CAPITULO 29
1 AÑO DESPUÉS
JONG HYUN
¡Quién diría que llegaría el día de la boda! Mis padres están eufóricos, la familia reunida, todos expectantes para escuchar el sí de la boca de ambos.
—Estoy contento con esto, porque no soy yo quien estará en el altar —sonrío.
—Espero que el día que me case y entre por aquí —Señala el largo camino—. Y tú estés allá —Detrás de todos los invitados—también sonrías como estúpido, Jeong Jong Hyun.
—¿Por qué voy a estar allá atrás?
—Porque eres un tonto—Se aleja.
—¡Espera, Erika!
La gruesa voz de Dae Ki se aproxima con disimulo hacia mi oído.
—Estabas pensando en voz alta. Te pasas de idiota.
Lo está disfrutando, su mano palmea mi hombro con gracia en una mezcla de consolación y sarcasmo.
—¿Pero qué dije? —suspiro con pesadez—. ¿Y por qué no me avisaste?—Recrimino antes de ir a buscar a mi novia.
¡Fue un chiste! Casarme con ella es lo que más deseo.
Voy detrás de D'angelo para explicarle, se encuentra junto a mis hermanos a un costado del altar.
—¿Cómo está el novio? —Indago con gracia.
Jin parece quedarse sin dedos de tanto comerse las uñas.
—Algo nervioso, Haneul está demorada —Mira su reloj y de inmediato hacia la entrada.
—¡Tranquilo, ya llegará!
—Quizás se arrepintió y está tomando un vuelo a Hong Kong —Bromeo.
—Sí, lo mismo que yo haré cuando termine la fiesta.
Los mayores clavan sus ojos sobre mí ante el semblante serio de Erika.
—Fue una broma, mi amor, no lo decía en serio.
—¡Jong Hyun no se quiere casar conmigo! Lo dijo en voz alta para que todos lo sepan.
Fue un pensamiento por lo bajo, ¡qué exagerada! Esta vez sí lo estoy pensando porque podría ser golpeado por irrespetuoso.
—Te dije que era un idiota, pero no me hiciste caso. Ahora abstente a las consecuencias.
—Qué raro que no me obligues a ir al altar en este momento.
Ríen ante mi comentario; sin embargo, Erika permanece molesta. Se va con Dae Ki y se quedará a su lado durante la ceremonia. Lo acaba de decir antes de aplicarme la ley del hielo.
Hwan arregla mi corbata para decirme de forma rebuscada que me comporte o va a estrangularme. La seriedad con la que perora me obliga a mantener la compostura. Jin vuelve a amenazarme, no quiere escuchar mi absurda explicación.
—Estoy impaciente, no hagas que me desquite contigo.
—Hyung, mantén la formalidad—dice al mirar a los costados—. Jong Hyun lo va a arreglar.
—Sí...Fue un malentendido.
—Ya está todo listo—Avisa papá.
Los novios decidieron hacer una boda tradicional para complacer a sus padres, y luego un festejo que sale del protocolo.
Del lado izquierdo del salón se ubican los familiares de la novia, del derecho los del novio. Mamá y las mujeres de la familia usan un Hanbok, menos Erika, ella insistió en que no sería correcto. No obstante, pienso que se vería preciosa.
Haneul ingresa del brazo de su padre, usa un vestido blanco y lindo. Mi hermano la espera en el altar, los nervios han desaparecido, está a nada de llorar porque es sensible e insoportable.
El oficiante comienza la ceremonia, todo marcha bien. Más de un invitado se encuentra conmovido, entre ellos, mi novia. Erika es una persona sensible, fanática de las canciones románticas, películas cursis y palabras bonitas. Lo contrario a mí, pero de vez en cuando la sorprendo. Quizás el día de nuestra boda lo haga en demasía delante de todos.
Mi imagen de playboy en la universidad o promiscuo como lo asegura mi madre, se desvaneció hace más de un año. No quedan rastros de aquel Jong Hyun, mi chica se encargó de limpiar esa imagen, de mejorarla, incluso ante mis propios ojos.
Nunca pensé ser tan feliz como lo soy ahora, y en parte se lo debo a mis amigos, quienes me hicieron ver lo que tenía en frente: a la mujer de mi vida, por más cursi que suene.
La observo a la distancia al lado de Dae Ki, tiene un largo vestido rosa y un peinado sencillo. Tengo ganas de ir hacia ella y abrazarla, aunque sea tomar su mano por unos segundos; pero está enojada y sería poco táctico.
De repente, su mirada hace contacto con la mía a pesar del largo trecho que nos separa. ¡Qué hermosa es! Con mímica mis labios modulan un "Te Amo". Sus mejillas toman un color carmesí y su vista regresa al frente, hacia Jin y Haneul, en la última parte de la ceremonia.
