ERIKA

Papá nos hizo el mejor regalo de bodas: nuestra casa.

Creo que mis ganas de permanecer aquí son más fuertes que nunca. Hace un mes que tenemos nuestro hogar y a mamá al cruzar la calle. Jeong no está conforme con esto último, dice que mamá nos estará vigilando y querrá venir a casa sin pretextos. Sin embargo, aunque lo niegue, es el bebé de la señora Ji An, es él quien se la pasa metido en la casa vecina.

Ahora estoy en la sala frente a la computadora, pero observando a mi alrededor. Quise, desde lo más profundo de mi alma, que los muebles estuviesen en el mismo lugar que los ubicó mi mamá. Los cuadros, los sillones, la mesa, todo, mas no se pudo.

Hicimos un gran esfuerzo. Jong Hyun sonreía ante mi emoción; pero en el fondo reafirmó que estoy totalmente loca, apenas recuerdo la ubicación de los muebles. Al menos tiene el toque hogareño, es nuestra casa.

La pantalla sigue igual desde que encendí mi laptop, no he avanzado en mi trabajo. Desperté hace algunas horas y me estoy sintiendo mal. Decidí no ir a la oficina, Jeong aconsejó que me quedara a descansar.

El malestar se ha vuelto frecuente, sobre todo en las mañanas. El momento clave fue cuando el olor al perfume de Jong Hyun me revolvió el estómago. Usualmente amo su aroma. Además de verse atractivo de traje, la fragancia le da un plus a tanta sensualidad contenida en ese perfecto cuerpo entrenado.

Apenas salió de casa me vestí con ropa cómoda y caminé hacia la farmacia más cercana. Necesitaba una prueba para salir de la duda. Sería la mujer más feliz del mundo si mostrara un positivo, la noticia alegraría a los Jeong.

He soñado con una familia. En muchas ocasiones me sentí sola, aunque nunca lo estuve, pero la convivencia con 3 hermanos me hizo desear una casa ruidosa con niños. Me encantaría tener hijos con Jong Hyun, compartir uno de nuestros grandes anhelos.

Las ganas de trabajar las he perdido hace horas, la prueba se encuentra sobre la mesa como un recordatorio de algo que estoy postergando por miedo a que no suceda.

Me digo a mí misma que todo va a estar bien en tanto tomo la caja y me dirijo hacia el baño. Estoy nerviosa.

Hago todo conforme a las indicaciones dispuesta a esperar el resultado. Pienso en las fechas, en las grandes posibilidades de que sea real, estoy casi segura... De repente, veo esas dos líneas marcadas sobre la prueba.

¡Es positivo!

Dejo salir un pequeño grito de victoria al estar sola y no tener a quien abrazar. Quiero contarle a todo el mundo, pero debo guardar el secreto para mi esposo, tiene que ser el primero en saberlo.

No me ha llamado en lo que va de la mañana, seguro se encuentra atareado en la oficina. Esperaré a su regreso y planearé la forma de decírselo. ¡Jong Hyun será papá!

Hoy iremos a Seúl debido al cumpleaños de Sook, nos quedaremos allí durante el fin de semana. Algo me dice que será una gran novedad.

Un rico bulgogi espera sobre la mesa para el papá más lindo. La ansiedad me corroe, quiero que llegue, pero debo guardar la sorpresa un poco más.

El auto estaciona en el garaje, desde la ventana observo como baja con su maletín en la mano y el saco sobre el hombro.

—Hola— sonríe al abrir la puerta—. ¿Ya te sientes mejor?

—Sí, cuando se trata de viajar a Seúl me siento fantástica. Además, tengo ganas de conducir, ¿puedo?

—¿Y eso? Nunca quieres conducir —Frunce el ceño.

—Estoy de buen humor.

—De acuerdo—Besa mi frente—. Yo dormiré en el camino.

El olor de su perfume me genera nauseas, mas intento disimularlo al alejarme rápido de su lado.

—Ve a bañarte, ¿sí? Terminamos de comer y nos vamos. No te pongas perfume, creo que hoy exageraste con la cantidad, de seguro quedará impregnado en el auto.

—No empieces, D'angelo —Resopla haciendo su cabeza hacia atrás.

