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CAPITULO 13

ERIKA

Desde que Jong Hyun se enteró de todo lo que me atormentó durante años las cosas han mejorado entre nosotros. Él no salió con Mai y tampoco interviene en mi relación con Seo Won.

Tuvimos una charla con calma al día siguiente, lo que nos ayudó a comprender mejor los tiempos. Las decisiones que tomamos fueron por falta de comunicación, por suponer en lugar de preguntar. En definitiva, no podemos cambiar el pasado.

Él ahora fue a entrenar, mañana tiene partido. Estoy aprovechando su ausencia para ordenar un poco y sentirme ocupada.

Seo Won continúa con sus horarios complicados, estos días se han hecho eternos. Aun así, los mensajes nunca se terminan entre nosotros. La pantalla se enciende en los momentos justos, cuando estoy triste, cuando lo extraño, cuando dudo de mí misma. Seoltang aparece cual genio de la lámpara y recarga mi energía. Es un gran compañero, me hace sentir bien.

El timbre suena y pego un salto, me toma desprevenida al limpiar las estanterías del mueble principal en la sala. Jong Hyun olvidó sus llaves otra vez. Debió avisarme que saldría antes de la práctica.

—¡Ya voy! —exclamo mientras me acerco a la puerta. 

—¿Disculpe, acá vive Erika D'angelo, la mujer más hermosa de todo el edificio? —dice aquella voz varonil que tanto he anhelado.

—¡Oppa! —Lo abrazo—. ¿Qué haces aquí?

—Quería verte, te he extrañado en estos días. ¿Puedo pasar?

—¡Claro! Que tonta soy, perdón. Pasa, siéntate.

—¡Ven aquí, abrázame de nuevo! Te extrañé mucho, hermosa.

Lo aprieto con fuerza porque lo he echado de menos. Sonríe y muero de ternura. No exagero al decir que es un terroncito de azúcar que quiero probar a diario.

Luce un traje negro, ha salido de la oficina. Esta sorpresa es de mi agrado.

Besa mis labios, mis mejillas, mi nariz. Seo Won demuestra lo mucho que me quiere. Y no me quedo atrás, porque no hay parte de su rostro que deje sin besar.

—Estás hermosa.

—¡No es cierto! Estaba ordenando la sala.

—Tú no tienes horarios para estar así —sostiene a una corta distancia—. Soy un hombre afortunado.

—Hoy estás muy cariñoso—Acaricio su rostro.

—¿Cómo no estarlo? Mi novia es hermosa, sus besos me enloquecen—Me besa—. Me hacía falta estar así.

Jong Hyun llega al departamento y nos encuentra abrazados. Percibo la tristeza en sus ojos al vernos. Me parte el alma, mas no puedo hacer nada, dijo firmemente que lo aceptaría.

—Hola, Seo Won-ssi.

—¡Jong Hyun-ah! ¿Listo para el partido de mañana?

—Claro que sí, el equipo va muy bien. ¿Irán a vernos?

—¡Sí! —contesto—. Nunca me he perdido uno de tus partidos. No lo haré ahora.

—Lo sé, gracias—Besa mi frente—. Voy a darme una ducha y luego a estudiar. Los dejo solos.

—Descansa, mañana tendrás un día pesado.

—Así es —asiente —. Daremos lo mejor. Nos vemos.

Va a su dormitorio, no saldrá de allí hasta que mi novio se vaya. Después de su ducha tal vez se duerma; últimamente se está esforzando en su rendimiento, queda exhausto.

—¿Quieres tomar algo? —Inquiero para dejar de mirar hacia el pasillo.

—No, solo hablar contigo.

Seoltang me platica que en dos días debe ir de viaje a Ulsan y quiere aprovechar el tiempo conmigo. Quiere que salgamos a cenar, aunque estoy hecha un desastre.

—Estás bien así—sonríe.

—¡Ay, no! Déjame darme un baño y cambiarme de ropa.

—De acuerdo, te espero aquí.

—No voy a demorar, lo prometo—Salgo corriendo hacia mi habitación.

Escucho música dentro del cuarto de Jong Hyun, lo que me hace pensar que aún no ha hecho nada de lo que dijo que haría.

Golpeo la puerta y me autoriza a pasar.

—Jeong, voy a salir con Seo Won.

—Está bien.

—Tengo que darme un baño, estoy horrible. ¿Puedes quedarte con él en la sala?

—No, D'angelo —susurra—. No me pidas esto, por favor.

—Nunca te pido nada, es solo hacerle compañía. Habla con él, para que no esté solo.

