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CAPÍTULO 34

JONG HYUN

Estoy muy nervioso, pero todo va a salir bien; a pesar de que mi estado de ánimo no es el mejor. Falta un paso para obtener el ansiado título.

D'angelo no aparece, otra vez vuelvo a preocuparme. ¿Se habrá quedado dormida? Temo que al estar sola olvide algo tan obvio como programar la alarma. Juntos cualquiera de los dos podía incurrir en ese error, sabíamos que el otro nos avisaría ante la mínima tardanza, mas ahora es imposible saberlo. 

El profesor ingresa con los papeles en mano dispuesto a no perder tiempo. Erika detrás de él.

Sonrío a la distancia, mi corazón se acelera y reprimo mis ganas de ir ahora mismo hacia el frente y arrodillarme si es necesario para que me perdone; pero no debo hacerlo, al menos no ahora.

Dae Ki tiene la mirada encima de ella; no obstante, la castaña ignora la presencia de su compañero al buscar un bolígrafo y lo que sea necesario antes de comenzar el parcial.

—Muy bien, jóvenes, comenzaremos con el examen. Tienen una hora exacta para terminarlo.

Pese a que he estudiado, no estoy tan convencido en mis respuestas. En tanto pienso, miro hacia adelante. Erika escribe, se nota concentrada y podría quedarme observándola sin prisa, mas tengo que terminar esto, y como viene la mano, no lo entregaré completo.

Aquellos repasos durante el cursado me invaden, algunos temas llegan a mí gracias a la melodiosa voz de mi novia al hablar en el auto. Es increíble lo mucho que la recuerdo, lo clara que la visualizo sin tener que cerrar los ojos para lograrlo.

—Muy bien, D'angelo, puede retirarse—dice el profesor.

¿Cómo puede ser que termine tan rápido? Este es el momento donde me arrepiento aún más. Cuando estudiaba con ella se me quedaban los temas grabados, los conceptos y definiciones eran fáciles, o quizás solo porque me obligaba a estudiar aplicando otro tipo de técnicas desde que éramos niños. Las competencias, los premios, las cenas sorpresas.

¡Concéntrate, Jong Hyun!


ERIKA

Entregué el examen más rápido de lo que creí; ahora puedo ir al departamento y dormir todo el día si es necesario para recuperar energía.

Anoche no pegué un ojo, la ansiedad era tan grande que se sentía una necesidad llegar y hacer el examen para librarme de ella.

Pensé en Jong Hyun, en cómo habrá llevado sus repasos, si conserva al menos los esquemas que hicimos juntos y lo poco que le expliqué antes de nuestra discusión. Quería verlo, pero no me animé. La vez anterior tampoco lo hice, sentirme rechazada sería terminar con la poca dignidad que me queda.

Saco el celular de mi mochila y la foto de Hwan sonriendo en la pantalla es buena señal. Hace días que no he podido comunicarme. Mis mensajes tampoco llegaban a destino.

—¡Hwan-ssi!

—Mi pequeña hermanita ¿Estás en la universidad?

—¡Estoy saliendo del último examen de la carrera! Estoy feliz, sé que me ha ido bien.

—Estoy orgulloso de ti. Te dije que eras la niña más inteligente del mundo—ríe.

—Porque tú me influenciaste —ironizo.

—No te he llamado en todos estos días porque he estado muy ocupado, tuve un problemita.

—¿Pero estás bien?

—Sí, ahora estoy libre.

—Te acuerdas de mí cuando estás libre...después me olvidas.

—Tengo regalos que quizás te puedan interesar—Cambia de tema.

—Tendría que verlos para saber si realmente lo valen —respondo con gracia.

—Estoy yendo a tu departamento, los podrás ver en vivo y en directo. Luego me dirás qué te parecen.

—¿Estás en Seúl?

—Sí, pequeña. ¡Espérame con algo rico para comer!

Unas lágrimas recorren mi mejilla a causa de la visita de Hwan. Saber que él estará conmigo un par de días o quizás solo unas horas me hace la persona más feliz del mundo.

Detengo un taxi para apresurar mi llegada. Necesito estar ahí y ordenar la sala cuanto antes, no quiero que se alarme cuando sepa que Jong Hyun se ha ido. Al menos puedo estar segura de que mi hermano no hará una escena ni empeorará la cosas.


Papeles ocupando la mesa, mi ropa recién lavada acumulada en el sillón, mi mochila en una de las sillas, ¡aquí hay un desastre! Comienzo por guardar todo dónde corresponde. Abro las ventanas y enciendo la televisión en uno de esos canales musicales, no sin antes ambientar con esencia a vainilla.

Prosigo a ordenar el escritorio de mi cuarto. Si bien mi hermano no entrará a ver mis cosas, lo cierto es que me gusta mantener el orden general del departamento.

Jong Hwan no dijo cuánto va a demorar, pero llegará en menos de lo pensado, debo ser rápida.

La habitación de Jong Hyun se encuentra cerrada como un recordatorio de que no quiere verme. La representación de que estoy fuera de lo que guarda relación con él.

Tomo valor y entro para abrir la puerta del balcón y ventilar. Ya no se siente el olor varonil de su perfume, tampoco quedan prendas que pueda usar para sentir su aroma. La cama sigue destendida desde que nos levantamos para discutir en mi dormitorio.

"Terminamos, ¡yo te estoy dejando!".

Salgo hacia el pasillo y cierro la puerta de nuevo. No tengo que pensar en él.

El timbre suena, por poco no corro a abrir de la emoción.

—¡Hwan-ssi! —grito al colgarme de él en un eufórico abrazo.

—Hola —ríe —. Siempre me recibes enérgica.

Aún es temprano, tomamos café junto a las donas que ha comprado.

—Tus favoritas, bañadas en chocolate.

—Gracias por acordarte.

—Háblame del examen. ¿Fue difícil?

Me ayuda a resolver algunas cuestiones de este. Desde que salí del salón de clases que no he revisado mis apuntes. No tenía sentido controlarlo conmigo misma.

Él es muy inteligente. No era tan aplicado en los estudios, pero jamás reprobó una materia. Me ayudaba con las tareas de la escuela cuando yo no entendía, y era muy paciente; pero esto último nadie lo sabe. Hwan mantenía un perfil bajo, nunca mostró aires de superioridad. Lo contrario a Jin, que cuando me ayudaba por poco no lo publicaba en el periódico.

Me pregunta por Jong Hyun y por qué todavía no llega. Mi semblante cambia, no está al tanto de nuestra pelea.

—¿No has hablado con él? —pregunto curiosa.

—Te dije que no he podido hablar con nadie a causa de mis responsabilidades. Tuve que apagar el móvil.

—¿Y eso por qué?

—Es una larga historia. Primero dime dónde se metió Jong Hyun.

Tiene que saber que después de la boda estuvimos bien, pero que luego lo arruiné. Lo arruinamos.

Le cuento todo. 

—¿Entonces, estás viviendo sola?—Inquiere tras mi relato.

La noticia le desagrada.

—Sí, pero no importa, me estoy acostumbrando.

—¿No tienes miedo? ¡Estás sola, Erika!

—Un poco... En realidad, nunca he estado completamente sola.

—Puedes contar conmigo para lo que necesites—Coloca su mano encima de la mía—. No mientas. Te sientes sola, lo noto en tus ojos.

—No, Hwan, nunca he estado sola. Cuando murieron mis papás, los tuyos se hicieron cargo; cuando no entendía mis tareas, ahí estabas tú; cuando me lastimaron...—guardo silencio.

—¿Te lastimaron? ¿De qué hablas?

—Nada, no importa—Intento cambiar de tema—. Trato de decir que no estoy sola, los tengo a ustedes.

¿Por qué soy tan idiota? ¡Parece que estar tanto tiempo en silencio me hace soltar la lengua!

—Mírame—Pide asustado—. ¿Mamá y papá saben de esto? Erika, dime qué pasó.

—¡Nada, Hwan! Te pareces a Jin queriendo saber todo.

—Erika D'angelo—dice con molestia—. Necesito que me cuentes. Voy a llamar al idiota de mi hermano y le pediré explicaciones de por qué te ha dejado aquí sola.

—¡No! ¡No lo llames!

—¿No entiendes que algo podría sucederte?

Años ocultando mi mayor secreto para tener que soltarlo de la nada en un momento de plática.

—¿Quién te lastimó? —Indaga sentándose a mi lado en el sofá.

