hablará, capaz le surgió algo y está ocupado, petisa.

Capaz tenía razón. Asintiendo, guardé el teléfono y emprendimos nuestro viaje a una casa de disfraces. Como me había dicho, Cata se probó lo que pareció un sin fin de disfraces de enfermera. Después de sacar y ponerse unos veinte, se inclinó por el que más sexy le quedaba. Cuando me tocó a mí fue un poco más difícil, ya que no había venido con una idea clara y no sabía cuál elegir. Pasé por casi todos: novia, zombi, vaquera, diabla, bruja, la mujer maravilla, vampiresa e incluso hasta momia.

—Me encanta— Acotó ni bien corrí las cortinas del probador —Te queda bien, te ves hermosa y es extremadamente sexy. No es fácil de sacar con los dientes, pero ya encontrará la manera de arrancártelo— Argumentó haciéndome reír y sonrojar a la vez.

Sus palabras terminaron por convencerme y lo llevé. Buscamos un par de accesorios que hicieran juego con el vestuario, pagamos lo que debíamos y regresamos a nuestros respectivos hogares. En el camino de regreso, decidimos que nos cambiaríamos en su casa, no quería que mi abuelo y mi hermano me vieran con el disfraz. Y aunque Nicky vaya, ya me vería cambiada allá y no podría hacerme escenas o si las hacía ya no importarían, total ya estaba en la fiesta. Mi hermano necesitaba una novia urgente, aunque en el fondo esa idea no me gustaba del todo.

Al llegar a casa, colgué el disfraz en la puerta del armario para no arrugarlo, me di una ducha rápida y me senté a estudiar para los próximos exámenes. Las horas pasaban y no tenía noticias de Matt, eso ya empezaba a preocuparme y no podía concentrarme como debía. Medité conmigo misma unos minutos para decidir si llamarlo de nuevo o esperar a que él lo hiciera. Quería hablar con él, el orgullo esta vez podía esperar.

Hola Escuchar su voz del otro lado de la línea calmó todos los malos pensamientos que se habían incrustado cruelmente en mi mente.

Perdona que te moleste, Matt, pero quería saber si te encontrabas bien. Estaba preocupada— Confesé mordiendo la punta de mi bolígrafo.

Discúlpame por no haberte respondido, sonrisitas. Tuve unos contratiempos con mis padres— Comentó y entendí su ausencia —¿Tú cómo estás, sonrisitas? Me alegra saber que estabas preocupada por mí.

Incluso a través de una llamada, sin siquiera estar presente, me hacía sonrojar y era capaz de provocarme un huracán en el estómago. Poco a poco, comenzaba a volverme loca por él.

Ahora que sé que estás bien, mejor— Sonreí y lo escuché reír dulcemente del otro lado.

Eres una ternura— Formuló en un tono seductor y sentí a mi corazón derretirse —Escucha, mañana prometo recompensarte por lo de hoy.

No tienes que hacerlo.

Quiero hacerlo— Comentó arrebatándome otra sonrisa —Y no me olvidé de nuestra charla, también prometo que la tendremos.

Está bien. Te veo mañana entonces.

—Que duermas bien, sonrisitas.

Tú también— Me despedí y colgué.

Según los rumores, Matt era alguien con mucho dinero y heredero de una gran empresa multinacional. Si eso era cierto, este, al ser su último año en el instituto, seguramente sus responsabilidades se habían multiplicado. Sin embargo, nadie había pisado su casa, ni conocido a su familia, pero la existencia de la firma "Bolton" y el que tenga un tan auto caro, eran cosas que reforzaban la teoría.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro