CAPITULO 27
JONG HYUN
Último final del año. Leyes laborales fue el primero y, gracias a Erika y Dae Ki, los demás comprendimos la materia en su totalidad.
Hoy es el turno de Costos, aquella en la que obtuvimos la calificación más alta del salón. Estoy tranquilo, he estudiado lo suficiente.
Leo con detenimiento las consignas, las recuerdo a la perfección después de nuestro último repaso antes de dormir. Erika no deja de escribir, algo me dice que terminará el examen antes que yo. Ella tiene un don, se concentra de lleno en su trabajo y nada más importa. Lo contrario a mí, que pasa una mosca y debo empezar de nuevo.
Controlo cada una de las respuestas sin perder detalles. Cuando me siento conforme me levanto de mi pupitre, tomo mi mochila, y camino seguro hacia el escritorio del profesor Bae. Me observa debajo de sus gafas cuadradas casi anonadado. No es común que entregue tan pronto, pero su boca dibuja una línea hacia los costados acompañada de picardía en cuanto alguien más aparece a dejar su parcial sobre la mesa.
—Espérame —dice mi hermosa compañera.
—Espero que no me defrauden —Acota divertido—. Señorita D'angelo; señor Jeong, pueden retirarse.
Tras una reverencia salimos del aula directo a los jardines del campus para esperar a los chicos. Tenemos las mismas respuestas, hemos analizado las consignas de igual manera. Pese a ello, Erika insiste en revisar.
—Según mis cálculos... tengo a la novia más inteligente de todas.
—¡Basta! —ríe—. ¡Presta atención!
—¡Ya entregamos el examen! —expreso cansado en tanto apoyo mi cabeza en su hombro—. Si está mal, reprobamos, Erika. ¡Tu promedio estará arruinado como el de Dae Ki después de hacer equipo con Wook y Kyu Bin!
—No es gracioso —contesta Kim a mis espaldas —. Por cierto, Jeong, el profesor acaba de decir que tu examen está pésimo. Él preguntó si en verdad estudias o solo vienes a dormir y verle la cara.
—¿Qué? —Me enderezo—. ¡No puede ser! ¡Estoy seguro de que está todo bien!
Controlé las respuestas como tres veces para asegurarme, debe haber un error.
—¡Si mi promedio baja no podré estar en el equipo el próximo año! —Me siento nervioso—. Voy a perder la capitanía.
—¿Lo ves? ¡Ese nivel de desesperación sí que es gracioso! —Carcajea—. ¡Idiota!
—¡Dae! —interfiere D'angelo—. No lo asustes así.
—¿Por qué lo defiendes a él? ¡Se está burlando de mí! Tengo mayor promedio, es mejor que el suyo.
—Porque es mi novia y me ama, ¿no es obvio?
Dae Ki es el mejor amigo de Erika, me lo ha repetido tantas veces que me ha desterrado de ese rol. Ahora soy solo su novio. Atribuirme el papel de amigo queda anticuado, caducó, va contra las normas del imperio de este déspota.
—Ah, ¿sí? Erika, dile a tu novio patético lo que me dijiste anoche.
—Que eres mi mejor amigo y te quiero —Su respuesta parece la repetición de una cinta, no deja de mirar su cuaderno.
—¡En tu cara, Jeong! —ríe victorioso.
Quién diría que Dae Ki, el tipo que tanto he odiado, se convertiría en uno de mis grandes amigos, incluso el mejor amigo de mi novia. Este año ha sido uno de los mejores, tanto en la universidad como en la vida misma. Tantos cambios positivos se los debo al grupo que formamos.
Wook y Kyu Bin salen de rendir, sus efusivas caras delatan la seguridad en sus respuestas, no hace falta indagar al respecto.
—¿Listos para irnos? —pregunto contento—. Muero de hambre.
—Más que listos.
