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CAPITULO 40

ERIKA

Llegó el día con el que tanto soñé cuando era niña y leía historias de amor. Tengo mi vestido blanco y es más lindo de lo que alguna vez imaginé. Hoy soy la protagonista, todas las miradas van a recaer en mí. Me aterra pensarlo en profundidad.

Recuerdo a mis padres, imagino lo felices que estarían de saber que por fin voy a formar una linda familia con Jeong Jong Hyun, el niño que vivía frente a nosotros y me buscaba todas las mañanas para ir a la escuela. Aquel chico con el cual me molestaban en las cenas navideñas junto a la abuela, el centro de bromas de papá.

Franco D'angelo, el hombre de mi vida, el responsable de hacer que mis expectativas sobre los chicos fueran altas porque su caballerosidad con mi madre era intachable. El amor que derramaba frente a ella era leal, genuino; yo quería ser amada de la misma manera. En el fondo creo que él siempre supo que Jong Hyun me gustaba, no tuve que decírselo.

Ojalá mamá pudiera verme con este vestido y me contara una vez más cómo se sintió ella al casarse o cómo se siente ahora sabiendo que mi historia de amor se cumplió.

Hoy no he dejado de pensarlos, desde que desperté. Creo que es otra de esas señales que me hacen comprender que aún siguen conmigo. El cielo es uno solo.

Si me hubiesen preguntado hace años atrás con quién me gustaría casarme, también hubiese elegido a Jeong. Desde que tengo memoria ha sido mi gran compañero y amigo. ¿Qué mejor que seguir compartiendo una historia a su lado? Lo elijo ahora y lo elegiré siempre.

Dos golpecitos en la puerta y esta se abre para dar paso a mis dos grandes amigos, Dae y Hyo Ri.

—¡Woah, pareces una princesa! —dice él—. Lástima que vayas a casarte con el sapo.

—No empieces— río y lo abrazo—. Estoy muy nerviosa.

—Todo saldrá bien, tranquila. ¿O quieres dejarlo plantado? Puedo ayudarte a escapar, tú solo me haces una seña—Propone Hyo.

—¡No! Eso jamás pasará —Exhalo—. ¿Hay muchos invitados? No quiero que la gente me mire.

—Erika, ¡eres la novia! ¿En quién van a concentrarse? ¿En Jeong? Pff, no vinimos a eso—Carcajea—. Estás hermosa, estoy muy feliz por ti.

—Gracias, Dae.

—Afuera están todos, pero no sé de qué te quejas ¡Invitaste al idiota de Bo Gum y vino con su novia! —Reclama la pelinegro —. ¿Por qué lo invitaste?

—Tú también trajiste acompañante—La mira sorprendido—. ¿Y a qué no sabes quién es?

—¿A quién trajiste, Hyo? No quiero sorpresas raras. Espero que no sea solo para molestar a Bo Gum, él es nuestro amigo.

—Estoy saliendo con alguien y tú lo conoces. Se llama Park Jun Gu, el hombre más lindo del mundo.

—¿Jun Gu, nuestro compañero de clases?

—Así es. Quién diría que volveríamos a verlo en tu boda.

—Jong Hyun lo conoce mejor que yo.

—No tuve tiempo de contarte, pero es hermoso y caballero. Quiero casarme con él.

—¿Casarte? —Se sorprende Dae Ki—. Eso no se escucha todos los días. ¿Puedes repetirlo para que lo grabe?

—Dae Ki, las personas pueden cambiar de opinión, esto es un flechazo de amor—Lleva su mano al corazón—. Ahora iré con tu futuro esposo, Erika. Ese idiota tampoco debe escapar.

Sale del cuarto dejándome a solas con el castaño quien luce elegante con un traje gris oscuro. Dae habla conmigo para calmar mi nerviosismo, nada interesante, pero no quiero quedarme sola. A lo lejos se oyen los temas lentos que pedí. Me encanta, Jong Hyun hizo lo acordado al pie de la letra.

—¿Estás feliz, Erika-yah?

—Soy la persona más afortunada del planeta—sonrío.

—Dime algo... ¿Por qué tú y yo no nos hemos casado? —Bromea.

—Es una pregunta que me hago a diario, ¿sabes? Nosotros haríamos linda pareja si no fuera por tu obsesión rara por So Jin y mi amor incondicional por Jeong.

—Me gustaba So Jin, pero ya no.

