Tree
—¿Quieres algo de tomar?
— Agua por mi está bien— respondió con una suave sonrisa.
El pelinegro retiro la chaqueta de su traje de su cuerpo y arremango la camisa hasta los codos antes de ir hacia la cosina, dando una imagen bastante tentadora al contrario, quien se encontraba con sus mejillas sonrojadas, como si aún fuese un adolescente que veía por primera vez a su enamorado.
Taehyung tragó con dificultad, aclarando su garganta y tratando de eliminar todo pensamiento que pensaba por su mente en ese momento.
Estaban ahí para hablar, Jungkook le estaba dando la oportunidad de decirle la verdad, de escucharlo aunque fuese solo por aquella vez.
No fue consciente cuando el pelinegro había vuelto junto a el, sus pensamientos tomaban control y lo hacían perderse en ellos.
—Taehyung— llamó.
— Perdón — dijo fijando sus ojos en el hombre frente a el y recibiendo el vaso de agua que esté le ofrecía — Estaba pensando, a veces me pasa que presto demasiada atención a mis pensamientos.
—Lo sé.
—Que...
—Es algo que siempre hacías, era fascinante verte distraído, haciendo aquellas muecas divertidas cuando te pasaba precisamente esto, te ves tierno.
—Si que estabas pendiente de mi...
—No tienes idea — reconoció antes de beber de su vaso y está vez él aclarar su garganta —Bien... Estamos aquí Taehyung, soy todo oídos.
El doncel respiro profundo, los nervios de estar a solas con el chico que amaba y la situación en la que se encontraban lo tenían en completo nerviosismo, con su corazón palpitante, tan descontrolado que pensaba que saldría de su pecho en cualquier momento.
Necesitaba calmarse.
No lo estaba logrando.
Sus palabras no salían de sus labios, tenía miedo.
¿Que pasaba si las explicaciones no eran suficientes?
¿Y si JungKook jamás le perdonaba lo que hizo?
Estaba seguro que está vez sería aún más doloroso porque tendría a su gran amor en su vida pero no podría tenerlo como deseaba.
JungKook vió su duda, lo vió temblar levemente y sintió esa necesidad ciega de confortarlo.
Llevó su mano hasta uno de los hombros del contrario, presionando sobre este levemente, sin ser completamente invasivo antes de deslizarla por su cuello y llevarla a la suave mejilla, sintiendo aquella piel que le encantaba, que por siempre sería la más perfecta que existe, junto con su dueño, el hombre al que aunque quisiera odiar y aborrecer no podía, jamás podría porque se había metido tan dentro de su corazón que dolía más alejarlo que perdonar.
—Tranquilo, estoy aquí.
—Gracias — respondió levantando su mano y pasándola sobre la contraria, acariciando levemente con su pulgar.
—¿Quieres comenzar?
Taehyung asintió hacia el mientras mordía su labio inferior y el maldito infierno se posaba en los ojos oscuros del pelinegro, quien con aquella sola acción moria de ganar por ser el quien tirara de esos esponjosos belfos con sus dientes, quien lamiera la zona con descaro, quien comiera esa boca su antojo.
Si tan solo el supiera todo lo que estaba provocando con tan solo estar ahí, ser el mismo.
—Una semana antes de que me fuera, mi padre llegó a casa— comenzó — Fue inesperado, ni siquiera sabemos cómo dió con nuestro paradero.
Trajo consigo aquellos documentos, había ganado la custodia, una que nisiquera sabíamos estaba tramitando— volvió a beber otro poco de agua, su garganta se sentía seca — Fue tan arrogante, tan despectivo con mi madre, sabía que nos tenía en sus manos y no dudo en ocupar las cartas a su favor.
Amenazó con destruir el negocio de mi madre, tu sabes cuánto le costó llegar dónde estaba— sus ojos se cristalizaron — accedí a ir con el, haría lo que fuera por ella, después de todo mis planes eran estar junto a mi padre hasta cumplir la mayoría de edad y luego ya no podría hacer nada por impedir que me fuese.
—¿Que pasó?
—Supe que estaba embarazado, iría a buscarte, te diría la verdad, te contaría que seríamos padres...
—¿Porque no lo hiciste?
