CAPITULO 25
JONG HYUN
Tras confesarle mi plan de espía, decidí sorprender a D'angelo como se merece. Me levanté temprano a fin de llevarle el desayuno a la cama. Salí del departamento sin hacer ruido, salvo que el mundo se caiga a pedazos es imposible que note mi ausencia.
Fui a Dunkin donuts porque le encantan las donas de allí, en especial las que tienen chocolate, son una delicia y, por consiguiente, su debilidad. Yo prefiero con crema, saboreo del solo pensarlo.
El día está esplendido, y eso que recién comienza, tengo una programación para llevar a cabo con mi novia en unas horas. Esto parece un sueño, uno del que espero no tener que despertar jamás.
Anoche pensé en cada momento en los que sufrí por no ser correspondido, por no estar a su altura, por no avanzar de a dos. Sigo sin creer que soy merecedor de su amor.
Erika era la niña más linda del barrio, del colegio, y su belleza era tan inasequible que un tonto como yo no debía ni intentarlo. Pero la vida me ha dado una oportunidad. Voy a dar lo mejor de mí para que esto funcione, voy a evidenciar todos mis sentimientos hasta que no quede duda de lo importante que es y lo feliz que soy a su lado.
El agua rompe hervor, las tazas aguardan ser recargadas. Nunca creí hacer esto, me siento estúpido; pero no es la primera vez que le llevo algo de comer a su cuarto, solo es la primera vez como novios y quiero que salga bien.
Su taza rosa de princesa se llena con café, las donas decoran el plato que hace juego. Compré golosinas de uva que repartí sobre la bandeja y un frasco de leche de fresas, su favorita. Los gustos están presentes.
Conforme con mi decoración, voy al dormitorio. A mitad del pasillo noto que la puerta se encuentra cerrada ¿Cómo voy a abrirla si tengo las manos ocupadas? Mi plan tiene errores de lógica. Intento tomar el picaporte sin dejar que todo mi esfuerzo se vea afectado por mi torpeza, aunque es complicado.
Mi pie termina siendo de utilidad. De algo debe servirme la altura y piernas largas. Eso estuvo cerca.
Dejo la bandeja sobre el escritorio con mucho cuidado. Los apuntes de Erika están aquí y no quiero arruinar nada, ella me mataría si se ensucian. Acomodo las hojas a un costado y corro las cortinas para iluminar un poco.
—D'angelo, despierta, tenemos que desayunar —Me siento a un costado de la cama.
—Hola...—musita—. Duerme conmigo un rato más.
—¡No, siéntate! Tengo una sorpresa para ti.
Solo uno de sus ojos se abre para ver de qué se trata. Se sienta, estira sus brazos y mueve su cuello de un lado a otro.
—¿Tú preparaste esto? No es mi cumpleaños, Jeong —dice sarcástica.
—Se debe a que hoy estaremos todo el día juntos —Tomo la bandeja—. Déjame un espacio, D'angelo, ¡colabora!
—¿Compraste donas? Eres el mejor, Jonghyunie.
—¡Lo sé! ¿Dónde encontrarías otro novio como yo?
—Si eso lo haces ahora, me imagino lo que harás al día 22—Bromea.
—No lo había pensado. ¿Puedes hacer algo tú? —reímos.
Las donas están deliciosas, mas no me permite probar las que son bañadas en chocolate. Soy su novio y no se apiada.
—Poquito—digo en español.
—Ay, Jeong—Hace puchero—. Te ganaste una dona completa por hablar en español.
—Gracias.
Son contadas las palabras que aprendí con ella. Ya se me han olvidado todas aquellas clases mediante videollamadas con el resto del grupo.
Hoy su rostro ostenta una belleza innata. Decirle hermosa 15 veces es poco para 24 horas.
—¿Pasa algo, Jong Hyun?
—No, nada.
—Gracias por el desayuno. El café quedó rico y las donas me encantan.
—Es mi forma de compensar lo que sucedió ayer.
—Estamos bien, no te preocupes.
—Si ya terminaste, me llevo la bandeja a la cocina.
—Guarda la leche de fresas en la heladera.
—Sí, Erika, ya lo sé —resoplo—. Déjamelo a mí.
Lavar las tazas y platos también forma parte del plan. Me gusta dejar ordenado.
—¡¡¡Jong Hyun!!!
—¿Qué pasa? —inquiero frente a la puerta después de correr hacia ella—. ¿Estás bien?
—Ven, acuéstate un rato conmigo.
—¿No piensas levantarte? ¡Eres una floja, D'angelo! Son las 10 AM.
—Es sábado, no hay de qué preocuparse. Hoy tenemos todo el día para nosotros, los chicos no vendrán.
En eso tiene razón, no recuerdo cuánto tiempo ha pasado sin que estemos a solas.
—¿Harás el almuerzo? —Pucherea a más no poder.
—¿Ahora soy tu esclavo? ¡Hazlo tú!
Discutimos. Echarnos en cara situaciones de hace días es por poco una tradición. Asume que nunca hago nada, pero limpio más que ella, solo que no se da cuenta porque duerme como un oso y ni se inmuta. En su cabeza sueña que enciende la lavadora; no obstante, tengo que estar cargando la mayoría de mi ropa porque se la apropia.
Reclama que no cocino. Esto cierto, nunca lo hago. Sin embargo, si ya le traje el desayuno, entonces que ella haga el almuerzo. Me parece justo.
La seriedad se desvirtúa cuando los chistes aparecen, imposible negarme a cambiar el tema con buenas cosquillas. Su cabello desgreñado, en conjunto con el rojo de su cara, me hace detenerme para dar una tregua.
—Creo que sin importar qué pase, tenerte así es extraño —Confiesa jugando con mi cabello.
—No debería ser así, pero entiendo lo que quieres decir porque me pasa lo mismo. —Arrugo mi nariz al aproximarme a su cuello y hundirme en ese aroma que tanto me gusta.
—Somos novios ahora, pero...
—En secreto de nuestra familia —Una pequeña risita nasal sale de mí—. ¡No es incesto, D'angelo! No somos hermanos.
—Ya lo sé, pero... Jin y Hwan van a golpearte, ¿eres consciente, no? Mis hermanos me aman más a mí que a ti.
Como si no lo supiera, un poco más y me lo advierten a diario en los mensajes de Kakaotalk.
—¿Crees que no lo he pensado? Estoy preparado. Además, soy más fuerte que ellos dos juntos. No te preocupes, se lo diremos cuando lo creamos conveniente.
—¿No tienes miedo?
—¡D'angelo, esto no es un pecado! —Carcajeo.
—Se siente como uno.
—Así todos se enojen con nosotros, no me separaría de ti jamás. Eres mi chica ideal.
Nuestra primera cita se llevará a cabo en un lugar alejado de las concurridas calles de Seúl.
—¿A dónde vamos? ¡Dime, Jeong!
—¡Es una sorpresa, no empieces a molestar!
Escuchamos mi lista de reproducción. A la señorita no le resulta agradable, sus muecas al oír las letras la dejan expuesta. Mi gusto musical es excelente, debo admitir que es variado, pero no cuento con un repertorio de lentos, eso es un hecho.
Mommae de Jay Park es la canción que suena. La hermosa castaña a mi lado observa de reojo y puedo imaginarla por completo sin siquiera prestarle atención.
—¿En serio, Jeong?
—No puedes negar que tiene buenos temas —Bailo para molestarla—. Vamos, muévete conmigo.
—"Si mirarte me hace un pervertido, quiero serlo" Sí, buen tema, ideal para ti, ¿no?
—Ese es mi yo del pasado —Me abstengo de reír, aunque en este momento es complicado—. Mi yo del presente no es pervertido. ¡D'angelo, cambia esa cara!
No responde, aunque el pulso no le tiembla para apretar el botón y cambiar la canción.
Llega el turno de Give It to Me. Si la letra anterior le pareció desubicada, esta ni pensar.
"Voy a tocar tu cuerpo más que tu corazón". "Dame la bienvenida a tu entrepierna". "Puedes empezar por quitarte la ropa y luego abre tus piernas suavemente".
—¿Así conquistabas chicas, Jong Hyun? ¿Con estas letras románticas?
—¡No! No te pongas celosa.
Apago el equipo, es el momento de hablar con total sinceridad dejando mis chistes de lado.
—Tú eres la única chica por la que he hecho estupideces.
No hay nada más real que esto.
—Perseguí a tu novio, te canté dos veces, ¡he sido muy cursi frente a mis amigos! ¿Sabes cómo me molestaron días posteriores? Hoy no es una excepción, ¡están enviando mensajes desde temprano!
—Sé que eres sincero al decirlo. Nunca te he visto hacer algo tierno por nadie. Te quiero, Jonghyunie. Lo sabes, ¿verdad? —Se acerca y deposita un beso en mi mejilla.
—Lo sé. Y tú sabes que te amo, ¿verdad?
—Siempre lo hiciste, aunque nunca lo mencionaste.
Es una mentirosa compulsiva, pero se lo dejaré pasar.
Llegamos a destino: Playa Eurwangni. Puedo ser tierno de vez en cuando. Combinar este lugar con las ganas de caminar de Erika es perfecto. Y cursi, totalmente cursi.
—Te encanta el mar —comenta cuando nos sentamos en la arena.
—¿No crees que fue una buena idea venir?
—Todas tus ideas son buenas. Y sabes bien lo que esto significa para mí.
Aparto su cabello desarreglado por el viento antes de besarla. Me observa con sus ojos miel y su dulce sonrisa. No sé cómo lo hace, pero tiene planeado enamorarme más de lo que ya lo estoy. No tengo dudas.
Ante mis ojos siempre fue hermosa, mas nunca se lo dije. Sin embargo, ahora es imposible no mencionarlo, es casi una necesidad.
Erika se levanta, se quita sus zapatillas y corre hasta la orilla a mojarse los pies. Tiene puesto un short blanco a la cintura y una remera rosa. Su largo cabello se mueve en conjunto con la brisa del mar mientras se entretiene con el agua como una niña pequeña.
—¡Ven, Jeong! —Me llama desde la orilla.
Me quito las zapatillas y voy a su lado sin pensarlo. La elevo y giro con ella en los brazos. Vive con el miedo de caerse por mi culpa cuando juego brusco, por eso me gusta molestarla, para escuchar los gritos de súplicas y ver sus pataleos exagerados.
—¡Suéltame, Jong Hyun!
—Si te suelto te caes al agua—Me adentro hacia el mar y, con desespero, rodea mi cintura con sus piernas.
—¡No! —Grita aferrándose a mi cuello—. No traigo ropa para cambiarme. ¡Jong Hyun, no me sueltes!
—Decídite, D'angelo, ¿te suelto o no?
Aferrada a mi cuerpo implora mediante besos que regresemos a la orilla. Es su manera de convencerme. Y funciona. Con solo poner un pie sobre la arena huye hacia donde están nuestras mochilas antes de que me arrepienta.
El celular en sus manos apunta hacia mí, quiere tomar fotos y estoy dispuesto a darle mis mejores poses. Jugar al súper modelo no es un problema, hacerla reír ha sido mi prioridad, incluso en los momentos más inoportunos.
Selfies con el mar de fondo, nuestra primera cita tiene que quedar registrada. Capturas de nuestros rostros, recuerdos de nuestros besos y muecas graciosas con los pelos revueltos por el viento. Quisiera quedarme aquí para siempre con su cercanía y el aroma a frutos rojos siendo el mar testigo de lo embobado que me tiene.
ERIKA
El día fue perfecto, Jong Hyun me ha demostrado lo mucho que me quiere; aunque nunca tuve dudas de eso, hace años que lo sé, es solo que ahora el sentimiento es distinto. Desde aquella noche en la que decidí que aceptaría ser su novia y que cambiaría toda nuestra historia que no he dejado de pensarlo. Amo a Jeong, se ha portado bien conmigo en estos meses, ha respetado mis decisiones, no me ha pedido nada a cambio; pero ahora soy yo la que quiere todo.
Lo observo conducir sin despegar la vista de la autopista. Su pelo negro con algunas ondas no hace más que capturarme cuando la corta brisa entra por la ventanilla y lo despeina por completo. Su rostro denota una incipiente barba de apenas unos días. Nunca le he prestado atención a esos detalles, Jeong es demasiado atractivo.
Alto, atlético, con brazos fornidos. Y sus manos, aquellas con venas pronunciadas en su blanca piel, las manos con las que me acaricia, las que juegan con mi pelo y me preparan el rico café de las mañanas. Estoy pensando tanto que ni siquiera sé si debería desearlo de esta manera, si es correcto.
De repente, su mirada se desvía hacia mí, sacándome de mis pensamientos impertinentes.
—¿Estás bien? ¿En qué piensas?
—En nada —titubeo—. Tengo muchas cosas que hacer en cuanto llegue al departamento.
Tengo miedo de equivocarme. No quiero que piense que soy impulsiva; pero han pasado meses y creo estar lista para dar el siguiente paso.
El ascensor abre sus puertas, ya es costumbre que Jong Hyun se afirme en un rincón y me espere con los brazos abiertos. El contacto me hace bien, me siento protegida, segura. Tiene que ser hoy.
—¿Quieres que pida algo para cenar? —Consulta al mirar el reloj de pared.
—Sí, lo que tú quieras—asiento—. Voy a darme un baño.
—Haré lo mismo, luego me encargo de la cena.
Debajo del agua tibia debato entre seguir ocultando lo que me pasa o decirle a Jeong cuanto lo amo. Deseo a Jong Hyun, y suena tan pervertido viniendo de mí que no puedo controlar mis nervios al pensar en que voy a quedar como una tonta.
Con la toalla alrededor de mi cuerpo busco el conjunto de ropa interior que compré con Hyo Ri. Lo observo por unos minutos en tanto mi mente se disputa entre un sí o un no.
¿A qué le temes, Erika? Es Jong Hyun, ¿por qué se burlaría de tus sentimientos?
Me lo pongo. De pie frente al espejo me miro y me gusto. Después de mucho tiempo me gusto, me siento bien conmigo misma. Esto es gracias a So Hyun al escucharme en todas las sesiones. Este día será igual de importante.
El conjunto es precioso. Observo a detalle y giro para verme desde diferentes ángulos. Ladeo mi cabeza de un lado a otro practicando miradas y algunas poses. No tengo ni una gota de maquillaje, ¿debería usar?
Busco un vestido corto y ligero en color negro. No es lo que acostumbro, aun así, el día lo amerita. Antes de secarme el cabello coloco música para ambientar el momento de reflexión interior. Park Ji Yoon - Adult Ceremony . Mi cuerpo se deja llevar con un lento movimiento de caderas. Ojalá Jong Hyun no perciba esta canción.
JONG HYUN
Erika sigue en su dormitorio, la música se oye hasta aquí. No puedo evitar sonreír al escuchar Adult Ceremony. ¡Y se queja porque escucho a Jay Park!
El portero indica que nuestro sushi ha llegado. Voy a buscarlo y, apenas regreso, D'angelo ya está preparando la mesa.
Ella luce muy atractiva.
—¿Qué pasa? ¿Te gusta mi ropa? —Da una vuelta.
—Me gusta mucho, te ves hermosa.
—Gracias—Sonríe con picardía.
—¿Vemos una película? —Propongo.
—Sí, elige tú —Acepta y prueba una porción de Uramaki.
—Me dejaste escuchar mi lista de reproducción, me dejaste elegir la comida, y ahora me dejarás elegir la película... Debí pedirte ser mi novia antes —Bromeo.
—Sí, debiste hacerlo.
—John Wick 3. ¿Está bien?
—De acuerdo.
Un milagro. Pensé que a último momento me haría buscar algo meloso para terminar en llanto.
Nos sentamos en el sofá. Es una forma de decir, porque Erika se acuesta afirmándose en mí y la tengo que sostener para que no se caiga. Las luces están apagadas, solo el reflejo de la pantalla ilumina la sala.
El filme es muy bueno, John Wick es un exasesino a sueldo de la mafia rusa. Ya hemos visto las anteriores junto a mis hermanos, nos gustan mucho las películas de acción. No obstante, Erika las veía por imposición, éramos tres contra uno. Recuerdo cuando vimos la primera película, estaba enojada, se mantuvo con el ceño fruncido casi las dos horas que duró el DVD.
Suelto una pequeña risita nasal sin pensarlo.
—¿Qué te pasa? No es gracioso, ¡acaba de clavarle un chuchillo en la cabeza!
—No, no me río de eso.
—¿Y entonces? —Me golpea suave.
—¿Quieres que dejemos de ver la película? Si no te gusta podemos ver otra cosa.
—¡No! Jin y Hwan aún no la han visto —ríe— ¡Les voy a hacer spoiler!
Cuando se trata de mis hermanos, actúa así. No puedo culparla, esos dos también la fastidian, pero se perdonan todo. A quien no van a perdonar es a mí cuando sepan sobre nuestro noviazgo. Ni John Wick va a salvarme.
Analizamos diferentes situaciones de la trama, suponemos cosas que pueden ser acertadas y otras no tanto. Al final quedamos con ganas de más.
—¿Crees que salga una 4?
—Es obvio, D'angelo. Rey Bowery no se va a quedar sin hacer nada.
—Pero todo lo hará John —sostiene—, siempre lo usan.
—¿Y tú por qué no me usas para darme besos? ¿ah?
—Tonto, vamos a dormir.
Sujeta mi mano a la vez que apago las luces de la sala. Caminamos en total oscuridad por el pasillo hasta llegar a la puerta de nuestros dormitorios. Me inclino para darle un beso y Erika posa sus manos alrededor de mi cuello. La abrazo, me gusta sentirla cerca; aunque no es un simple beso, estamos pasando el límite.
Enciendo la luz y me separo de ella para observarla.
ERIKA
Otra vez este incómodo momento, Jong Hyun autocontrolándose por mi causa. Me mira como si estuviera perdido, y yo... estoy extasiada. Sus ojos brillan bajo la nítida luz del pasillo.
—¿Por qué te detienes? ¿No dijiste que podía darte todos los besos que quisiera?
—Sí —asiente—, pero no es fácil para mí.
Lo beso otra vez, hago caso omiso a sus palabras y él me corresponde. No sé cómo explicarlo, pero Jeong Jong Hyun va más allá de lo físico, lo deseo mentalmente. Revoluciona mis neuronas además del corazón.
Mis pies se desprenden del suelo cuando me levanta con fuerza, nuestros labios se niegan a separarse. Estoy convencida de continuar, mas él se detiene.
—Basta, ¿sí? —dice agitado.
—Es que no quiero que pares —Acuno su rostro—. Quiero hacerlo, Jeong.
—¿Estás segura? No tenemos que apresurarnos.
—Muy segura.
—¿Vamos a tu habitación?
—No, a la tuya.
Extiende su mano derecha para abrir la puerta, en tanto con la otra me sujeta. Mis pies regresan al suelo una vez dentro del dormitorio. No tengo idea cómo proseguir, dejaré que él lleve el control de ahora en adelante.
Conduce mi mano hacia el cinto de sus jeans. Él se quita la remera. Con torpeza desprendo el cinturón, los nervios me invaden tanto que empiezo a temblar. Es tan obvio que se da cuenta y decide quitarse el pantalón por sí mismo.
Deja caer mi vestido una vez que me despoja de él. No aparta su mirada de mi cuerpo, está analizándome por completo y con deseo.
—Qué hermoso conjunto —dice encantado—, pero voy a tener que quitártelo.
—Lo sé...
Se para detrás de mí para besar mi cuello, sus besos marcan un camino hasta mis hombros. Siento su intimidad cerca de mis glúteos y, al contrario de incomodarme, me gusta.
Los breteles de mi brasier bajan por mis brazos hasta caer por completo. Las manos de Jong Hyun recorren con caricias mi abdomen al momento de abrazarme. Su piel junto a la mía es una sensación única.
—Eres hermosa, D'angelo. He soñado con tenerte así toda la vida.
—¿Desnuda? —sonrío.
—Completamente.
Giro para quedar frente a él. Estoy expuesta de la cintura para arriba viendo como contempla mi cuerpo. Estoy a su disposición, me dejo guiar hasta la cama donde asegura estaré más cómoda.
Los besos regresan con mayor ferocidad, Jeong se posiciona encima. Mis pechos forman parte de su repertorio de caricias; mientras besa uno, el otro es masajeado con cuidado. Estoy disfrutando de su tacto.
Poco a poco su boca abarca otras partes de mi piel, entonces mi respiración cambia y siento un calor que me calcina. Retira mis bragas en un movimiento tan sutil que me resulta excitante. Se encuentra decidido. Se aproxima a mi intimidad sin intenciones de detenerse. La idea del sexo oral me incomoda, no quiero que lo haga. Al menos no ahora.
—¡No, no quiero! —Sostengo.
—Está bien, no lo haré—Sonríe—. Lo siento.
Creo que se ha dado cuenta del pudor que me causa verlo en esa posición. Estoy nerviosa.
Se para al lado de la cama a fin de liberarse del bóxer. Mis piernas se abren para recibirlo. Una fricción entre los dos comienza, es innegable que su tacto me agrada, he fantaseado con esto muchas veces, aunque no quiera admitirlo.
—¿Estás segura de continuar? No tienes que hacerlo si no quieres, puedo detenerme ahora. Podemos probar otras cosas.
—Estoy segura. Quiero hacer el amor contigo.
Saca un preservativo de su mesa de luz, yo no me animo a mirar. Sé que se viene el momento crucial y estoy inquieta.
Jong Hyun besa mi frente, habla con tranquilidad en el momento previo. Cierro los ojos en cuanto siento una punzada horrible. Me duele, y al parecer el dolor no terminará.
—Erika, mírame—pide nervioso—. Debes relajarte, no puedo hacerlo así.
—Lo siento, Jong Hyun...
—No te disculpes, lo entiendo—Deja un beso sobre mis labios—. Déjate llevar, ¿de acuerdo?
—Lo haré.
Inicia un juego de besos similar o mejor que al principio. Al parecer mi cuello y mis pechos son las partes más erógenas de mi cuerpo, él lo ha descubierto y quiere aprovecharlo.
Mis gemidos resultan involuntarios, Jeong se está volviendo loco con ellos, me lo dice al oído. Es imposible evitarlo cuando sus dedos serpentean hasta mi entrada en un arduo y excelente trabajo.
—Tranquila, ¿sí? Vamos a intentarlo otra vez.
Me animo a dejar besos húmedos en sus clavículas y parte de su cuello. Quiero concentrarme en este instante, evitar pensar en otra cosa y brindarle el mismo cariño.
Duele, duele mucho. Es un dolor que no termina, pero lo soporto.
—¿Quieres que me detenga? —insiste en preguntar.
—No.
Lo hace lento, tanto que empieza a desesperarme.
—Hazlo de una vez, Jeong. ¡Rápido!
Y de una sola estocada entra en mí. Podría maldecirlo; sin embargo, acabo de pedírselo.
Jong Hyun permanece inmóvil, lo peor ya pasó. Abro mis ojos encontrándome con los suyos. No sé si está nervioso o aterrado.
—¿Estás bien? No me moveré hasta que me lo pidas.
Luce perfecto.
—¿Lo hice muy fuerte? —Duda—. ¿Estás enojada?
Tiene la voz rasposa, la respiración agitada y el cabello revuelto debido a tanto ajetreo de besos.
—Estoy bien—sonrío.
—No sabes las veces que he imaginado esto.
—¿Qué cosa?
—Tenerte así...Hacer el amor contigo.
—También lo he imaginado—confieso.
—Espero cumplir con tu expectativas.
Me lanzo a sus labios con desespero. La mano de Jeong se pasea por mi pierna y aprieta mi glúteo. Esto se torna cada vez más sensual.
Un pequeño quejido logra fascinarme de una forma descarada. Es como la señal que estaba esperando para comenzar con todo esto.
—Puedes moverte—digo.
Lo hace suave, sé que se está conteniendo. Es un efecto único el roce de nuestras pieles, sus besos, ¡los gemidos de Jong Hyun! Podría acostumbrarme a escucharlo en forma diaria, algo tan maravilloso no puede ser censurable.
Mis dígitos se deslizan por su columna. Por momentos siento que mis uñas se clavan sobre su piel y temo lastimarlo. No obstante, él no se queja por eso.
Su aroma es tan cautivante, siento que la piel se me eriza al tenerlo cerca. Su cuerpo atlético se mueve de manera armoniosa, la entrega es mutua, estamos a la misma temperatura.
—No te muevas—Pide de repente.
—¿Qué pasa?
—Estoy a punto de correrme, pero no quiero—responde avergonzado.
—¿Por qué no? ¡Hazlo!
—¿Qué hay de ti? También quiero que tengas un orgasmo.
—No te preocupes por mí. Hoy no.
—Erika, déjame intentarlo.
—Hoy no, es que no creo poder.
—¿Quieres cambiar de posición?
—No—niego con la cabeza—. Es que no sé... yo...
—De acuerdo, puedo seguir así—ríe—. ¿Me dejas hacerlo un poco más rápido? Seré cuidadoso.
Puede hacer lo que quiera conmigo, porque lo está haciendo excelente y no puedo quejarme por ello.
—Hazlo.
De a poco aumenta la velocidad, el clamor es mutuo. No dejamos de besarnos y cuesta tomar aire tras cada arremetida. Nuestros cuerpos están exhaustos, puedo observar una leve capa de sudor recorrer la frente de Jong Hyun, quien aguarda que alcance el clímax junto a él. Y es que no sé si son los nervios o mi total inexperiencia, pero estoy segura de que no llegaré esta vez.
—Jeong, ya deja de esperarme —Reclamo arañando su espalda.
Sus arremetidas aumentan en un movimiento rítmico y controlado. ¡Esto se siente tan bien! Dos, tres embestidas más y se sacia dentro de mí con fuerza. Juro escuchar el latido de su corazón al caer rendido sobre mi pecho. Aun así, me besa, insiste en prolongar el placer que nos consume. Respiramos al unísono, en sincronía.
—Me encantas, D'angelo.
—También lo haces conmigo—río.
—Necesito quitarme esto—dice antes de reincorporarse.
Las frazadas cubren mi cuerpo dándole la espalda a Jong Hyun. Todavía prevalece la vergüenza por lo que acaba de suceder.
—¿Por qué te tapas? —Se acuesta a mi lado—. Ya te he visto desnuda.
—Me da un poco de vergüenza, perdón.
—¿Estás bien? ¿Sucede algo? —Me toma del mentón al quedar enfrentados.
—Quiero ir al baño. ¿Me pasas tu playera?
—¿Para qué? —pregunta con diversión—. ¡Ya te he visto desnuda! Levántate y ve al baño.
—¡No! Por favor, pásamela.
Busca la prenda que quedó tirada en alguna parte de la habitación. Sigue desnudo, no me atrevo a mirarlo, tampoco lo hice a detalle minutos atrás. Soy una idiota.
Me coloco la playera y voy al baño de mi dormitorio. Quiero un momento a solas.
Al entrar, me observo al espejo. Me siento extraña, como si me faltara algo, una sensación de nada. Orino y, al limpiarme, no hay nada diferente. ¿Debería sangrar? Mi mente empieza a cuestionarse. Es claro que me he informado, no soy una niña; pero creí que sangraría, aunque sea un poco. ¡Soy inusual hasta para eso!
—Erika, ¿todo está bien? —Indaga al otro lado de la puerta.
—¡Sí, ya salgo!
Me espera sentado en mi cama, ya se ha colocado el bóxer. Tal vez lo hice sentir incómodo o solo respeta mis ideas alocadas.
—¿Qué pasa? —Se acerca.
—Nada.
—¿Te duele algo? Por favor, dime. —Su mano acaricia una de mis mejillas.
—Es que hay algo que me preocupa un poco, pero... ¡Olvídalo! Es muy tonto, no importa.
—¿Qué te preocupa? Quiero saberlo.
—No he sangrado, y creí que eso pasaría —Argumento—. No todas las mujeres lo hacen, pero... Me siento tan tonta diciéndote esto, es que...
—¿Eso es lo que te preocupa? Bueno, sí lo hiciste, pero fue solo un poco.
—¿Cómo lo sabes? —Cuestiono insegura.
—¡Por el preservativo, Erika!
Claro, no lo he visto como para darme cuenta de eso, estaba en mi mundo. Guardo silencio antes de decir algo mucho más tonto.
—No me harás buscar el condón para mostrártelo—Su cara refleja una mueca—. ¿O sí?
—¡No, Jeong! ¡Qué asco!
Reímos a carcajadas. Se burla de mis palabras y eso permite que me relaje por completo dejando de lado mis estupideces.
—Vamos a dormir—dice, con una risita encubierta.
Jong Hyun me habla con cariño, siempre lo ha hecho, pero esta vez es distinto. Supongo que cada nueva experiencia con él será así. Sin duda tengo la necesidad de decirle lo que estoy sintiendo, no quiero esperar más.
—Te Amo, Jong Hyun—Acaricio su rostro con la yema de mis dedos.
—Jamás pensé que me lo dirías —Besa mi mano—. Te Amo mucho más.
—Ahora conciliemos el sueño, es muy tarde.
Regresamos a su habitación para acostarnos.
—Quiero pedirte algo, y espero que no te enojes—dice una vez que estamos cubiertos por las sábanas.
—¿Qué cosa?
—Por favor, quítate mi playera para dormir.
—Sí, déjame buscar mi ropa interior.
Intento levantarme de la cama, mas él no lo permite.
—Sin ropa interior—Determina.
—¿Por qué? Tú estás en bóxer.
—¡Me lo quitaré! —responde rápido—. Por favor, así debe ser la primera noche.
—¡Eres un idiota, Jeong! Me quieres seguir tocando—Ironizo.
—Puede ser... ¿Tú no quieres tocarme? —reímos—. Por favor, quítate la ropa.
Aviento la prenda y él imita el acto con el bóxer. Abre sus brazos para que me acomode en su pecho y, finalmente, me cubre con la sábana.
Hoy fue un gran día, y nos espera una gran noche.
...
Hola! Por favor, griten conmigo al leer este capítulo. ¿Qué les ha parecido? Soy fan jaja
Gracias por la paciencia, he tenido una semana complicada, pero este finde hay actualización!!
Dejen su comentario o lloro (?
GRACIAS POR TANTO AMOR 💜
JK.
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