Le cuento todo lo que me hizo Hong Ryul en Busan y lo que sucedió el año pasado en la universidad. Sus ojos se cristalizan en un intento de contener el llanto. Jong Hwan es un hombre sensible, el más frágil de los tres. Me abraza y pide disculpas por situaciones que no le corresponden, por no darse cuenta en aquel entonces, y por apagar su celular en el momento que me sentí sola.

Aprovecho para platicar sobre mis sesiones. Solo Jong Hyun y mis amigas están al tanto. No quise preocupar a mi familia con eso porque tendría que contar lo que sucedió en la secundaria. Me cuesta hacerlo, mas he aprendido a sobrellevar el recuerdo. De a poco, y con mucha ayuda, voy cerrando esa etapa dolorosa de mi vida.

—Hwan, ya pasó. So Hyun me está ayudando desde el año pasado; ahora estoy mejor, he superado mi baja autoestima y soy más segura de mí misma. Debo mejorar en otros aspectos, falta poco.

—Tú eres perfecta en todo sentido —Vuelve a abrazarme—. Mi hermano te quiere mucho, y tú a él. Después de esto nadie puede tener dudas de lo mucho que se necesitan.

—Me voy a Argentina —Lo interrumpo—. Papá ya lo sabe. No está de acuerdo, pero respeta mi decisión, y espero que tú lo hagas también.

—¿Ese es el verdadero motivo de la pelea? Pensé que ya habías desistido de irte a Argentina.

—Jong Hyun terminó conmigo por eso, era necesario. Esto mejorará nuestra relación con Jin.

Hyung está arrepentido. Desde que llegó a Corea no ha dejado de molestarnos con sus llamadas a mí y a Jong Hyun. Quiere hablarte, pero sabe que cuando te enojas eres terca.

—¿Apagaste tu celular por eso?

—Sí. ¡Perdón! No quería hacerlo, pero tú no te imaginas lo insistente que es—resopla—. Hace un par de días vino a Seúl y se reunió con Jonghyunie. Eso es lo último que sé. Supongo que no sabe que estás sola porque hubiese pegado el grito en el cielo.

—O sea que es mi culpa que estén peleados otra vez —musito.

—¡No, Erika! Ellos siempre se pelean, ¿ya olvidaste cómo eran?

—Pensé que era una etapa.

—Bueno, no lo es. Me quedaré unos días y luego regresaré a EEUU. No le avisaremos a Jong Hyun porque él no te avisó cuando Jin vino. Estoy molesto porque se fue y te dejó sola.

—¿No me odias por irme a Argentina?

—Nunca te odiaría —sonríe—. Eres mi hermana, aunque por estas venas no corra la misma sangre. No importa dónde te vayas, nada cambiará el aprecio que te tengo.

El lazo que nos une es más fuerte. Todavía recuerdo cuando Hwan me gustaba.

Sí, vi a mi hermano con ojos de amor en una época de mi vida. He de aclarar que jamás llamó tanto mi atención como Jong Hyun, pero sí supo ganarse mi afecto.

Hyo Ri suspiraba por Jin, por lo que Hwan era perfecto para mí. Pese a que era un juego, porque en el fondo Jeong Jong Hyun era el dueño de mis suspiros adolescentes, toda mi opinión respecto a Hwan era real.

Un chico atractivo, sencillo y con un corazón enorme. Me ayudaba en silencio, se quedaba a ver películas conmigo, y una vez salí junto a sus amigos de fiesta. Esto es un secreto de estado, solo papá lo sabe.

Creo que sería imposible creer que mi hermano me odiaría tal y como lo hacen los otros dos, porque nuestra relación es especial. Mi relación con cada uno de ellos es especial.

—¿Qué tienes?

—Estoy pensando en todo lo que hemos vivido tú y yo. Gracias por nunca dejarme, Hwan -ssi.


JONG HYUN

Estoy harto del sillón, pero me niego a volver al departamento. Quizás debería improvisar una cama en el suelo como hacía mi madre en la adolescencia cuando D'angelo se quedaba a dormir en casa los primeros días.

¡Mamá! ¡No la he llamado!

Tengo miedo de que me pregunte por Erika y luego me reproche a la distancia por dejarla sola en el departamento. Se lo dirá a papá y me irá peor. Sin embargo, D'angelo también me dejó solo en el partido y no se ha tomado la molestia de buscarme o preguntarme cómo me fue en el examen.