—El se enteró, encontró los analisis que me había hecho, me exigió que le dijera quien era el padre, me negué— relató — dijo que lo sabría de todas formas, que me tenía que casar cuánto antes, que el no iba a lidiar con esa deshonra de su hijo preñado y dejado— sollozó por el recuerdo — Ni siquiera lo sabías y fui yo quien te dejó, pero aún así cada palabra que salia de su boca eran cuchillos afilados hacia mi.
—No debiste temer, los habría protegido sobre todo.
—Lo sé, pero el supo de ti, te encontró, no se cómo lo hizo pero dió contigo y tú estaba estudiando, el destruiría todo, te quitaría todo si yo no accedía a sus caprichos, no podía permitir que destruyera tu vida.
—Diez años Tae...
—Lo lamento tanto pero no podía, no mientras no te viera así, exitoso, capaz de luchar contra el y yo teniendo el poder necesario para no dejar que el volviera meter sus sucias manos en mi vida— dijo tomando las manos del pelinegro entre las suyas— Namjoon me dió está estabilidad, este poder cuando la empresa paso a manos de él, cuando mi padre ya no estaba calificado para ser el director.
—¿Que paso con el?
—Hace un año enfermó, tiene Alzheimer, no podía seguir haciéndose cargo de la empresa y los directivos lo destituyeron, eligiendo a Nam como el nuevo Ceo y librandonos de mi padre.
—Tu esposo... ¿El no podía interferir?
—No mientras no se volviera el líder de todo, necesitaba estar al mando para eso y lo logró ahora, una vez libres de nuestros padres, quienes fueron los causantes de este matrimonio y a los cuales les debemos tantos años lejos de las personas que amabamos.
—Tu... ¿Lo amas?
—Te amo a ti— dijo sincero — ¿Recuerdas la carta? Siempre fuiste tu Jungkook.
El pelinegro no pudo evitar reír por aquella confesión, si bien conocer la verdad no eximina de todo a Taehyung, de haberle ocultado a su hijo, también entendía que no debe haber sido facil para el, no cuando sentía la presión de aquella amenaza, dónde dos de las personas que amaba podrían salir lastimadas.
Se acercó un poco más a él y sostuvo sus mejillas entre sus palmas, limpiando con su pulgar el pequeño rastro de lágrimas que habían bajo los ojos del doncel, quien volvía a morder sus labios controlando las inmensas ganas que tenía de llorar.
—Perdoname Jungkook, debí ser más valiente.
—Shh, no digas más, las cosas ya están así, aún hay tiempo — dijo tierno mientras apoyaba su frente en la contraria y cerraba sus ojos.
Lo había extrañado tanto, había odiado tanto la idea del abandono pero justo ahí, en ese momento nada importaba, todo quedaba en el olvido si lo tenía así, muy cerca de el, cuando unos minutos atras le habia dicho que lo amaba.
Soñó por tanto tiempo con eso, con volver a tenerlo en sus brazos y volver a sentir su calor, su olor, su cuerpo, su cercanía.
Que ahora mismo no podía pensar en nada más que sostenerlo fuerte y no dejarlo ir nuevamente de su lado.
—Fui tan cobarde...
—Hiciste lo que pensaste correcto y lastimosamente nos heriste en el proceso, pero no nos podemos quedar con eso, debemos avanzar— besó su frente — Estamos aquí, juntos de nuevo y no puedo pensar en otra cosa que no sea lo mucho te amo, lo mucho que te necesité durante tanto tiempo y las inmensas ganas que tengo de hacerte mío y no dejarte ir jamás.
Taehyung cerro sus ojos, disfrutando de aquellas palabras, sintiendo la necesidad de que el pelinegro lo tomara una y otra vez, que lo hiciera suyo de todas las maneras posibles, hasta que ambos estuviesen saciados y conformes de hacer el amor.
—Tomame— pidió.
Sin pensarlo Jungkook lo sostuvo de sus caderas y lo subió sobre su regazo, dejando sus cuerpos tan apegados como fuese posible.
Sus manos fueron hasta la espalda del doncel, dónde acariciaron a lo largo de esta, recorriendo con la punta de sus dedos la columna vertebral, decendiendo tan peligrosamente cerca de su trasero que ambos sentían sus corazones latir descontrolados.
