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CAPITULO 36

JONG HYUN

Los días pasan, la culpa persiste y los mismos pensamientos reaparecen en mi cabeza una y otra vez. Ya no recuerdo lo que es dormir sin cargo de conciencia. Vivo en un departamento oscuro y silencioso desde que aquella armónica voz se fue. Aun así, tengo presente la última conversación.

He planificado mil maneras para disculparme, pero ninguna me resulta acertada ni conveniente. Me niego a aceptar que se terminó, mas debo admitir que tuve oportunidad de enmendar el daño y no lo hice. Ella tomó una decisión sin mirar atrás y voy a respetarla.

Decido salir a despejarme. No tengo un rumbo fijo, me basta con no estar en el departamento. Me estoy volviendo loco.

Las calles se vuelven largas al carecer de compañía, por eso odio caminar solo. Me aburro con facilidad y mi ánimo no es el mejor para usar los audífonos y disfrutar de una buena playlist.

Todo se ve diferente, pero nada ha cambiado en realidad. ¿Será que alguien puede quedar vacío por dentro? ¿O el mundo se ve distinto cuando ya no podemos reflejarnos en otros ojos?

Esto se siente un caos, cada día que pasa es abrumador. La soledad es horrible.

La puerta de Baskin Robbins resulta interesante en cuanto me aproximo. Ha pasado tiempo desde la última vez que vine por un helado. Chocolate es el primer sabor que se expone en la lista, entonces no hay necesidad de buscar otro. Con algo tan simple logro sentirla cerca, ella estaría contenta.

Reflexiono en cuanto voy de regreso por mi camino habitual. Debo buscar una forma de seguir adelante sin caer en una vida rutinaria y monótona.

—¡Hey, Jong Hyun! —Escucho de repente.

Seo Won-ssi.

—¿Viniste por un helado? —Camina junto a mí.

—Quise salir un rato, se me antojó.

—¿Y Erika? —Interroga sin tantas vueltas.

—Terminamos.

—Sí, lo sé. ¿Pero no ha llamado desde Argentina? ¿Cómo está?

—¿Cómo sabes que se fue a Argentina?

—En tu último partido me contó que se iría al finalizar la universidad a causa de un contrato que dejaron sus padres. Y bueno...que terminaron.

—¿Erika fue al juego? —inquiero sorprendido—. No la vi en toda la tarde, no puede ser.

—Ella iba a verme a mis partidos, ¿por qué no iría a verte a ti sabiendo que era el último? —Sonríe ladino haciéndome sentir un idiota.

—No lo sé, discutimos. La busqué en la tribuna mucha veces.

—Estuvo en otra parte, pero sí fue —encoge sus hombros—. ¿Entonces no has hablado con ella?

—No.

—Deberías—Sentencia.

—Seo Won, ¿tú le enviaste las flores el día de la graduación?

—¡Sí, idiota! ¿Cómo crees que se ha sentido en todo este tiempo? No tiene a sus papás y sus estúpidos hermanos solo causan problemas.

—No hables de lo que no sabes.

—¿Qué debo saber? ¡La ignoraron! Nada justifica que tus amigos la apartaran. Decías amarla y lo arruinaste.

—Quieres volver con ella, ¿no es así? Por eso dices todo esto.

—¡Claro que quiero volver con ella! Debería ser un imbécil para no querer hacerlo. Lastimosamente está enamorada de otra persona, y contra eso no puedo luchar.

—Escucha, yo volveré con Erika ¡No te metas!

—¿Y por qué no la buscaste cuando estaba en Corea? Tienes que esperar a perderla para reaccionar —Se queja con motivos—. No intentaré nada, quédate tranquilo. Pero si el tiempo pasa y tú no arreglas las cosas, no me mantendré de brazos cruzados.

—Erika es mi novia.

—No lo es. Estamos en la misma condición —sonríe —. Aunque la culpa que cargo es más grande que la tuya.

—No cuidaste de ella—digo. .

—Tú tampoco lo hiciste.

—Es diferente—Insisto—. Lo que viví con ella no se compara con tus escasos meses de hacerte el novio.

—Amo a Erika, y no tengo miedo de decírtelo.

—Ya vete—contesto a regañadientes.

—Sí, es lo mejor. Golpearte en la calle no sería correcto.

Después de que D'angelo se fue de la ceremonia quedé alterado. Discutí con Jin y mi padre, no podía calmarme como pedían. Les pregunté si habían enviado las flores; no obstante, recibí una negativa.

¿Quién más podía ser? La posibilidad de un anónimo era baja, porque ella tenía una tarjeta en sus manos y sonrió al leerla. Llegué a la conclusión de que era Lim Seo Won, su exnovio empalagoso. Faltaba confirmarlo.

Él no se interpuso en nuestra relación. Es un tipo correcto, siempre lo he pensado. Salvo el detalle de la infidelidad lo demás era genuino. Nunca se sobrepasó con Erika, la hizo sentir bonita todo el tiempo con sus palabras y mensajes, la ayudó en sus problemas personales y en algunas materias de la universidad, como Matemática Financiera que tanto aborrecía.

Si lo pienso en profundidad, no regresará con Seo Won, pero tampoco lo hará conmigo. Recuerdo las palabras de Dae Ki y me siento peor. No soporto la idea de perderla.

Cargo con mucha culpa y no es algo actual, es de años, porque siempre he lastimado a D'angelo. Quizás esta vez se me fue la mano y corro con la desventaja de que no tengo forma de comunicarme con ella, al menos no de la forma en que quisiera.  

A veces creo que nuestra relación empezó de manera precipitada debido a los secretos. Fue responsabilidad de ambos por no ser sinceros desde un principio. Lo único que deseo es que esté bien y sea feliz, se lo merece.


ERIKA

Hemos recorrido la ciudad de San Luis desde el primer día que llegamos. El Abogado Rost, amigo de mi padre, nos recibió con gentileza. Preguntó por mi licencia de conducir antes de entregar un auto a mi disposición a fin de poder ir a dónde quisiéramos; sin embargo, su hija Florencia se ofreció a acompañarnos.

Ella es una chica muy linda. Rubia, cabello largo lacio y unos ojos avellana preciosos. No habla coreano, pero al menos conmigo se puede comunicar. Conversar con Flor me recordó a mi madre, no he perdido el acento característico de esta ciudad.

Fuimos a comer, al shopping, parques y un sinfín de lugares turísticos. Hyo Ri aprovechó para sacar fotos, usó a Florencia como modelo y ella aceptó sin problema. Xia y Sook parecen niñas pequeñas, todo les llama la atención de por aquí.

La casa de mi abuela es grande, cuenta con un verde jardín y está ubicada en Juana Koslay, una de las localidades más lindas de San Luis a mí parecer. La última vez que vine fue antes del accidente de mis padres, tenía 14 años y pasamos las fiestas navideñas aquí.

Mi abuela Alfonsina era una mujer alegre y cariñosa. Amaba a mi padre más que a nada en el mundo. Y cómo no hacerlo, Franco D'angelo era un hombre gentil dedicado a su familia que, pese a la distancia, se encontraba al pendiente de su madre.

Ella quiso traerme a Argentina; pero aceptó mi pedido de quedarme a vivir con los Jeong. Por diferentes motivos no viajé a verla y ella solo pudo hacerlo una vez. Falleció una semana antes de mi cumpleaños, se encontraba enferma, no quiso decírmelo para no preocuparme. Me sentí en falta, mucha para ser sincera.

Estar aquí me hace feliz, me encuentro invadida por los recuerdos de mi infancia. Hay tantas fotos en la casa que no puedo evitar sonreír y conmoverme. Me resulta loco estar sentada bajo el árbol del patio trasero con mis amigas. Hubiese sido lindo traer a Hyo Ri de niña y columpiarnos un rato mientras hablábamos de Jong Hyun.

Jong Hyun... Ojalá pudiera conocer esta parte de mi vida. Me encantaría que conozca esta casa, que vea las fotos que conserva mi abuela sobre las paredes. Se sorprendería al saber que él aparece junto a mí en un primer día de Kinder.

—Esta casa es hermosa—dice Sook sin dejar de observar alrededor.

—¿Piensas quedarte a vivir aquí? Te vendremos a visitar seguido.

—¿Podemos vivir todas? —Bromea Hyo Ri.

—Aprendan a hablar español y vemos que sucede.

No se dan a entender, incluso en el inglés son pésimas. A Florencia se le ocurrió una idea magnífica y poco útil por momentos: el traductor de Google. Fue la herramienta más práctica para usar, pero eran tres dementes queriendo interactuar todo el tiempo. La paciencia de la chica fue admirable.

Tenemos innumerables anécdotas para repetir cada vez que nos reunamos.

—¿Qué piensas hacer, Erika? ¿Vas a quedarte?—Pregunta de nuevo Xia.

—Sé que van a decir que soy una idiota, pero extraño a Jong Hyun—confieso—. Lo vi en la entrega de diplomas y estaba súper sexy. Se cortó el pelo y...

—¡Qué asco! —Hace una mueca—. No vuelvas a decir que Jonghyunie es sexy. Estuvimos en la graduación y no lo notamos.

—Guarda esas peleas para Jong Hyun, ¡no para Erika!—La reta—. Si no estás segura de quedarte, entonces vuelve a Seúl y reconcíliate. Uno de los dos debe ceder, y podrías ser tú.

—El día de la ceremonia quise acercarme a los chicos para despedirme de ellos, pero no voltearon a verme cuando llegué.

—La culpa es de los dos—Opina mi amiga de pelo rosa—. Uno hace algo, el otro lo imita. Es la primera vez que están separados con enojo de por medio. No puedes seguir así, quizás él piense lo mismo.

—Jong Hyun me dejó. Dijo que se acostaría con la primera mujer que apareciera en su camino.

—¿Crees que ya se olvidó de ti y volvió a ser como antes? —Indaga Sook.

—¡No! —Interrumpe la pelinegro—. Lo dijo para provocarte, pero no es tan imbécil como para hacerlo.

—Hyo...Se terminó.

—Voy a hablar con seriedad a partir de este momento. Tienes que regresar a Corea del Sur, buscar al sexy de Jin y decirle que estarás con Jong Hyun sí o sí. Luego buscas al tonto de Jonghyunie y le dices "tú y yo somos novios otra vez, no te dejaré ir porque eres el amor de mi vida" fin.

—¡Woah! Eres una experta en reconciliaciones de pareja. ¿Por qué no buscas a Bo Gum y vuelves con él? —Bufa Xia.

—¿Terminaron? —digo—. ¿Cuándo?

—Lo mío es distinto. Él se estaba haciendo el galán con otras chicas y merezco a alguien mejor, ¿no lo creen? Yo saldré con otros hombres a partir de ahora, empezaré por un argentino. ¿Los han visto? Si hablara español sería más fácil.

—Si pudiste entablar conversación con Bo Gum siendo una neandertal, puedes hablar con un argentino utilizando tu inglés simio —Espeta Xia con gracia.

—¿Ah sí? Tú porque conociste a un chino te crees la gran cosa.

—Hey, gracias a Xia compramos en esa tienda—reímos —. El chinito le tiraba los galgos—digo en español.

—¿Qué quiere decir eso? —pregunta confundida.

—Es una expresión que se usa cuando alguien tiene un interés sexual en ti.

—¡Woaah! Voy a utilizar esa expresión más seguido.

—¿Cómo se dice? —Insiste curiosa.

Tirar los galgos—repito.

—Haré eso muy pronto por aquí—Guiña un ojo y todas reímos.  

Las pláticas serias no funcionan en este grupo.

—En definitiva, la única que está bien sentimentalmente es Xia Unnie—Señala Sook con picardía.

—Sí, es verdad—sonríe—. No he querido decírselos porque pensé que no era el momento indicado. No quiero presumir mis mensajes de amor frente a sus desdichadas vidas.

—Amor made in China.

—Envidiosa. 

El Señor Rost viene por mí para ir a la empresa. Podré recorrer las instalaciones y conocer a antiguos colegas de mis padres. Para ser sincera, no sé qué debo hacer en caso de quedarme, acabo de terminar la carrera universitaria, aunque no sé cómo realizan las funciones aquí.

No se me presenta lamisma duda en cuanto a la empresa de papá en Corea del Sur. Si bien no mecorresponde nada de ella, sé que tengo un lugar disponible para trabajar allí.Con eso me conformo. El dinero nunca ha sido algo que me mueva a seguiradelante, soy más sentimental que estratégica. Ese es otro tema. 


Las personas me saludan cordiales, muchos se atreven a decir que soy la fiel copia de mi madre y eso me hace sentir orgullosa. Presencio una larga junta, quiero estar al tanto de todo, pero sin emitir opinión, no sería prudente inmiscuirme. Lorenzo Rost y Benjamín Bech, el otro abogado, yacen a mi lado.

Es una empresa dedicada al Servicio en Comercio Exterior, asesoramientos en general. Temas complejos como exportación e importación con sus respectivos aranceles. Involucra la parte legal y aduanera, como así también seguros y asesoramientos bancarios. En la facultad odiaba todo eso, clases aburridas, aunque necesarias de aprender.

Mi padre amaba estas cosas. Recuerdo que se sentaba por horas frente a la computadora y enviaba archivos. En aquel entonces yo no era consciente del tiempo que demandaba. Él tenía dos trabajos, uno en Corea del Sur, otro acá con ayuda de Rost.

Años después comprendí que el famoso viaje de negocios no era más que una de las reuniones de asamblea de socios o quizás un simple control anual. Eso mismo sucederá conmigo si no tomo una decisión coherente. Tendré que viajar a menudo, enviar archivos desde allá o mantener contacto permanente con Bech por temas que desconozco. No estoy segura de seguir con esto. Temo decepcionarlos.

¿Qué se supone que debo hacer? Mi padre me ha dejado parte de su empresa, pero yo no se lo he pedido. A veces desearía que estuviera a mi lado. Me gustaría volver a tomar un mate cocido con facturas en una de esas tardes de charlas interminables. Papá daba consejos raros que luego tomaban forma en la práctica. Lo extraño.

Jeong Jong Hyuk también me escucha, cumple conmigo un rol paternal sin distinción. Me pregunto si él podrá indicarme un camino correcto...

La junta termina y los socios se retiran, no sin antes felicitarme por mi graduación. Ellos aluden a que mi título universitario vale mucho más que cualquiera de los suyos debido a la formación. Repiten que me parezco a mamá y, por último, que mi familia estaría orgullosa. Agradezco los cumplidos, sin embargo, solo uno es el que me importa.

Rost y Bech regresan a la sala de juntas para hablar conmigo sobre mis inquietudes. 

—No estás preparada para esto—comienza Rost—, y no me refiero a tu capacidad, porque serías excelente para hacer lo mismo que tu padre; lo digo porque tienes una vida hecha en Corea del Sur y eres muy joven para despegarte de esos lazos.

—¿Debo vender mi parte? Desconozco cómo tengo que proceder.

—Erika, —dice Bech— eres igual de impulsiva que Amelia.

—¿Tanto me parezco? —Sonrío feliz—. Me lo han dicho muchas veces.

—Eres idéntica —asiente.

—Me niego rotundamente a que quieras vender tu parte de la empresa, Franco no querría eso. Te proponemos que las cosas continúen como hasta ahora. Hace años que funciona sin que participes de forma activa. Puedes dejarlo en nuestras manos y obtener los beneficios. No vamos a desampararte jamás.

—Las puertas estarán abiertas para cuando quieras hacerte cargo de esto, incluso si decides vender tu parte no somos nadie para oponernos, pero considera lo que acaba de decirte Lorenzo. Lo haremos por contrato para tu tranquilidad.

—Gracias.

—A nosotros solo nos concierna el tema de la empresa, lo que guarda relación con la herencia de tu abuela es aparte.

—Lo sé, intervinieron por ser los encargados en aquel momento. Gracias por ocuparse y hablar con el señor Jeong.

—El Señor Jeong desconfió de nosotros al principio, pero después se dio cuenta de que los papeles se encontraban en orden y nos pidió disculpas. Puedes quedarte tranquila. Éramos amigos de tus padres, no vamos a defraudarlos. Mi hija Florencia tiene tu edad, si algo me pasara, espero que mis amigos puedan ayudarla de igual forma.

¿Era necesario venir hasta Argentina para darme cuenta de que no quiero abandonar a los Jeong? Sí, definitivamente. Me he quitado un peso de encima.

—¿Firmamos un nuevo contrato?

—Sí, por favor—digo—, pero con algunos cambios.

—Es un clon de Amelia, definitivamente—reímos. 


Luisa, vecina y amiga de mi abuela, nos ha traído pastelitos criollos. Desde que estamos aquí no nos falta comida. Mis amigas se entusiasman cada vez que ella llega y golpea la puerta. Las pocas palabras que han aprendido en español las utilizan muy bien.

Gracias, señora Luisa—dice en español Hyo Ri antes de una reverencia.

—Qué bueno que te gusten—sonríe—. Puedo traer más.

—No, no hace falta—Intervengo—. Ha hecho demasiado por nosotras.

—La última vez que te vi eras tan chiquita—Recuerda con cariño—. Estabas jugando con mi nieto Javier. ¿Te acordás de él?

—Sí, nos tenemos de amigos en Facebook—digo—. ¿Él cómo está?

—Bien, hoy me envió esta foto—La busca en su móvil. 

Hyo Ri sonríe con disimulo, el nombre Javier lo ha entendido a la perfección. Ya le había hablado de él, aunque nunca pudo conocerlo.

Luisa me enseña la foto de su nieto, dice que está enorme y que practica rugby. Su físico ha cambiado, pero su rostro luce igual de sonriente. Las chicas aguardan por la traducción, así que les comento que el chico de la foto es el nieto de Luisa.

A las tres les parece atractivo. Son muchos cumplidos que no voy a traducir por respeto a la señora a mi lado.

Tirar los galgos a Javier—dice mi amiga de Jeju mientras le devuelve el celular.

—¡Hyo Ri! —Reclamamos al unísono.

Luisa ríe, viniendo de una extranjera la pronunciación es graciosa.

—Puede que él le tire los galgos a ella, es muy linda.

—Disculpe, no saben mucho español.

—A mí no me molesta para nada. Las dejo para que sigan comiendo los pastelitos. Más tarde las esperamos al asado.

—Allí estaremos—asiento.

La mujer sale de la casa, luego reímos por las palabras de Hyo Ri. Cuando quiere es una desubicada en potencia; pero eso me gusta de ella, es espontánea y sus intromisiones resultan divertidas.

Unnie, ¿qué vas a hacer? ¿Regresarás con nosotras?

—Lo estuve pensando...

—Envíale un mensaje a Jong Hyun ahora mismo—dice la pelinegro al ponerse de pie—. Vamos en busca de mi laptop, hagamos una videollamada.

—¡No! —La detengo.

—Han Hyo Ri, deja de meterte—Se queja Xia—. Ubícate.

Jonghyunie está sufriendo como un cachorrito. No se conecta a Kakaotalk desde hace 6 días.

Llegué a pensar que me había bloqueado, pero resulta ser que tenemos problemas con la línea móvil. Florencia me consiguió un nuevo chip y con eso pude enviar mensajes a Hwan y a mamá. Pero no se lo dije a Hyo Ri.

—O cambió el número porque se enojó más.

—¡No digas eso, Sookie-yah! —La reta.

—Hyo Ri fue bloqueada definitivamente por Jong Hyun, eso fue lo que pasó—Se burla Xia—. Ahora tendrá que implorar su perdón.

—¡Eso jamás! Él se lo pierde.  

—Me voy con ustedes—digo con total seguridad.

Las tres voltean a verme sorprendidas ante mi decisión. Gritan y festejan conmigo como si fuese una gran noticia. En el fondo sabían que no me iba a quedar.

Amo a los Jeong, son mi familia, vivir alejados de ellos no está en mis planes por el momento. Nos quedaremos un par de días más para disfrutar de estas merecidas vacaciones, y luego volaremos a Seúl. Voy a arreglar mi situación con Jong Hyun, aunque me odie.

No importa lo que piense Jin, Jong Hyun se merece a una gran mujer, ¡y esa mujer seré yo!


...

¿Estaban esperando la actualización? 🥰 

¿Jong Hyun y Seo Won pelearán por el amor de D'angelo?

¿Qué piensan de la decisión de Erika?

¿A quién le tiran los galgos ustedes? jajaja

Quiero agradecer por el enorme cariño que estoy recibiendo en esta historia. Algunas de ustedes ya la habían leído antes, pero hay otras que son nuevas y la están viviendo por primera vez. Son muy lindas. 

Aquí nueva lectora 🙋‍♀️

Aquí vieja lectora 🙋‍♀️

GRACIAS  a quienes hacen videos, imagenes, edits, etc. Me han subido el ánimo el fin de semana y sin saberlo, porque la verdad es que estoy medio bajón. 

Les mando un beso enorme 💜 Comenten mucho xD

GRACIAS POR TANTO AMOR. 

JK 

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