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CAPÍTULO 32

ERIKA

El profesor Bae asignó a Dae Ki como mi compañero para el último trabajo. Sin embargo, optó por separarnos al darse cuenta de que ya habíamos estado juntos. Entonces, la chica de gafas redondas, de la que tanto hablaba Jong Hyun, resultó una gran compañera. Su nombre es Shi Dal Ran. Hicimos buen equipo.

La investigación se redujo a una simple práctica en el salón. Y decir simple es una mera metáfora, porque nos llevó horas. Al menos no tuve que hablar con Dae Ki. Nuestra relación se encuentra desgastada, su enojo hacia mí persiste. He de reconocer que tampoco estoy dando el brazo a torcer.

Jong Hyun ha preguntado al respecto, mas lo evito. No quiero revelar la verdad de la pelea y que piense que le estoy ocultando cosas, aunque de cierta manera lo hago.

Pensé que ambos podríamos ir a Argentina, tratar de manejar negocios desde allá y empezar una nueva vida, ver la forma de colaborar con la empresa de papá a la distancia, como lo hace Jong Hwan. Pero no creo que sea posible, la situación cambió esa perspectiva perfecta.

Por otro lado, Jin no se ha comunicado conmigo y me siento culpable de no haberlo despedido correctamente. No obstante, el solo pensar que tampoco le hemos importado me da a entender que nunca va a cambiar su opinión respecto al noviazgo. Eso duele mucho.

Miro los apuntes sin concentrarme. Es el último esfuerzo, aunque me está costando el doble.

Un nuevo mensaje del grupo "Mamacitas" aparece para robarse toda mi atención. Hyo Ri dijo que cambiaría el nombre, pero ya quedó así.

Hyo- ¡Les cuento que haré mi primera campaña como modelo!

Erika- ¡Qué bueno! Ahora serás una modelo internacional.

Xia- ¡La modelo más linda!

Sook- ¡Felicidades, Hyo Ri!

Hyo Ri- Llegó la hora de organizar nuestro viaje.

Erika- ¡Eso suena interesante, me anoto apenas obtenga mi título!

Xia-cuenten conmigo.

Sook- Armo la valija en cuanto me lo digan.

Hace más de un año que hicimos este grupo de chat, hablamos todo el tiempo y nos mantenemos al tanto de lo que pasa en nuestras vidas. A Sook la veo seguido en la universidad, aunque su horario es contrario al mío. Ella es amiga de Min Wook; sin embargo, sus encuentros son constantes, incluso él se queda a dormir en su departamento y viceversa. De mi boca no sale ni una palabra, no sé si él les ha contado a los chicos. Además, ellos desconocen de la creación de este grupo, nunca se lo mencioné a Jonghyunie.

La idea del viaje me sirve de excusa para invitarlas a Argentina y quedarnos en casa de mi abuela mientras arreglo el papeleo. Lo voy a proponer después de los exámenes.

—¿Estás estudiando? —dice Jong Hyun tras abrir la puerta de mi habitación.

—Trato, no estoy muy concentrada. ¿Qué pasa?

—¿Quieres que estudiemos juntos y luego vamos por helado? Podemos caminar—sonríe.

—Estás nervioso por tu último partido, ¿no es así? Mi amor, todo va a salir bien.

—¿Cómo lo sabes? A veces creo que puedes leerme la mente.

—Me propones estudiar, un helado y caminar. Tres cosas por las que siempre te quejas.

—Nunca me quejo del helado, pero siempre invito yo —Se lanza sobre mí para hacerme cosquillas.

—¡Para, Jeong! ¡No puedo respirar!

—Te Amo, D'angelo —Nos recostamos en la cama—. Quiero mostrarte algo que encontré.

Una foto vieja en un nuevo comienzo de clases. Jong Hyun tiene una sonrisa muy tierna, una que aún conserva a sus 23. Yo salgo horrible.

—Siempre fuiste muy linda —menciona sin quitar su vista de la foto—. Me ayudabas en las tareas y te enojabas conmigo si sacaba bajas calificaciones. ¿Lo recuerdas?

—Tú te esforzabas y luego obtenías buenas notas para ganarme. Hacíamos competencia entre nosotros y apostábamos golosinas.

—Sí, es verdad. Con el tiempo entendí que la competencia era para obligarme a estudiar —resopla—. Aaah, ¡eres igual que mi madre! Se aprovechan de mi baja capacidad intelectual.

—¡Y mírate ahora, estás a punto de graduarte en Economía!

—Soy un chico perseverante—ironiza.

—Mañana juegas tu último partido de fútbol. ¿Vas a dedicarme goles?

—¡Voy a dedicarte todos los goles que quieras, mi amor! Deja esos apuntes y vamos por el helado, caminaremos de la mano como tanto te gusta.

Rumbo a la heladería noto que Jeong está inseguro, como si intentara contarme algo y no se animara a hacerlo. Lo conozco como la palma de mi mano, por más que quiera ocultarlo, es un ser transparente y sincero, no podrá hacerlo por mucho tiempo.

Decido darle su espacio, no quiero presionarlo. También estoy ocultando un secreto y, en parte, guarda relación con mi distanciamiento con Dae Ki.

Con mi helado de chocolate en mano, y una sonrisa de oreja a oreja, emprendemos nuestro regreso al departamento.

—¿Me dejas probar de tu helado? —pregunta divertido.

—¡No, porque la última vez comiste un montón!

—¡Probé solo un poco y tú exageraste, me hiciste comprarte otro! Toma, prueba el mío, es crema americana.

Jong Hyun nunca tuvo problemas para compartir conmigo, sacrificó hasta su propia habitación con tal de estar juntos. Me hace sentir mal, estoy siendo mezquina.

—¿Intercambiamos? —bromeo.

—No, porque el tuyo tiene menos que el mío. Eres la peor novia amiga de todas —exclama al fingir un reto.

Me encanta discutir por cosas insignificantes, siempre fue así. Al principio de nuestra relación fuimos cursis y tímidos, como si no nos conociéramos; pero luego todo volvió a la normalidad y somos novio amigos, como él suele decir.

Caminar de la mano es buena opción cuando el helado se termina. La cercanía me agrada.

—Jeong, ¿qué tienes?

—Quiero hablar contigo de algo, pero no sé cómo decírtelo sin que te enojes.

Me detengo de repente y gira a verme confuso.

—¿Te acostaste con alguien?

No sé por qué es lo primero que pienso.

—¡No! —Se acerca—. Erika, nunca te haría algo así. —Acaricia mi rostro y besa mi frente—. Por favor, no dudes de mí.

—Perdón, es mi culpa.

—No, es la mía—exhala pesado—. Quizás no valgo mucho, pero tú sí eres lo más importante que tengo. Tenerte así de cerca es un sueño cumplido.

—Vales demasiado—digo al mirarlo a los ojos—. Yo daría mi vida por ti, aun si no puedo estar a tu lado.

Besaría esas mejillas ahora mismo; no obstante, prefiero hacerlo en el departamento.

—¿Podemos dormir juntos hoy? —Propongo a una corta distancia—. Te extraño.

—Hace mucho que no dormimos juntos —asiente—. También te extraño —Me abraza antes de continuar nuestro camino.

—Tienes que relajarte para tu último partido. Te daré muchos besos hasta que duermas. 

—¿Pero podemos dormir sin ropa?

—No empieces, Jeong, nada de desgaste físico.

—Mi amor, es solo un incentivo. No le diré al entrenador —reímos.


Las preocupaciones de Jong Hyun son varias; Jong Jin una de ellas. Confiesa acerca de las llamadas y mensajes que recibe desde París. Me lo ocultó. Le ha mentido al mayor haciéndole creer que nosotros continuamos peleados desde el día de su boda, pero ahora se arrepiente de sus palabras porque se siente culpable.

Aparenta ser un hombre fuerte; no obstante, es muy sensible. Las expresiones de Jin le dolieron aquella noche, aun así, lo perdonó desde el primer momento. No es rencoroso ni vengativo, esto último recae en mí. O me alejo y lo evito, o lo uso a modo de venganza para protegerme.

En su cama, abrazados para mantener la cercanía, lo escucho hablar. Su corazón se abre conmigo, y me carcome la culpa al reconocer que también debería hacerlo con él.

—Dile lo que quieras, no tienes que darme explicaciones—susurro acariciando su rostro.

—¿Puedo decirle que volvimos?

—Sí, está bien.

—¿Puedo decirle que te llame? Está en su luna de miel y se la pasa enviándome mensajes. ¿No crees que es irónico? Si yo me encontrara en mi luna de miel estaría ocupado...

Sus dedos recorren mi cuello a la vez que besa mis labios. Tiene la mirada pervertida que me gusta en cuanto se separa.

—No quiero hablar con Jong Jin por ahora—continúo la plática—. Dejaré que pasen los días, quizás después de que llegue a Corea o cuando termine de rendir mis exámenes, no sé.

—¿No crees que ha pasado mucho tiempo? Por favor, piénsalo.

Jeong posee el don para persuadirme. Estos años es quien ha soportado mis cambios de humor, sabe cómo tratarme a la perfección. Es la única persona de la cual no me cansaría jamás. Peleamos y nos reconciliamos, no puedo guardarle rencor; sin embargo, con el resto soy diferente. No perdono tan fácil, por eso estoy en un momento de inestabilidad.

—Lo pensaré, ¿está bien? No me presiones.

—De acuerdo, no lo haré. ¿Ahora puedes decirme que pasó con Dae Ki? ¿No eran best friend forever? —Se burla.

—No quiero hablar de eso. Ya no somos amigos.

—Él dijo lo mismo—asiente convencido.

¿Dae se atrevió a decirles a los chicos que nuestra amistad no seguirá?

—¿Por qué discutieron?

—No respeta mis decisiones, y yo no voy a rogarle.

—D'angelo, Dae Ki te adora, ¿de qué hablas? —sonríe—. No seas caprichosa.

—No tengo obligación de mantener un vínculo—digo molesta —. No es capricho.

—¿Pero qué fue exactamente lo que ocurrió? ¡Vamos! Él no quiere contarme porque son "cosas tuyas" —hace el gesto de comillas con sus dedos—. Si se trata de ti quiero saberlo.

—¿Podemos cambiar el tema? Puedes estar feliz, ya no estarás celoso de Dae Ki.

—¡No seas tonta, D'angelo! Has querido más a Dae Ki que a mí en todos estos años ¿y ahora que terminamos la universidad harás como que no lo conoces?

—Son mis decisiones, Jeong, no te metas —Me levanto de la cama dispuesta a irme.

—¿A dónde vas? ¿No íbamos a dormir juntos hoy?

—No, ya no quiero.

—Erika, ¿qué te pasa?

Me alejo para evitar el problema, me alejo para no revelar la verdad de mi pelea con Dae Ki, y porque él ha dicho que no quiere ser mi amigo.

Jong estaba llegando a la verdad. No puedo mentirle en la cara. No quiero lastimarlo al revelarle que en cuanto termine mis estudios me iré a Argentina, pensando en la posibilidad de no volver para evitar esta pelea de hermanos.

No quiero dejarlo, pero quiero que haga todo lo que sueña.

—¡No me dejes hablando solo! —exclama al abrir la puerta de mi habitación.

Se acerca a mí para encontrarse con mis ojos llorosos y culpables. Ya no puedo fingir más.

—¿Por qué lloras? —Toma asiento al borde de la cama—. No me ocultes cosas, ¿qué pasa, Erika?

—Jong Hyun, lo siento... de verdad lo siento.

Sus ojos rasgados me observan con abundante preocupación. Se mantiene callado, no se atreve a consolarme esta vez porque presiente que algo malo se aproxima.

—¿Qué pasó con Dae Ki? —Indaga colocándose de cuclillas frente a mí.

—Cuando termine la carrera me iré a Argentina—confieso con la voz temblorosa —. Tal vez no regrese a Corea del Sur.

—¿A qué te refieres con que no regresarás? —vocifera y se reincorpora—. ¿Vas a dejarme?

—Jeong...

—¿Es eso? ¿Hasta cuándo pensabas ocultarlo?

—¡No lo sé! —Las lágrimas se acumulan en mis ojos—. Es lo mejor, Jong Hyun. Por más que quieras convencerme de que no es así. ¿No lo ves? Cualquier mujer querría estar contigo.

—¡Maldita sea, Erika! Quiero estar contigo, ¿no te das cuenta? ¡Me importa una mierda lo que diga Jin, al carajo con él! ¿Por qué te dejas llevar por lo que él piensa y no por lo que tú y yo sentimos? ¿Es más importante el idiota de mi hermano que nuestra relación? Ni siquiera quieres hablarle, pero le cumplirás el deseo de vernos separados.

—Ódiame como Dae Ki lo está haciendo —Rompo en llanto con mayor fervor.

—¿Lo sabe antes que yo? ¿Por eso se pelearon?

Lleva sus manos a los ojos, respira con fuerza y trata de controlar las palabras que puedan salir de su boca a partir de ahora. Está furioso. Mis lágrimas no le importan, no lo conmoverán esta vez, porque soy culpable de este enojo que no se calmará en un instante.

—¡No te irás! ¡Mi padre no te pagará el viaje hasta Argentina, no va a cumplir ese capricho nuevo que tienes! Jin tampoco lo hará, no puede, no voy a dejarlo —Se oye desesperado.

—Papá no tiene que pagarme nada, hace años que no lo hace. Tengo mi propio dinero, Jong Hyun, recibí una herencia a los 18. En Argentina tengo casa y acciones en una empresa.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¡Por qué no me dijiste nada de eso!

—No era importante, esto solo lo sabe papá. Él es quién me ha ayudado todos estos años y quién se ocupa de la parte financiera. Pero ahora que termine la universidad podré asumir todo eso.

—¿Y no podías contar conmigo? —Inquiere confuso—. ¿No podías pedirme que me fuera contigo o tan solo comentarme que eras dueña de todo eso? Confiaste más en Dae Ki que en mí, otra vez.

—Pensé en que viviéramos juntos allá, pero...

—¿Pero qué? ¿Te diste cuenta de que sin mí te iría mejor?

—¡Te escuché hablar con Hwan! Te irás a EEUU y tampoco me lo comentaste—Grito.

—Escuchaste...—Sus ojos se abren con sorpresa.

—No soy nadie para pedirte que cambies tus proyectos. Está bien si cada uno se enfoca en sus planes.

—Quería decírtelo, pero no sabía cómo reaccionarías, pensé que te enojarías porque...

—Porque te vas solo, sin mí —sonrío—. Ahora no debes preocuparte por eso.

—No—Toma mi mano—. Podemos ir los dos juntos, donde tú quieras.

—No será así esta vez, Jeong. Cada uno debe tomar su camino y aceptar los proyectos del otro. Tarde o temprano iba a suceder.

—¿Por qué siempre intentas dejarme? ¿Qué más quieres de mí, que te suplique todo el tiempo? ¿Por qué me haces esto?

—¡No sé! ¡Las cosas se están dando así! Papá no está de acuerdo con que me vaya, pero no puede cuestionarme nada porque es mi responsabilidad. 

Sale de la habitación dando un fuerte portazo. Voy tras él, no quiero que cometa una locura. Enojado no tiene control de sí mismo.

—¿A dónde vas, Jeong? ¡No te lleves el auto!

Tengo miedo de que algo le pase. Tengo mucho miedo.

—¿Por qué? ¿El auto es tuyo? —Ironiza en un tono altanero—. ¿Lo compraste con tu dinero?

—Mi amor, por favor, tranquilízate.

—¡No me digas así si no te importo, D'angelo! Solo quieres que terminemos y estás buscando una excusa —Seca sus lágrimas —. Está bien, terminamos. ¡Yo te estoy dejando!

—De acuerdo —asiento nerviosa—. Por favor, cálmate. Escúchame, necesito explicarte.

—¡No me pidas que me calme, Erika! —Alza la voz—. ¡Ya estoy harto! He sido paciente contigo. No lo valoras, te importa más la opinión de los demás, eres una egoísta que solo piensas en ti, en tus propios intereses, ¡a mí que me parta un rayo! Se terminó para siempre, D'angelo —dice a regañadientes—. ¿Quieres una excusa? ¡Te la daré! Me acostaré con la primera mujer que encuentre ahora.

—Dijiste que no me harías algo así.

—Y tú dijiste que me amabas.


JONG HYUN

Hace un par de horas estábamos bien. La invité a ir por un helado para distraernos y tomar el valor de decirle que me iría a EEUU al finalizar la carrera. Es la idea que tuve en mente desde que terminé el servicio, quiero hacerlo.

Erika tenía un plan similar, quizás otras cuestiones la movían a realizarlo, pero, al fin y al cabo, la distancia entre nosotros era un hecho. ¿Por qué reaccioné de esta manera si yo pensaba hacer lo mismo con ella? Me iría del país y no la había incluido en los planes, tampoco se lo propuse a Hwan.

Jalo mi cabello en tanto mi frente se posiciona en el volante del auto, estoy devastado. Dije que era una egoísta cuando el egoísta soy yo.

Mi hermano tiene razón, ella merece a otra persona. No la incluí en mis proyectos futuros y, a sabiendas de eso, no parecía molesta, más bien lo había aceptado. La discusión con Dae Ki se relacionaba a su viaje repentino. Kim quiere mucho a Erika, claro que no dejaría que se fuera de la nada por una idea precipitada. He de admitir que me molesta que le haya contado a él primero que a mí. ¿Acaso no soy su amigo de toda la vida? ¿No se supone que somos novios?

Puedo dar por hecho que la he perdido para siempre. Su inseguridad más grande es que la deje por otra persona, y he utilizado eso para lastimarla porque soy un imbécil.

"Me acostaré con la primera mujer que encuentre ahora".

Me arrepiento de cada palabra y acción. No puedo obligarla a que se quede por mí, no otra vez. No es justo para ella.

Voy a irme con Hwan. Mi padre lo sabe y, ahora que lo pienso, lo aceptó desde un primer momento. Está al tanto de que D'angelo se irá Argentina y no me lo dijo. Al igual que Jin, piensa que lo nuestro terminó.

¿Qué se supone que debo hacer? ¿Volver al departamento y quedar como un idiota? No después de gritarle y tratarla como si fuera una basura cuando ese es el rol que yo ocupo. 

Lo mejor será ir con Min Wook.


Los chicos están al tanto de todo, entienden mi enojo; sin embargo, cuestionan la manera en que traté a Erika antes de salir del departamento.

Dae Ki contó la historia completa sobre la herencia, solo mi padre estaba enterado de eso. Nunca lo sospeché, papá suele darnos una cantidad determinada de dinero para gastos en Seúl; pero haciendo memoria, ella tiene sus propios gastos, como ropa, la estética, libros, la terapeuta. Mi padre no ha apañado eso en lo absoluto.

Erika le pidió a Dae Ki que guardara el secreto, buscaría la oportunidad para contármelo, no lo tenía decidido.

—Es mi culpa—resoplo—. Me iré a EEUU a vivir con Hwan. Ella escuchó una parte de la conversación y no pude explicarle antes.

—¿Tú también te irás? ¿Por qué?

—Es el plan que tuve al entrar a la universidad. Vivir con Hwan.

—¿Los dos se iban a ir sin decir nada? —interroga Kyu Bin.

—Erika quería que fuera a Argentina, pero escuchó la conversación con mi hermano y decidió que lo mejor era separarnos para no intervenir en mis proyectos. Una parte es por Jin, por lo que viene diciéndonos desde que se enteró de nuestro noviazgo, otra es por realizar los proyectos que tenemos por separado.

—¿Se irá porque tú te vas? —dice Dae Ki—. Me enojé con ella porque estaba siendo egoísta contigo, ¡y el imbécil eres tú!

—No sabía por qué se habían peleado, te lo pregunté miles de veces —respondo molesto—. Ayer dijo que ya no son amigos porque tú no respetas sus decisiones.

—¿De verdad te dijo eso? —Abre los ojos en sorpresa—. Apenas llegue al salón hablaré con ella, todo es un malentendido.

—Hoy tienen el último partido, ¿no se supone que tienen que reunirse con el equipo?—dice el rubio—. ¿Dónde está Min Wook?

—Vendrá a la charla con el entrenador, pero no a clases. Anoche me quedé en su departamento, y haré lo mismo por unos días.

—¿No arreglarás las cosas con Erika?

—¡No! Se terminó todo entre nosotros. ¿No entiendes? ¡Le dije cosas horribles! Si insiste en irse de Corea no podemos detenerla, es su vida.

—Eres un imbécil, Jong Hyun.

—¡Tú eres el imbécil! ¡Pudiste decírmelo!

—¡Ya, a sus lugares! —Se entromete Kyu Bin—. La clase va a comenzar.

Erika no ha llegado a la universidad. Dae Ki me juzga desde su pupitre cuestionándome casi por telepatía mi actitud. La costumbre de que sea mi culpa. ¡Él también la ha ignorado por más de una semana!

Estoy preocupado. No puedo ir a verla ahora, tenemos una charla con el entrenador, es nuestro último partido. Pero cuando el juego termine hablaré con D'angelo sin falta.

Voy a arreglar esto,mi amor. Lo juro

ERIKA

Mi cuello duele, dormí en el sofá esperando a que Jong Hyun regresara al departamento después de salir tan alterado, pero no sucedió. Me quedé dormida y se me hizo tarde para asistir a la universidad. Definitivamente el día será un desastre.

El agua hierve sacándome de mis pensamientos por un momento. Preparo mi desayuno a fin de sentarme a estudiar y aprovechar la mañana. Quedan dos exámenes, tengo que esforzarme.

No tengo noticias de Jeong y ninguno de los chicos me ha enviado mensajes. Eso me deja más tranquila, él está en clases.

Hoy es su último partido, tiene que estar de buen humor, lo que menos quiero es molestarlo. Me siento fatal por confesarle tantas cosas. Deseo acompañarlo en su último juego; no obstante, tengo miedo a su reacción después de lo de anoche.

Quedarme dormida y faltar a clases debería considerarse una señal o una lección a mí misma por inoportuna.

Mis apuntes me aburren, mi taza de café se encuentra vacía y no tengo ánimos para seguir con esto. Permanezco sentada mirando hacia el reloj de pared cada cinco minutos. Ruego que el tiempo se detenga para pensar más, para decidir si tengo que asistir al partido o debo dejar las cosas tal y como están.

"Está bien, terminamos. ¡Yo te estoy dejando!".

Sé que no quería dejarme, lo obligué a hacerlo. Soy tan culpable como él de todo lo que nos dijimos. No quiero dejar a Jong Hyun, pero tampoco puedo permitir que cambie sus sueños por los míos.

Hace unos días lo oí hablando con Hwan, quiere vivir con él y manejar los negocios desde allá. Siendo amigos no me hubiese molestado que se fuera. De hecho, podría ir a visitarlos y me recibirían con los brazos abiertos; pero siendo novios es diferente.

Así como yo le había ocultado lo de mi herencia y mis planes, él había hecho lo mismo sin incluirme; mas no lo culpo, a veces las ambiciones no nos dejan ver. Soy consciente de eso.