El restaurante de Alessandro Leone se convirtió en nuestra residencia de festejo al concluir cada examen. Y claro, Baskin Robbins después, porque sería un sacrilegio que Erika no coma su helado de chocolate.
Nuestras vacaciones comienzan e iremos a Busan por un tiempo. Muero de ganas por ver a mis padres y darles la noticia del noviazgo. D'angelo está intranquila, pero no hay nada que temer, mis padres no pueden enojarse por esto, y mis hermanos tendrán que aceptarlo tarde o temprano.
Erika degusta su helado, los demás permanecemos en los sofás azules con amplio respaldo. Ella no mide el tiempo, come con lentitud y eso me impacienta.
—Tenemos que viajar, D'angelo—digo para apurarla.
—¡Ya sé, no me apures para comer!
—Cuídense—Se entromete Dae, quien cree que no volverá a vernos jamás—. Erika, mándame mensajes todos los días.
—No te mandará nada —respondo tajante.
—No estoy hablando contigo.
—Esto no ocurriría si hubieses hecho el trabajo con la chica de gafas—digo.
—Esto no ocurriría si te quedaras callado y me dejaras hablar con Erika.
—Creo que ha llegado el momento de retirarme —interrumpe Wook poniéndose de pie—. Estaremos en contacto a través del grupo de Kakaotalk.
—¡Espera, llévame!—dice Dae Ki.
—¡No lo lleves, Wook! —acoto—. Que camine, ¿no es deportista?
—Erika, escucha a tu tonto novio—Resopla como si fuese un niño.
—Jeong —contesta seria—, deja de molestarlo, no te metas.
Dae Ki se burla por lo bajo sin llamar la atención de la castaña. Ella ignora el comportamiento de su amigo, pero él me las pagará. Se despiden y cada quién va por su lado.
Ha llegado la hora de ir hasta el departamento a preparar las valijas y marchar a nuestra ciudad natal. Kyu Bin viajará con nosotros, lo buscaremos por la residencia universitaria en unas horas.
Mi novia permanece en silencio desde que salimos del restaurante. Sus dedos tamborilean sobre sus rodillas, parece divagar por alguna galaxia no tan cercana cuando mira por el cristal de la ventanilla del auto.
—¿Qué tienes? Estás muy callada.
—Nada, estoy pensando.
—Espero que en lo mismo que yo—expreso efusivo—. Lo he decidido, voy a presentarte a mis padres esta noche.
—¿Tú crees que se enojen conmigo? ¿Qué hay de Jin y Hwan?
—¿Contigo? ¡Si se enojan con alguien, será conmigo! El pervertido soy yo, ¿lo recuerdas? Pensarán que te seduje y caíste en mis garras.
—Jeong, nadie puede saber que tú y yo...
—Tranquila, no voy a llegar a casa a contarle a mamá que te metes a mi cama en las noches, que me insinúas darnos duchas juntos y esas cosas. Tu secreto está a salvo conmigo —guiño el ojo.
—Ya veremos si puedes hacer eso cuando Jin te golpee.
—¡Soy más fuerte que Jin y Hwan juntos! Ellos son unos debiluchos. ¿Quieres que le llame a mamá para decirle que le presentaré a mi novia hoy?
—¡No! —Golpea mi hombro con suavidad— Se lo diremos allí cuando sea el momento.
—¡Llegó el gran día! —Alzo la voz.
—¡Deja de mencionarlo, Jeong!
A medida que nos acercamos a casa los nervios de Erika relucen. Comprime sus manos y las desplaza por sus rodillas a causa del sudor. Mi familia la ama, ¿qué podría salir mal de esto?
—D'angelo, todo va a salir bien.
—Lo siento, Jeong, pero no puedo.
—¡Tendrás que hacerlo! Si me pongo nervioso, actuaré precipitado y contaré todo.
—¡No! Tú cuentas algo fuera de lugar y te asesino —dice a regañadientes.
—Esa es la D'angelo que necesito, la fastidiosa.
—Mejor otro día.