Algún día seremos tú y yo.
Finaliza la ceremonia de Pyebaek. Este protocolo tradicional es lo más anhelado por nuestros mayores, es una formalidad. El vestido de Haneul recogió varias castañas, lo que predice un futuro próspero con decendencia. Cuando menos lo esperemos llegará un pequeño Jeong.
Todos vamos hacia el buffet, algunos invitados ya se encuentran allí. A diferencia de otras bodas, esta es más íntima, no compartiremos espacio con otros contrayentes. Luego de la cena se hará un baile, eso fue idea de Haneul.
Nos ubicamos en las mesas para disfrutar de la cena. Erika se encuentra a mi lado. Nuestras manos se entrelazan pese a que no hacemos contacto visual.
—Hey— susurro—. Mírame.
—¿Qué pasa? —pregunta bajísimo.
—¿Por qué piensas que no me quiero casar contigo? Sería un completo idiota si no quisiera estar a tu lado toda la vida —Acaricio su mejilla con mi pulgar—. Sabes que odio ser cariñoso en público, pero si quieres... —Me interrumpe.
—No quiero que me digas nada —sonríe—. Sé que eres un imbécil, así que estás perdonado.
No importa cuánto tiempo pase, jamás voy a descifrarla por completo.
ERIKA
Las bodas me sensibilizan, sin duda ésta más que cualquier otra. Mi hermano mayor acaba de casarse. Lo veo feliz con Haneul, una mujer increíble. Estoy segura de que formarán una linda familia.
Se llevó a cabo la ceremonia de Pyebaek, donde los novios hacen una reverencia frente a los padres para pedir su bendición. Hay una especie de ofrenda por parte de la novia hacia los suegros, ella entrega dátiles y castañas que luego son arrojados por ellos para que lo atrape con su vestido. La tradición dice que mientras más logre recoger, mayor será la prosperidad en cuanto a los hijos. Mamá está contenta, sueña con tener nietos.
—¿Estás bien? —pregunta Dae al ver mis ojos llorosos.
—Sí, las bodas me ponen melancólica, nada más.
—No llores —Me abraza Jong Hyun—. Jin seguirá molestándonos en casa de mamá cuando vengamos de visita.
—La próxima boda será la de ustedes —confirma Min Wook.
—Tal vez sí, tal vez no, quién sabe... —espeta con sarcasmo—. Erika al menos se casará, estaremos invitados; pero no podría decir lo mismo de otros.
—¡Cállate, Dae Ki! No te invitaremos a nuestra boda.
Acostumbro a ignorarlos, hoy no será la excepción.
Desde que mi familia conoció a los chicos hace más de un año se volvieron parte de esta. Jin los aprecia como si fueran sus hermanos, y la tierna de Haneul los tuvo en cuenta. Ellos están agradecidos.
Los novios bailan una canción lenta. No es la típica boda coreana tradicional, los tiempos han cambiado, las personas se animan a mezclar un poco las culturas, y eso es exactamente lo que propusieron. Me encanta la idea, nunca he ido a otra boda fuera de Corea del Sur, ni siquiera en Argentina; sin embargo, me apasiona ver cómo se festejan los compromisos en otros países. Soy una romántica empedernida, no puedo evitarlo.
—Erika, ¿quieres bailar conmigo?—Pregunta Kyu Bin.
—¡Sí, vamos!—Me pongo de pie.
—¿Estás feliz con la boda de tu hermano?
—¿Cómo no estarlo? Jin se merece muchísimas cosas buenas.
Observo cómo le habla con cariño a Haneul y ella sonríe con ternura. Hay una conexión.
—Hyung es una gran persona. Estoy agradecido de no tener que enviarle dinero, porque mi estabilidad económica no es la mejor.
—Créeme que él nos entiende, tampoco tengo dinero—reímos.
Aquí los invitados pagan para asistir a la boda. No obstante, tras muchas bromas de trasfondo, el mayor determinó que no recibiría un sobre de parte de los chicos. Tampoco lo exigió para mí, creo que fue suficiente con el hecho de no querer usar un Hanbok y argumentar que las tradiciones no son mi fuerte.
El repertorio de lentos cambia poco a poco hasta que suena Its You de Henry, una de mis canciones favoritas. Kyu Bin toma mi mano para acercarme a él, pero nos vemos interrumpidos por la presencia seria de Jong Hyun.
—Mi tema.
—¿Por qué no me sorprende? —Niega divertido antes de alejarse.
Las manos de Jeong van a mi cintura, las mías detrás de su cuello. De a poco nos movemos de un lado a otro, en tanto nuestras narices rozan en una leve caricia. Disfrutamos este instante.
—Ahora eres mía—susurra—, espero que no tengas pensado bailar con Dae Ki. Déjalo que se aburra, no me importa.
—¡Ay, Jong Hyun, deja de molestarlo!