—Aish, está bien —resopla—, pero no te demores, porque también tengo cosas que hacer y estoy cansado.

—Gracias, será solo por esta vez.


Me encanta pasar tiempo con Seoltang, nuestras salidas implican caminar de la mano y hablar mucho. Él ha sido uno de mis mayores confidentes. Sabe todo de mí, yo sé todo de él. Me ha ayudado con mis problemas de autoestima y, en parte, él también se siente con una autoestima elevada. Es inevitable pasar por alto lo mucho que me gusta y lo fascinada que me trae con su sonrisa perfecta. Los cumplidos son mutuos. 

El contacto físico entre nosotros es notorio. Nos encanta besarnos, darnos la mano y acariciarnos el rostro o el cabello cuando estamos a solas. No obstante, jamás sacamos el tema de pasar a un siguiente nivel. A él tampoco parece importarle.

Mi noviazgo con Seoltang no pasa solo por lo físico, sino por lo intelectual. Me atrae su madurez, su libertad, su forma de pensar tan abiertamente. Compartimos conceptos de la vida y del amor que no todo el mundo interpreta. Esto es especial, nos hace raros según nosotros, pero es querernos a nuestra manera.

—¿Crees que en estos meses has podido enamorarte de mí? —Indaga al correr un mechón de cabello que se interpone en mi visión.

—No miento al decir que te quiero muchísimo, Seo Won. Soy feliz contigo, pero no sé si estoy enamorada de ti. ¿Tú lo estás de mí?

—No lo sé —sonríe—. No puedo decir que estoy enamorado, aunque jamás he sido tan feliz como ahora. Erika, de verdad te quiero mucho y quiero estar contigo, pero... No lo sé... No quiero lastimarte.

—¿Me estás dejando?

—¡No voy a dejarte! Nunca me perdonaría si lo hago. Quiero que seamos sinceros entre nosotros, ¿está bien? Si no puedes enamorarte de mí, si yo no puedo enamorarme de ti... siéntete con la libertad de dejarme.

Esta vez me besa de forma serena. A veces siento que me toca con tanta delicadeza que el tacto es imperceptible. Me gusta cerrar los ojos y dejarme llevar. Puedo confiar en él, porque avanza hasta donde se lo permito.

—También quiero que seas sincero conmigo —Interfiero, acariciando su cara—. Si estás confundido o quieres estar solo, dímelo.

—¿Por qué piensas eso?

—Solo te pido que no me mientas, porque ahí sí que no te perdonaré.

—¿Eres tú la confundida? ¿Eso tratas de decirme?

—No es eso...es que...

—Erika, en la oficina tuve mucho trabajo. Créeme que estuve allí metido a diario. Por favor, no pienses que te miento. Moría por estar contigo.

—¿Me extrañaste mucho?

—¡Muchísimo! Contaba los minutos para salir hoy y venir a verte, darte besos, abrazarte.

—Bueno, aprovéchame—reímos.

No hay nada extraño en mi relación con Seo Won. Me respeta, nunca me ha exigido nada, somos fieles pese a nuestros pensamientos. La sinceridad que tenemos es real, es lo único que importa.

—Te quiero mucho, Erika.

—Y yo te quiero a ti,mi Seoltang.


AL DÍA SIGUIENTE

El partido de fútbol de los chicos está por comenzar. Las tribunas están repletas, algo normal cuando se trata de ver chicos guapos. Seo Won se encuentra a mi lado y, en tanto el juego comienza, me explica cómo construyeron este campus. La arquitectura lo trae loco, siempre me aporta datos interesantes. Me gusta escucharlo hablar tan concentrado sobre un tema que ama. 

—Después seguimos hablando, tu hermano sale a la cancha—Señala de repente.

Hermano, una palabra que hace tiempo dejé de lado. Si antes no lo vi como tal, ahora es imposible hacerlo.

El equipo se encuentra listo, visten con las camisetas y short azules, los colores de la universidad. Jong Hyun es el capitán, alrededor del brazo lleva un brazalete que lo identifica. Es un deportista nato, cuenta con el físico y la capacidad; sin contar sus ganas de divertirse.

Tomo unas cuantas fotos con mi celular. A mamá le gusta saber todo lo que Jeong hace, de seguro lo publicará en las redes o las compartirá con sus amigas. Cuando el partido finalice hasta la señora Min sabrá los resultados.

—¿También me sacas fotos cuando juego? —Pregunta curioso.

—Claro, tengo una colección de fotos tuyas.

—¿En serio lo haces? Eres increíble.

—Tengo fotos de todas las personas que quiero. Tú tienes un álbum especial.

