CAPITULO 22
JONG HYUN
Espero a que suene la alarma de D'angelo para levantarme, últimamente estoy muy perezoso. Aprovecho los minutos para ver las redes sociales, Dae Ki no ha subido nada referente a la salida de anoche, lo que resulta extraño. Por poco no es un influencer, su Instagram está repleto de fotos, ni hablar de Facebook con sus típicas poses de estudioso en la biblioteca.
No escucho el sonido de la alarma en la habitación contraria; los cinco minutos extras de descanso han transcurrido, el silencio es inquietante. Salgo de la cama y me visto con prisa antes de que se haga tarde. La puerta del cuarto de Erika se encuentra abierta. Me asomo con cautela a observar el interior y me causa estupor saber que ella no está en la cama, pero sí el móvil en la mesa de luz.
El televisor de la sala permanece encendido con el menú de películas de Netflix. D'angelo duerme en el sofá. ¿Qué hace aquí? Anoche cuando llegamos se acostó de inmediato.
No hay que ser muy perceptivo para darse cuenta de lo incómoda que ha dormido y el frío que ha pasado. Pudo al menos traerse una manta. Si mamá lo supiera, se enojaría conmigo por no darme cuenta
—Erika —Acaricio su cabello—. Despierta, tenemos que ir a la universidad.
—¿Qué hora es? —Se sienta de repente en busca de su celular—. ¡Me quedé dormida!
—Tranquila, el celular está en tu habitación —Sujeto sus hombros—. ¿Qué haces aquí? ¿Te sientes bien?
—No podía dormir —contesta relajada.
Busca sus pantuflas rosas, ignorándome por completo.
—Vi una película, aunque no entendí muy bien qué pasó.
Eleva sus brazos para desperezarse. Está despeinada y me encanta cómo se ve. Su pijama es tierno, similar al que usaba cuando vivíamos en Busan, pero esta vez en color celeste. Su ropa para dormir no varía más allá de los tonos pasteles. Fuera de eso, su vestuario es impecable, variedad de colores, en su mayoría claros.
Se retira a su dormitorio a fin de vestirse, yo al baño como tenía pensado antes de descubrir a la minion durmiente. Mi cabello está hecho un desastre. Lo mojo un poco para darle un aspecto ondulado, mas sigue sin convencerme.
Erika dijo hace unos días que le gustaba de esta forma, y con saberlo es más que suficiente para mantenerlo. Sus palabras resuenan con importancia, cada cumplido que me ha hecho con el pasar de los años, lo he valorado y guardado a un punto insondable en mí. Su opinión adquirió preeminencia, tanta que mis grandes penas y culpas derivan de ellas.
—Jong Hyun, ¿no vas a desayunar? Se te hará tarde —Grita desde la cocina.
Desayuno en silencio. Mis dientes destrozan una roja y exquisita manzana. Sobre mí recae la mirada con entusiasmo de unos hermosos ojos color miel y, como es habitual, nunca puedo saber qué pasa por esa brillante cabecita.
—¿Qué pasa?—Pregunto.
—Me gusta como tienes el pelo, luces sexy.
—¿Sexy? —sonrío—. Deberías revisar el significado en el diccionario antes de hacer una declaración de ese tamaño.
—Quizás sensual sea la palabra más apropiada —Finge pensar— o un deleite ante mis ojos.
—¡D'angelo, me avergüenzas!
Intento negarlo; sin embargo, me agrada escuchar este tipo de comentarios.
Cuando viene de ella mi autoestima se engrandece más de la cuenta, Erika D'angelo siempre fue inalcanzable para mí.
He deseado escuchar este tipo de cumplidos. Lo ha hecho antes, pero se percibe distinto ahora. Vivir esta cercanía con mi mejor amiga es casi un sueño.
—Termina de desayunar que tenemos que irnos.
—¿Atractivo es mejor? —continúa.
—Basta—reímos.
Estamos en los vestuarios, mis amigos terminan de vestirse mientras yo me seco el cabello y me envío mensajes con Erika. Debo buscarla al finalizar su terapia.
Dae Ki continúa entusiasmado, se percibe su satisfacción al haber pasado tiempo a solas con la nueva vecina. Fue una conversación reducida al tener a su amiga presente, pero ahora no tiene intención de guardarse nada.
—Cuando ustedes se fueron hablamos mucho. Me di cuenta de que Erika mentía al decir que hablaba con Kyu Bin— reconoce con gracia.
—Ni siquiera sé por qué inventó que Kyu Bin estaba en el departamento. Lo siento, casi lo arruino.
—Me sorprende de ti, Jong Hyun, eres un experto en mentiras —Insinúa Min Wook—. ¿O ya te olvidaste de todas las que le dijiste a Erika?
—¿De qué clase de mentiras hablas? —Se entromete Dae Ki con el rostro ceñudo.
—Las veces que iba a estudiar a mi casa mientras estaba por ahí de promiscuo.
Se burla por lo bajo, es el comentario típico de mi madre.
—¡Eso fue hace mucho tiempo!
Utilicé muchas veces la misma excusa para salir del departamento. Ahora sé que Erika nunca ha creído esas palabras, supo siempre dónde estaba.
—Además, ya no tengo sexo.
Silencio fastidioso.
Se vienen las preguntas incómodas de Wook y los gestos patógrafos de Dae Ki. Falta que aparezca Kyu Bin riendo ante mis respuestas patéticas. Sería el remate de mis desgracias.
—¡Hey! ¿Cómo estuvo el entrenamiento? —escucho decir al rubio al colocar su mano sobre mi hombro.
Mierda, ahora lo invoco con el pensamiento.
—Bien, ¿tú qué haces aquí?
—Traigo unos apuntes para Dae Ki.
—Bueno, ya que estamos los cuatro ¿por qué no vamos al bar de siempre?—Propone Wook—. Creo que alguien necesita hablar de sus problemas.
El reloj me recuerda que tengo solo una hora para estar con ellos antes de ir por Erika. No quiero hacerla esperar.
—No puedo demorar, que sea rápido.
Ocupamos la misma mesa, la última contra la pared. En nuestras viejas épocas con Min Wook era una buena técnica para analizar un posible encuentro. Nos daba la posibilidad de ver quiénes entraban, y divisar a la perfección la belleza femenina.
Ji Won, la chica que trabaja aquí, ya nos conoce. En menos de lo pensado trae nuestras cervezas.
—Aquí tienen, lo mismo de siempre.
—Gracias, linda—contesta Wook, guiñándole el ojo.
Conversamos sobre el entrenamiento y hacemos un intento por persuadir a Kyu Bin para que se una al equipo, pero su interés es nulo. Quizás es pésimo como en los videojuegos. No sé cómo hace para liberar su estrés. En mi caso necesito hacer deporte para sentir que estoy equilibrado. El fútbol me gusta, me divierte, es una pasión que disfruto al máximo. Si no fuese porque estoy en el equipo, moriría de aburrimiento por las tardes y mis horarios se reducirían a la monotonía del estudio. Ni siquiera quiero imaginarlo.
Tras un breve intercambio de palabras acerca del juego, Min Wook va directo al grano. Sabe que tengo poco tiempo, D'angelo está por encima de cualquiera.
—Ok, Jong Hyun, suéltalo. ¿Estás en abstinencia?
—No salgo como antes, es solo eso.
—O sea que la última vez que lo hiciste fue con esa chica que bailaste hace meses. Es increíble —continúa Kyu Bin.
—No sé cuál es la parte graciosa de todo esto —Se jacta Dae Ki—. ¿Cuál sería el problema?
—¡Ninguno! —digo—. Gracias, Dae Ki, el único ser pensante en este grupo.
—Es gracioso viniendo de él —Insiste Wook—. Cuéntame cómo lo sobrellevas. ¿Estás jugando solo?
Hablar sobre esto es vergonzoso, más si es con estos tres. Soporto sus chistes, pero no va conmigo.
Kyu Bin llora de la risa a causa de los comentarios improvisados de Min Wook; pese a ello, también indaga acerca de mi intimidad. ¿Desde cuándo adoptó esta postura?
—¡No puedo estar con alguien más! Pienso en Erika todo el tiempo —resoplo frustrado —. La última vez, cuando salimos hace meses... yo... No pude hacer nada con esa chica.
—¿A qué te refieres? ¡Te demoraste horas! Erika me miraba con ojos de asesina y yo solo pensaba en matarte si no aparecías.
—¿No pudiste? Eso sí es gracioso —Señala Dae Ki—. Quién lo diría, Jeong.
—¡No! —refuto—. Sí podía hacerlo, pero... no quise. ¿Entienden? Una cosa es mi cuerpo y otra mi mente —Toco mi sien con un dedo.
Según Min Wook, y su información de dudosa procedencia, estoy 100 % enamorado, a tal punto que mi mente se ha bloqueado sexualmente.
¡Que no! ¡No estoy bloqueado!
—¿Te tocas pensando en ella?—Me mira.
—¡No, nunca hice algo así!
—Entonces te gusta mucho, porque si te tocaras pensando en ella sería placer esporádico o quizás fantasía, pero nada importante.
—De hecho, creo que es al revés —contradice Dae Ki.
—¡No! Imagina a la chica que te gusta, ¿te has tocado pensando en ella?
—No lo había considerado.
—Porque te gusta de verdad —Insiste con orgullo de su propia teoría—. Uno tiene fantasías con otras personas y es solo connotación sexual, pero no interés amoroso. Bueno, eso creo...
A veces me sorprende el nivel de estupidez que tenemos cuando nos juntamos a beber. Lamentablemente son mis amigos, ya no tengo tiempo de buscar a otros menos idiotas. Sonrío con todas las deducciones y conjeturas subnormales que se les ocurren, aunque debo admitir que algunas de ellas son muy buenas.
—Un momento... tú... —Miro a Wook lleno de dudas—. ¿Te has tocado pensando en Erika alguna vez?
—Para ser sincero, no, nunca —Su respuesta me alivia, no podría vivir con esa información de ser contraria—. Ella me parece muy tierna, no puedo con eso. Además, es tu hermana...
—No es mi hermana.
—Dijiste que lo era. De ahí en más la vi como a una nena.
—No le digas nena, suena mal—dice Dae Ki.
—Me refiero a que nunca la vi de otra manera. Erika es mi amiga.
—Entonces, aplicando tu lógica y teoría, ¿estarías enamorado de Erika o todos nosotros lo estaríamos? —habla Kyu Bin para refutar la hipótesis general.
Esto es demasiado, mucha información que no quiero procesar. No me interesa saber qué hacen estos tres cuando están solos, menos en quién piensan cuando se están manoseando. Tampoco deseo escuchar una suposición distinta.
—¿Podemos cambiar el tema?—Pido.
Me está dando vergüenza. Tal vez las chicas de la mesa a la izquierda escucharon.
—¡Todo esto es tu culpa! Cambiaste de la noche a la mañana —Se queja mi compañero de fiestas—. Siempre estuviste al lado de Erika y nunca te importó acostarte con las demás, pero ahora... Tú no haces nada y tampoco intentas acercarte a ella.
Saben que me declaré la noche que llegué ebrio al departamento cuando D'angelo aún era la novia de Lim Seo Won, pero lo demás sigue siendo un misterio. Es un secreto, no puedo contarles.
—¿Nunca más le dijiste que te gustaba? —Pregunta Kyu Bin—. ¿Qué has estado haciendo en todo este tiempo? Incluso cambiamos de grupo de estudio por ti, desconsiderado.
—Qué bueno que lo mencionan—habla Dae Ki—. Nuestras notas están bien, pero quiero regresar con Erika. Obtenía mayor puntaje con ella. ¡Ya jódete, Jeong! Si no conseguiste nada hasta ahora, pues lo siento.
—¡Hey! ¡Mis notas siempre fueron buenas, quizás tú no funcionas trabajando con ellos! Hazlo solo, Kim —Resto importancia y continúo bebiendo el último sorbo de mi vaso—. Volviendo al tema, he intentado acercarme, estoy trabajando en ello —guiño el ojo.
—Pues considero que tu trabajo es bastante lento —Afirma su codo en la mesa—. Ya hicimos muchas locuras por ti. Haz tu parte.
¿De qué locura habla? Perseguir a Seo Won fue lo más extremo que hicimos. Y tal vez cambiar de grupo de estudio. No les he pedido más nada, ¿o sí?
—Tengo que irme o se me hará tarde—espeto viendo la hora—. Después seguimos con esta hermosa charla.
—Si quieres podemos hacer un grupo de autoayuda—Se burla—. Te puedo recomendar unos vídeos.
—Si eres más clásico, puedo conseguirte revistas.
—Ya déjenme en paz.
Camino hacia la salida en tanto escucho risas a mis espaldas. La conversación nos ha sacado sonrisas a todos, porque nunca hablamos de estos temas. Espero que no se repita.
—¡Nos vemos, Jeong! ¡Usa la mano! —Grita Wook.
—¡Antes de dormir estará bien!
Siento como mis mejillas arden frente a las personas que se encuentran alrededor, sobre todo las chicas de la izquierda.
No puedo creer que me hagan esto, ¡malditos imbéciles!
Salgo lo más rápido que puedo, con la cabeza en alto, ignorando que he quedado como un adolescente hormonal y necesitado frente a desconocidos, y a Ji Won que ríe desde la barra.
...
¿Qué les ha parecido la maratón de siete días seguidos?
Gracias por amar tanto esta historia 💜 Las actualizaciones vuelven a la normalidad.
Les mando un besote enorme.
JK
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