Amo a Jong Hyun, quiero lo mejor para él. Deseo que viva en América como tanto ha soñado, que sea exitoso, que alcance sus objetivos de vida. No voy a rogarle para volver, y espero que él tampoco lo haga. Confío en que el tiempo solucionará los problemas, volveremos a ser grandes amigos, y las discusiones familiares se arreglarán a corto o mediano plazo.

El futbol es algo que ama, no puedo perderme su último partido. Iré de todas formas, así deba ocultarme entre la multitud para no fastidiarlo.

Voy a estar para ti, Jeong. Siempre, aunque no quieras verme. 


El equipo entra a la cancha, puedo ver a Jong Hyun con una sonrisa refulgente. Su mirada se dirige a la tribuna, hacia el lugar donde acostumbro a sentarme cuando voy a verlo. No me encuentra, y con disimulo comienza a buscarme, o quizás solo sea mi imaginación.

El grupo toma lugar para la fotografía previa al juego, luego de eso, se abrazan y unen sus manos por última vez. Dae Ki y Min Wook lucen enérgicos, me pone feliz verlos así. A la distancia, con mi celular y mi cámara, fotografío sus rostros.

El partido comienza, mas mi mirada recae en Jeong. Ha entrenado mucho estos años, tiene un cuerpo saludable, tonificado, y corre veloz. No por nada es el capitán del equipo. Jong Hyun tiene alma de líder, un carácter firme e intachable. Anima a sus compañeros a no perder las fuerzas y felicita en cada buena jugada. Es el hombre perfecto.

Un gran pase de Min Wook causa una oportunidad en Jeong y este la aprovecha, marcando el primer gol del partido. La tribuna enloquece, ellos se abrazan. Desde mi lugar también grito, aunque no pueda oírme.

"¡Voy a dedicarte todos los goles que quieras, mi amor!".

Vuelve a mirar hacia la tribuna con su mano casi lista para hacer nuestro gesto de corazón; no obstante, Kyu Bin se encuentra en mi lugar. Él se encoge de hombros y mira a su alrededor a la vez que hace un ademán con sus manos. Jeong asiente, entiende el mensaje, y a mí se me rompe el corazón.

—¿No deberías sentarte de aquel lado para ver mejor?

—¡Seo Won! —sonrío—. Veo bien, no te preocupes. ¿Tú qué haces aquí?

—Es el último juego de Jong Hyun, tenía curiosidad —se encoge de hombros restándole importancia.

—Vine a verte en tu último juego.

—Lo sé, linda, sé que siempre venías —asiente—. Eres la mejor exnovia del mundo.

—Sí, como exnovia soy mejor que como novia, por algo estoy aquí —suspiro.

—¿Terminaron?

—Larga historia. Para resumir, cuando termine la universidad me iré a Argentina.

—Es una lástima que te vayas, pero es bueno que emprendas nuevos caminos en la vida— Toma mi mano—. Sabes que siempre podrás contar conmigo. Eres muy importante para mí.

—Eres el único que no me está odiando. Eso significa mucho.

El equipo vuelve a marcar un gol, otra vez de Jong Hyun. Ha hecho varios a lo largo de la carrera, aunque al parecer hoy está motivado. Lo veo enérgico, como si el mundo se terminara mañana y hoy fuese su oportunidad para lograr todo lo que se propone. Amo verlo así.

El vestuario le asienta bien. La camiseta azul de la universidad con su apellido en la espalda, el short blanco y las medias hasta las rodillas con aquellos botines negros. Su pecho sube y baja de tanto correr, se nota cansado, pero no ha perdido la motivación. Me enorgullece verlo así, vital, importante, haciendo lo que le gusta, compartiendo un momento inolvidable junto a sus dos amigos y compañeros. 

Quiero esperarlo para darle un beso, pedirle perdón...Pero ¿qué tan importante soy ahora para él?


Los chicos ganaron 6-2 su festejo parecía nunca acabar. Aproveché el movimiento de la multitud para salir de la tribuna, mas Seo Won se ofreció a llevarme a casa. Ahora me cuenta sobre su asenso dentro de la empresa y lo conforme que está con su trabajo. Es un arquitecto con grandes aspiraciones.

Aprovecho para contarle lo que pasó en la boda de mi hermano, él escucha atento sin perderse detalles. Es mi exnovio, pero lo quiero muchísimo y también me quiere, la confianza existe. Suena raro para el resto; sin embargo, nosotros ya éramos raros. Es normal en nuestra realidad.

—Tú tienes que hacer lo que te haga feliz, pero hazlo porque realmente así lo quieres, no por una imposición del resto—Aconseja—. Erika, ¡a la mierda lo que diga tu hermano mayor! Si quieres al idiota de Jong Hyun, adelante —Sonríe ladino.

—Jeong me dijo lo mismo, aunque no es fácil. Siento que estoy peleándome con todo el mundo por mis decisiones apresuradas. Mi hermano, Dae Ki, Jong Hyun. Me odian.

—Me acabo de enterar y no estoy odiándote. Creo que es una excelente oportunidad para ti, para poder asumir lo que te toca. Tus padres pensaron en muchas cosas; aun así, el final trágico que padecieron no era parte del plan —suspira—. Linda, tienes una vida que vivir, no dejes influenciarte.

—¿Por qué me haces ver las cosas de otra manera?

—Porque tú me hiciste ver las cosas distintas a mí, nunca me juzgaste por mis errores. Míranos, hoy estamos hablando, aunque no estamos juntos como quisiera. Me diste una lección, pequeña niña rara.

—Gracias por estar siempre, Oppa. Te quiero.

—Y yo a ti ¡No llores, actúa con la frente en alto! —dice antes de que me baje del coche.


JONG HYUN

Busqué a Erika en la tribuna como siempre lo hacía al entrar a la cancha. No estaba. Creí que se le había hecho tarde, pero el juego terminó y nunca llegó. Kyu Bin la buscaba cada vez que hacíamos contacto visual. La respuesta era la misma, ella no se encontraba allí.

Decidí pensar en el partido, y me divertí por última vez con todos mis compañeros. Las cosas salieron bien, el resultado fue mejor de lo que esperábamos.

—Muy buen juego, Jeong —Palmea mi espalda.

—Gracias, entrenador —Hago una reverencia y salgo del vestuario.

Kyu Bin aguarda por nosotros en el estacionamiento, iremos a festejar la victoria, pese a mis pocas ganas.

—¡Muy buen juego, chicos! —chocamos puños.

—Gracias, Han; pero felicita al goleador del día —dice Wook y me señala.

—Siempre fui un goleador —Alardeo como de costumbre.

—Lionel Messi versión engreído —Acota Dae Ki.

—¿Dónde vamos?

—Eso no se pregunta. ¡Al bar de Ji Won!


Este lugar es nuestro refugio ante cualquier excusa. Si alguno está mal, si se presenta un motivo para festejar o simplemente se requiere de distracción momentánea, aquí venimos. La misma mesa, la misma marca de cerveza y quizás las últimas de este año. En un par de meses nuestras vidas cambiarán al obtener el título. Algunos estaremos en empresas familiares, otros buscarán recomendaciones, pero es un hecho.

—Erika nunca llegó al juego —dice Dae Ki—. ¿Qué le pasó?

—No lo sé, no he hablado con ella y no creo que lo haga. Faltó al juego sabiendo que era el último.

—Ella tenía que venir a ver a su enamorado después de que él se acostara con otra anoche, ¿no?

—¡No hice nada de eso, Wook, lo sabes! Lo dije porque estaba enojado. ¡Como sea, ya lo arruiné!

—Hablemos con ella y arreglemos las cosas, Jeong —propone con calma.

—¿Arreglemos? ¿Y tú que tienes que ver? —ríe Kyu Bin—. Deja de meterte.

—Dejé de hablarle a Erika hace días por culpa de este idiota.

—¿Por mi culpa? ¡Me hubieses dicho desde un principio y todo sería diferente!

—¡Los dos cierren la boca! —recrimina Wook—. Expliquen con lujo de detalles y les daré un consejo.

Al principio sonó como mi padre; pero tiene lógica, hablando se entiende la gente.

Cuando estoy enojado no soy racional. Anoche dije cosas sin sentido, jamás la traicionaría por más que lleváramos una década sin ser novios. ¿Qué clase de imbécil debería ser? Lo cierto es que la lastimé, pero Erika también lo ha hecho faltando al juego. ¡Sabía que era importante para mí! Fin de la temporada, fin de mi carrera universitaria y mi capitanía. ¿Cómo puede ser tan insensible? ¡Se supone que antes de ser novios éramos amigos, como hermanos! Me dejó en el mejor momento y ahora me siento horrible.

Amo a D'angelo como jamás creí amar a alguien; aun así, no sería justo tener que rogarle. Tampoco quiero que lo haga ella porque no es correcto. Considero que asumir que la relación terminó es lo mejor. Por más que duela tengo que evitarla y dejar que el tiempo cure las heridas.

—Tú puedes cargar con tu estupidez, pero ¿qué hay de mí? ¡Es mi mejor amiga! Incluso más que ustedes tres, quienes se acercaron a mí por ella.

—Qué bueno que lo tengas en claro—digo. 

—Sí, en parte es verdad. Dae Ki está en el grupo porque querías tenerlo vigilado.

—Ya pasó mucho tiempo, ahora somos amigos —Interrumpe Kyu Bin.

—Le pediré perdón a Erika—Insiste—. Todo estará bien.

