ERIKA

Junto a Dae Ki intercambiamos la información recopilada para nuestro trabajo. Ayer, aprovechando que mi sala estaba ocupada, me quedé en el dormitorio e investigué por cuenta propia para adelantar algunos aspectos del informe. Por suerte, Dae es de los míos, sin pensarlo ya hemos avanzado. Esta tarde podremos continuar sin dificultad.

—Erika-yah, ¿crees que Jong Hyun se moleste conmigo por ir a tu departamento? —dice casi en un susurro al encontrarnos en biblioteca.

—¿Le tienes miedo a Jong Hyun?

—Claro que no —Sonríe—, es solo que no quiero que tú tengas problemas con él por mi culpa.

—No te preocupes, ya sabe que irás. No es mi padre, es solo mi roommate.

—Eso lo sé perfectamente; aun así, me gustaría caerle mejor.

Dae Ki es tan bonito y considerado que a veces me cuestiono si Jong Hyun lo ha amenazado o advertido con juntarse conmigo. Es evidente que no le tiene miedo; sin embargo, nunca le discute en mi presencia, y eso se debe a su alta caballerosidad y nobleza.

Estoy segura de que si mi madre lo conociera quedaría fascinada, pero no soy mucho de hablar de las personas con las que me relaciono, menos de mis amigos varones; con los hermanos Jeong todo es un dilema.

—Entonces, ¿estará bien que vaya? —Vuelve a preguntar.

—¡Sí, ya te dije que sí! Tú tranquilo.

—Nunca le hice nada, ¿por qué me detesta?

—No lo hace, es que... Jeong es así. ¡Concéntrate en esto, Dae!

La sala se encuentra invadida por un grupo de chicos guapos. Kyu Bin se convirtió de un día para el otro en uno de ellos. Escuché a mis compañeras de la universidad murmurar sobre su cabello rubio de ensueño. Con su estatura promedio, y su acento marcado, endulzó los oídos del curso completo.

¿Cuál es el criterio para formar parte del clan de los populares? Es una pregunta que me hago a diario sin obtener respuesta.

Es gracioso, porque me junto con ellos, pero me siento apartada de ese mundo. No tiene que ver con mi acento, tampoco con mis orígenes, es algo que va más allá de eso. Quizás ser popular también implique tener que salir de fiesta y dejar que te sexualicen la mayoría del tiempo. Repugnante.

Dae Ki llegó al departamento con una hermosa sonrisa, saludó a los presentes y se sentó a mi lado. Claro, solo uno contestó de mala gana, aunque ya estamos acostumbrados a que eso suceda. Ignorarlo fue la mejor opción.

Pese a que compartimos espacio no estamos escuchando al grupo contrario, las tareas están bien distribuidas, y el adelantar algo en biblioteca nos jugó mucho a favor. El ambiente es pacífico después de todo.

Las horas pasan y el grupo de Jong Hyun termina. Min Wook los invita a un bar a tomar unas cervezas para relajarse después de una tarde de tanto estudio, pero Jeong rechaza la invitación. A veces pienso que nunca en la vida va a dejar de vigilarme, como si el hecho de tener a Dae Ki cerca fuese motivo suficiente para que algo suceda entre nosotros ¿Por quién me toma?

—¿Erika, sucede algo? ¿Estás cansada? —pregunta mi compañero.

—No, no es eso...es que no encuentro el documento que tenía hace un momento—Miento.

—Acá está—Señala.

—Lo siento, yo...

—Conmigo no tienes que fingir—Mira de reojo hacia los chicos.

Min Wook y Kyu Bin se retiran, Jong Hyun permanece sentado en su lugar haciendo caso omiso a nuestra presencia. ¿Desde cuándo es tan aplicado?

—Erika, si quieres dejamos esto por hoy y mañana podemos retomar, ¿te parece?

—Está bien, Dae, pero no te sientas incómodo por la presencia de mi roommie —enfatizo para que escuche de una vez.

—No es eso, es que tengo una cita en un rato.

—¿Vas a salir con quien yo creo? —expreso con sorpresa.

—¡Sí, deséame suerte, Erika-yah!

Guarda sus apuntes en la mochila con bastante entusiasmo, se nota a leguas sus ganas de salir al encuentro de aquella chica que tan loco lo trae.

Me encanta esto, ser su confidente y darle consejos. Emocionarme por su vida amorosa a la espera de detalles cursis es una habitualidad. Kim Dae Ki es como el protagonista de una película de amor al que quieres que todo le salga bien, entonces te recargas de buena energía para regalársela.

—Vas a contarme todo, ¿verdad?

—Sí, Erika, lo sabes —reímos—. ¡Adiós, Jeong Jong Hyun! —Se aleja sin esperar una respuesta.

—Adiós, Dae Ki—Contesta desde su silla para luego acompañarlo hasta la salida.

—Esperaba ser ignorado—dice por lo bajo.

A decir verdad, también esperaba eso.