—Entiendo esa parte—asiento—. Lo que no entiendo es por qué sigues yendo a nuestro departamento en Seúl.

—Porque...

Papá golpea la puerta de la habitación, es hora.

—Después te cuento, los dejo a solas.

Mi madre también lo acompaña, ambos vienen a buscarme.

—No sabes lo que feliz que me hace verte así, ¡verlos así! Esto es una doble felicidad —dice la mujer que me ha visto crecer y me ha acompañado durante tanto tiempo.

La señora Jeong, la mamá de Jong Hyun, mi mamá, mi suegra... una mujer extraordinaria. Luce un vestido en color celeste y le queda precioso. Su piel blanca contrasta con su cabello negro lacio debajo de los hombros. Sus ojos brillan, siempre lo hicieron; pero hoy el motivo es otro, están cristalinos y sé que será la primera en derramar las lágrimas en cuanto escuche los votos. Pasó con Jin, y pasará ahora con su hijo menor.

—Gracias a los dos por todo lo que han hecho por mí en estos años. No quiero llorar, pero creo que nunca se los he dicho.

—No hace falta que lo digas, somos nosotros los que estamos agradecidos contigo—habla el señor Jong Hyuk—. Diría que te estás llevando al mejor de los Jeong, pero yo ya estoy casado —Ironiza y reímos los tres.

El traje le queda bien, ¿y cómo no hacerlo? es un Jeong, está en los genes, cualquier cosa que se pongan los hará relucir. Tienen porte, actitud y carisma, lo más importante. Jong Hyuk es un hombre que no llora frente a nadie, mas tiene el corazón noble. Mi novio se parece a él, sensible por dentro, una roca por fuera.

—Vamos, antes de que te arrepientas.

Con Jong Hyun pensamos en algo que no fuese tradicional, porque no soy coreana y, además, porque no tengo a mis padres. La ceremonia tradicional nos llevaría más tiempo, aunque ciertamente no tendría sentido para mí. Al principio temí decepcionar a mamá por la decisión; sin embargo, lo entendió. Toda la familia se adaptó a mí en algunas costumbres, este día no fue la excepción.

—Siento mucho que no estés usando un Hanbok, mamá.

—Pude usar uno, ¿pero de qué color?

—Mitad de un color y mitad de otro—dice papá—. Como un payaso.

—¿Y robarte el protagonismo a ti, cariño? No podría.

Sé de dónde hemos adquirido la ironía y las contestaciones rápidas. Tenemos una gran pareja a seguir.


JONG HYUN 

Llegó el gran día: nuestra boda.

Erika quería algo simple, no tardamos mucho en organizar y ultimar detalles. Ceremonia al aire libre, un camino alfombrado hasta el altar, sillas blancas a los costados. Música lenta para ambientar, algunas letras en español, otras en inglés o coreano.

Hago bromas sobre su afán de aferrarse al romanticismo, pero la entiendo cada vez que la veo. Al proyectar este día su rostro resplandecía de felicidad. Siento lo mismo en este instante.

Todavía recuerdo cuando se casó mi hermano y lo irónico que fui al respecto; no obstante, estoy feliz y seguro de querer pasar el resto de mi vida junto a D'angelo.

—¡El novio está aquí! —dice Kyu Bin al acercarse a mí.

—¿Estás nervioso? —prosigue Min Wook y palmea mi hombro.

—Es que Erika se está demorando, ¿no?

—Sí, debe estar tomando un vuelo a Hong Kong —Se entromete mi hermano mayor.

—No puedes vengarte de mí porque soy mejor que tú. Si Haneul se quedó, mi novia hará lo mismo —Sonrío.

—Te traeré a Dak Ho para que te abrace—Lo dice como si fuera un castigo.

—¿Otra vez está vomitando? —Carcajeo—. Te lo mereces.

—Es como la niña del exorcista. ¡No sé qué hice para merecer este castigo!

—Hablando de castigos, ¿dónde está Dae Ki?

—¿Dónde crees? —contesta el rubio—. Está al pendiente de Erika, quizás se casen ellos primero.

—No bromees con algo así —Frunzo el ceño.

—¿Algún día entenderás que Dae Ki no tiene intenciones con Erika? Son como hermanos.

En lugar de estar aquí con nuestro grupo, está de intenso con mi novia. Dijo que se encargaría de filmar y nos regalaría un gran video, pero no lo veo haciendo su trabajo.