—¿Por qué? Quiero que sea hoy.
—¡No puedo! Ser tu novia es complicado.
—Imagínate lo que es para mí —reímos—. Quizás me echen de la casa.
—Si algo malo sucede, nos vamos a Seúl. ¡Promételo!
—Sí, lo prometo.
Baja del auto y libera un suspiro. Mis palabras no modificaron su postura, mas no hay nada que pueda hacer, tenemos que enfrentarlo.
Mamá corre con exageración a mis brazos al momento en que abro la puerta. Besa mi rostro como si fuera un niño pequeño. Insiste en que lo soy y seguiré siéndolo.
Si supiera.
Erika abraza a papá y éste susurra algo que no logro descifrar, ¿se están burlando de mí? Es posible.
Los gritos de mis hermanos rompen la tranquilidad del hogar, por poco y llegamos juntos. Mamá va hacia los brazos de Hwan para halagarlo.
Hace un instante esas palabras bonitas recaían en mí.
—Mamá, tengo hambre —Reclamo para romper esta atmósfera acaramelada.
—¡Se puso celoso el bebé de la casa! —exclama papá.
Con que de eso se trataba el cuchicheo con D'angelo.
—Siéntense, la mesa está servida. Sé que todos vienen con hambre.
Era de esperarse, mamá no se está con rodeos, ha preparado un excelente banquete. Un sabroso Kalbi me espera para ser deleitado, incluso hay salsa de barbacoa para acompañarlo, ¡me encanta venir a Busan!
Con mis hermanos comemos como si el mundo se estuviese por acabar; pero la niña consentida no prueba bocado.
—¿Qué te pasa? —susurro.
—No tengo hambre, me siento mal.
—¿Qué te duele?
—¡Estoy nerviosa, Jeong! —murmura con disimulo—. ¿Cómo puedes estar comiendo tan tranquilo? No se los diremos ahora, ¿o sí?
—Se lo diremos otro día, como tú quieras. ¡Come!
—¿Qué están secreteando ustedes? —pregunta el mayor—. Es de mala educación.
—No has comido nada, Erika. ¿No te gusta?
—Sí, sí me gusta, pero no me siento bien. Creo que me iré a recostar, tengo nauseas.
—Sí, vete a la cama y luego te llevo un té, cariño. Estás pálida.
—Gracias, mamá.
Permanezco en mi lugar como si nada. Puedo sentir las miradas sobre mí a la espera de una explicación.
—¿Qué? —pregunto con la boca llena.
—¿Qué le sucede a Erika? ¿Está enferma?
—No sé, dijo que se sentía mal. Quizás lo que comimos antes de viajar.
—Jong Hyun—dice Jin—. Me enteré de muy buena fuente que Erika tiene novio. No sé quién es, pero tú debes saberlo, vives con ella.
¿Qué acaba de decir? ¿Se enteró de muy buena fuente? ¡Soy hombre muerto! Se viene el bombardeo de preguntas.
¡Necesito agua!
—Yo no sé nada, Hyung, tu fuente no es confiable.
—¿Cómo que tiene novio? ¡A mí no me contó nada! —expresa mi madre.
—¡No tiene novio!—digo.
—Jonghyunie, dinos la verdad —habla Hwan mirando hacia las escaleras para asegurarse de que D'angelo no está allí—. ¿Está embarazada? ¿Por eso tiene nauseas?
¿Por qué esta familia es tan drástica y exagerada? Contengo la risa para no quedar como un irrespetuoso, en especial con mi madre, quien me dará un golpe en la cabeza.
—¡No! Deja de ver películas, Hyung.
—¿Y cómo sabes que no es así?
—Porque ella nunca ha tenido...
Mierda, ¿qué estoy por decir? Le pedí a D'angelo que no me dejara solo o lo arruinaría. Aún así, ella me abandona. Claro, total me expulsarán de la casa a mí
—¿Erika te lo ha dicho?