Llevó su mano hasta la nuca del hombre para acercarlo hasta sus labios y devorar los impropios con desespero, explorando cada rincón, bebiendo su elixir, ese que se había quedado grabado en sus labios, el sabor más exquisito que podía probar alguna vez.
Dió una mordida al labio inferior de Taehyung ese que veía ser maltratado por el chico y que necesitaba ser el quien lo tuviera entre sus dientes, acto que por fin pudo realizar y el cuál le hizo gemir placenteramente.
Deslizó su lengua por la mandíbula del piel canela, quien solo podía jadear por cada caricia, cada toque y cada acto que recibía del que para el era su hombre, su gran amor.
Jungkook se puso de pie aún con el doncel sobre su regazo, haciendo que este rodeara su cadera con sus piernas mientras era llevado a la habitación, dónde nada más entrar fue depositado con delicadeza sobre la cama mientras sus ropas eran retiradas una por una con lentitud, como si estuviese abriendo el envoltorio del dulce que más había ansiado probar.
Su desnudez se hizo presente mientras el pelinegro se alejaba solo uno poco para admirar la belleza del cuerpo sobre su cama, abriendo uno a uno los botones de su camisa y comenzado a desvestirse bajo la atenta mirada de Taehyung, quien no podía despegar sus ojos de la anatomía que se posaba frente a ellos.
El doncel flexiono sus piernas y las separó, dando la clara invitacion al contrario a internarse en ellas, acto que hizo de inmediato una vez que la última de sus prendas fue tirada sobre el piso.
La firme y ancha anatomía del pelinegro se internó entre sus muslos juntando ambas intimidades y haciéndole gemir por aquel contacto.
Su cuerpo se poso delicadamente sobre el pecho contrario y sus manos firmes sostuvieron las del doncel llevandolas sobre su cabeza y sosteniendo con firmeza mientras tomaba sus labios en un beso arrasador, descuidado y completamente caliente.
—No quiero usar preservativo — dijo sobre sus labios —quiero dejar mi semilla en tu interior, volverte mío y llenarte de ella— reconoció — ¿Me dejas?
—Estoy limpio...yo no he estado con nadie luego de ti.
—Son diez años, cariño y tienes un esposo —dijo incrédulo.
—El me respeto todo este tiempo, jamás estuvimos juntos de esa forma — reconoció.
Lo cierto era que aquellas palabras hacían sentir el corazón del pelinegro cálido, el tampoco había querido estar con nadie, no podía cuando durante esos largos años el recuerdo de la piel que ahora mismo tenía bajo su cuerpo seguia presente, tan vivo como la primera vez.
—No sabes lo caliente que me pone saber que nadie más ha entrado en ti —dijo con su voz grave— haré que te corras tan deliciosamente que solo podrás pensar en que te tome una y otra vez.
Dicho esto no le dejo responder, se fue directo a su cuello dónde comenzó a besar de forma intensa, asegurándose de que su marcas quedarán allí sobre la piel de su doncel, porque Kim Taehyung siempre ha sido y será de él, su chico, su hermoso hombre.
Descendió por sus clavículas, sin separar sus labios de la piel y haciendo un recorrido hasta llegar al ombligo del doncel, dónde pasó su lengua descarada mientras sus ojos se posaban fijos en los contrarios mientras seguía su camino y llegaba hasta la erecta intimidad, engullendola por completo a vista y paciencia del contrario quien gimió tan exquisitamente que solo lo motivo a comenzar a devorarlo de forma tan profunda que estaba seguro no duraría mucho tiempo sin correrse.
Tomó los muslos del doncel y los separó, llevándolos sobre sus hombros, dándolo un perfecto acceso a sus dedos para jugar con la fruncida entrada que parecía palpitar deseosa por ser llenada.
Sin detener los movimientos de sus labios y lengua sobre aquel falo que parecía saberle tan delicioso que no era capaz de dejar de probarlo, comenzó a ingresar uno de sus dedos en la intimidad, profanando poco a poco hasta estar por completo dentro y jugar con su falange, metiendola y sacándola, sintiendo como se humedecida poco a poco con la exitacion que estaba creciendo en el interior del doncel.