—Lo lamento—dice Jeong—. A partir de ahora podemos llevarnos mejor.

Estrecha su mano en una especie de tregua. Dae Ki imita el gesto, pero antes de salir le susurra algo al oído. 

No sé qué fue eso, aunque tampoco quiero preguntarle a Jeong o comenzará a molestar. Mañana lo voy a saber. 

JONG HYUN

Min Wook insistió en que fuéramos por unas cervezas al bar, pero no podía dejar a Erika con Dae Ki a solas. No confío en él. Mis amigos insisten en que no se ve un mal tipo; no obstante, es un riesgo que no quiero correr.

Después de pensarlo llegué a la conclusión de que ser más cercano a Kim me conviene. Al enemigo hay que tenerlo cerca, por si acaso.

Me llevé una sorpresa al saber que saldría con alguien y que Erika estaba al tanto de ello pidiendo detalles. Qué idiota soy, no hay segundas intenciones; al menos no de él.

Al despedirme decidí empezar de cero como si nada hubiese pasado. Como si ignorarlo en la universidad o aquí en el departamento fuera algo totalmente ajeno.

"Reacciona antes de que sea tarde" fue todo lo que dijo antes de irse. 

Erika se ve cansada. Mientras ordena lo que ha quedado sobre la mesa, recuerdo que sus dolores de cabeza están presentes en estos últimos días, por esa misma razón es que me ofrezco a ayudarla a preparar la cena.

Mamá nos repitió hasta el cansancio que teníamos que aprender a cocinar para subsistir. Sé hacerlo, aunque nunca lo demostré delante de mí roommie, prefiero que ella se ocupe.

—¿Quieres cocinar tú? Adelante, no voy a oponerme.

—No, no sé cocinar.

—A mamá podrás engañarla, pero a mí no. ¡Vamos! —Hace un ademán con sus manos hasta la cocina—. Haz algo mientras yo me doy un baño. Te quiero, Jonghyunie —Besa mi mejilla.

—Espera... ¿cómo lo sabes?

—Soy una mujer intuitiva e inteligente. —Se aleja por el pasillo.

¡Sí que lo es! Siempre descubre mis mentiras.

He aprendido muchas cosas en estos últimos años; hacer mi propia comida, o preparar en cantidades extremas, es una de ellas. No lo he comentado en demasía con Erika, creo que hay detalles que podrían preocuparla si escabulle en los tratos del ejército. No obstante, fue un gran aprendizaje.

Mi plato de Naegmyeon es todo un éxito, soy como un gran maestro gourmet, no hay nadie que se resista a este sabor maravilloso. Será la primera vez que cocine para D'angelo, pero sin duda va a gustarle.

Antes de ir a buscarla a su dormitorio, me encargo de la mesa, para que no tenga el atrevimiento de reclamar mi falta de sensatez. Estoy ansioso por escuchar su devolución.

Erika sonríe al conocer el menú; sin embargo, no come casi nada cuando tiene el plato frente a ella. Por un momento pienso que está horrible, mientras que mi excelente paladar asegura que es una delicia.

Me concentro en su rostro. Ella luce pensativa, no acota palabra y lo único que hace es jugar con sus palillos sobre el plato. Tiene el cabello  mojado, una remera ancha y los ojos enrojecidos por estar horas frente a la pantalla.

—¿Por qué no estás comiendo? Cociné muy bien.

—Está rico —asiente—, pero no tengo mucha hambre.

—¿Qué pasa? ¿Quieres que hablemos de lo que te incomoda?

—No es nada.

—D'angelo...

—Me voy a dormir, Jeong —Se levanta de la silla—. Gracias por cocinar hoy.

Me encantaría saber qué pasa por su cabeza o qué es lo que la atormenta tanto. Pasan los años y sigue pareciéndome una incógnita. Cada día la conozco menos, y eso me lastima. 

1 SEMANA DESPUÉS

Mañana se entrega el trabajo, la semana se volvió tediosa. Este semestre nos sorprende con diferentes proyectos, rendimos exámenes y muy pronto los finales. Los horarios se acortan, el estrés aumenta al querer cumplir con cada obligación. Somos tres y, a pesar de eso, estamos atrasados en algunos aspectos; pero nada que no pueda solucionarse.

Erika y Dae Ki tienen el trabajo prácticamente aprobado. Él ha venido a casa por las tardes, algo que no me ha molestado después de saber que su interés por mi mejor amiga no es como lo pensaba. Incluso en la universidad y en los entrenamientos entablamos una conversación. Estaba equivocado sobre su persona, Kim es un buen tipo.

—Salgamos a beber algo, aprovechemos que por fin terminamos este trabajo —Propone Min Wook—.El cambio que falta no será problema.

—Me parece bien. ¿Vienen? —Invito a Erika y a Dae Ki

—Sí —Acepta el castaño.

—Vayan ustedes, yo me quedaré en casa hoy—contesta Erika.

