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CAPITULO 16

ERIKA

Hoy desperté antes de lo pensado, le gané hasta mi alarma, y eso no sucede a menudo. Algo me dice que será un gran día.

Jong Hyun duerme en el sillón de la sala, se ve lindo. No quiero despertarlo, pero debo preparar el desayuno.

Busco mi taza favorita, una de color rosa con un "Buenos días, princesa" al frente. La conservo hace años, fue un regalo de papá. La utilizo cuando estoy de buen humor, porque de alguna manera siento que tiene una energía linda asociada a su recuerdo.

Me preparo un té y camino con la taza en la mano hasta el sofá frente a Jeong. Es temprano para que su alarma suene, sería injusto invadir su tiempo de descanso. Jin tampoco se ha levantado, asumo que cuenta con un despertador. Caso contrario, llegará tarde a su trabajo, porque no ha mencionado sus horarios de ingreso.

Desde mi lugar siento la repentina necesidad de acercarme a Jong Hyun, de hacerle una caricia o simplemente dejar un beso sobre su mejilla. Algo que no había pasado antes.

Ya no sé si me estoy reprimiendo o si soy precavida. He sufrido mucho, pero tengo que reconocer que en este último tiempo Jong Hyun ha cambiado. Puedo confiar en él.

Si me arriesgué a seguir en una relación con Seo Won a sabiendas de que ninguno de los dos nos amábamos, entonces puedo intentar algo con Jeong, ya que tengo la seguridad de que sí siente amor por mí.

Sin darme cuenta estoy sentada en el piso, al lado del sofá donde él permanece dormido. Como es habitual, duerme con el pantalón de pijama y una camiseta cualquiera, la que usó en el día. Es tan calmo que apenas se mueve por las noches. Busca la posición perfecta y puedo jurar que por horas permanece así.

Ahora se encuentra boca abajo, apoyando la cabeza sobre su brazo derecho. El frente de su rostro apunta en mi dirección. Estoy a una distancia prudente, tengo toda la intención de acercarme y depositarle un tierno beso en la mejilla, mas lo dudo.

Lo miro con detenimiento, esos labios sensuales incitan a ser besados. Su pelo alborotado lo hace lucir sexy aun sin la intención. Algo dentro de mí me pide a gritos que lo haga, que lo bese, que lo acaricie con parsimonia. Sin embargo, otra parte se resigna a la mera idea.

El reloj indica que en 10 minutos sonará su alarma. La indecisión me está matando.

La taza queda sobre la mesita ratona y me acerco a Jeong obviando el miedo que me causa. Me doy el lujo de dejar un pequeño beso sobre sus labios, es más de lo que pude proyectar. Pero no lo nota, es muy suave, no se percata de la carga de amor que estoy depositando en él.

Con cuidado me alejo para no despertarlo. Balbucea algo poco audible, aunque al querer escucharlo guarda silencio. ¿Se dio cuenta o está soñando?

Jin me sorprende en la cocina al momento de preparar el café. Ha dormido bien y su horario coincide con el nuestro. Nos iremos juntos.

La alarma suena y vemos al pelinegro removerse en el sofá. Es hora de despertar. Buen día, Jong Hyun.

JONG HYUN

Las calles permanecen mojadas, anunciaron lluvia para toda la semana. Aun así, el día es hermoso.

Erika trae un pañuelo rojo atado al cuello. Le queda lindo, es un color fuerte, comparado con los tonos pasteles que acostumbra a utilizar.

Su mirada viaja hacia la ventanilla del auto, no se ha dado cuenta de que la observo de reojo. Su cabello se desliza hasta la cintura; es ondulado, pero por la humedad se ve distinto. Me gusta. Trae maquillaje natural, un brillo que hace resaltar sus labios herméticos, y una vestimenta sencilla pero ciertamente sofisticada.

Tengo un leve recuerdo que me carcome el pensamiento desde que abrí los ojos hace unas horas. El roce de sus labios con los míos, su perfume exquisito cerca de mí...

—¿Por qué me miras, Jeong?

—No sé cómo decirte esto... Pero...—contesto nervioso una vez que estaciono el coche en la universidad—. Soñé que me besabas, y se sintió muy real. Cuando desperté dije tu nombre. Por suerte, fue tan bajo que ni tú ni Jong Jin se dieron cuenta. Estoy volviéndome loco, D'angelo.

—No fue un sueño. Te di un beso mientras dormías—confiesa apenada —. Lo siento, no pude evitarlo.

Baja del auto. Me deja con la palabra en la boca y con el corazón exaltado. 

¡Ella me besó!


Mis amigos están al tanto de la llegada de mi hermano mayor. Los he invitado esta noche al departamento para que lo conozcan. No hay que perder la oportunidad de que el chef Jong Jin nos deslumbre con su comida.

La clase comienza y, como es costumbre, fijo los ojos en Erika. Desde lejos la aprecio, puedo notar sus mejillas y nariz rojas por el frío, sus manos delicadas tomando apuntes, su maravillosa atención a las palabras del profesor de Finanzas Públicas.

—La vas a gastar —susurra Min Wook—. Deja de mirarla como un pervertido.

Él no sabe lo que ocurrió, tampoco se lo diré. No me parece apropiado contar algo que Erika no me ha autorizado a decir. Tal vez ella se lo diga a Dae Ki. De ser así les explicaré. Caso contrario, será nuestro secreto.