—No, idiota, nada estará bien, porque ella no te considera su amigo ahora. En parte te lo mereces, te ofendiste porque se iría del país y dejaste de hablarle por eso, ¿en qué te afecta?

—¡Me afecta en que es mi amiga y la quiero! Pero no sabía que tú, siendo su novio, te irías para dejarla sola.

—¡No la iba a dejar sola! Quería hablar con ella, pero tenía miedo de que se enojara.

—Aish, ¿no se cansan de pelear?

Me quedaré a vivir con Min Wook hasta culminar los exámenes. Lo único que necesito es ropa. Anoche salí con lo que tenía puesto para dormir y mis zapatillas. Wook me prestó prendas para ir a la universidad.

No quiero ir al departamento. Mi plan es dejar de ver a Erika hasta que mi enojo desaparezca.

—Kyu Bin, ve por mis cosas al departamento. Mete toda la ropa que puedas en un bolso y trae mi mochila con los apuntes que están sobre el escritorio.

—¿Yo por qué?

—Porque tú no discutiste con Erika anoche ni hace semanas —enfatizo mirando a Dae Ki.

—¿Y si me pregunta por ti? ¿Qué le digo?

—Dile que no volveré porque ya rompimos y que viviré en otro lado.

—Pésima idea —Alude el tonto amigo de mi ex mientras bebe cerveza.

—¿Y qué propones, Kim? Que entre con la cabeza baja a buscar mis cosas después de salir alterado de allí ¡No lo haré!

—Yo iré, tranquilo—Acepta el rubio.

—Le preguntarás por qué no fue al juego, y cuando te responda, le dices que estoy muy enojado por eso.

—Deja de ser tan aniñado, Kyu Bin no le dirá esas estupideces.

—¡No te metas!

—¡Cállate!

—¡Déjame en paz!

Me quedaré en el auto en tanto Kyu Bin va por mis cosas. No sé si sea correcto, pero es lo que me nace por el momento.

Nunca había considerado alejarme de Erika. Incluso cuando salía por las noches trataba de asegurarme de que ella estuviese bien. Ahora la estoy dejando por tiempo indefinido a causa de mi estupidez. Trataré de enviar a Kyu Bin más seguido después de esto.


ERIKA

El reloj marca las once de la noche y no hay noticias de Jong Hyun. Hoy tampoco volverá. Nunca ha hecho esto, realmente está enojado. Tengo que darle tiempo.

Me dispongo a retirarme hacia el dormitorio cuando golpean la puerta. Es Kyu Bin.

—Hola, Erika, disculpa la hora, pero... —nervioso— Necesito buscar unas cosas en el dormitorio de Jong Hyun, ¿puedo pasar?

—Pasa.

Lo acompaño hasta el cuarto y observo lo que hace.

Kyu Bin sabe dónde está el bolso de viaje que Jeong tiene a mano para ir a Busan. Con algo de inseguridad empieza a mirar el dormitorio. Ya sé de qué se trata.

—En el primer cajón están todas las camisetas que le gustan. En el segundo cajón de la derecha están los pantalones de Jean, y las sudaderas debajo. En el segundo cajón de la izquierda su ropa interior. Las zapatillas dentro de ese armario, y llévale esta chaqueta, siempre la usa —La dejo sobre la cama.

—Sé que esto es estúpido, Erika, pero...

—No me des explicaciones, solo haz lo que él te pida.

Me duele que se vaya del departamento y me deje sola, pero su intención de estar lejos de mí es entendible. Esto es definitivo, tenemos que adaptarnos.

El rubio sale con el bolso en una mano y la mochila de Jeong en la otra.

—¿Estás bien, Erika? —pregunta con una voz relajada.

—Sí —Intento no largarme a llorar frente a él—. ¿Tú estás bien?

—Lo estoy—asiente—. No fuiste a clases esta mañana.

—Me quedé a estudiar aquí.

—Tampoco fuiste al partido, ¿por qué? Te esperé en la tribuna.

—Dile a Jong Hyun que las preguntas me las haga él.

—¿Es tan obvio? —ríe—. Lo siento.

—Adiós, Kyu Bin. Estudia mucho.

—Cierra con llave y cuídate.

Apago las luces de la sala en cuanto se retira. Me recuesto en mi cama con los ojos colmados en lágrimas debido a la ausencia de Jong Hyun. Desconozco lo que pasa por su cabeza, mas lo único certero es que me quiere lejos de su vida.


...

¿Se acabará el amor en esta pareja?

¿Qué piensan sobre sus decisiones? ¿Los pueden entender?

Próxima actualización: Cuando se llegue a... 30 comentarios.  Va estar lenta la cosa porque las comentaristas de esta historia están desaparecidas xD 

GRACIAS POR TANTO AMOR 💜

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