D'angelo siempre fue así. Sus salidas con amigas se reducían a tomar el té o algo "más tranquilo" con mis hermanos. No me sorprende que quiera quedarse, ni siquiera bebe como para querer ir al bar.

Permanece sentada con las piernas cruzadas sobre la silla, trae puesta una enorme sudadera, que por cierto es mía, y el pelo recogido. Su rostro no tiene maquillaje; aun así, se ve bien.

—¿Por qué no quieres ir? ¡Vamos! Siempre estas acá en casa —Intento convencerla.

—Es que me siento cansada, no tengo ganas de salir.

—Últimamente te estás sintiendo muy mal, debes relajarte —Acaricio su cabello—. Si quieres me quedo contigo.

—No, vete con los chicos. La próxima los acompaño.

Es consciente de que no he ido a fiestas desde que regresamos de Busan, me he quedado en el departamento concentrado en este trabajo de investigación. De todas formas, me gusta cambiar de aire para distraerme del encierro, es más una necesidad que un capricho.  

—Jeong, lo digo en serio, puedes irte.

Acepto porque lo pide con insistencia y porque quizás quiera estar sola después de que estuvimos usurpando los espacios donde acostumbra a estudiar. Algo me dice que ordenará la sala antes de ir a dormir. Erika es impredecible en algunas cosas, aunque pronosticable en otras.

Los cuatro subimos al auto de Wook, él será el encargado de llevarnos y traernos. A pocas calles de la universidad, en Hongdae, hay un bar de aspecto tranquilo, es frecuentado por estudiantes y la música es buena. Ninguno parece oponerse al plan, a decir verdad, resulta extraño la formación de este equipo improvisado.

Por un lado, tenemos a Kyu Bin, recién llegado de Busan con menos de una semana de residencia. No tiene idea a dónde ir, el hecho de que lo lleven y lo traigan de regreso le parece propicio. Por otro, tenemos a Dae Ki, incorporado en menos de 5 minutos a causa del rechazo de D'angelo en acompañarnos. Esto, además de impensado, podría ser contraproducente, él nos está cayendo bien. Finalmente, Choi Min Wook, audaz y sin pelos en la lengua, el alma de la fiesta dentro del coche y quien tomará las riendas de este suceso innovador.

Si hace una semana atrás me hubiesen dicho que compartiría tiempo con todos ellos, posiblemente no lo creería.

Dentro del bar compartimos unas cervezas, hablamos de la universidad y mujeres. Confiesan que Erika les parece atractiva, que se fijaron en ella desde un primer momento por ser extranjera. Al fin de cuentas nunca estuve tan errado.

Me preguntan al respecto de vivir con una chica y cómo es posible que no sienta atracción física al pasar tiempo a su lado. No lo sé, supongo que nunca me he cuestionado eso. D'angelo es linda, pero hace años que el sentimiento que tenía desapareció. Quizás después de los 12 y mi primer beso fallido o en las incontables ocasiones en las que peleamos. Por obvias razones no se los cuento, sería el hazme reír del grupo ante los inminentes rechazos.

—Jong Hyun, ¿puedo preguntarte algo sin que te enojes?

—Sí, Dae Ki, ¿por qué me enojaría? —reímos.

—Es sobre Erika.

—Lo supuse. Ya dilo.

—¿Tú sabes si está comiendo?

—¿A qué te refieres? —La pregunta me toma por sorpresa, y mi cabeza viaja hacia el pasado en un instante.

—Estos días nos ha preparado merienda a nosotros, pero ella nunca come. Cuando le pregunto si lo ha hecho me dice que sí, aunque sé que miente, porque en los recesos se queda en el salón con su celular.

—Ahora que lo mencionas, hace días que no hemos cenado juntos—Comienzo a pensar—. La última vez dijo que no tenía hambre; ahora con este trabajo terminamos agotados, no le di importancia. 

—¿Pero por qué dejaría de comer? ¿Por la universidad? —Se cuestiona Kyu Bin.

—Mencionó hace un tiempo que se pondría a dieta. Le dije que era una tontería, pero quizás sigue con la misma idea.

—No creo que hacer dieta sea necesario—frunce el ceño. 

—Voy a hablar con ella. Gracias por decirme, Kim.

Si continúa con la idea de una dieta absurda, le pediré que pare o podría afectarle. Estimé que esos ideales de belleza habían quedado en el pasado, asumí que lo había entendido y que estaba siendo responsable en su alimentación y cuidado personal. Tengo que hablar con D'angelo, las cosas no marchan tan bien como creí. 

...

Ayer se me complicó actualizar, por eso hoy lo hago más temprano.

Quién sabe si más tarde subo el 5🤔... jaja

Les mando muchos besotes, gracias por la paciencia 

PD: Cualquier edit, meme, video, etc. que hagan sobre la historia me etiquetan o me lo mandan por privado. Ya saben que comparto todo 💜💜💜💜

PD 2: A todas las que se pusieron de perfil las iniciales de Erika y Jong Hyun me han hecho muy feliz. GRACIAS POR TANTO AMOR