ERIKA

La puerta de la habitación se abre y despierto a causa del ruido. Un hermoso hombre con pijama azul ingresa acompañado de un pequeño que sonríe juguetón. Los dos hombres de mi vida.

—¡Feliz cumpleaños, mamá! —habla mi esposo.

—Gracias, Jonghyunie —Beso su mejilla—. ¡Hola, Jongie!

—Espérenme aquí, ya vuelvo.

Jong Su se sienta a mi lado, mas pregunta por su padre que acaba de retirarse. Lo busca con la mirada todo el tiempo, incluso gatea sobre la cama para ver hacia la puerta.

—¿Papá? ¿Papá? —balbucea.

Me enternece, quiero comérmelo a besos. Mi hijo es hermoso, un muñequito con cachetes perfectos para besar hasta el hartazgo.

—¿Te puedo comer a besos, Jongie? —pregunto divertida.

Antes de que pueda contestarme con algún monosílabo se acuesta boca arriba y cierra los ojos. Sabe que voy a besarlo por todo el rostro y luego haré cosquillas en su pancita.

Jong Hyun se acerca con una bandeja. Trae un rico desayuno para que lo degustemos en la cama mientras vemos televisión. No ha perdido los detalles, desde que nuestro bebé llegó a nuestras vidas su cariño se acrecentó.

—Hey, ¿qué están haciendo? —Deja la bandeja sobre el escritorio para acercarse a la cama.

Se recuesta a un costado a fin de que nuestro bebé quede en medio para continuar con las cosquillas. Jong Su carcajea, se mueve hacia los lados con desespero.

—¡Basta, Jeong! —Le pido—. No puede respirar de tanto reír.

—Ay, D'angelo, ¡qué aburrida! No pasa nada. Jongie... —Le habla con picardía—. ¡Ahora le tocan las cosquillas a mamá!

Los dos se encargan de hacerme reír. Las manitos de mi bebé pasean por mi cuello, más que cosquillas son una leve caricia. Por suerte, Jong Hyun finge, caso contrario podría lastimar a Jong Su de tanto patalear.

—¡El desayuno, papá! —Señalo.

—Tenemos que desayunar —Se aleja—. ¿Vas a tomar la leche, Jong Su? ¡Muy bien! Luego iremos a pasear con mami por su cumpleaños.

—¿A dónde iremos?

—Es una sorpresa, pero te va a gustar.

Mi celular vibra a causa de los mensajes del grupo mamacitas, sin contar los de mi familia. Hoy es uno de esos días en los que me siento especial y consentida.

Jong Hyun enciende el televisor y busca un canal infantil, ya nos hemos acostumbrado a dejar las series de Netflix a un lado. Ahora vemos Pororo como cuando éramos pequeños.

Jong Su está afirmado en el pecho de su padre en tanto mira la pantalla y bebe de su biberón.

—¿Estás cómodo, hijo? —reímos.

—Es igual a ti, Jong Hyun—comento risueña—. Estoy enamorada de él.

—Yo lo encuentro parecido a ti—comenta al acariciar su cabello—. Eso me gusta mucho, tiene la personalidad de los D'angelo.

—¿Eso es bueno? —Inquiero divertida.

—Lo es, Jong Su es afortunado de parecerse a su madre.

—¡Poby! —Señala el pequeño.

—Poby es su favorito.

—En realidad es el único que le sale decir, apenas puede hablar.

—Jeongie, ¿sabes cuál es el favorito de papá? Loopy, la castora—Me burlo.

Es imposible olvidarme de aquellos paraguas con los que íbamos al Kinder. Fue un lindo detalle de mi madre, y una rara idea el intercambio.

—Sigue burlándote de mí y te haré cosquillas reales.

—No se te ocurra.

Subimos al auto directo a Seúl. Jonghyunie tuvo que decirme el destino, tenemos un niño, hay que llevar todo lo que resulte útil. Nuestras sorpresas no lo son al cien por ciento.