—¡Ay, mamá! Somos amigos, sé todo de ella, y ella todo de mí.
—Entonces nunca ha estado con un chico—Parece sorprendida—. Es tan linda, es una mujer decente que se hace respetar.
Sonríe orgullosa. Si supiera me castraría.
—¿Y qué hay de ti?
—Nunca he hecho nada, mamá. También soy un hombre decente.
Y ante mis palabras, mis hermanos ríen a carcajadas. Papá disimula porque mamá está cerca, pero yo contengo las ganas o recibiré el golpe en la cabeza en menos de lo esperado.
—¡Se están burlando de mí! —Los señalo para distraerla.
—¡Jong Jin, controla tu risa!
—Mamá, ¿en verdad vas a creerle a este niño? Perdió su inocencia hace años.
—Mamá, relájate, ya tiene 22—dice Hwan.
—¿Y eso que tiene que ver? ¡El sexo es una responsabilidad! No es cuestión de edades. ¿A dónde vas, Jong Hyun? —Eleva la voz.
—Voy a ver a Erika y preguntarle si está mejor o quiere que le lleve un tecito.
—¡Ven aquí! —ríe —. Nunca eres solidario con tu hermana.
ERIKA
Los nervios me impidieron probar bocado. Y es una lástima, porque el Kalbi me gusta mucho.
En la cama analizo si dormir de una vez o regresar y enfrentar la situación. Quizás mi mente me hace una mala jugada, los Jeong no van a enojarse conmigo por salir con Jonghyunie. ¡Me conocen de toda la vida!
Salgo de la cama y me acerco hacia las escaleras, quiero escuchar, aunque sea un poco la conversación. Se están burlando de Jong Hyun, mas no sé el motivo. Tengo curiosidad.
Bajo sin hacer ruido ni llamar la atención, pero mamá voltea y me mira directo a los ojos.
—Contigo quería hablar.
—¿Hablar de qué?
—¿No pensabas decirme nada? ¡Me tengo que enterar por ellos! —Señala a mis hermanos.
¿Ya lo saben? ¿Qué saben? ¿Cómo? ¡Yo no les dije!
—¿Qué pasó ahora?
—Que alguien perdió su inocencia—Manifiesta jocoso el mayor.
¡Ahora sí lo mato! ¿Cómo se atreve a contar algo tan íntimo delante de toda la familia? ¡Es un descarado!
—¡Explícame! — exijo enojada.
—Erika, mamá se acaba de enterar que soy un promiscuo.
Promiscuo, la palabra más usada por la señora Ji An para corregir actitudes. Recuerdo el discurso hacia mis hermanos argumentando que no tenían que ser así o sus futuras esposas no los querrían, incluso se lo dije a Jong Hyun hace un par de meses. La peroración en su máxima expresión.
Casi meto la pata y quedo expuesta ¡Qué estúpida!
—¡No es gracioso!—Ella está indignada.
—No lo sabía, mamá, me enteré hace unos meses —Miento.
El pelinegro regresa a su lugar, ya que al parecer se alejó para no ser golpeado por su impureza. Me siento a su lado sin intenciones de comer, solo hacer presencia y dialogar en familia. No obstante, unos ojos oscuros se clavan en mí desde la punta de la mesa: Jong Jin.
—¿Por qué me miras así?
—Ya dime quién es tu novio —Señala con el dedo—. ¡Sé que tienes uno, niña!
—Parece que no voy a poder terminar de comer nunca —Se queja el menor por lo bajo—. Ven, Erika, te daré apoyo motivacional.
¿Qué hace? ¡Dijimos que no se los contaríamos hoy!
—No, ¿qué haces? —susurro—. No quiero.
—Es hoy o nunca.
De pie, casi al otro lado de la mesa, me uno a la valentía de Jeong para confesar nuestra relación. No es como lo imaginé. Hubiese preferido decírselo a mamá primero, luego a papá, y al último a los otros dos; pero ya no puedo cambiarlo, cuatro pares de ojos están expectantes, y a mi lado un desinhibido Jong Hyun bebiendo agua para aclarar su garganta.