—Quiero estar contigo toda la noche. Te ves hermosa, D'angelo.
—El traje te queda bien, deberías usarlo más seguido.
Dejo un casto beso en la comisura de sus labios, a él le encanta que lo haga.
—Eres una chica afortunada. Siempre recordarás que bailaste con el chico más sexy de la boda.
—¿Con Kyu Bin? —Bromeo.
—¡Erika!
—Ven aquí, mi celosito.
Un beso suave, tierno, con Henry de fondo mientras bailamos. ¿No es acaso una escena perfecta? Porque esto quedará plasmado en mi memoria.
—¡Qué romántico! Lo tengo grabado—Aparece detrás nuestro cuando la música cambia.
—¿Por qué no te transfieres a Periodismo, Dae Ki? Economía no es lo tuyo.
—Tampoco es lo tuyo, Jeong. No diré cuál sería tu profesión adecuada por respeto a las damas.
—Basta de pelear, por favor —intercedo.
Los chicos comienzan a bailar con New Face de PSY. Hwan se acerca a los saltos desde la otra punta del salón con la única finalidad de unirse a ellos. Esto no es lo mío. Me alejo hasta quedar a un costado, no sin antes filmar este momento con mi celular.
Los movimientos de Min Wook son extravagantes, me animo a decir que baila más con su cara que con sus pies. Las expresiones de su rostro son divertidas. Kyu Bin ríe tanto que sus mejillas quedan enrojecidas a causa de la desfachatez de sus amigos.
Por otra parte, Dae Ki y Jong Hyun se imitan. No los entiendo, compiten por quién es mejor que el otro en todo, pero no pueden dejar de copiarse en algunas actividades. Están locos.
Minutos después, salgo a los jardines del salón a tomar un poco de aire, esto de filmar a los bailarines es agotador. Para mi sorpresa, Jong Jin se encuentra sentado en una banca. En cuanto me ve, sonríe y hace señas para que me siente junto a él.
—Hey, pequeña, ¿qué haces aquí?
—¿Estás bien? ¿Pasó algo?
—Nada—Cierra los ojos moviendo la cabeza en negación—. No me voy a divorciar, no te preocupes.
—¿Dónde está Haneul?
—Con sus amigas, bailando como payasa.
—Mi novio está haciendo lo mismo, ¿no tenemos muchas cosas en común?
Hace un intento de risa, pero sé que la palabra novio le desagrada.
En un par de horas viajará a París por su luna de miel. ¡Quién diría que mi hermano mayor sería tan romántico! En todo este tiempo no ha hecho más que trabajar para dejar todo en orden y darse unas merecidas vacaciones junto a su esposa.
—¿Listo para viajar?
—Sí.
Hay algo distante en su tono de voz, presiento que existe un motivo que no le permite disfrutar a pleno de esa emoción de subirse al avión y olvidarse de sus preocupaciones.
—¿Qué ocurre, Oppa? Dime...
—Mamá —musita—. La veo todos los días y, ahora que me iré, sé que aquellos dos idiotas ni siquiera la llamarán.
—Estaré pendiente de mamá. ¿Acaso alguna vez he dejado de llamar? Obligaré a Jong Hyun para que lo haga.
—Tú eres la hija preferida —Acaricia mi cabello—. Te quiero, Erika. Mis papás te aman demasiado, y ahora que eres la novia de su hijo menor, te quieren el doble. Cuida de ellos.
Su tono continúa apagado, aunque resulta sincero en sus palabras.
—¿Por qué me hablas así? Las despedidas me dan miedo, lo sabes.
—Perdón, creo que estoy ebrio.
Con que por eso está aquí tomando aire. El alcohol y los Jeong no son buena combinación. Todavía recuerdo cómo se puso Jong Hyun hace más de un año atrás.
Jin se echa a reír y, de un segundo a otro, parece melancólico al hablar de mamá. Esa mujer ha hecho un gran trabajo con sus tres hijos, ellos la recuerdan hasta en momentos impensados.
—Espera un momento, ya regreso.
Voy por una botella de agua y un analgésico que guardo en mi pequeña cartera. Lo tenía apartado para Jong Hyun, pero creo que Jin siendo el novio lo necesita más.
—Toma esto. Todavía falta la noche de bodas, no querrás decepcionar a la novia —Comento con picardía.
—No puedo hablar de eso contigo, eres solo una niña—sonríe.
Ante sus ojos soy pequeña. El único que no me ve como tal es Jong Hyun, ese pervertido no puede mirarme de manera tierna después de todo lo que hemos vivido. No lo culpo, tampoco puedo.
—¿Qué hacen aquí?—Pregunta mamá.
—Jin está depresivo porque se tiene que ir por un mes y abandonarte.
—Mamá, te llamaré todos los días.