La música no puede faltar, soy la cumpleañera y no está en discusión. Me gusta ambientar nuestros largos trayectos de Busan a Seúl y viceversa, observar el paisaje y recordar a través de las letras las emociones vividas.

—Pasan los años y tu gusto musical sigue intacto—dice Jeong.

—Gustos son gustos. Además, quiero que Jong Su sea un romántico.

—Mi madre quiso lo mismo para nosotros, pero ya ves cómo nos fue. —ríe, logrando una mirada seria de mi parte—. Pero... con Jongie será diferente, yo hablaré con él y le explicaré muchas cosas.

—¿Qué clase de cosas?

—Lo que sea necesario. Le hablaré sobre el primer beso, el sexo...el respeto, el diálogo, la sinceridad.

—De acuerdo, puedes hacerlo. Haz de él un hombre de bien—Ironizo.

—No va a ser un boldo—comenta en un intento de español.

—¿Qué?

—Cuando íbamos al colegio y te enojabas conmigo solías decirme que era un boldo.

Carcajeo de inmediato al entender el contexto.

—Sigues burlándote de mí.

—Boludo—Lo corrijo.

—¡Ah, eso! —ríe al darse cuenta de su equivocación.

—Han pasado muchos años.

—Boludo, déjame en paz—Me imita en español mientras conduce.

—¿Por qué te acuerdas de eso y no de cosas importantes? —reímos —. Ya no tengo esas expresiones, hablo español solo por trabajo.

—Me gustaba todo de ti, recuerdo tus enojos a la perfección. También tu parte tierna.

—Hay muchas situaciones tiernas... Recuerdo una vez que...

—¿Boldo qué es? —Me interrumpe.

Jong Hyun jamás aceptará que es un cursi en potencia. Es una característica innata.

—Una hierba. Jonghyunie, mi lindo té de boldo —Pellizco su mejilla.

—Mi español ha mejorado, pero todavía confundo algunas palabras.

—Pero tienes a la mejor maestra.

—Lo mismo digo—asiente—. También te enseñé a hablar a ti.

—Sí, Jeong, pero fue obligatorio.

—¡Lo mío también! Mi esposa tiene acciones en Argentina.

—Tu esposa es bilingüe.

—¡Y es muy hermosa! Hoy es su cumpleaños.

—Tonto...

—Boluda—ríe.

El pequeño se ha dormido, hoy se despertó temprano. Al igual que a mí el movimiento del auto también le provoca sueño.

—¿Te gusta mi sorpresa? —Pregunta mi esposo—. No veníamos desde antes que Jong naciera.

—Me encanta, eres el hombre romántico que tanto deseo —Me aproximo para besarlo. Acaricio su rostro varonil y hago un mimo sobre su nariz.

—Baja, yo cargaré a Jong, no te preocupes.

El tiempo no ha pasado para nosotros sí de sentimientos hablamos, amo a Jong Hyun como el primer día.

Nuestro bebé abre sus ojos a la vez que caminamos sobre la arena. Intenta reconocer el lugar, pero es la primera vez que viene. El agua llama su atención, señala con su pequeño dedo para que nos demos vuelta a mirar.

—Es su primer día de playa —dice Jong Hyun.

—No será el último.

—Trataremos de venir más seguido, lo prometo.

La arena mojada le resulta extraña a Jongie, mueve sus pies con incertidumbre haciendo un gesto extraño. Arruga su nariz, pero sonríe.

—¡Ven, Jongie! Hagamos un castillo.

Daría mi vida por cualquiera de los dos. Mi hijo es la fiel copia de su padre y, a pesar de que solo tiene dos años y medio, puedo percibir que su corazón es bondadoso y su alma transparente.

Jong Hyun era el chico que me gustaba, hice de todo para que se fijara en mí, y lo conseguí cuando menos lo esperé. Siempre busqué su aprobación. Nuestra hermandad era una pantalla para ocultar ante el resto lo mucho que nos queríamos. Pese a ello, nuestra historia es perfecta, tiene un final feliz.