—Se siente tan bien Jungkook ahh~
Eso sin duda alguna había sido música para los oídos del pelinegro quien aumentó la velocidad de sus lamidas solo unos minutos antes de defender con sus labios hasta la entrada del doncel dónde su lengua se introdujo descarada entrando y saliendo como si lo estuviese follandolo con ella.
Los sonidos morbosos llenaron la habitación y la temperatura estaba en su máximo nivel mientras ambos añoraban aún más contacto.
La erección del pelinegro dolía y clamaba por ser atendida, quería volver a sentir el cálido interior del docel y hacerlo suyo por completo.
No sé limito, separó sus labios de la zona para hacer un camino de regreso con su lengua hasta llegar a los labios de Taehyung sin bajar sus piernas de sus hombros y alineando la dura y prominente longitud que comenzaba a entrar poco a poco, llenando cada espacio mientras ambos se observaban atentos con sus labios semi abiertos y jadeando tan placenteramente que estaban seguros habían sido escuchados por cada uno de los vecinos de Jungkook, quien estaba tan encantado con la sensación que no podia importarle menos los ruidos o el desastre que estaba en a punto de hacer.
Entró de golpe el camino restante que le quedaba, maldiciendo por la sensación tan exquisita que sentía y la que reafirmaba que siempre sería su favorita.
—Se siente muy rico — reconoció.
—Te sientes tan bien Jungkook, me llenas tan bien, me enloqueces— reconoció — no te limites, tómame fuerte, lo necesito — pidió.
Aún no terminaba de recitar aquellas palabras cuando ya estaba siendo empotrado duramente en el colchón, siendo embestido de forma casi animal, sintiendo como su punto dulce era golpeado una y otra vez por la húmeda intimidad del único hombre que había amado durante toda su vida.
Taehyung llevo sus brazos sobre esu cabeza y buscando dónde sostenerse fallando en el intento, sintiendo su cuerpo ser azotado con tal fuerza y pasión que estaba perdiendo la cabeza, estaba enloquecido por correrse, por sentir a Jungkook llenarlo de su semilla.
—Damelo todo Jungkook, lléname de ti.
El pelinegro aceleró sus movimientos, buscando la liberación de ambos, la cual se comenzaba a hacer presente en ese momento donde el climax había llegado a su nivel mas alto y los hacía sucumbir y derrumbarse ante el inminente orgasmo que arrasaba por completo con ellos y que los dejaba tan sensibles que aún después de correrse tenían las emociones a flor de piel.
JungKook salió del cálido interior con cuidado, rodando a un lado del contrario mientras atraía el cuerpo hacia el, abrazándolo con cariño, envolviendolo con sus brazos.
—Casate conmigo Taehyung, divorciate de Namjoon y conviértete en mi esposo— dijo casi demandante.
No podían culparlo, después de aquel encuentro su lado posesivo había salido a la luz, no iba a compartir a su doncel, ya no más.
—Ya está hecho, ambos firmamos hace un tiempo, los documentos están casi listos, seré un hombre soltero muy pronto, estaré libre solo para ti.
— No será mucho tiempo, quiero que seas mi esposo, quiero te tengamos una familia, más hijos, una hermosa casa y que vivamos nuestro amor como lo merecemos.
Taehyung se refugio aún más entre los firmes brazos de su hombre, sollozando por aquellas palabras, sintiéndose tan feliz como hace mucho no lo hacía.
—Quiero ser tu esposo, quiero que vivamos juntos, que seamos felices que nos amemos sin ningún freno y que formemos la familia que siempre he añorado junto a ti.
El pelinegro lo levanto del mentón y lo besó delicadamente, haciendo suspirar a Taehyung entre el beso y confirmandole que todo está bien, que ya no hay nada que pueda separarlos y que por fin estaban en el lugar que por tantos años habían deseado estar.
Junto al otro.
Viviendo su amor como siempre debió ser, libremente, pleno.
—Una vez seas libre te haré mi esposo y eso nadie podrá impredirlo— recalcó
Ambos continuaron con sus caricias y besos fugaces durante un largo rato hasta que tuvieron que levantarse de aquella cama, a regañadientes ya que tenian que ir por su hijo, comenzar a ser la familia feliz que merecían ser.
"Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche y dormir en tu pecho, sin sombras ni fantasmas.
Te quiero como para no soltarte jamás".
Mario Benedetti.
🌸ErLith_🌸
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