—Lo sé, mi pequeño—responde emocionada.
—Mamá, quédate con él, ya me perdí como una hora de fiesta por cuidarlo. ¿Dónde está tu otro hijo?
—Está bailando con sus amigos y las amigas de Haneul.
Y antes de que pueda decir una palabra, Jin habla para regañarme.
—No te vas a poner celosa, ¿o sí? Como si las amigas de Haneul se fijaran en un niño como él.
—Aish, cállate. Voy a asesinarlo si lo encuentro en algo sospechoso.
—Tranquila, están bailando en grupo. Si hubiese hecho algo malo, yo misma lo hubiera asesinado.
Me pongo de pie para ir hacia el salón. Dejo a mi hermano mayor en buenas manos, nadie mejor que la señora Ji An para levantarle el ánimo.
—Mamá, ¿por qué insistes en apoyar esa relación? —Lo escucho cuestionar a la distancia—.Sabes que no va a funcionar.
—¿Qué dijiste?
Volteo para verlo y guarda silencio. Su ebriedad no lo hizo medir el volumen aplicado a la charla. Mamá alude que Jong Jin no se encuentra en sus cabales; pero a mi parecer no se encuentra fuera de sí por completo.
—Jong Hyun no es para ti—Eleva la voz frente a ambas—. ¡Y tú no eres para Jong Hyun!¿No puedes darte cuenta?
—¡Jong Jin, no le grites a Erika! —regaña mamá.
—Pero... estamos juntos hace más de un año, todo marcha bien.
—¡No está bien, nunca va a estar bien! ¡Entiéndelo!
—¿Por qué me estás tratando así?
—Porque estoy harto de fingir—Sostiene—. No se merecen. Jong Hyun debería buscar a alguien más porque tú...
Me quedo inmóvil. Las ganas de llorar se apoderan de mí de inmediato; pero no quiero hacerlo, no quiero demostrarle que me está lastimando. Su trato despectivo desprende furia y rencor, quedarme no ayuda en nada.
Camino a pasos apresurados. Él viene tras de mí, entonces corro.
—¡Erika, espera!
No puedo correr con facilidad, los tacones me lo impiden; sin embargo, Jin tampoco puede alcanzarme, el alcohol en su organismo de una u otra manera también se lo imposibilita. Me quito los zapatos y me alejo. En mi pequeño sobre tengo las llaves del auto de Jong Hyun.
Una sensación de vacío, que hace mucho tiempo no experimentaba, se manifiesta en mi interior. El nudo en la garganta, la impotencia de no ser capaz de quedarme a discutir, la culpa, la inseguridad, es lo único que percibo. No sé qué me está pasando, no sé si es enojo, tristeza o decepción; pero quiero estar sola.
JONG HYUN
Me estoy divirtiendo, pero falta D'angelo, tengo que ir a buscarla. Salgo del salón y me encuentro con mamá reprochando la conducta de mi hermano. Él luce desarreglado, con el cabello desprolijo y una botella de agua en la mano. Está ebrio.
—¿Qué pasa? ¿Mamá te encontró bebiendo de más?—Ironizo.
—¡Erika se fue, es mi culpa!
—¿Se fue a dónde?
—¡Ve a buscarla! —Pide mamá—. Se acaba de ir por allá, debe estar en el auto, Jong Hyun.
—¿Pero qué pasó?
No me quedo a escuchar la respuesta, corro en la dirección indicada. Erika tiene las llaves del coche, seguro está ahí dentro. A veces se enoja, se aparta y reflexiona.
De un segundo a otro las cosas cambian, el vehículo no se encuentra en el estacionamiento y mi idea se desvanece.
¡Mierda, se fue!
Regreso a avisarle a mamá, ella controla su furia para no arruinar la noche soñada de su hijo mayor. Hwan y Min Wook están con ellos.
—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Qué le hiciste? —Empujo a Jin sin saber el trasfondo de esto.
—¡No importa, vamos a buscarla! —dice Hwan al tirar de mi brazo.
—¡Voy a matarte! —Señalo al mayor antes de subir al auto de Wook.
Llamo a Erika, pero no contesta. Estoy enloqueciendo. Quiero explicaciones, porque si algo le sucede a D'angelo no respondo.
Me comunico con mi hermano, me importa poco su estado emocional o que se encuentre en medio de su boda, si ella salió huyendo es porque algo grave sucedió.
—¡Dime qué mierda pasó! ¿Qué le hiciste? —expreso apenas contesta la llamada.
—¿La encontraste? ¡Lo siento!
—¡Aún no! Dime qué pasó —Exijo.
Nos considera hermanos, el hecho de que salgamos le incomoda. ¿Por ella? ¡No, el motivo soy yo! No soy buen partido para nadie.