No es necesario cuestionarme, verlo sonreír mientras construye un castillo de arena hace que mi corazón galope. Amo a Jeong Jong Hyun, y ahora amo a Jeong Jong Su, ese hombrecito que sonríe sin entender mucho lo que su papá trata de explicarle. Sus manos se hunden en la arena mojada y la amontona a un costado.

Les tomo uno foto con mi celular para subirla a mis redes sociales.

El mejor regalo de cumpleaños.

El agua se acerca hacia donde ellos se encuentran y Jongie se moja el pantalón. Su cara es de descontento total, mira a Jong Hyun e indica que es culpable. Tiene carácter.

—Iré al auto y buscaré la mochila con su ropa, ¿de acuerdo? —reímos—. Está odiándome.

—Sí, hazlo rápido. Intentaré armar el castillo de arena con él.

JONG HYUN

Mi hijo se ha enojado conmigo, el agua nos alcanzó cerca de la orilla y su pantalón se mojó. Me miró con desaprobación a la vez que frunció su rostro. Jongie tiene el mismo carácter que Erika, se enoja fácil y es muy terco. No tiene ni tres años y logra manejarme a su antojo. Es mejor que se cambie de ropa.

Con la mochila en mis manos me aproximo hacia ellos. Los dos se divierten. Al parecer ya no importa el pantalón, se ha mojado por completo al sentarse frente al castillo de arena. Esto se debe a las palabras de su madre, tiene el don de persuadir.

Decido sentarme y solo verlos.

Saco mi celular del bolsillo y les tomo una foto, quiero compartirla en las redes, es el cumple de mi esposa y el primer día de playa de mi bebé. Al ingresar a Facebook me doy cuenta de que Erika ya compartió una imagen mientras armábamos el castillo. "El mejor regalo de cumpleaños".

Ella es el mejor regalo que la vida me ha dado. Hace más de 20 años que nos conocemos y cada día que pasa me convenzo de que puedo amarla aún más.

D'angelo es la mujer de mi vida, todos podían verlo. En el fondo siempre tuve miedo a ser rechazado porque no soportaba la idea de perderla.

—¡Papá! —exclama caminando hacia mi.

—¿Qué pasa, Jongie? ¿Tienes hambre?

—Sí.

—¿Qué sucede, Jonghyunie? —Pregunta en cuclillas frente a mí.

—¡Feliz cumpleaños, hermosa! —Beso su frente.

—Gracias —sonríe—. Este lugar se ha vuelto especial para nosotros, es partícipe de nuestros comienzos.

El pequeño se sienta a mi lado, Erika delante de mí. Aprovecho para abrazarla desde atrás y que se afirme en mi pecho.

—Te Amo —susurro en su oído—. Sabes que no me gusta ponerme cursi, pero es tu cumpleaños y, aprovechando que Jongie ni siquiera entenderá lo que estoy diciendo, lo haré —reímos.

—¿Qué quieres decirme?

—Eres lo mejor que le ha pasado a mi vida, Erika.

—Mi amor, tú también.

—Nunca admití que me gustabas, como si fuera un pecado. Volvería el tiempo atrás para dejar de ser un idiota. Me quedaría así, como en este preciso momento, te abrazaría con fuerza, te diría a diario lo importante que eres, lo hermoso que te queda el uniforme y lo mucho que observo tus piernas desde el final del salón.

—¡Jeong! ¡Admites que me mirabas las piernas!

—Me temo que no era el único.

—Pasamos por muchas cosas, pero siempre permanecimos juntos. Tú eres el amor de mi vida, Jeong.

—Tú eres el amor de mi vida, D'angelo.

Gira un poco su cuerpo para besarme. Al separarnos, y casi sin darnos cuenta, hablamos a la vez.

—Siempre fuiste tú.

...

GRACIAS POR TANTO AMOR A ESTA HISTORIA  💜