De pronto me distraigo y veo a un chico en el pasillo, parece buscar a alguien dentro del salón. Trae una mascarilla, no logro ver su rostro, mas no deja de ser extraño.

Decido ignorarlo. Vuelvo a observar a Erika y Dae Ki le acaricia el cabello de forma inconsciente mientras escucha al profesor. El Jong Hyun del pasado hubiese reaccionado mal; sin embargo, el actual comprende que sí puede existir una amistad entre ellos. Doy por sentado que se quieren como hermanos, lo que nunca sucedió conmigo. Con D'angelo establecimos a modo implícito nunca vernos como tal; pese a que lo fuimos en casa.

Para mis padres Erika fue y seguirá siendo la hija principal, la única mujer, la privilegiada. Mis hermanos y yo la consentimos siempre, jamás nos molestó que se uniera a la familia.

D'angelo era mi favorita a los cinco años, cuando se quedó a mi lado a pesar de las burlas que me hacían mis compañeros. Era mi heroína, mi escudo protector.

Decidí que quería ser como ella. Merecía que la cuidaran y amaran de igual manera. Quizás no podía enseñarle nada en la escuela ni acompañarla a elegir libros de romance en la tienda del centro comercial; pero sí podía estar para cuando me necesitara. Podía abrazarla cuando llorara, podía defenderla de las burlas y desacomodarle la dentadura a quien se atreviera a decirle algo indecoroso.

Erika era mi ejemplo a seguir. Yo quería ser el suyo.

Ahora que lo pienso, guardé este sentimiento para no ser más cursi de lo que ya era.


—¿Dónde está D'angelo? —Indago cuando llega el receso.

—En la biblioteca, fue por unos libros de Administración Financiera—responde Dae Ki.

Debe ser un milagro; Kim no la deja ni respirar, se la pasa de encimoso.

—Es para que estudien juntos.

—Deja de llorar, Dae Ki—Me quejo—. Hay una chica con la que puedes estudiar...

—Ya me contó Erika. No quiero.

—¿Y te contó algo más?

—¿De qué?

—¡¡No sé, de algo!! Quiero saber todo lo que te cuenta.

—Tenemos clases, vayan a sus lugares y no molesten —Interrumpe Wook.

—No te contaría, salvo que sea para burlarme.

No, no le ha dicho. En todo caso, yo estaría burlándome de él.

La clase de Administración inicia, mas Erika no regresa de la biblioteca. Es raro, suele cumplir con los horarios a rajatabla. Sabe que algunos profesores no permiten el ingreso al salón después del horario establecido.

—Discúlpeme, profesor, fui por el libro— dice avergonzada.

—Adelante, D'angelo, no hay problema.

Su semblante es extraño. Está pálida como si hubiese visto a un fantasma.

A la distancia pregunto qué le sucede, mas niega con la cabeza restándole importancia. Me deja intranquilo, tentado a enviarle un mensaje solo para que me diga la verdad. No obstante, se sienta en primera fila, tiene al profesor en frente y es más que obvio que ignorará mi pregunta, incluso me mirará con desaprobación.

La noto nerviosa mientras juega con su lapicera. Los apuntes los dejó de lado, lo que resulta anormal en alguien tan aplicada como ella. Al menos tiene a Dae Ki, ese parece una máquina de escribir humana.

—¡Jong Hyun! —Me llama Kyu Bin—. ¿Viste las notas?

—¿Cuáles notas?

—Las que acaba de subir el profesor, es que mi celular se apagó.

—¿De qué hablas?

—Estamos aprobados—Se entromete Min Wook—. Jeong, ¿qué mierda te pasa? Hermano, estás más estúpido que antes. Acaba de decirlo —Señala hacia el frente.

—Tengo un mal presentimiento—digo.

—¿Qué pasa?

—Después les cuento.


La castaña sale del salón pegada a Dae Ki, como si fuese una niña que teme perderse. No entiendo su comportamiento, la proximidad que tienen no es normal. Y no es que me incomode, es que algo le sucede, ella mira hacia todos lados. Por mi parte, no veo nada extraño en los alrededores, pero la situación amerita un segundo vistazo.

Atravesamos el campus hasta llegar al estacionamiento, todo normal. De repente, pega su cuerpo a la puerta del auto. No le he quitado la alarma, entonces me apura para que lo haga.

—¿Me puedes decir qué te pasa? ¿A quién buscas?

—A nadie —contesta nerviosa y presiona los libros contra su pecho—. ¿Nos podemos ir, Jong Hyun?

—¡No, hasta que me digas qué sucede! —Tomo su mentón para llamar su atención—. Por favor, dímelo.

—Él está aquí —responde con la voz a punto de quebrarse.

—¿Quién? ¡Explícame!

—Hong Ryul está aquí.

Lo menciona casi en un susurro, con vergüenza y sin sostener la mirada. Por dentro siento explotar; desde que me enteré lo del acoso que quiero romperle la cara a ese imbécil.

—¿Te hizo algo? Dime dónde lo viste.

—¡No me dejes sola! —Entrelaza mi mano—. Vamos al departamento, ¿sí? Por favor.

Min Wook sabe lo que ese malnacido le hizo durante la secundaria. No he tenido tiempo para contarle a Kyu Bin ni Dae Ki a detalle, pero ellos están alarmados con solo mirarla.

—Erika, ¿puedes decirme qué pasa? —interroga Kim—. No te dejaremos sola.