—Sí, es verdad, tengo novio.
—¡Qué bien! —dice papá—. Espero que sea digno para estar contigo.
—¿Digno? —interrumpe Jong Hyun—. ¡Ni que fuera de la realeza!
—¡Ay, ya cállate! Es su momento, no lo arruines —Se queja Hwan.
—También tengo novia—confiesa—. No lo iba a decir, pero creo que es correcto hacerlo.
—¡Qué felicidad! —exagera mamá—. La familia crece cada vez más. Ojalá sea una buena chica que sepa cuidar de ti, es muy afortunada.
—¡Uff, afortunadísima!
—¿Y cómo se llaman esas personas? —inquiere Jin con altivez.
—Ocultaste a Haneul por meses, ¿y pretendes que estos te arrojen datos a la primera? —Ironiza Hwan.
—Faltas tú, Jong Hwan—Se entromete papá —. Ya es hora.
—La presentaré apenas la encuentre.
Hwan-ssi es tan lindo, no sé por qué no ha encontrado novia aún. De seguro también le oculta cosas a mamá y es un promiscuo en América.
—Y bien, ¿cómo se llaman los desafortunados? —Bromea mi padre.
—¿A qué se dedican sus padres? —Indaga mamá con mayor interés—. ¿Viven en Seúl?
¿Debo decirlo? Temo que la comida les caiga mal tras saberlo.
—Bueno... Mi novio es... Jong Hyun.
—Mi novia es Erika.
El silencio, que solo dura segundos, es interrumpido por las risas de mis hermanos aplaudiendo como focas retrasadas hasta quedarse sin aire. Nosotros seguimos de pie, con una pequeña molestia ante su reacción.
—¡Aaah, por un momento me lo creí! —Seca unas leves lágrimas—. Vamos, ahora digan los nombres.
—Esto no es broma, Jin—dice Jong Hyun en un tono determinante—. Somos novios.
—Así es —Sostengo inquieta—. ¿Están enojados conmigo?
El mayor de los hermanos insiste en entrometerse, no deja que mis padres puedan expresarse al respecto.
—¿Cómo que es cierto? —Golpea la mesa con su palma.
—Es verdad, estamos juntos —Confirma el menor al tomar mi mano.
—¡Voy a matarlo! —expresa encolerizado.
Su cuerpo se acerca a nosotros con furia, pero en la mira tiene solo a Jong Hyun. Jamás lo he visto así, el enojo lo está consumiendo, tanto que se le olvida que se trata de su propio hermano.
—¡No! Espera, ¿qué vas a hacer? ¡¡Papá!! —grito.
—¡Déjalo! —amedranta Jong Hyun, y me suelta la mano para apartarme—. ¡Que venga!
Mi padre intercepta a Jin e impide que concrete el golpe o lo que sea que haya pasado por su cabeza. Parece un león al que le acaban de abrir la jaula.
Sé que puede sonar extraño, pero es mucho más sobreprotector que Jong Hyun. Es cinco años mayor, siempre nos va a ver como niños, y a mí como la criatura indefensa que tiene que proteger.
—¿Por qué actúas así? ¡Como si yo fuera un extraño!
—¡Porque te conozco y sé que vas a lastimarla!
—¡No lo haré! He cambiado en todo este tiempo.
¿Por qué pensé que esto sería más relajado? Todo está saliendo mal, ellos discuten por mi culpa. Oprimo mis dedos con fuerza, el ambiente no da buenos indicios, temo por lo que llegue a suceder.
Papá no ha liberado el brazo de Jin, este tampoco se resiste al agarre. Por otra parte, Jong Hyun permanece a mi lado sin bajar la mirada, poco le importa recibir un golpe, menos acobardarse ante el intimidante accionar de su hermano.
—No, no llores, D'angelo.