Me conoce a la perfección, el peor error que he cometido en mi adolescencia fue confiar en él. Mis andanzas de mujer en mujer sin una relación estable, llevar a cabo acciones que no eran correctas, hacer sentir mal a Erika sin darme cuenta, entre otras. Sé que piensa que no he cambiado, que puedo traicionar la confianza de su pequeña hermana; no obstante, desconoce lo que he pasado. No sabe que D'angelo me gusta desde que tengo memoria y que he sufrido mucho por eso.
Ahora me preocupa ella. Desde que empezó sus terapias mejoró su autoestima, elevó su seguridad, pero no lo sé... Desconozco sobre las charlas con su terapeuta. Estoy al tanto de lo que ella considera necesario decirme.
—Jong Hyun, encuéntrala y tráela.
—Tú y yo vamos a arreglar esto. No te irás a ningún lado sin antes hablar conmigo—Amenazo.
A lo lejos divisamos mi auto a un costado de la calle. Las balizas se encuentran encendidas, condujo a una considerable distancia desde el lugar donde se lleva a cabo la fiesta.
—¡Es mi auto! —Alerto desesperado, y por dentro temo que algo malo le haya sucedido.
—¡Cálmate, cálmate! —Pide Hwan—. No pasa nada.
Wook se detiene detrás del vehículo. Bajo en forma fugaz y corro hacia ella.
Sus manos sujetan el volante con fuerza. Está mirando hacia el frente, mas parece perdida. Carece de expresión en el rostro. Y verla así me aterra.
Otra vez no, por favor.
—¡Erika! —Abro la puerta despacio a fin de no asustarla—. Mi amor, mírame, ¿estás bien?
Desprendo el cinturón de seguridad y con delicadeza hago que baje del coche. Sigue sin hablar. No responde a mis preguntas, no me mira. Acuno su rostro exigiendo que me preste atención, necesito asegurarme de que todo está bien, que me oye, que no está herida.
—Pequeñita, dime cómo te encuentras. ¿Te lastimaste? —pregunta Hwan imitando mi acto.
No contesta. Estoy enfurecido con la situación, conmigo mismo y con mi hermano porque esto es un completo retroceso. La abrazo, quiero que diga algo para quedarme tranquilo.
—Por favor, no te quedes callada. Me estás asustando.
Sus brazos rodean mi cintura, su cabeza se apoya en mi pecho, y llora.
—¿Por qué haces esto? —reclamo—. No te reprimas el llanto, lo hablamos muchas veces.
—Jin no lo dijo en serio, Erika. Ya sabes cómo es, no te aflijas por esto.
—¿Por qué saliste en el auto? ¡Es peligroso! —Elevo mi voz en cuanto caigo en cuenta de todo lo que ha hecho.
—¡Lo siento, Jong Hyun, en verdad lo siento! —Su llanto se acrecienta.
Qué imbécil soy, ¿por qué le estoy gritando?
—Perdón, perdón, no quise gritarte. Ya pasó, no llores.
—Regresemos a la fiesta, mamá está preocupada —Saca un pañuelo de su bolsillo a fin de secar sus lágrimas.
—Me quiero ir a Seúl. Llévame a casa por mis cosas y déjame en la estación de Buses.
—¿Estás loca? ¡No te irás sola a Seúl! —Frunzo el ceño—. Vinimos todos y nos iremos todos.
—No quiero ver a Jong Jin nunca más.
—¿De qué hablas? Él se irá en unas horas, vamos a despedirlo. Por favor, pequeña, no te enojes ahora.
—¡Basta, Hwan,no quiero! Por favor, Jong Hyun, llévame a casa de mamá por mis cosas.
—Mi amor, te amo y lo sabes, pero no voy a cumplir este capricho. Volveremos a despedir a Jin. Si no lo hacemos, vas a arrepentirte.
—Tú serás el que se arrepienta—responde irritada.
Es muy caprichosa. Puedo entender su enojo, pero si no regresamos a despedir a Jin se arrepentirá toda su vida. Él también lo lamentará.
Hwan sube en el asiento trasero junto a D'angelo para convencerla de que despedir al mayor es lo indicado. Se niega, es una terca. Observo por el espejo retrovisor sin intervenir en la plática, temo mandar todo a la mierda en cualquier momento. Estoy al límite.
Al llegar al salón Dae Ki y Kyu Bin nos esperan. Erika enmudeció. Se abstiene a bajar del auto y jamás la vi así de enojada, decidida a cortar todo vínculo con Jong Jin a causa de su ebriedad y su descontento notorio conmigo.
—¡Baja del auto —digo furioso—¡Ahora!
—Te dije que no quería venir, vas a arrepentirte de esto.
—¡Bájate!
—¡No!
Abro la puerta con brusquedad y la saco como puedo. Jin viene hacia nosotros, sus ojos siguen llorosos, se ha preocupado. Mi madre lo acompaña, se ha quedado a su lado y persiste alterada.