—Me dijo que antes estaba Jong Hyun conmigo y nunca podía concretar nada, pero ahora que estoy sola... él...

Dae la abraza a la espera de una explicación de mi parte. Es doloroso mencionarlo, pero tenemos que estar alertas.

—El idiota que la acosó durante la secundaria está aquí.

—¡Bastardo! ¿Dónde lo viste? No te dejaré sola, te lo prometo.

—Cuéntanos qué pasó.

Fue a la biblioteca en busca de unos libros de Administración, sintió que alguien se le acercaba y pensó que era Dae Ki, ya que él siempre suele acompañarla. Por desgracia, se encontró con el idiota de Jung Hong Ryul. Este comenzó a hablarle con naturalidad al principio, luego empezaron las insinuaciones. La vio vulnerable y se aprovechó de eso para incomodarla.

D'angelo está asustada. Hong Ryul le mencionó que yo pregunté por él hace unas semanas, sabe que lo estoy buscando.

Mai dijo que no se hablaban hace años. Es una mentirosa.

—¿Por qué lo buscaste? Va a desquitarse conmigo por lo que pasó—Solloza.

—Escucha—Acuno su rostro—. Jamás voy a dejar que alguien te ponga un dedo encima. Sí, lo estuve buscando, porque esto no se va a quedar así.

—Deja todo como está, ya no importa. Sabe en qué aula estamos, no quiero vivir con la idea de cruzármelo en los pasillos.

—Erika, cálmate —dice Min Wook—. No va a pasar nada. Yo voy a estar contigo, te acompañaré a dónde quieras, incluso hasta la puerta del baño. Te lo prometo.

—Gracias...

—Sube al auto, vamos a casa—Quito la alarma.

Lo mejor es alejarnos de aquí para que se sienta más tranquila. Dormir y descansar le hará bien después de todo.

Mi práctica de fútbol se suspendió, la cancha permanece mojada por la lluvia. Lo positivo es que podré quedarme con Erika hasta que mi hermano regrese a preparar la cena.

En el auto persiste el silencio. Mi amiga mira por la ventanilla con un gesto intranquilo y los ojos aguados. Pongo algo de música para levantarle el ánimo, al menos aminorar esa incertidumbre que carga.

Give me Love de Ed Sheeran se apodera del interior del vehículo. D'angelo sonríe.

—¿Alguna vez te he dicho lo hermosa que te ves cuando sonríes?

—No recuerdo que alguna vez me hayas dicho que me veo hermosa.

—¡Mentirosa! —reímos—. Te lo diré más seguido, tal vez unas 16 veces para superar a tu ex.

—¿Por qué recuerdas eso?

—Recuerdo cada una de tus palabras. Mucho más las que me hieren —Sostengo.

—Tenemos algo en común.

Desde su asiento contempla la ciudad. Las últimas lágrimas sobre su mejilla son retiradas. Si no fuera porque estoy manejando y debo evitar estrellarme, me quedaría admirando cada movimiento. Me quedaría escuchando música lenta y romántica si eso me asegura que va a estar bien y a mi lado.

Ahora suena Lost stars de Adam Levine. Me sé este tema. Me gusta. Comienzo a cantarlo sin reparos, con D'angelo no siento vergüenza. Se concentra en mí, sé que lo hace, aunque no esté viéndola.

Disfruto conducir cuando los días están grises. Si a esto le sumo la compañía de mi mejor amiga, la satisfacción es doble.

Erika no canta, al menos no conmigo en este momento. Pese a ello, se está olvidando del miedo y la sensación horrible de reencontrarse con quien tanto daño le hizo.

Llegamos al edificio. Me quito el cinturón de seguridad y ella hace lo mismo. Con agilidad su mano se posa sobre la mía para llamar mi atención.

—Hace mucho tiempo que no te escuchaba cantar. Tienes una voz hermosa, Jonghyunie. Gracias por cuidarme y hacerme compañía.

¿Puede descolocarme de un segundo a otro? Sí, porque es Erika D'angelo. Está en mis pensamientos diarios y recurrentes. Sus palabras de agradecimiento me traspasan el alma. Quisiera expresarle lo rápido que está latiendo mi corazón, pero dudo que lo entienda.

¿Cómo podría demostrarle lo mucho que la estoy amando ahora?


ERIKA

Lo escuché cantar como hace tiempo no lo hacía. Su voz es preciosa. Mi mejor amigo tiene dotes ocultos que no los enseña, aunque yo tengo el honor de conocerlos. Conmigo es transparente, tuvimos una infancia reveladora de secretos.

Dentro del elevador, él toma mi mano y mi corazón late enérgico al tenerlo tan cerca. Ambos estamos nerviosos, esto es nuevo entre nosotros.

—¿Siempre vamos a sentirnos así?—digo—. Es raro, nos conocemos de toda la vida.

—Pienso lo mismo —asiente—, pero no puedo evitarlo. Provocas cosas fuertes en mí.

Jong Hyun me arrincona para darme un beso. Su mano se posa en mi cintura, nuestros cuerpos permanecen cerca. No pretendo soltarlo, me gusta esto. Me gusta besarlo cuando nadie está merodeando y solo somos él y yo.

Sus ojos negros cautivantes se clavan en los míos al separarnos. Ahora entiendo que podemos comunicarnos sin decir una palabra. Sé que sentimos lo mismo.