Siempre lloro en sus brazos, es el único que me ve devastada. Algunas veces por su causa, otras por acontecimientos de la vida; sin embargo, nunca me deja sola.
—¡Hicieron llorar a su hermana!
—¡Es su culpa! —Reclama el pelinegro mientras me abraza —. ¿Acaso no lo viste? ¡Quiso golpearme!
A Jong Jin ya no le importa pelear, o eso parece. Es probable que el tono de voz utilizado por su padre lo trajera a la realidad.
—¡Hazte a un lado! —exclama antes de acercarse a mí.
—Perdón, Erika—Acuna mi rostro—. ¿Por qué no me lo dijiste?
—¿Por qué siempre tengo que contarles todo? Los tres son unos idiotas, ¡me controlan como si fuese una niña!—Quito sus manos de mi cara.
—Yo no he dicho nada —dice Hwan, en tanto continúa comiendo—. Estoy muy feliz por ustedes, no puedo quejarme.
Jong Hwan es el que menos me cela, aunque lo incluyo en el mismo paquete por costumbre.
—¿No te molesta nuestra relación?
—No. ¿Acaso soy el único que siempre lo imaginó?
—¡Sí, porque nadie podría pensar algo así! —prosigue Jin con enfado.
Jeong Jong Hyuk, además de reprender a sus hijos por su comportamiento, no ha dado opinión referente a mi relación. Su esposa tampoco lo ha hecho y, al contrario de calmarme, me aterra. ¿Me estarán odiando por esto? ¿Dejarán de ser mis padres ahora?
—Papá...—hablo con miedo—. Perdón.
—¿Por qué te disculpas? No estamos haciendo nada malo, D'angelo. Papá, no voy a disculparme por esto.
—Nosotros no te criamos para ser nuestra nuera, cariño. Te hemos dado todo, pero tal vez... debimos llevarte más seguido al oftalmólogo —ríe.
—Ay, papá...
—Sabía que terminarían juntos —interrumpe la mujer con el rostro radiante.
—Entonces... ¿No están enojados con nosotros? —Indaga Jong Hyun.
—Al contrario, estoy feliz. Jamás podrás encontrar a una chica mejor que Erika.
—¿Lo dices en serio? Me refiero a lo de no estar enojada, lo demás sí es cierto. ¿Quién va a soportar a Jong Hyun si no soy yo? Es un tonto.
—Tonta tú—contrataca gracioso y termina de secar mis lágrimas.
—Hay algo que no están aclarando—dice papá de forma seria—. ¿Qué pasó con Kim Dae Ki? Pensé que él sería mi yerno.
Mi padre es de un carácter dócil y despreocupado, igual que Hwan. Hace chistes para romper el hielo, también para distraer a mi madre ante posibles golpes inesperados. Gracias a eso el ambiente no es tenso.
Sus brazos me reciben y son reparadores. Mis lágrimas cesan, mi miedo desaparece por completo con solo escuchar sus palabras de aceptación.
—Vuelvan a la mesa, Hwan se está comiendo todo.
—Papá, ¿por qué siempre me dejas en evidencia?
Jin se mantiene en silencio. Era una posibilidad que reaccionara mal, pero supongo que es cuestión de tiempo para que se acostumbre. No quiero estar peleada con él, menos que se aleje de Jong Hyun.
JONG HYUN
Mamá está contenta, repite que esto ocurriría tarde o temprano. Nunca nos lo dijo, pero al parecer sí a mi padre y hasta el hartazgo por los gestos de su cara.
Dedujo que me gustaba Erika en alguna oportunidad, desde allí estuvo al pendiente. Intento hacer memoria, mas no consigo determinar la ocasión. Solo mis amigos lo sabían, era imposible manifestar mis sentimientos por D'angelo, menos a mi madre que podía decírselo a la señora Amelia en aquel entonces. Lo cierto es que cuando era pequeño mamá hablaba mucho conmigo, sus otros hijos habían fallado en varios aspectos y no quería lo mismo. Sin embargo, fracasó también en mí, nunca le hice caso.