—¿Ella está bien? ¿Qué pasa?
—Sí, mamá, lo está —contesto secamente—. Vete a la fiesta y déjanos hablar un rato a nosotros primero, ¿sí? Ya vamos, no te preocupes.
—Vamos, mamá, dejemos que los chicos se arreglen —pide Hwan mientras se retira con ella no muy convencida.
Nuestros amigos hacen lo mismo, solo quedamos los tres para ajustar cuentas.
—Erika, perdón —Intenta abrazarla.
—No te me acerques —Suena amenazante.
—Despídete de él y vayámonos a casa.
—No voy a despedirme de él. Déjame en paz.
¿Ahora está enojada conmigo? ¡Y yo qué tengo que ver!
—Déjala, Jong Hyun, está enojada conmigo.
—También estoy enojado contigo. Sin embargo, estoy aquí y la traje, aunque ella no quería venir.
—¿Quieres una explicación de lo ocurrido? No me gusta que sean novios porque...
—Porque Jong Hyun merece a una persona mucho mejor que yo—dice con la voz entre cortada—. Lo sé, y tienes razón.
—¿Le dijiste eso? ¿Qué te pasa?
—¡Ambos merecen a mejores personas! No me refería solo a ti, Erika.
—¿No fui yo quién te apoyó desde un principio con Haneul? ¡Fui la primera persona a la que le contaste! ¿Y sabes qué? Me puse feliz por ti—Reprocha—. Hasta hace unas horas estaba admirándote desde lejos, tu felicidad. No sabes cuánto te he querido en todos estos años; pero tú nunca sentirás algo así por mí, nunca podrás sentir ni una pequeña parte de admiración.
—No digas eso, no es así.
—No te preocupes, lo entiendo, tienes razón —enfatiza—. Jong Hyun se merece a alguien mejor que yo, porque él es increíble.
—¿Qué estás diciendo? —La abrazo—. No le des la razón.
—¡Déjame! —Se suelta de mi agarre—. ¡Te dije que, si venía, te arrepentirías!
—No lo digas, no te atrevas.
—Terminamos, Jong Hyun —Su vista regresa al mayor—. Suerte en tu viaje Jong Jin, que tengas una linda luna de miel.
—¡No! —Tomo su mano—. No vas a dejarme.
—Ya lo hice.
—Erika, ¿qué haces? —interroga mi hermano con confusión—.Hablemos bien, por favor. No me hagas esto.
—¿Qué no te haga qué? —Lo empujo, mas las ganas de romperle la cara no desaparecen—. Es el momento indicado para ti, ¿no? Ahora viajas y te olvidas de todo. Tú no tienes idea por lo que ella ha pasado, por lo que yo he pasado.
—No te atrevas a contarle—Me amenaza.
—¿De qué están hablando? ¡Díganme!
—Piensa lo que quieras—contesto a regañadientes—. Te crees que por ser mayor lo sabes todo, ¿no? Imbécil.
Erika tiene la intención de irse y dejarnos solos, pero no quiero que permanezca enojada. ¿De verdad acaba de romper conmigo? Es que no lo entiendo.
—No me dejes, por favor.
—Seguiremos siendo amigos. —Sonríe—. Nunca nos hemos separado, Jonghyunie. Mi cariño no va a cambiar.
—Erika...
—No quiero que se separen por mi culpa.
—¿Y qué es lo que quieres? —Lo tomo del cuello de la camisa sacudiéndolo con fuerza—. ¡Joderme! Tu problema soy yo.
—¡Claro que eres tú! Siempre fuiste un desastre—Me empuja—. Un hombre que la respete, que la cuide, que no la deje sola cuando realmente le haga falta, eso es lo que ella necesita. Tú fuiste una mierda con ella, ¡y es tan inocente que siempre te perdona, porque no ve lo que haces!
Me cuesta creer que esta pelea surge en la boda de mi hermano. Estoy siendo débil frente a él, llorando como un completo idiota ante sus palabras porque tiene razón. He cometido muchos errores, pero juro que estoy arrepentido.
—¡Cállate! —Contesta furiosa a mi lado—. Jong Hyun me ha cuidado como no tienes idea, ¡no vuelvas a hablar así de él! ¿Acaso te crees perfecto? Te acabas de casar con una mujer increíble, aunque tienes un pasado bastante oscuro, porque también eres un imbécil.
—¡No me hables así!
—¡Tú no me hables así! No vuelvas a dirigirme la palabra, porque no eres nadie. Ni siquiera eres mi hermano realmente.
Puedo notar el dolor en los ojos de Jong Jin, Erika nunca le ha hablado de esa manera.
D'angelo sube al auto en el asiento trasero, está esperándome para que nos vayamos a casa. Miro a mi hermano por última vez con la idea de no mencionar nada más, pero decido hablarle.