Las puertas del ascensor se abren y me doy cuenta de que Jin está allí, a punto de entrar al departamento. Empujo a Jeong para salir antes como si nada hubiese pasado. Él solo atina a limpiarse la boca por el roce de mi brillo labial.

—¡Hey! Llegamos juntos —habla el mayor en cuando siente mis pasos—. Ahora prepararé el almuerzo, ¿está bien?

—Hoy salimos más temprano de la universidad—digo. 

Espero que no se haya dado cuenta del beso, de mis nervios, o de que Jong Hyun se limpia la boca con insistencia al sentir algo meloso en sus labios. Esto último me hace reír.

—¿Todo bien? —pregunta Jin.

—Sí, ¿puedes abrir más rápido? Necesito ir al baño—Se queja mi roomie.

—Perdón, si te estás meando no es mi problema—Carcajea.

Mientras el pelinegro corre al baño a lavarse la cara, nosotros vamos a la cocina.

Estoy bien. Estoy segura.


JONG HYUN

Me pongo al día con la universidad, hoy no he prestado atención a la clase y no quiero quedarme atrasado. Me concentro en el libro asignado antes de preparar mi propio esquema.

En la adolescencia Erika dijo que mi nivel de aprendizaje era endeble. Siempre necesité de apoyo motivacional, por lo que se tomó la molestia de dibujar una pirámide con 5 niveles. Mi rango de estudio solo alcanzaba el nivel 3. Torpe. Muy torpe.

Me esforcé, quería alcanzar el nivel 5, demostrarle que yo también podía comprender un tema y no solo repetir como loro.

Funcionó, porque aquí estoy, cursando Economía en una de las mejores universidades del país. Quiero demostrarme a mí mismo que puedo, y quiero demostrarle a ella que todo lo que impartió fue aprehendido.

—¿Sigues estudiando?—dice Erika.

—Sí, a los brutos no se nos recarga la energía—respondo irónico.

—No eres bruto, eres flojo.

—Mira quién lo dice. La marmota.

—Marmota vos—habla en español.

—¿Qué dijiste? —reímos—. No me provoques o te haré cosquillas.

—¡No! —Se aleja—. Voy a merendar, déjame en paz.

Me alegra mucho verla animada, su siesta la ha revitalizado. Es bueno saberlo, porque tenemos que ir de compras, hyung nos ha dejado un listado.

No hay ningún sonido que interfiera mi concentración en la tarde de estudio, excepto el crujido de los cereales rompiéndose en la boca de D'angelo.

—¿No puedes agregarle más yogurt a eso?—Me quejo—. Es molesto.

—No me gusta con tanto yogurt. Por cierto, hay que comprar porque se está terminando.

—De acuerdo, lo agrego a la lista. Termina eso y vamos.

—Bueno, voy por mi bolso—Arroja un beso antes de alejarse.

Bonita. Eternamente bonita.


Compramos cada artículo de la lista proporcionada por mi hermano. Hay grandes expectativas en el banquete de esta noche.

A punto de pagar los productos, hago un leve repaso.

—¿No olvidas nada? —pregunta Erika.

Esto es como un déjà vu.

—Está todo.

De repente, recuerdo aquella conversación y mis mejillas arden. No puedo ni pensarlo, o tal vez sí lo estoy haciendo, mas no debería.

Erika finge no pensar lo mismo, pero es evidente, estamos en la misma situación.

Se ve tierna.

Pagamos y cargamos las bolsas en la cajuela del auto. El cielo está completamente despejado, aunque el aire fresco todavía golpea nuestros rostros. El olor a humedad sobre el asfalto me encanta, me recuerda a nuestra infancia en Busan.

Amelia, la mamá de Erika, nos compró paraguas infantiles de Pororo el pingüino. El de ella era rosa, con el personaje de Loopy, le encantaba; el mío era azul, con Pororo.

El recuerdo me causa risa.

—¿De qué te ríes? —Inquiere divertida.

—¿Recuerdas cuando tu mamá nos regaló unos paraguas?

—Los de Pororo —Carcajeamos—. Eran muy tiernos. Hasta los intercambiamos.

—Ahora entiendo por qué se burlaban de mí en el Kinder.

—Tu paraguas rosa era lindo, ellos estaban mal.

Ríe y estoy satisfecho. Erika vuelve a ser risueña como acostumbra. No dejaré que nadie le haga daño. Nunca.


ERIKA

Al fin el departamento se encuentra en orden. Con la llegada de Jin, y la cama improvisada en el sofá, hay cosas por cualquier parte. Pero ahora estoy conforme, mi limpieza fue un éxito y solo me queda tomar un baño.

Cuando buscábamos departamento lo que más me gustó de este era que tenía baño en una de las habitaciones, además del compartido. Inmediatamente supe que el cuarto debía ser mío. Jeong no se opuso. Al fin y al cabo, él tendría su propia ducha. Eso nos permite tener privacidad.

Mi cuerpo experimenta una leve relajación al percibir el contacto del agua caliente. Mi día no ha sido fácil. Reencontrarme con Hong Ryul me revolvió el estómago. Estoy tensa. No quiero volver a verlo.

Su físico ha cambiado. Si antes ejercía fuerza sobre mí siendo joven, no quiero imaginar cómo sería ahora de adulto.