El primer beso fue uno de sus tantos temas. Lo vi tan importante que, al saber que no sería con D'angelo, no pensaba en dárselo a otra persona. Lo arruiné y fue solo el comienzo.
Mi primera vez también fue una experiencia sin importancia e improvisada. Ni hablar de mis decisiones estúpidas en toda la adolescencia. A pesar de ello, mamá sostuvo o quizás deseó en el fondo que Erika y yo nos diéramos cuenta de lo mucho que nos queríamos. Ahora está feliz, mientras relata aquellos momentos en donde lo percibió, incluso recuerda una charla con Amelia, su gran amiga. Ellas halagaban mutuamente actitudes de sus hijos y, ahora que lo pienso, también recuerdo eso.
Observo a Jin sentado a un lado de papá. Su rostro no denota alegría, más bien pareciera que recibió la peor noticia de su vida.
Soy consciente de que años atrás me porté pésimo con Erika. No obstante, he cambiado, y seguiré haciéndolo de ser necesario, porque no quiero perderla. Mi hermano me conoce en demasía, sabe muchas cosas de mí, por esa misma razón está odiándome. Su problema soy yo, mi pasado, mis pésimas decisiones y mis actos desconsiderados que afectaron a quien hoy es mi novia.
Lo entiendo, porque también me odio cuando recuerdo lo que hice; pero no voy a arruinarlo, quiero esforzarme, quiero hacer feliz a D'angelo y demostrarles a todos que dejé de ser un niño.
El tiempo pasa, la conversación en familia se prolonga y llega el momento del postre. Una porción de Patbingsu al que no puedo resistirme.
—¿Cómo van en la universidad? No han descuidado sus estudios por esto, ¿verdad?
—No, papá, al contrario, hemos estudiado juntos y nuestras calificaciones mejoraron —contesta D'angelo con una sonrisa.
—Cuéntale sobre Costos —incentivo orgulloso.
—¡Obtuvimos puntaje perfecto!
—Fuimos los mejores de la clase, el profesor nos felicitó.
—¡Mis niños son muy inteligentes!
Hablamos sobre los chicos y el fuerte lazo de amistad en este último tiempo, lo equivocado que estaba respecto a Dae Ki, quien ahora ocupa el puesto oficial de mejor amigo de mi novia, y que Kyu Bin vive cerca de casa.
Erika se libera y habla sobre su noviazgo con Seo Won. Mis hermanos no estaban enterados, aunque vieron a Lim en el departamento. Si Jin estaba enojado, ahora por mentirle quiere asesinarme.
—Me hubiese gustado que Seo Won sea mi cuñado. Él dibuja muy bien, pintamos un mural juntos para el hospital de niños. Además, juega Básquetbol.
—¡Bueno, pero yo soy tu cuñado!
—Qué ridículo—ironiza el mayor—. Eres nuestro hermano, no nuestro cuñado. ¡Erika lo es!
—¡Ah, perdón! Como la quieren más a Erika, pensé que no era digno de ocupar ese puesto—Hago comillas con los dedos.
—Fue papá el que dijo eso —Corrige Hwan—. Como les decía, Lim Seo Won hace murales, maquetas y planos impresionantes.
—También puedo hacer un mural o una maqueta si quisiera. Y por si lo olvidaste, estoy en el equipo de fútbol, soy un deportista, soy el capitán del equipo.
—¡Jong Hyun, deja de competir!
...
La familia Jeong está al tanto de la relación. ¿Qué les ha parecido?
Jong Jin es más celoso que Jong Hyun, ¿lo aceptará? Descúbranlo en el próximo capítulo de Siempre Fuiste tú 😅
PD 1: Las extrañé mucho.
PD 2: No me dejen de seguir.
GRACIAS POR TANTO AMOR 💜
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