—Suerte en el viaje. La diferencia entre tú y yo es que yo sí te deseo lo mejor del mundo, me pongo feliz porque hayas encontrado a Haneul —Admito sincero—. Dile a mamá que nos fuimos a casa.
—¡Espera, no se vayan! Por favor, quédense un rato más. Erika, baja del auto, por favor.
Ajusto el cinturón de seguridad e inserto la llave. El espejo retrovisor refleja la imagen de una chica destruida. Su rostro es de total desazón. Y me siento fatal por eso, incapaz de hacer algo que pueda revertir todas las palabras hirientes que se dijeron minutos atrás.
—Él tiene razón, Jeong —menciona con la voz entrecortada.
—¡No! No la tiene —Giro a verla—. D'angelo, por favor, no me hagas esto. No hice nada, esta vez no hice nada —Estoy a punto de quebrarme otra vez.
—Mi amor, no llores, ¡perdón!
He bebido, aunque no tanto como para ponerme sensible. Odio llorar frente a las personas, solo lo hice una vez delante de mis amigos cuando Erika estaba en el hospital, y ahora frente a mi familia.
Hace más de un año que estamos juntos, debo admitir que ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Mis padres están felices por nosotros, mi madre por poco no lo publica en el periódico. En la universidad nos va muy bien, incluso estamos a meses de terminar nuestra carrera. Todo se lo debo a ella.
Nunca hemos tenido una pelea importante, solo discutimos por nimiedades. Hemos pasado por tantos obstáculos desde la adolescencia que los fuimos solucionando de a poco. ¿Por qué se arruinaría en una noche? La noche en la que se supone que estaríamos felices, porque nuestro hermano se casó con la mujer que tanto quiere.
No soporto esto.
Hwan aparece para discutir con Jin en cuanto nos ve llorar dentro del auto. ¿Podría sentirme más estúpido ahora?
—¿Nos vamos?—Pregunto.
—Como quieras, al fin y al cabo, estamos aquí por ti.
—Si vas a hacer lo que yo quiera, entonces deja de llorar, vuelve a ser mi novia.
—Si volvemos a ser amigos, ¿te acostarás con otras chicas?
—Sí, sí solo seremos amigos me acostaré con todas las mujeres que se me crucen en el camino y las llevaré al departamento.
Ni de broma haría algo así.
—¿Ah, sí? Puedes empezar con las amigas de Haneul, con las que estabas tan interesado bailando.
—¡Tú ni siquiera estabas ahí! ¿Cómo lo sabes?
—¡Que te importa! Vuelve a la fiesta, ve a bailar con ellas.
—Fue mamá—río.
—Capaz que te casas con alguna, ¿para qué estar conmigo?
Puedo ver una leve sonrisa encubierta detrás de todo este reclamo.
—¿No lo entiendes? ¡Me gustas y quiero estar contigo! No me importa lo que diga el idiota de Jong Jin. Llevamos más de un año juntos, ¿vas a dejarme por lo que él diga? ¡Hasta hace unas horas estábamos bien!
—Es que no sé...
—¿Qué es lo que no sabes? Te amo, no me dejes. Estás tan linda... podríamos llegar al departamento y...
Alguien golpea la ventanilla del auto dejándome con la idea en la cabeza. Es mi padre. Los cuatro estábamos discutiendo, Jin y Hwan fuera del auto, nosotros dentro.
Comienza un sermón sobre la hermandad. Esto me suena a un castigo severo.
"Los hermanos que se pelean son hermanos de verdad"
La frase sin sentido de siempre. D'angelo no es nuestra hermana, no aplica, o por lo menos no para mí.
Papá es un hombre sabio y tranquilo, no le gustan las discusiones. Al contrario de llamarnos la atención, nos obliga a hablar. Pero cuando está enojado porque la mediación no resulta, entonces es mejor quedarse callado o nos irá muy mal.
Explicamos la situación y charlamos tranquilos al principio, después todo sube intensidad regresando al punto de inicio. Erika y Jin lloran, Hwan y yo permanecemos en silencio. Situación incómoda mientras mi padre opina al respecto de todo.
"Solo con quien te ama puedes mostrarte débil sin provocar una reacción de fuerza".
Espero que lo diga por mí, en referencia a la enorme paciencia que me cargo para no romperle la cara a mi hermano mayor y provocar una reacción de coma. Porque sí, lo quiero y sé que en el fondo también me quiere, ¡pero no como el novio de su hermana!
Dejamos la polémica, ante todas sus palabras quedamos sin nada que acotar. Todo es real, perfecto en cada punto del debate. Papá analiza cada frase y contexto en el que la aplicamos para luego, de alguna manera, dar vuelta todo y hacernos ver como los increíbles idiotas irrisorios que somos.