Jamás pasó por mi cabeza la posibilidad de encontrarlo en Seúl. Mencionó que Jong Hyun lo buscaba con insistencia. No me sorprende, sé que Jeong es capaz de remover cielo y tierra con tal de darle su merecido. Pero no quiero que lo haga, temo que lo lastimen por mi culpa.

Ellos eran amigos en secundaria. Compartió horas de almuerzo, recesos y fiestas con él. Creo que asimilar lo acontecido es complicado.

Salgo de la regadera con un outfits en mente. Un pantalón cintura alta en color negro y una camiseta blanca pegada al cuerpo. Combinación clásica.

Seco un poco mi cabello, aunque no me gusta el contacto con secador, prefiero que sea al natural. Aun así, evito resfriarme. Hoy dejaré de lado el maquillaje, por lo que ya estoy lista para ir a la sala a esperar a mi hermano.

Jeong está saliendo del baño, nos cruzamos en el pasillo. Trae una toalla en la cintura y el abdomen descubierto. ¿Por qué en todo este tiempo nunca lo he visto así? No es que quiera verlo ni mucho menos, pero... qué vergüenza.

Avanzo con la mirada hacia el suelo. No sé cuál es su reacción, solo escucho la puerta cuando entra al dormitorio.

—¡Hola! —Saluda Jin—. Mira lo que compré—Muestra la bolsa de la heladería.

—¿Qué gusto traes?

—Menta y cereza.

—Ah, qué bueno. Gracias.

El sabor a menta me recuerda a Seo Won y nuestras salidas por las tardes. Momento inoportuno para pensar en él.

—Mentira, compré chocolate—Interrumpe mi pensamiento—. ¿Crees que he olvidado tu adicción?

—Te has ganado besos voladores.

Tiro besos al aire y él finge atraparlos. Somos dos tontos.

Qué afortunada soy al tener a la familia Jeong conmigo. Jin, Hwan, Jonghyunie, son los hombres más importantes de mi vida. Sin contar a Jeong Jong Hyuk, mi papá. Me siento cuidada en cada momento.

Pese a mi amistad con Jong Hyun, tengo muchas historias y recuerdos con Jin y Hwan. En la época en que estaba sola y no quería salir de casa, ellos me levantaban el ánimo. El helado de chocolate nunca faltaba porque, según Jin, el helado de chocolate te da energía y te hace feliz. Después comprendí que la felicidad provenía de ellos, por el tiempo compartido y la energía que emanaban.

El hombre frente a mí se arremanga para preparar la cena. Mi única misión es darle plática.

Oppa, ¿te acuerdas cuando me comprabas helado con Hwan-ssi?

—Sí, claro que me acuerdo. Eras pequeñita, y estabas muy triste.

—Me hiciste adicta al helado de chocolate, ¿eres consciente de eso?

—Ahora eres feliz y tienes mucha energía. No me agradezcas, no te molestes, me gusta ser generoso—Ironiza.

A Jin le gustaba ver animé y leer mangas, un hobbie que compartió conmigo. Era un completo Friki, pero me gustaba tener algo en común de qué hablar.

—¿Sigues viendo animé?—digo.

—Por supuesto. ¿Tú? puedo recomendarte series muy buenas.


JONG HYUN

D'angelo por poco me ve desnudo. Nunca nos hemos cruzado en el pasillo tras salir de la ducha. Incluso compartiendo dormitorio en Busan le daba su espacio para que se cambiara tranquila. Nos acostumbramos a eso, a respetar los momentos del otro.

Ella no pudo mantener la mirada. Yo me quedé mudo.

Hyung ha llegado de trabajar, se encuentra en la cocina platicando con Erika sobre cosas que han hecho juntos. No sabía que a ella le gustaba el animé, tampoco que su gusto favorito de helado era a causa de mis hermanos.

Recuerdo lo mal que me comporté con ella. Jong Jin me lo recriminó; pero jamás pensé que ausentarse de casa fuese para tanto. Al menos me deja tranquilo saber que D'angelo no estuvo sola después de todo.

Me uno a la charla sin ser invitado.

—¿Desde cuándo miras animé y lees mangas? —Le pregunto. Ella apoya su cabeza en mi hombro.

—Desde que Jin me obligó.

—¿Y yo dónde estaba?

—Follando, es muy posible —Agrega él con seguridad.

—¡Oppa! No digas eso.

—¡Cállate! ¡Tú qué sabes!

Mierda, mierda, sí lo sabe.

—Mejor cambiemos el tema —Propone al notar la tensión.

—¿Cómo está Haneul?—dice Erika.

Jong Jin admite estar muy enamorado. Reconoce que nunca conoció a alguien como ella. Es atenta, cariñosa, además de tener una personalidad similar a la suya. No faltará mucho para una boda en la familia.

—Que cursi—digo.

—Serás un cursi el día en que te enamores.

Llaman a la puerta. Huir es lo mejor.

Min Wook y Kyu Bin llegan juntos. Mi hermano deja la comida en el horno y vamos a la sala.

Tras las presentaciones, la charla surge sola. El rubio toma la palabra al contarnos sobre su vida en Busan, tenemos muchas cosas en común. Es una lástima no haber conocido a Kyu Bin antes, pudimos ser grandes amigos.

—Kyu Bin encontró la pulsera que me regaló mi mamá—dice Erika y la enseña con entusiasmo.

—No entiendo, ¿es la pulsera que perdiste cuando supiste lo del accidente? —Cuestiona mi hermano.

—Sí—asiente—. Parece raro, pero ese día conocí a Kyu Bin. Es una larga historia.

—Está bien, después me cuentas. ¡Ya tienes tu pulsera contigo! Eso es genial, felicidades.

Alguien toca a la puerta. Es Dae Ki, el insoportable amigo de Erika. Me ofrezco a abrir para no interrumpir la historia, a la vez, para molestarlo un poco.

—¿Por qué llegas tarde?

—Pero...—Mira la hora—. Estoy llegando puntual. Erika me dijo que...

Hyung, él es Dae Ki—Lo presento a la distancia—. Él es mi hermano Jong Jin.

—Espera... ¿es Kim Dae Ki? ¿No que lo odiabas porque era el novio de Erika?

—¡No es mi novio! —expresa ella con vergüenza.

—No estaba al tanto de eso —responde el castaño—, pero puedo imaginar quién lo dijo.

—Lo siento, fue antes de ser amigos.

Hyung cuenta la manera en que se lo dije a mi padre y lo celoso que estaba de su cercanía en la universidad. Se ríe, soy el centro de las burlas, pero ni al caso.

La sofisticada risa de Jong Jin hará que los vecinos pongan sus quejas.

—¿Cuánto falta para cenar? —Pregunto con el ceño fruncido—. Fíjate si eso no se ha quemado.

—No te enojes—Me responde—. 5 minutos.


ERIKA

La velada marcha bien al compartir miles de anécdotas con nuestros amigos. Es un lindo momento. Pero de pronto, recibo un mensaje de Seo Won.

Lim SeoWon—Sé que ha pasado tiempo desde que te escribí por última vez, pero me gustaría saber cómo estás.

Te echo de menos,Erika

✔✔

ErikaHola, estoy muy bien, gracias por preguntar.

Por favor, prefiero que dejemos de hablarnos.

✔✔

Lim Seo WonNo me hagas esto.

Me he sentido muy mal, quisiera verte.

✔✔

Erika— No vale la pena intentar algo que no va a funcionar. 

✔✔

La mirada sagaz de Jong Hyun recae sobre mí, pero al levantar la vista me ignora. Sabe que es Seo Won.

Hace días que no sé nada de él; sin embargo, mantener el contacto traerá problemas. Quiero darle una oportunidad a Jeong y, para eso, tengo que sacar a Seo Won de mi vida.

Mi roomie queda estupefacto al escuchar el golpe desde la puerta. No estoy esperando a nadie, es lo único que intento decirle para que se calme.

Me levanto de la mesa para ver de quién se trata. Tengo 10 pares de ojos en mi nuca.

—¡No puede ser! —Grito al abrir.

¡Es Hwan! Me cuelgo de él cual koala que se aferra al eucalipto. Gira conmigo y queda de espaldas hacia el resto. Está tan abrigado que el gorro no deja ver su rostro.

Los Jeong quedan desconcertados desde la mesa. Jong Hyun piensa que es Seo Won, en tanto Jin demuestra su rol de celoso.

—¡Chicos, les presento a mi otro hermano, Jong Hwan!

—¿Tu qué haces aquí? —Se sorprende al ver a Jin.

—¿Y tú por qué no avisas que vienes? No tienes lugar para dormir, lo siento. —Replica el mayor.

Acaba de llegar de Estados Unidos. Está por ir a Busan a ver a mamá, pero quiso pasar a vernos primero. Esto es nuevo, los cuatro juntos en Seúl.

—Pondré un plato más. Oppa, puede sentarse por allá.

Hwan se sorprende al ver a Dae Ki, mas no se guarda su versión de los hechos. Es muy alegre y conversador, tiene facilidad para integrarse en cualquier grupo. Imita a Jong Hyun y todos ríen de nuevo.

Soy la única mujer; aun así, me siento parte. Estoy acostumbrada a estar rodeada de varones. Son divertidos, tienen una percepción distinta a la mía, no tienen vergüenza, son más inhibidos. Aprendo mucho de ellos.

—Ya vengo, voy por un abrigo—digo

Al levantarme de la silla, escucho el golpe desde la puerta. ¿Y si mis padres vienen de sorpresa? Sonrío del solo pensarlo y me dispongo a abrir con entusiasmo.

—¿Tú? Vete, por favor —Pido amable al darme cuenta de que no se trata de mis padres.

—No, ¡espera! —Forcejea—. Por favor, quiero hablar contigo, estoy desesperado.

—No quiero hablar contigo, Seo Won. Vete —Susurro. No quiero que mis hermanos lo vean aquí.

—¿Todo bien, Erika? ¿Quién es? —pregunta el mayor desde la mesa.

—¿Con quién estás? No es la voz de Jong Hyun.

—No importa con quién estoy, Seo Won, solo vete. Por favor.

—Me llamas por mi nombre. Estás siendo fría conmigo—Recalca.

¡Voy a volverme loca!

Intento arreglar la situación de la manera más sutil que encuentro. Quiero ser compresiva, pero él no lo es conmigo. Pretendo que nadie salga herido ni física ni emocionalmente.

—¿Qué haces aquí? —exclama Jeong.

Me paro delante de él para detener la inminente furia que se guarda. Jong Hyun me abraza. Apoya su barbilla sobre mi hombro en un vil intento de provocación. Seo Won no va a tener celos de él, piensa que es como mi hermano.

—¿Lim Seo Won? ¿Qué haces aquí? —Indaga Hwan cuando se aproxima a ver qué sucede.

—¿Jong Hwan? —Se sorprende—. ¿Tú qué haces aquí?

—¿De dónde se conocen? Hwan es mi hermano, y él —señalo a Seo Won— es un chico de la universidad.

—¿Por qué no te vas? ¡Ya deja a Erika en paz! —Insiste Jong Hyun.

—¡Tú no te metas, niño! ¿Acaso quieres que te golpee de nuevo?

—¡Basta! No los soporto —Interfiero cansada de tanto pleito—. Si quieren mátense aquí afuera, ¡pero déjenme en paz!

Ignoro a los cuatro restantes que están en la sala y paso directo a mi habitación. Al final, Lim Seo Won no es el chico maduro que pensé. Muchas veces dijo que dejaría de buscarme, pero lo sigue haciendo.

Por otra parte, Jong Hyun pretende terminar a los golpes o hablando mal. Ni pensar qué van a decir mis hermanos al saberlo. Tendré que contarles que estuve de novia con Seo Won durante meses, y se enojarán conmigo por ocultarlo. Todo arruinado en una noche. 


JONG HYUN

Seo Won habla con Jong Hwan; no sé de dónde se conocen. Mi cara de pocos amigos permanece intacta, por esa misma razón quiero despedirlo como se merece.

—Nos vemos, Lim, cuídate —Se dan la mano y mi hermano regresa con el resto del grupo.

—Escucha, no nos caemos bien, pero por respeto a Erika te pido encarecidamente que te retires ileso.

—¡No sé por qué eres así con ella! ¡Entiéndelo, en verdad la quiero! Déjame verla.

—¡Yo también la quiero! Y por eso misma razón te pido que la dejes en paz. Vete con la chica con la que te besabas hace un tiempo atrás.

—Fue una confusión, Erika lo sabe, ya lo hablamos. Llámala, necesito verla —Se atreve a exigir.

—Mis hermanos no saben lo que pasó entre ustedes. Si quieres los pongo al corriente, seremos tres los que te golpearemos —Amenazo con motivos—. Tres de mis amigos están dentro, así que seremos seis contra uno, piénsalo.

—Nunca supe por qué te caí tan mal —dice con su típica cara ceñuda—. Quise que fuéramos amigos, pero eres demasiado terco.

—No necesito nuevos amigos. —contesto desafiante—. Ya vete, y no vuelvas a molestarla. No sé cómo quedaron las cosas entre ustedes, tampoco me interesa, pero Erika está saliendo con alguien más.

—¿Y ese alguien te cae bien? Sería un milagro, Jong Hyun —Satiriza—. ¿Es uno de tus amigos o eres tú mismo?

—Piensa lo que quieras, me están esperando. No te preocupes, le diré a Erika que te fuiste con los huesos intactos.

—Si tienes las pelotas bien puestas, dime con quién mierda está saliendo Erika y por qué crees que puede ser mejor que yo.

—Está bien ¿lo quieres escuchar? Está saliendo conmigo, porque no es mi hermana, es mi mejor amiga. Y sí, soy mucho mejor que tú en cualquier aspecto —Mi voz suena despectiva—. ¡Ella es demasiado para ti! La tuviste, no la supiste cuidar y ahora lo haré yo. La amaré lo que tú no pudiste y lo que otro jamás podrá. Ahora vete.

¿De dónde salieron esas palabras? Estoy sorprendido de mí mismo.

—Lo sabía... era cuestión de tiempo —bufa —. Espero que en verdad la cuides, porque no voy a rendirme tan fácil.

—Inténtalo, pero aprende a renunciar. Eso es de sabios.

Al volver a la mesa improviso una historia que resulte creíble para mis hermanos. Jong Hwan escuchó cuando le hablé mal a Seo Won, debe imaginarse el problema.

—Le dije que Erika está saliendo con alguien. Él debe dejar de molestarla.

—Es lo mejor—Acota el mayor—. No la dejes sola, quizás sea un desquiciado. Ten cuidado.

—Seo Won es inofensivo —dice Jong Hwan—. Es un gran muchacho. Qué lástima que Erika no quiere tratar con él.

Hyung, ¿de dónde lo conoces?

—Clases de arte en Daegu. ¿Recuerdan que tuve un viaje con personas de todo el país? Ahí estaba Lim Seo Won.

Jong Hwan destacó en la escuela de artes, fue el único de los tres en ir allí. A pesar de eso, siguió los pasos de Jong Jin en Economía. Sus aspiraciones cambiaron de un momento a otro.

Lo cierto es que en Estados Unidos tiene una vida que resulta dudosa para nosotros. Es muy reservado. Trabaja con papá a la distancia, mas estoy seguro de que el arte es su mayor afición.

—¿Dónde está D'angelo? —pregunto.

—Se fue a dormir porque está cansada —contesta Dae Ki, ganándose todas las miradas—. Ella me envió un mensaje —Justifica mostrando su celular—. Yo...no quería interrumpir su conversación...

—¿Estás nervioso, Kim? —Me burlo.

—La presencia de los tres es intimidante —confiesa y carcajeamos.

—No temas, no somos sicarios —Ironiza mi hermano mayor—. Me caes bien. No puedes ser el novio de Erika, pero me caes bien.

—Esto me recuerda a la amistad que Erika tenía con Kim Bo Gum —Prosigue Jong Hwan—, un chico al que estos dos le hacían la vida imposible.