—¡Jonghyunie bebé! —exclama una voz femenina—. ¿Listo para dar el gran paso y dejar de ser un idiota?

—¿Lista para sentarte lejos y dejar de molestarme?

¿Alguna vez me aburriré de pelear con Han Hyo Ri? No lo creo. La distancia hizo que nos perdiéramos muchas vivencias, pero desde que volvimos a frecuentarnos es como si el tiempo no hubiese pasado. Es la mejor amiga de mi novia, es como mi hermana, y eso la convierte en alguien especial.

Los chicos van en busca de Kim, mi hermano a atender la emesis de su pequeño monstruo, por lo que me quedo a solas con la pelinegro.

—Te quiero—soltamos al unísono.

—¡Nunca dijimos esto! —Me apunta con el dedo—. Lo negaré toda la vida.

—Lo prometo—Muestro la palma de mi mano en señal de pacto—. Escucha... Bo Gum está por allá, pero...

—Lo sé, está con su novia. No importa eso, porque invité a alguien más.

—¿Quién es? Hyo, no te apresures.

Jonghyunie, él es el hombre indicado.

—¡No me digas Jonghyunie! Seré un hombre casado en menos de 10 minutos.

—¡Ahí viene!

Volteo para ver de quién se trata, y vaya sorpresa me llevo al reconocer su rostro.

—¿Park Jun Gu?

—¡Hola, capitán! Felicidades, Erika es una gran persona.

—Gracias—Nos damos la mano—. Diría lo mismo de Hyo Ri, pero no quiero engañarte.

—¡Cállate! —Me golpea ella—. Iré a preparar mi cámara de fotos.

—¡Huye, Jun Gu! —Alzo la voz para que escuche.

La pelinegro se aleja, trae su cámara y junto a mamá competirán por quién captura los mejores momentos de la fiesta.

—Escucha, Park—digo serio—. Le rompes el corazón a Hyo Ri, y te rompo la cara. No es broma.

—Tranquilo, lo mío con Hyo Ri va en serio—ríe—. Das miedo, relájate.

A mis espaldas escucho que alguien se aproxima a pasos acelerados. Antes de que pueda hablarme volteo para verlo. Es Dae Ki.

—Jong Hyun,tu padre y Erika están listos.

—Después seguimos hablando, Jun Gu. Te estaré vigilando.

—Suerte con ello, Jun Gu—dice Dae Ki—. A mí me hace la vida imposible por ser amigo de Erika, no quiero imaginar lo que te espera a ti cuando Hyo Ri es como su hermana.

—Escucha a Kim, porque a ti te irá peor.


Estoy de pie a un costado del altar, la mujer más hermosa de todas viene acompañada de mi padre. Su vestido blanco es bellísimo, aunque no tanto como su radiante sonrisa. Erika es un encanto, no sé cuántas veces lo he pensado, pero es tan cierto que no podría describirla con otra palabra. 

Mi corazón se acelera a medida que ella se acerca. Estoy ansioso.

Sonreímos en un intercambio de miradas, sus ojos color miel lucen maravillosos. Tomo su mano, la beso, y la ceremonia inicia.

Llega el momento de decir nuestros votos, el cursi que vive dentro de mí aparecerá frente a todas estas personas debido a una boda no convencional. Me avergüenza un poco; pero si esto la hace feliz no voy a oponerme.

—Yo, Jeong Jong Hyun, me comprometo a ser el hombre con el que has soñado toda tu vida, para permanecer a tu lado, para hacerte feliz siempre, porque mereces cosas bonitas. Te entrego este anillo a fin de que recuerdes a diario nuestra historia y lo mucho que te amo.

—Yo, Erika D'angelo, me comprometo a ser la mujer que mereces tener a tu lado, para hacerte reír en los días que estés triste, cuidarte cuando te encuentres enfermo, acompañarte en el silencio y calmar tus interminables celos. Una vez más te elijo como mi compañero, mi mejor amigo, el amor de mi vida, porque juntos somos una mejor versión. Te Amo.

Unimos nuestros labios al sellar este hermoso lazo. Por fin somos esposos, ¡D'angelo es una Jeong!

—Seguirás llamándome D'angelo, no usaré tu apellido.

—¿Está leyéndome el pensamiento, señora Jeong?


It's You de Henry es el tema que elegimos para bailar juntos. ¿Por qué? Porque la letra es perfecta, porque mi novia es una fan alocada de Henry Lau y, finalmente, porque si ella es feliz con las cursilerías, yo también lo soy.

"Sabes que eres el momento justo en el momento correcto."

Pese a que odio ser el centro de las miradas, no me importa cuando se trata de Erika. Me tiene hipnotizado. Muy en el fondo soy un romántico empedernido como ella lo asegura.

—¿Estás llorando? —Pregunta sorprendida.

—¡No! Me molesta la luz de ese reflector —Parpadeo rápido.

—¡No llores, Oppa! —ríe y seca mis pocas lágrimas.

—No me digas Oppa, no me gusta.

—¿Cómo debería llamarte?

—Puedes llamarme esposo sexy—Beso sus labios.

La música cambia, una linda fiesta comienza y eso me permite distraerme para evitar las burlas.  Sook y Xia se roban a mi novia en tanto voy a buscar algo de beber.

Hacía mucho tiempo que no podíamos reunir al grupo, cada uno tiene una vida en diferentes ciudades, con empleos y horarios que cumplir. Extrañaba verlos a todos, más que nada a Min Wook, él ha sido mi fiel compañero de aventuras y salidas. Cada tanto nos reunimos en nuestro departamento o a veces en Busan. Kyu Bin está viviendo aquí y, teniendo a nuestros padres cerca, es la excusa perfecta.

Nuestros amigos de la secundaria también nos acompañan hoy, no podían perderse este acontecimiento. Asumieron durante años que Erika terminaría siendo mi esposa.

—¡Al fin se casaron! —exclama Bo Gum cuando paso por su lado.

—¿No era más sencillo admitir que te gustaba y ya? —Bufa Him Chan—. Siempre idiota y cabeza dura.

—¡Ya déjenlo! —ríe Jun Ho—. Pasaría, aunque él no quisiera.

—Recuerdo todas las veces que me molestaron. Tenían razón.

—Ay, Jonghyunie, dame un besito —. Imita la voz de Erika al igual que cuando éramos niños.

—Ya basta, ¡ella podría escucharte!

—Te casaste con la chica de tus sueños, eso es admirable, Jong Hyun.

—Admirable es que no te haya roto la cara tras terminar con Hyo Ri. ¿Acaso no les pedí que nunca se metieran con ninguna de ellas? —Entrecierro mis ojos.

—Solo aplicaba para D'angelo. Hyo Ri estaba fuera de tu rango de vigilancia.

—¡Cuál rango de vigilancia, idiota! —Recrimina Rex y le da un leve golpe en la cabeza.

—Tú querías salir con Erika —Lo señala Jun Ho—. ¡Golpéalo, Jeong!

Es verdad que Ryu Him Chan estaba enamorado de D'angelo, ella lo sabía, yo mismo me encargué de decírselo. También le dije a Rex que Erika no estaba interesada en él. Algo totalmente falso porque lo inventé. ¡Nadie puede juzgarme por eso, ya pasó mucho tiempo!

Mi esposa, la señora Jeong, llega hacia nosotros a fin de unirse a nuestra plática.

—¡Felicidades, Erika! —dice Bo Gum en un largo abrazo.

—¡Hey, hey, el abrazo es innecesario! —Los separo.

—¡Déjanos, no nos hemos visto en meses! Me cuesta aceptar que se casó contigo y no conmigo—ríe para molestarme.

—Bo Gum, gracias por todo—dice mi esposa—. Y gracias por venir, chicos, es muy importante para nosotros tenerlos aquí.

—Imposible perdernos este acontecimiento—Admite Jun Ho—. Esperamos muchos años para que se concretara.

—Pudo empezar antes, pero cierta persona... —continúa Bo Gum— no reconocía sus sentimientos.

—¿Recuerdan cuando les conté sobre aquel chico que me gustaba? —comenta ella de repente.

—Ah, sí, el idiota que nunca se fijaba en ti ¿Qué pasa con él, D'angelo? ¿Por qué lo mencionas en un día como hoy?

—¡Porque acabo de casarme con él! —Grita y muestra su anillo.

—Espera... ¿Soy yo? ¿El imbécil al que siempre quise golpear soy yo?

Se ríen en mi cara. Otra vez.

—¿Eres estúpido? ¡Claro que eres tú!

—No podías golpearte a ti mismo, y bueno...Bo Gum tampoco podía hacerlo.

—Ganas no me faltaron, pero Erika me lo hizo hasta jurar.

—Yo también quería golpear al bad boy de Erika—carcajea Jun Ho—. Era un imbécil. 

Pensar en nuestras charlas me hace valorar lo que hemos vivido. Se puede decir que, a pesar de todos los conflictos que se presentaron para impedir que estemos unidos, el cariño y aprecio que nos tenemos pudo más. Hoy hemos logrado romper cada uno de esos obstáculos.

Estoy feliz con la vida que tengo, porque jamás me alejé de la mujer que amo y ella siempre se mantuvo a mi lado. Mis decisiones fueron estúpidas en el pasado, me equivoqué muchas veces, incluso el año anterior; pero voy a ser mejor persona y cumpliré con la promesa que le hice. Por Erika soy capaz de todo.


HORAS MÁS TARDE

Un cuarto nos espera para descansar un par de horas antes de tomar nuestro vuelo hacia Argentina. Erika me pide ayuda para quitarse el vestido blanco con que el que tantas veces fantasee verla. Su ropa interior en el mismo tono y sus portaligas a juego captan mi atención en segundos. ¿Se puede ver más sexy? Quién sabe, ella me sorprende a menudo.

Me quito el saco para dejarlo sobre el sillón que se encuentra en un costado, ella se encarga de desprender cada uno de los botones de mi camisa. La miro, su maquillaje está intacto a pesar del baile y las lágrimas de emoción. Con o sin maquillaje se ve bien, ya lo he dicho.

Un juego de besos imparables comienza al dejarnos caer sobre la cama. No es la primera vez que hacemos el amor, pero se siente diferente de alguna manera. Estoy ante la señora Jeong, aunque no quiera que la llame así.

Sus caricias, sus besos, el roce de nuestras pieles, podría definirse como la mejor experiencia que he tenido. Suena cursi, todo es cursi cuando pienso en Erika D'angelo.

—Deja de pensar tanto y disfruta el momento conmigo —Pide al mirarme a los ojos.

—Lo hago, mi amor, créeme que es así.

Me fascina su cuerpo, tiene la piel tersa y suave con el aroma a frutos rojos característico que emana de ella. A partir de hoy me considero suyo para toda la eternidad, porque estoy loco de amor por esta mujer.

Besa mi cuello seguido por el lóbulo de mi oreja. Mi cuerpo reacciona de forma inconsciente, ella suelta una pequeña risita ante mis suspiros. Sabe cómo me siento, todo lo que provoca en mí con actos sutiles.

La escucho gemir de placer, nada podría hacerme sentir más satisfecho. Cuando se trata de besarnos pedimos por bocanadas de aire. Mis labios se entusiasman más de la cuenta, recorren cada parte de su exquisito cuerpo hasta percibir que tiembla. Algo dentro de ella estalla y me enloquece.

Tengo un hambre voraz de deseo, porque su rostro me cautiva tras los fuertes suspiros que se oyen en la habitación. Quiero más que eso, quiero ser parte de ella y llevarla una vez más hasta lo más alto del goce. Y lo logro. Lo logramos, porque los dos caemos rendidos.

Continúo besando sus labios rosas en tanto nuestras respiraciones se normalizan poco a poco. Mis dedos recorren el largo de su brazo y regreso hacia su hombro en un vaivén suave y delicado. Su pecho se eleva, sus ojos se cierran, está agotada.

—Me vuelves loco, D'angelo, ¿te lo he dicho alguna vez?

—Tú me vuelves loca —Acaricia mi cabello—. Estoy exhausta, Jeong. Nos espera un largo vuelo hacia Argentina en unas horas.

—Me pongo mi pijama para dormir—digo divertido.

—¡No, desnudo! Así debe ser la primera noche de casados.

—Usted es una pervertida, señora Jeong.

Hoy fue un largo día de emociones y sentimientos encontrados. Es hora de descansar.

Erika se acomoda en mi pecho y estoy seguro de que puede oír mi corazón latir acelerado. No es solo producto de lo que acabamos de hacer, sino de lo enamorado que estoy. ¡Me casé con Erika D'angelo!

—Te amo, Jeong.

—Te amo, mi amor. 


...

¿Les gustó el capítulo? ¿Qué parte fue su favorita? 🥰

QUEDAN 4 CAPITULOS PARA QUE LA HISTORIA TERMINE!!! ¿Están listas? 

Les mando un montón de besos a la distancia. 

GRACIAS POR TANTO AMOR 💜

JK

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