—Jeong, por favor...

—Sí, está bien, no me pondré perfume esta vez—Acepta para no discutir—. Me doy un baño y regreso a comer.

Le cuestiono tantas cosas que no puede darse cuenta de que estoy tramando algo.

—Gracias. Te amo.

—Lo sé, mi marmota floja—ríe.

—¡Cállate! ¡Marmota tú!

Si hay algo que no me gusta hacer es conducir. Jeong viene a mi lado, pero se encuentra tan cansado que duerme. Lo considero un golpe de suerte, de esta manera no puede sospechar que tengo una sorpresa. Vamos a hacer una parada en playa Eurwangni, esa famosa playa partícipe de nuestra historia de amor.

Muero por darle la noticia, ver su expresión, saber qué pasará por su cabeza en ese preciso instante. Ahora sé cómo se siente él al querer leer mis pensamientos.

El día es precioso, quizás porque estoy feliz, porque luego veré a mis amigos, no lo sé. El cielo está despejado, aun así, el frío comienza a sentirse cuando llegamos a destino. Acabo de estacionar y ni eso logró despertar a mi novio esposo.

—¿Ya llegamos? —Pregunta en tanto se arregla el cabello—. ¿Por qué estamos aquí?

—Quería venir, por eso pedí manejar.

—Me hubieses dicho.

—Ya no importa—Beso su mejilla—. Bajemos del auto.

—Sí, mi amor, vamos.

Caminamos por la costa tomados de la mano. El cabello de Jeong se mueve de un lado a otro por el viento, y los rayos de sol se reflejan en su blanquecina piel al tiempo que cierra un ojo y arruga la nariz.

Ya no puedo guardar el secreto, no puedo estirar el tiempo, la ansiedad está ganándome. Pensé en muchas formas de decírselo, aunque creo que solo una es perfecta para que no sospeche.

—Jeong, ¿me dibujas en la arena un corazón para tomarle una foto?

—¿Un corazón como el que hice en mi propuesta de matrimonio? —Sonríe y se agacha para dibujarlo.

—Sí, tiene que ser muy lindo porque quiero renovar la fotografía.

Con su dedo dibuja un corazón sobre la arena húmeda. Nuestros nombres se encuentran dentro al igual que en su propuesta.

—¡Listo! —Se pone de pie.

—Ese corazón está incompleto, Jong Hyun — Hago un leve puchero.

—¿Incompleto? —Lo observa—. ¿A qué te refieres?

—Deja, yo me encargo.

Me pongo en cuclillas solo para agregar la palabra "bebé".

—¡Ahora sí está completo!

Mira el dibujo durante unos segundos sin decir nada. Muerde el labio en una sonrisa encubierta aún sin despegar la vista de la palabra bebé.

—¿Estás segura, D'angelo?

—Muy segura, me hice la prueba esta mañana ¡Felicidades, mi amor, vas a ser papá!

Me abraza elevándome del suelo para girar conmigo entre sus brazos. Su melodiosa risa se escucha y es ahora cuando puedo decir que mi felicidad está completa.

—Te amo, mi amor, ¡gracias!

—¿Estás contento? ¡Ya no podía ocultarlo, tenía que decírtelo!

—Soy el hombre más feliz —Besa mi vientre y vuelve a abrazarme.

No soy muy buena guardando secretos. Y sí, suena un poco contradictorio con mi vida, lo sé.

—Vamos al departamento —Propone.

—Pero antes tomaré la foto, no era broma.

—Es verdad, en un futuro podremos contarle esto a nuestra hija o hijo.

Percibo su felicidad. La sonrisa no se le va a borrar en horas, los pensamientos a proyectar tampoco.

Regresamos al auto, pero ahora él conduce. No hay música de fondo, lo único que se oye son nuestros deseos y la manera en que se lo diremos al resto.

—Quiero que sea un niño y que se parezca a ti —sonrío—. Yo sí lograré que no sea un promiscuo.

—¡No, D'angelo! Va a ser una niña hermosa como tú, y voy a cuidarla mucho —Suena emocionado—. Tengo que contarle a Wook apenas lleguemos al departamento.