No lo había pensado, pero es cierto. Dae Ki es la nueva versión.

—Ellos son muy amigos—acota el castaño.

—¿Y tú cómo sabes? —resoplo—. Tienes un nexo de información muy fiable, me molesta.

—Jong Hyun, cálmate —Se entromete Kyu Bin—. Dijiste que dejarías de pedirle explicaciones.

—¿Alguien le creyó? —Acota Min Wook—. Nunca sucedió ni va a suceder. Este idiota exige explicaciones, pero no las da.

—Erika es así —Continúa el mayor—. Cuando se enoja, se va a dormir. Y si se enoja es porque Jong Hyun le hizo algo. Y si Jong Hyun le hizo algo se las verá conmigo.

—¡No le hice nada! Se enojó porque me entrometí en su discusión con Seo Won. ¡Es una berrinchuda!

—No te metas en sus asuntos. Si ella quisiera que lo golpearas, entonces te lo pediría.

—Erika no pediría algo así —reímos.

—Repito, los tres son intimidantes—dice Dae Ki.


—¿Y si duermo con Erika y Jong Hwan duerme aquí en el sofá? —Propongo una vez que mis amigos se han ido del departamento.

—¡Cómo vas a dormir con Erika! —expresa indignado.

—No seas desubicado, Jonghyunie. No dormirás con mi hermanita.

—Es mi hermana también, ¿no? —río nervioso—. Ni que fuera un psicópata. Además, siempre hemos dormido juntos en la misma habitación.

—No sé...

Hyung, no hay más sábanas ni frazadas. ¿Cómo quieres que duerma? ¡Con ustedes no!

—Ve a preguntarle a Erika si quiere dormir contigo—dice Jong Jin—. No estoy de acuerdo con eso.

D'angelo está dormida; sin embargo, tengo que preguntarle. Mis hermanos no están de acuerdo, pero teniendo en cuenta la hora, y que tenemos que levantarnos temprano, aceptan.

Voy a mi habitación a fin de colocarme ropa más cómoda para dormir. De inmediato los dos se aproximan para dar indicaciones.

—La puerta quedará abierta —espeta con autoridad.

—¿Qué piensas que le voy a hacer? —respondo molesto—. Devuélveme mi cama y duerme tú en el suelo sin cobertor.

—No peleen—Se entromete—. Hyung, deja el drama, es Jonghyunie

—¡Por eso mismo!

—¿Qué tratas de decir? —Lo enfrento con molestia—. Nunca le tocaría un pelo. ¿No será que te reflejas en mí?

—Ya basta, Jong Hyun—Se interpone Jong Hwan—. Confío en ti, te conozco muy bien, eres mi hermanito. Ve a dormir y deja la puerta abierta.

—Exacto, soy yo, tu hermano. ¡Así deberías verme tú también, idiota! —Lo señalo. 


Mi alarma suena; no obstante, la de ella sonará en cinco minutos más, no hay inconvenientes. Me quedo recostado mientras la observo despertar, podría acostumbrarme a esto.

—¿Qué haces? —Se sorprende—. ¡Vete, mis hermanos pueden verte! ¿Cómo te atreves a estar aquí?

Comienzo a reír.

—D'angelo, ¿qué te pasa? Ellos ya saben que estoy aquí. ¿Dónde querías que durmiera Jong Hwan?

—¿Dónde durmió?

—Jong Jin en mi cama y Jong Hwan en la sala. Te pregunté anoche si podía quedarme aquí y me dijiste que sí. No te arrepientas ahora o me van a golpear.

—Cálmate, no diré nada—Me tranquiliza—. Eso explica la puerta abierta en ambos dormitorios.

Jong Jin quería supervisar que todo estuviese bien mientras dormía con Erika, por lo tanto, me obligó a dejar la puerta abierta. Lo que menos hizo en la noche fue inspeccionar, ese ser humano se duerme al instante y por horas.

—¿Estás enojada conmigo por cómo traté a Seo Won?

—¿Qué le dijiste para que se fuera?

Le soy sincero con cada una de mis palabras. En lugar de molestarse, ella considera que fue lo mejor. Me felicita por no golpearlo y evitar un escándalo en el edificio.

—No volverá a aparecer —dice con seguridad—. ¿Qué les dijiste a tus hermanos?

—Que lo conoces de la universidad y que quiere salir contigo.

—¿Y de dónde conoce a Hwan-ssi?

—Lo conoció en Daegu, cuando viajó con la escuela.

—Ah, sí. Seo Won también estudió Artes. No pensé que se conocían.

—Ahí tienes todas tus respuestas. Pensé que Dae Ki te contaría el chisme.

—No empieces con tus celos—ríe.

Me gano un beso en la mejilla por manejar bien la situación, y otro porque insisto en que mi hermano está por levantarse.

Estamos bien. Estoy feliz. 


...

¡Hola, bellezas! ¿Alguien extrañaba esta historia?

Ya lo había anunciado en el tablero de Wattpad, pero lo repito por si acaso... Les traigo MARATÓN. Todos los días de la semana tendrán un nuevo capítulo de Siempre Fuiste tú ❤❤❤❤❤❤❤ *lluvia de corazones*

Espero que lo disfruten y dejen sus votos y comentarios, porque eso me ayudaría mucho. Caso contrario, hay tabla y se cancela todo (? jaja

Les mando un besote enorme. 

GRACIAS POR TANTO AMOR

JK 💜

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