—Olvídense de lo que pasó —dice al palmear mi hombro.
—Papá, ¿puedo hablar contigo? Quiero pedirte algo —La escucho decir y se adelantan dejándonos solos a los tres.
—Sé lo que vas a pedirme —escucho a lo lejos—. No estoy de acuerdo, pero eres mayor de edad y no puedo impedirte que tomes esa decisión. Cuentas conmigo para lo que necesites.
Trato de ignorar su plática, estoy caminando junto a mis hermanos en un ambiente tenso.
Dae Ki abraza a Erika en cuanto la ve y la invita a bailar. Ella sonríe.
—Tal vez tengas razón —observo a la distancia—, merece a un hombre mejor que yo.
— ¡Tú eres ese hombre! —dice Hwan.
—¿De qué hablaban hace rato cuando dijeron que han pasado por cosas que yo desconozco?
—Que te lo cuente D'angelo, no es algo que me corresponda.
Intento divertirme; sin embargo, mi ánimo no me lo permite. La fiesta terminó para mí.
Mamá permanece sentada. Su Hanbok azul le queda lindo, voy a molestar con eso un rato. Aplaude animada a la distancia, se divierte con ver al resto de los invitados.
—¿Nadie la saca a bailar, señora? —Río.
—No me gusta esa música.
—Que aburrida—Me acomodo en la silla.
—Ve a divertirte.
—¡Mamá, le dijiste a Erika que bailé con las amigas de Haneul! Eres una chismosa.
—Te estabas portando bien, ella lo sabe.
Antes que pueda decir algo, retoma la palabra y creo que fue la peor decisión de la noche sentarme aquí.
—Tu padre me contó que discutieron —Hace un gesto de desaprobación—. Ni en la boda se pueden comportar —Me reclama—. Pelean todo el tiempo.
—Erika terminó conmigo. Jin debe estar feliz.
—Olvídate de la pelea con tus hermanos, ¡vuelve con ella!
—Mamá, ¿en verdad soy un mal partido? Es decir, quiero lo mejor para Erika, y si tú crees que esto no va a funcionar...
—¿Recuerdas cuando esos niños se burlaban de ti en la escuela? ¿Qué te dije?
—Que ser diferente es algo positivo porque atraemos la atención de personas que nos quieren de verdad—reímos—. Era un consuelo de perdedor.
—Erika era tu única amiga. Se burlaban de ti y no le importaba quedarse a tu lado.
—Después me envidiaban—sostengo—. Ninguno de ellos tenía una mejor amiga.
—Se quedó a tu lado cuando no tenía motivos, ¿qué te hace pensar que te dejará cuando le estás dando todo?
—No seas cursi, mamá, esto no es un drama.
—¡Ya vete de aquí!
—¿Me estás corriendo? Después te quejas de que no paso tiempo a tu lado y soy un mal hijo —Me aparto antes de recibir un golpe.
Regreso a la pista de baile con mis amigos. Mamá ha elevado mi autoestima, no voy a rendirme tan fácil. Debo hablar con Erika, pese a que continúa enojada.
—¿Seguimos siendo novios o puedo bailar con otra?—Indago en su oído.
—¡No vas a bailar con nadie! —Me apunta con el dedo.
—¡Es un sí, seguimos siendo novios! —La abrazo con fuerza—. No vuelvas a dejarme. Y no bailes con Dae Ki.
—¿Por qué somos tan explosivos? Me siento la persona más idiota del mundo. Lo arruiné.
—Me defiendes de lo malo que puedan decir de mí, yo hago lo mismo contigo. Pero no me dejes por problemas que causan otros, los solucionemos juntos.
—Respecto a Jin, no me pidas que lo perdone, no lo haré. Es más, le daré un motivo para que se enoje.
—¿Que se enoje más? Por favor, exageras cuando se trata de Jin. Él hace lo mismo contigo.
—No me importa. ¿Quiere odiarnos? Le daré un motivo. No tengo nada que perder, no es mi hermano. Y tú no tienes nada que perder, serás su hermano por más que te odie.
—¡Erika —La nombro serio— no estoy bromeando! No empieces.
Anuncian la retirada de los novios. Se irán de viaje por un mes, los invitados se acercan a despedirlos.
Erika se mantiene en su lugar, no quiere acercarse a Jin. Para ser sincero, tampoco quiero hacerlo, ya dije todo lo que tenía que decir. De algún modo parece buscarnos con la mirada, aunque es en vano, ninguno de los tres daremos el brazo a torcer.
...
Uy, uy, uy... ¿pero qué ha pasado por aqui? ¡Se pelearon los hermanos!
¿Qué piensan de esto? ¿Se solucionará? ¿Erika dejó de ser una Jeong?
Nos leemos prontito. Las adoro.
GRACIAS POR TANTO AMOR.
JK ❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro