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CAPÍTULO 2

JONG HYUN 

Despierto por la insistencia de mi madre que me apresura para bajar a desayunar. Las ventanas se abren, el molesto sol me golpea de frente. Entrecierro los ojos y me cubro con la almohada con tal de procrastinar un rato más, pero aquella voz está ahí reclamándome que soy un flojo como cuando iba al colegio.

—Ya no es hora de dormir, tienes que aprovechar la mañana —Regaña—. Apresúrate, seremos nosotros cuatro; Erika y Jong Jin salieron.

—¿A dónde? —pregunto al sentarme en la cama y tallar mis ojos.

—No lo sé, se fueron juntos. Quizás querían ir de compras.

—¿Y por qué no me invitaron?

—Porque ya tienes harta a Erika —Deja salir una risita.

—¿Ella te lo dijo? ¿Todavía está enojada conmigo?

—¿Todavía? —Alza una ceja—. ¿Qué le hiciste Jeong Jong Hyun?

—¡Mamá, no le hice nada! Erika se enoja por todo.

Tan solo ponerme las pantuflas bajo a desayunar. Mamá me observa anonadada porque no me he lavado la cara; pero es sábado, estoy cansado, y quiero saber a dónde fueron esos dos.

Jong Hwan toma un café concentrado en la pantalla del móvil. A su costado yacen unas bolsas, estoy seguro de que nos ha traído regalos, siempre lo hace.

Mis hermanos trabajan junto a mi padre, aunque hyung  se fue a vivir al exterior y maneja algunos asuntos desde allá. Cuando termine mis estudios, tengo pensado hacer lo mismo.

—Toma, Jonghyunie, los que te gustan.

—¿En serio? ¡Gracias, hyung!

Discos que aquí no consigo y algo de ropa, es todo lo que necesito. Jong Hwan nunca se olvida de mis gustos; no obstante, hay otras cosas que se le pasan por alto.

Las preguntas de mis padres no pueden faltar cada vez que venimos a Busan. Si bien las respuestas son las mismas, la gran diferencia en este momento es que estoy solo, D'angelo me ha abandonado.

—¿Cómo vas en la universidad, Jong Hyun?

—Bien, papá, tengo todo aprobado —Sonrío satisfecho, no he perdido la costumbre de estudiar la gran mayoría del tiempo.

—Qué bueno hijo ¿Y Erika? ¿Te estás llevando bien con ella?

—¿Por qué siempre me preguntan eso? ¡Me llevo genial con D'angelo, siempre fue así!

Mamá escucha atenta, mas no puede abstenerse de acotar algo a la conversación. Sea para recriminar o dar una sugerencia, cualquiera de los casos resulta perjudicial para mí.

—Sabemos que la cuidas, pero también sabemos cómo eres.

—¡Molesto! —Se entromete mi hermano—. Dilo, mamá.

—¡Tu cállate! No es así, nos llevamos muy bien.

No conforme con las preguntas típicas van por más: las preguntas del rigor. Son aquellas que para dar una respuesta necesitamos cubrirnos en forma mutua. Bueno, más bien Erika lo hace conmigo. Por mi parte, enaltezco sus cualidades intelectuales y lo inteligente que es. Toda la vida fue así, por lo tanto, prefiero enfatizar en sus virtudes y no que ellos lo hagan con mis defectos.

—¿Ya sabes si tiene novio?

—Ella no tiene novio.

Si supieran que Erika únicamente sale del departamento para ir la universidad o realizar las compras semanales, entonces no insistirían en preguntar.

Mi madre muere por saberlo, en su mente romántica la idealiza con algún chico de Seúl refinado y caballero; aunque lo más cercano a D'angelo es el idiota de Dae Ki, que ni en sus mejores sueños lograría estar con ella.

—¿De qué te ríes? —pregunta Jong Hwan—. Seguro tiene novio y tú no lo sabes. No te lo cuenta porque eres insoportable.

—¿Ella te lo dijo?

Sería el colmo que Erika se lo contara a mis hermanos antes que a mí. Es mi deber saberlo si convivimos, soy su mejor amigo.

—¿Y qué hay de ti?—Me pregunta mamá. 

—Por ahora salgo a divertirme sin compromiso.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Estás saliendo por las noches?

La puerta se abre de improviso, Jong Jin y Erika regresan para impedir que responda algo idiota a mi madre; ella parece estar a punto de enloquecer. A veces olvido que su objetivo al criarme fue hacer de mí un hombre de bien, pero salí fallado


ERIKA

La novia de Jong Jin es muy linda y simpática, nos quedamos hablando por horas. Me contó un poco sobre su trabajo y, luego de desayunar, fuimos a dar una vuelta por el centro comercial. Todo salió de maravilla; conocí a mi futura cuñada y realizamos compras juntas. Sus gustos son similares a los míos, los colores claros le resultan atractivos y los perfumes frutales son sus favoritos.

Mi hermano tuvo que perseguirnos en cada una de las tiendas, aun así, considero que fue una excelente salida de chicas.

Ahora, con solo abrir la puerta, escucho a mamá discutir con Jong Hyun, o eso parece.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Estás saliendo por las noches?

—¡Erika, llegaste! —Me mira para pedir auxilio.

¿Y ahora qué hizo? ¿Debería defenderlo? No se lo merece después de lo que me hizo. 

—¿Jong Hyun tiene novia? —Indaga mamá justo en mi dirección.

—¿Jong Hyun? —Comienzo a reír—. ¡No! ¿Quién lo va a soportar?

—¡Te lo dije! —Se burla Hwan.

—A ti sí te soportan mucho, ¿verdad? —Contrataca en un tono irónico—. Cuéntale sobre tu novio a papá.

—Papá, el día que tenga novio vendré a decírtelo. Si es que Jong Hyun no me aleja de él con su actitud insoportable.

—¿Entonces si te gusta Dae Ki? Aaah, ¿por qué él?

¿Y Dae Ki qué tiene que ver en esto? No lo entiendo. 

—Ustedes dos parecen una pareja recién casada peleando por celos —Manifiesta mi hermano sin dejar de comer.

—¿Qué? ¡Yo jamás lo celo! Aish, si supieras que él...

—¡Erika, ni se te ocurra! —Se entromete.

—¡Ya me tienes harta, Jeong! Venía muy feliz de mi paseo con Jin.

Jong Hwan interfiere con el fin de impedir una escalada. Una cosa llevará a la otra, todo terminará mal.

—Erika, ven, siéntate a mi lado y cuéntame qué me compraste —Sus ojos se clavan en las bolsas que cargo.

—¿Cómo sabes que te compré algo?

—Porque tú siempre me compras cosas, y porque yo... te traigo un regalo...

—¡No puede ser! —Grito al ver el logo sobre una de las cajas— ¡¡Es el maquillaje que te pedí! ¡Gracias, hyung-nim! —Lo abrazo.

—Aaah, esta niña —espeta el mayor—, solo la podemos comprar con regalos

—Mentira, siempre les digo que los quiero.

No conforme con lo dicho hace unos minutos, Jong Hyun tiene que seguir hablando incoherencias. Nunca se cansa de pelearme, pese a que siempre nos reconciliamos.

—Erika le contó a su enamorado que vendría a Busan el fin de semana a ver a sus dos hermanos. —bufa mordiendo una manzana—. ¿Ustedes sabían que ella solo tiene 2 hermanos? Pensé que yo era el tercero, pero al parecer soy el menos querido —Se levanta de la silla con aires de indignación.

—¡Aaah, este niño incomprendido! No le basta con verla todos los días que ahora viene a ponerse celoso aquí —Vuelve a acotar el mayor.

—No son celos, hyung—Reprende—. ¿No vas a decirme que a mí también me quieres? —Me mira esperando una respuesta.

—No—Muevo mi cabeza de un lado a otro.

—¡Mamá, ella me está tratando mal otra vez!

Aquí vamos de nuevo.



JONG HYUN

El fin de semana en casa de mis padres fue grandioso. Nunca tengo ganas de venir, pero ahora ya no quiero regresar al departamento.

Mi madre llama con frecuencia, mis hermanos están en contacto con nosotros, sabemos todo uno de los otros; aun así, al vernos las cosas cambian. La conexión que tenemos es buena. Extraño a mi familia y ellos saben lo mucho que los aprecio. Busan recarga mi energía.

Tras largos abrazos e indicaciones, subimos al auto para regresar a Seúl a nuestra vida universitaria. La música suena desde el estéreo con la lista armada por mi roommie. No pienso interferir con ella.

—Estoy feliz de haber visto a tus padres y a tus hermanos, Jeong— sonríe.

—Son tu familia, Erika. ¿Por qué ahora no te adueñas de ellos?

—Ya lo sé. El único que no me pertenece eres tú, ¿lo recuerdas? No soy tu dueña.

—D'angelo, eso lo dije porque...

—Al menos recuerdas algo de lo que dijiste—expresa irónica.

—Siempre recuerdo todo lo que tú dices.

—Menos cuando te pido que llegues temprano —Vuelve a traer el tema de discusión inicial.

—Estaré en casa, ¿no recuerdas que me pusiste un castigo? —Me burlo al recordar la charla y su rostro ceñudo.

—Como si en verdad fueras a cumplirlo... Jeong Jong Hyun no saliendo a fiestas o no acostándose con alguien.

—Hey... ¿en verdad te molesta que lo haga? Nunca me lo habías dicho. Pensé que no había problema en eso siempre y cuando no llevara chicas al departamento —Intento mirarla, pero no puedo despegar la vista de la autopista.

—¿Debería sentirme orgullosa? Porque no creo que alguien lo haga.

—Sí, tienes razón. ¿Algo más para acotar?

—Yo no saldría con alguien que se acostó con medio mundo.

—Erika... tú...no... —No me atrevo a terminar la oración.

—Olvídalo, no hablaré de este tema contigo. Al fin y al cabo, no debería importarnos la intimidad del otro.

Ella es mi confidente. Cuando su familia se mudó a nuestro vecindario éramos muy pequeños, teníamos 5 años. Mi madre se hizo amiga de su madre y casi que nos obligaron a frecuentarnos.

Erika siempre fue considerada conmigo, me ayudaba en las tareas del colegio e íbamos juntos a todos lados. Fuimos creciendo y empecé a verla con otros ojos, no como a una amiga. Por su parte, las cosas eran diferentes, siempre me vio como a un hermano.

Teníamos 12 años cuando supe que estaba enamorada de un compañero de clases. Sí, también éramos compañeros en el colegio. Se ponía nerviosa cada vez que lo veía, yo simplemente reía para disimular mi enojo. Nunca entendí por qué se fijaba en él y no en mí que pasaba tiempo a su lado.

Al tiempo, cuando teníamos 15, conocí a Mai. En aquel entonces empecé a alejarme un poco de D'angelo. Seguíamos siendo amigos, nunca dejamos de serlo, pero ya no la miraba con otras intenciones, o al menos lo intentaba. 

Tras el accidente de sus padres comenzó a quedarse en casa de forma permanente. Compartíamos habitación y eso no me molestaba en lo absoluto, amaba estar con ella; aunque a esa edad yo salía con mis amigos dejándola un poco apartada.

Hoy parece otra persona. 

—Tú me importas mucho, D'angelo, somos amigos desde hace años. Siempre me contabas tus cosas; como tu primer beso con Gim Ye Jun.

—No fue así, jamás me besé con Ye Jun. Te lo dije para que dejaras de molestarme.

Acomoda su postura sobre el asiento y desvía la mirada por la ventanilla del vehículo. Parece no importarle lo que acaba de decir; pero el efecto que produce en mí es diferente a lo que piensa.

Puede sonar muy raro, sin embargo, Erika en verdad me gustaba mucho cuando tenía 12 años.

Mi madre decía que el primer beso tenía que ser especial, con una persona a quien quisiera y que nunca olvidara. Claro, ahora que lo pienso mi madre no quería que fuera un promiscuo, pero en aquella época creí que era importante. Deseaba que mi primer beso fuese con ella, quería también ser su primer beso y que me recordara toda la vida.

Tras analizar los consejos de mi madre, le pregunté qué pensaba al respecto y pareció no importarle. Los días pasaban, mi necedad imploraba por una respuesta hasta que, cansada de mi insistencia, confesó que se había besado con Gim Ye Jun. Me sentí fatal. Intenté fingir, guardé mis sentimientos y D'angelo nunca supo que me gustaba. 

¡Ahora me lo dice tan tranquila que me da coraje!


ERIKA

El auto frena de repente. No vienen coches detrás y no hay nada frente a nosotros, lo cual me deja desconcertada. Siento como el corazón me late fortísimo ante el susto que acabo de pasar.

—¿Qué haces? ¿Hay un problema con el auto? —Cuestiono en busca de una señal.

—¿Qué dijiste de Ye Jun?

—¿En verdad paras el auto en medio de la nada por Ye Jun? —Levanto la voz—. ¿Estás loco, Jeong?

—Cuando empezamos a ir al nuevo colegio... —Hace un largo silencio, logrando llamar mi atención— tú me gustabas, Erika. Yo... quería ser tu primer beso... quería que tú fueras mi primer beso... ¡Por eso insistí tanto aquella vez! ¡Me mentiste!

—Eso... es...mentira —respondo nerviosa—. Deja de molestar y arranca el auto.

—Lo digo en serio.

Sus ojos demuestran tristeza, muy en el fondo creo que también lo siento, porque me arrepentí de mentirle aquella vez.

—Yo... no sabía. Perdón.

—¿Perdón? ¡Ahora no puedo revertir el tiempo, Erika! Terminé besando a otra persona, y tú a saber quién —expresa enojado, dando arranque al vehículo, pero apagando el motor otra vez—. Olvídalo.

Supongamos que dice la verdad, ¿por qué me lo dice ahora?

En mi adolescencia el sentimiento por Jong Hyun no era solo de amistad, aunque con el tiempo eso cambió. Nunca se lo dije, tampoco estaba en mis planes hacerlo, ni siquiera sé que debo contestar en este momento, quizás solo hacer un chiste al respecto o ignorarlo por completo, no lo sé.

Él permanece con ambas manos al volante y la vista hacia el frente. Su mandíbula se tensa por contener alguna frase que no se anima a soltar por miedo a iniciar una disputa interminable. Se oye una respiración de fastidio en tanto delibera si continuar viaje o esperar a tranquilizarse por completo.

—¿Por qué te enojas conmigo por algo que pasó hace como 10 años? —cuestiono incrédula.

—No es enojo, es frustración, porque no puedo cambiarlo. En realidad, ya no puedo cambiar nada de lo que hice ¿Cuál es la diferencia entre acostarme con todas las mujeres o dejar de hacerlo? Mi historial jamás estará limpio, ¿no? —Aguarda mi respuesta, aunque sus ojos no han vuelto a dar con los míos.

—Tienes razón, Jeong—Rompo el silencio—. Quizás no tiene sentido dejar de acostarte con mujeres para quedarte en casa a estudiar y ayudarme. Lo mejor es que salgas de fiesta y te emborraches con tus amigos.

—¿Estas burlándote de mí?

—Te dije que no cumplirías con el castigo. Ahora sacas esto del beso a los 12 años para tener una excusa justa y hacerme sentir mal. Bravo, Jong Hyun —Aplaudo—. Una gran actuación.

—No seas tonta —Entrelaza nuestras manos—. Me quedaré más tiempo contigo en casa. De verdad, lo prometo.

Se afirma contra el respaldo de su asiento y suelta un ávido suspiro. Las comisuras de sus labios se relajan mientras sonríe con sosiego. Mis dedos juegan con los suyos a medida que contemplo la diferencia en el tamaño de nuestras manos. Aprecio el tacto y la cercanía que demostramos cuando nos reconciliamos de una tonta discusión.

Ahora podemos continuar el viaje y dejar en el pasado los acontecimientos que no podemos modificar.

Mi lista de temas permanece intacta, canto restándole importancia a la presencia de Jeong. Bajo la ventanilla de vez en cuando para despeinarme con la brisa que indica que estamos por llegar al departamento en breve. Esto fue un malentendido. Otro más. 


...

¡Hola, bellezas! ¿Qué tal las trata la vida? Acá reportándome con nuevo capítulo. 

¿Qué les ha parecido?  

Recuerden dejar su voto y comentar todo lo que quieran. En las redes estaré avisando cuando actualice.

Les mando un besote enorme.

JK 💜

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