CAPÍTULO 30
ERIKA
Ha pasado una semana desde que el mayor de los Jeong se casó; aun así, sus palabras resuenan en mi cabeza. Pensé en terminar con Jong Hyun al momento de reconocer que merece a alguien más conveniente; sin embargo, él insistió en que somos felices. No habíamos tenido una pelea importante, romper solo porque a su hermano no le hacía gracia nuestro noviazgo no era motivo suficiente. Le di la razón.
Acabo de hablar con So Hyun, tengo problemas para solucionar conflictos. Es casi un hecho que los esquivo, escapo de ellos, huyo en cuanto tengo la posibilidad. Es común hacerlo, cuando se presenta una situación que para mi entender es tensa, me alejo.
El día que despedí a mis padres, la vez que vi a Mai con Jong Hyun en el campus, la boda de Jin. Algunas situaciones no fueron tan graves, pero así las percibí, y no me había dado cuenta hasta ahora.
Camino a casa pienso en lo mucho que tengo que estudiar para la próxima semana. Hay un sinfín de exámenes y preentregas de trabajos prácticos. Regresé a mi antiguo grupo con Dae Ki, sentí que era lo mejor. Él es un chico responsable y nuestras notas siguen bien.
Dae- Estoy en la puerta de tu departamento.
✔✔
Erika-Estoy a una calle, espérame.
✔✔
Por lo general, Jong Hyun me pasa a buscar después de mis terapias, pero hoy fue al departamento de Min Wook a terminar su trabajo. Están atrasados, como siempre, dejan todo a último momento.
Una vez dentro del ascensor busco mis llaves en la mochila. Cuando las puertas se abren en el tercer piso me encuentro a Dae Ki junto a mi vecina en el pasillo. Desde el año pasado que se frecuentan, mas ella insiste en estar sola. Su situación actual se reduce a una amistad.
—¡Erika-yah! —sonríe.
—Hola,unnie.
—Los dejo para que estudien—Se despide antes de ingresar al ascensor.
Ella estaba haciendo tiempo con Dae Ki para no dejarlo solo.
—¿Cómo va tu intento de conquista?—Indago.
—Decir que va mal sería mentirte —comenta divertido—, porque va pésimo.
—Ya te dije que no insistas. Ella parece decidida a estar sola, su exnovio le quitó las ganas de empezar algo nuevo.
—Lo sé —asiente—, pero no soy como él.
—¡Tú eres el mejor! Puedes salir con la chica que quieras—Incentivo con un choque de puños—. Ahora voy a prepararte un té.
—La que quiero no me quiere—Se queja.
—Soltar también es querer.
No queda muy convencido por mi respuesta, pero al menos logra quedarse en silencio mientras recargo las tazas.
Los apuntes se esparcen en la mesa, es casi un protocolo ceremonial comenzar la rutina de esta forma. Cada uno se concentra en lo suyo. Con Dae somos tan aplicados que día a día avanzamos. Él no espera algo de mí sí sabe que puede hacerlo solo. Lo mismo ocurre conmigo. Somos un gran equipo.
—¡Listo! —dice en un bailecito victorioso—. Terminamos.
—¿A qué te refieres? ¡No hemos empezado!
—¡Sorpresa! Lo terminé antes de venir.
—¿De verdad? —pregunto sin entender qué sucede.
—No te preocupes, ya tengo una copia—Bebe su té con muchísima tranquilidad—. ¿Cómo vas para el examen de Sociedades?
—Más o menos, la verdad es que no estoy estudiando mucho.
—¿Es por lo que pasó con tu hermano? Ya volverá y podrán hablarlo —Opina con su sencillez habitual.
—¡Ese es el problema! No quiero hablarle, siento como si me hubiese traicionado. Debería apoyarnos más, Jong Hyun es su hermano.
—Sí, tienes razón, pero todo el mundo se equivoca. Eso los incluye a ustedes. Tiempo al tiempo, D'angelo.
—¿Y si mi relación con Jong Hyun no funciona? Es decir...Quizás es un capricho pendiente de la adolescencia.
—¿Dudas de lo que sientes?
—Dudo de muchas cosas, pero no de eso. Es que... Pienso en que tal vez persiste a mi lado porque siente culpa.
—¿En verdad vas a forzar este planteo? Ese idiota daría la vida por ti si fuese necesario.
Y yo daría hasta lo que no tengo con tal de verlo feliz. Hice muchos sacrificios a lo largo de mi corta vida para protegerlo. Más de una noche me quedé dormida después de llorar sin consuelo. Aprendí que la felicidad común era más bonita que la sensación del momento. Prefería tenerlo cerca como hermano, a perder a la familia por un poco de atención de su parte. Aún con el corazón roto lo quise y lo perdoné. Se que él aprenderá a lidiar con eso.
—¿Hay algo más, Erika? —Deja la taza sobre la mesa—. Cuéntame.
—Hay algo que he estado pensando y solo lo sabe mi padre —Me cargo de valor antes de contárselo—. Tienes que guardar el secreto.
—No me asustes.
Mi cabeza es un completo desastre. La posibilidad de alejarme recorre mi mente otra vez. Pero lo necesito, tengo la obligación de hacerlo.