No, definitivamente no llamaré a mamá. No es lo mismo. ¡Me asesinará!

—¿Qué te pasa? —Indaga Wook.

—No he llamado a mi madre, pero si lo hago, va a venir a golpearme —Carcajeo.

—¿Y crees que Erika le ha llamado? Seguro ya sabe lo que hiciste.

—¡No hice nada! Ella siempre le llama, pero es obvio que no le ha contado que está sola en el departamento, porque ya me estarían buscando con la interpol.

—De ser así, puedes estar tranquilo.

—Wook, le hice una promesa a mi padre. A los 12, a los 15, ¡a los 18!

—¿Se renovaba cada 3 años? —pregunta confundido.

—¡No! Se renovaba cada vez que la cagaba.

—Toma —sonríe pasándome un Joystick—. Olvídate de tus padres un momento.

No tenemos otra cosa que hacer, terminamos nuestros exámenes y se puede decir que estamos de vacaciones hasta nuevo aviso. Nuestras vidas darán un giro, dejaremos atrás las salidas nocturnas con cervezas de por medio en cuanto comencemos a trabajar. No sabemos lo que nos depara el destino; pese a ello, es seguro que las cosas van a cambiar, al menos mi vida será diferente.

Choi Min Wook me ha escuchado en profundidad, sobre todo en las últimas semanas en que me he adueñado de su departamento. Es un hombre correcto, no se mete en problemas, y aunque logre disimularlo muy bien, es brillante en la carrera. Wook es de esas personas que no piensa mucho en el futuro, solo en el hoy, en el presente. Vive su vida al máximo, no pierde oportunidades, y es leal a sus convicciones.

Cuando llegué a Seúl supe que nos llevaríamos bien. Quería ser como él, vivir de la misma manera, sin pensar en qué podría suceder después. Y lo hice, mi estilo de vida cambió por completo con las salidas nocturnas y las chicas pasando por mi cama sin cuestionamientos al día siguiente. No fue sino hasta aquel viaje a Busan que las palabras de D'angelo me hicieron reaccionar para volver a mi antiguo yo, el que le gustaba a mi mejor amiga cuando no era un promiscuo.

¡Qué mal que estoy jugando a esto!

—¡Despierta, capitán!

—Eso intento, pero no puedo despejar la mente.

—Soy mejor que tú, no pongas pretextos.

Una llamada de Kyu Bin logra desviar mi atención por un momento, la excusa perfecta para que Choi se sienta ganador.

—¡Hola, Kyu Bin! ¿Qué pasa?

—¡Ya están los resultados!

—¿Tan pronto? Nos vemos en 30 minutos en el bar —Corto la llamada y dejo el mando de lado.

Me levanto del sofá para ir en busca de mi laptop.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tenemos que ir al bar?

—Ya están los resultados de los dos exámenes.

La universidad cuenta con un sistema online para ver las calificaciones. Accedo rápido a fin de descargar el listado completo.

—¡Déjame buscar mi nombre primero! —Me aparta.

—Lo iba a hacer yo. ¡Está en orden alfabético, busca el mío!

—¡Terminamos! ¡Lo hicimos! —Festeja en un grito y brazos hacia arriba.

—Espera, busca al resto—Me acerco a la pantalla—.Han Kyu Bin, aprobado. Kim Dae Ki...Aprobado.

Guardo silencio; no obstante, mi interior grita y mi amigo logra darse cuenta.

—Erika D'angelo —dice él al enfatizar en el apellido—. Aprobado.

Felicidades, mi amor, te lo mereces.

—¡Vamos al bar! Hay que festejar con los chicos.

Culminamos la etapa más tediosa de nuestras vidas. Adiós a las desveladas y los trabajos en equipo, adiós a la inapetencia y dolores estomacales causados por los nervios. Se aproxima un cambio. Mi cambio. Nuestro cambio.


...

¿Cómo están? ¿Esperando a que actualice temprano? Pasaron cosas jaja

Gracias por sus comentarios, votos y amor en esta historia 💜

De más está decir cuántos comentarios hacen falta para el próximo capítulo 🤭😂 Será mi nueva técnica. 

GRACIAS POR TANTO AMOR

JK

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