—Cálmate, Jeong, también tenemos que decirle a mamá. Mañana podemos llamarla.

—¿Mañana? ¡No! En cuanto lleguemos al departamento la llamaremos, igual que a Jin y Hwan, ¡todos tienen que saberlo!

Sabía que entraría en un estado de emoción incontrolable, pero no pensé que tanto.

Jong Hyun soñaba con ser padre y nunca lo supe sino hasta el día que me propuso matrimonio. Han pasado algunos meses desde aquella confesión, todo sucedió tan rápido que no podemos quejarnos, nuestra vida dio un giro inesperado y es muy bonita.

Imagina un futuro junto a nuestro bebé, planea cómo decírselo a mamá y analiza la posibilidad de hacer algunas refacciones en nuestro hogar para preparar un cuarto. Pasa de un tema a otro con entusiasmo y muestra sus dientes en una sonrisa.

—Tranquilo, tenemos tiempo—digo.

—Es bueno anticiparse. Haz una lista, eres buena para eso.

—No.

—¿No traes una libreta? Haz una lista.

—¡Que no!

—Apenas lleguemos al departamento debes descansar.

—Pero no estoy enferma ni cansada.

—Nos acostaremos los dos, quiero hablarle a mi hija.

Quizás este Jong Hyun en modo padre sea insoportable por los primeros 18 años de mi bebé.

—¿A dónde crees que vas? —dice él—. ¡Por las escaleras no!

—Jeong, alguien está ocupando el elevador, no vamos a estar esperando.

—D'angelo, no quiero discutir contigo. Las escaleras no.

Es un molesto. No lleva ni un día de saber la noticia y ya se encuentra en modo controlador.

Las puertas del elevador se abren y él sonríe conforme. Estamos en el edificio donde vive Sook. Aquí también vive Seo Won, pero será mejor no mencionarlo.

No hemos visto a nuestros amigos desde la boda. Este último mes nos comunicamos a través de mensajes, ya quiero invitarlos a nuestra nueva casa.

La puerta se abre y la cumpleañera nos recibe. Ella está muy linda. De repente, Dae Ki se acerca para abrazarme con todas sus fuerzas mientras sonríe. Lo he extrañado.

—Cuidado, tío Dae Ki, no los aprietes tanto.

El comentario de Jeong es gracioso, pero Dae ni siquiera le da importancia, debe pensar que hay un chiste estúpido detrás y no va a caer en eso.

—Jeong, cálmate, ¿por qué no te sientas y dejas de molestar? —Le susurro.

—¡Wook!

—Hola, amigo, ¿cómo has estado? Veo que me extrañaste —Palmea su espalda.

—Quiero contarte algo, en realidad todos tienen que saberlo —habla emocionado—. Kyu Bin-ssi, levántate del sillón y deja que Erika se siente.

—Deja de molestar —Pido avergonzada—. Kyu Bin, no te levantes.

—¿Qué traes, Jonghyunie? —pregunta Hyo, a quien todavía no he podido saludar por la intromisión de los demás.

—¡Escuchen! Erika y yo... ¡vamos a tener un bebé! —Se aplaude a sí mismo.

Me está avergonzando, aunque no puedo quejarme, es una noticia que también tiene derecho a compartir y de la forma que quiera.

Mis amigas me abrazan entre gritos y sonrisas, luego los chicos hacen lo mismo. Dae Ki no me suelta, sus ojos se encuentran cristalinos. Mi lindo Dae es sensible, a él no le importa que lo vean llorar, es genuino al cien por ciento.

—¡No los aprietes! —Se queja al separarnos.

—Deja de ser molesto, ¡no es de cristal! Qué idiota eres.

—Erika, te felicito, serás una gran mamá—dice el rubio.

—¡Estoy muy feliz por ustedes dos! —expresa Wook—. Se casaron, ahora tendrán un lindo bebé, y ojalá se parezca a ti, Erika.

—Quiero que sea una niña, tiene que parecerse a Erika —Menciona acomodando su barbilla en mi hombro.

—Amigo, si es una niña, no la dejarás respirar. Eres demasiado controlador, te odiará y tendremos que perseguir a su novio de la secundaria —reímos.

—¡Y lo haremos! —Sentencia—. Ningún niño idiota va a salir con mi hija.

—Ya tendrá un padre idiota, créeme que no buscará un novio igual.

—Tú cállate, Dae Ki.

—También tenemos una noticia para darles. Estábamos esperando a que llegaran—dice Sook.

—Perdón, Sookie-yah—contesta Jong Hyun —. Estoy emocionado más de la cuenta, no te dejé hablar y es tu cumpleaños.

—Está bien, Oppa, nos diste una linda sorpresa.

Ella sigue llamándolo oppa, y a mí me parece tierno. Sook utiliza los honoríficos con cada uno de nosotros, es la menor.

—¡Min Wook y yo estamos viviendo juntos!

Aplaudimos, es una gran iniciativa por parte de Min Wook, el chico que nunca se comprometería.

—Seguí tu consejo, Jeong. Eres sabio cuando quieres.

—Tengo muchos atributos ocultos.

—Muy ocultos, en un pozo sin fondo—Se entromete el castaño.

—Estos dos nunca se callan—Se queja Kyu Bin—¡Hagamos un brindis!

Las horas pasan y la noche se torna alegre, celebramos el cumpleaños de Sook y también brindamos por nuestro bebé. Los chicos molestan a Jong Hyun sobre sus celos excesivos. Él insiste en que será una niña, pero todavía nos queda ir al médico y hacer los exámenes de rutina. Es muy pronto para saberlo.

Estoy pasándola bien, disfruto de estas charlas entre amigos. La única que falta es Xia que vive en Hong Kong y no puede darse el lujo de viajar tan seguido como nosotros; sin embargo, está al tanto de lo que sucede por nuestro grupo de chat. Se pondrá feliz cuando anuncie mi embarazo.

Hyo Ri se sienta a mi lado y apoya su mano sobre la mía como en los viejos tiempos. Sonreímos sin decir nada, con ella no es necesario.

—¡Te lo dije! —Rompe el silencio—. Serías la novia de este idiota, te casarías con él, y luego tendrías un bebé.

—El destino, quizás...

—¡O que eres bruja! —Acota Jeong sentándose en medio de ambas.

—¿Cómo será tu rol a partir de ahora? Me preocupa la seguridad del niño —Pelea como siempre.

—No escuches a la tía Hyo Ri—Toca mi vientre—. Está muy loca y es una amargada. El pobre Jun Gu ha caído bajo sus redes a causa de un brebaje mágico que le obstruye el uso de la razón.

Tiene una imaginación muy grande, será bueno para relatar cuentos. El resto ríe a causa de sus palabras, incluso Hyo. En el fondo, ella ama que él le siga el juego con sus contestaciones improvisadas.

Jong Hyun coloca su brazo por encima de mi hombro, mi nariz queda hundida en su cuello, y el aroma de su perfume ingresa lentamente por mis fosas nasales hasta revolverme el estómago.

Lo empujo y me levanto del sofá para salir disparada hacia el baño.

—Hey, D'angelo, ¿estás bien? —pregunta asustado corriendo detrás de mí.

Sostiene mi cabello mientras vomito, me siento fatal de repente.

—Perdón, olvidé lo del perfume, no me lo recordaste —sonríe apenado.

—No hay problema —Niego—. ¿Me besas para compensar?

—¡No, que asco!

Me cuelgo de su cuello y, aunque no soy tan asquerosa como para besarlo después de vomitar, finjo acercarme. Él cierra sus ojos, presiona sus labios, mueve su cabeza hacia atrás o hacia algún costado con tal de evitarme.

—¡No, D'angelo! ¡Déjame!

—Dame un beso —Insisto graciosa.

—No, no, no.

Lo dejo ir y aprovecha para salir del baño.

—No te aguantas nada, ¡huye cobarde! 

...

¿Y estaban extrañando la actualización? Porque yo sí.

Pido perdón por estar desaparecida, pero tuve mucho trabajo. Les recuerdo que QUEDAN 2 CAPITULOS Y LA HISTORIA SE TERMINA.

No pasará de esta semana. Haré hasta lo imposible.

GRACIAS POR TANTO AMOR  💜

JK