Mis padres se dedicaban al Comercio Exterior. Era muy pequeña cuando aceptaron vivir en Corea del Sur, tenía cinco años. Los transfirieron a Busan, y conocimos a los Jeong.
Gran parte de mi vida la hice aquí en Corea; sin embargo, tuve familia en Argentina. Cuando alcancé la mayoría de edad los abogados de la familia se presentaron en la oficina del señor Jeong Jong Hyuk para comunicarle sobre una herencia pendiente.
Recuerdo que en aquel entonces estaba en casa mirando la televisión cuando papá llamó a Jin y le pidió que me llevara a su oficina de forma urgente. Al llegar, los dos hombres, que hablaban español, me informaron de la existencia de una herencia y la finalización de un contrato.
Mi padre, Franco D'angelo, había firmado un contrato de fideicomiso, donde mi abuela era la beneficiaria, pero yo era la destinataria final de los bienes al alcanzar la mayoría de edad.
Mi abuela Alfonsina había fallecido, y al ser mi padre hijo único, todo lo de ella pasaba a mí. Casi sin creerlo, incluso sin comprender en profundidad, miré al señor Jeong con incertidumbre. Todo eso era nuevo. Él sonrió con temple, me explicó los detalles punto por punto.
Las leyes son diferentes en cada país, eso es claro, en algunos contratos varían las formalidades. Lo que yo no quería en aquel momento era vivir sola en Argentina, no conocía a nadie.
Los abogados plantearon la posibilidad de volver a hacer el contrato, teniéndome como beneficiaria y destinataria final o, bien, regresar a Argentina y hacerme cargo de lo que correspondía.
Ellos eran amigos de mi padre, ayudaron a mi abuela y se tomaron la molestia de buscarme después de que ella falleció. Gracias a uno de ellos, Rost, los Jeong obtuvieron mi custodia. Podía recordarlo a pesar del tiempo, era confiable.
El Señor Jeong aconsejó que renovara el contrato. Contaría con un dinero extra para mis gastos a futuro. Esto último me dio seguridad, porque al fin dejaría de ser una carga para la familia.
Acepté. La condición para extinguir el contrato es obtener mi título universitario. Y ahora faltan meses.
En la boda, luego de que mi padre hiciera de mediador con mis hermanos en nuestra pelea histórica, fue en lo primero que pensé. No hizo falta decírselo, él se dio cuenta a qué me refería cuando le pedí hablar a solas.
Confirmo que huyo ante situaciones de conflicto. Y aunque esto podría ser definitivo, reconozco que en ese momento fue idóneo para escapar.
—¿Te vas de Corea? ¡No, no lo hagas!
—Lo estoy pensado mucho. De todas formas, tendré que viajar por tema de papeles y esas cosas.
—¿Y no piensas decirle a Jong Hyun?
—Lo haré en su momento. Por favor, no lo menciones, promételo.
—Lo prometo, pero si te vas y no regresas, también me enojaré contigo, Erika —dice serio al momento de ponerse de pie—. Me voy a casa.
—¿Podrías escucharme? —Sostengo su mano—. Deja que te explique.
—Créeme que no me interesa comprenderte esta vez —Sentencia —. Le estás ocultando esto a Jong Hyun y no se lo merece. Tampoco merezco ocultar algo tan grave.
—Dae Ki, creo que no me estás comprendiendo —insisto.
—Te vas porque no sabes enfrentar el problema. ¿Sabes algo, Erika? Todos tenemos preocupaciones a diario.
—¿A quién le pedirías ayuda para salir de un gran problema? ¿Dónde encontrarías un auténtico refugio?
Abre la boca en un amague de respuesta; no obstante, se queda callado.
—¿Ibas a mencionar a tus padres? —sonrío con sarcasmo—. ¿Crees que si tuviese a mi padres la historia sería igual?
—Eres una Jeong. Eres hija de Jong Hyuk y Ji An.
—Es la familia que me abrió los brazos, merecen mi respeto. No puedo permitir que sus hijos peleen por mi culpa.
—Estás reforzando el argumento de hyung. Que te alejes no arreglará nada. ¡Piensa en Jong Hyun!
—Lo hago.
—¡No lo haces! —Expresa con hastío—. Me voy, no voy a perder mi tiempo contigo. Lamento decir esto, pero eres insoportable cuando se te mete una idea en la cabeza.
Es la primera vez que peleamos, es la primera vez que no intenta ponerse en mi lugar o hablar sobre los pro y los contra.
Se coloca las zapatillas a un costado de la entrada y luego da un portazo al salir. Me ha dejado claro que su enojo va en serio. Mañana hablaré con él, no pude explicar la situación de forma correcta.
Mi novio no regresará temprano y, aunque muero de ganas de verlo, prefiero ir a dormir para que no se dé cuenta de lo mal que me siento.
...
¡Las extrañaba! ♥ Perdón la hora, pero era necesario actualizar.
Siento que por estar desaparecida se están olvidando de la historia 😢No lo hagan jaja
Mañana actualizo de nuevo si votan y dejan comentarios XD
LAS AMO. GRACIAS POR TANTO AMOR.
JK 💜
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