—Te haré una sesión de fotos para estar a la altura—Bromea.

Mi madre me tomaba fotos para cualquier evento que se presentara, me encantaba posar delante de la cámara; no obstante, ahora prefiero obviarlas. No me gustan las selfies ni fotos en solitario. 

En cambio, cuando se trata de mis hermanos, me convierto en una fotógrafa profesional. Me gusta tener recuerdos de ellos, de sus logros, de las pequeñas reuniones familiares. Jong Hyun no es la excepción. Tengo fotos de todos sus partidos, incluso tiene de perfil en sus redes una de ellas. 

—¡Erika, mira a Dae Ki!

Dae Ki tiene la pelota. Sobrepasa a quien se le interpone, corre veloz y decidido hasta el arco. Va muy bien, entonces dejo el celular de lado por un rato. 

—¡Tú puedes, Dae Ki-yah! —grito con entusiasmo. 

Patea. ¡Gol!

El primer gol lo festeja en un abrazo con Jeong. Nadie creería que eran lejanos hace unos meses. A Dae Ki siempre le asombró la persistencia de Jong Hyun en su capitanía, me lo dijo tantas veces que era dificil de creer. Por otra parte, mi compañero de piso no tenía motivos para evitarlo, lo hacía por capricho. Hoy por hoy simpatizan, son parecidos y grandes deportistas. 

Seo Won festeja a mi lado, parece contento. Me recuerda al primer partido de baloncesto al que asistimos, cuando el castaño lo alentó desde las gradas.

El tiempo avanza en un partido entretenido y disputado. Ambos equipos son muy buenos, y cuando se acerca el final del primer tiempo, es cuando más rivales se vuelven. Quieren asegurarse gran parte del juego.

—Un minuto y finaliza—dice Seo Won muy concentrado—. No puede ser, gol, gol, gol—Se anticipa de repente.

Jong Hyun marca un nuevo gol desde la mitad de la cancha. El silbato suena. Primer tiempo a nuestro favor.

Voltea a ver hacia donde me encuentro. Levanta su mano para hacer un gesto de corazón con los dedos, es nuestra cábala. Desde mi lugar lo imito. 

¡Fighting, Jonghyunie!

¿Cuántas veces me ha dedicado un gol y nunca lo percibí como tal? ¿Por qué siento que ahora es diferente?

—¿Filmaste eso? Fue impresionante —continúa mi novio. 

Mejor le envío las fotos a mamá y dejo de suponer tonterías.


El ego de Jong Hyun aumentará por el resto de la semana. El equipo venció 4-2, siendo él responsable de dos goles. Lo tendré presumiendo por horas sobre su desempeño en la cancha y lo superior que es respecto a Dae Ki. Ya lo hacía antes, ahora que se volvió su competencia directa aumentará mucho más. Es un hecho.

—¡Jong Hyun es muy bueno! —expresa Seo Won dentro del auto—. Me sorprendió.

—Él dijo lo mismo de ti —Ironizo.

Ninguno se tenía fe y resultaron impactados al ver los dotes deportivos del otro.

—¿En serio? Cariño, yo soy muy bueno en baloncesto, ¿por qué no le dijiste? —Alardea sonriente.

—Jeong es muy bueno en el fútbol, nunca preguntaste.

—Y tú eres buena representante —Se burla.

—¡Oye! Estoy diciendo algo real. Soy pésima para los deportes, entonces alardeo con las habilidades ajenas.

—Eres buena para otras cosas. Enfócate en lo que te gusta, serás una gran profesional. Ya eres una gran mujer.

—Seo Won, no empieces, me vas a hacer llorar.

—No es mi intención—Apoya su mano sobre mi pierna—. Quiero que te sientas capaz de hacer todo lo que te propongas.

—Suena a despedida.

—Recuerda que tengo que viajar, me pongo sentimental si pienso en no verte.

—No lo menciones. 

Odio las despedidas, no puedo con ellas.

El auto estaciona frente al edificio, bajamos en silencio y caminamos hasta el elevador. Los chicos vendrán a festejar su victoria en un rato. Hemos comprado pollo frito y cervezas tal como nos pidieron. A su vez, mi lindo novio compró helado de chocolate para consentirme.

Tan solo entrar a la sala nos disponemos a preparar lo necesario. Queremos cenar apenas lleguen los chicos. Seo Won debe irse temprano a organizar su equipaje, viaja a primera hora de la mañana.

 —Erika, ¿estás bien?

—Sí, Oppa—asiento. 

—Mi vida, ¿qué pasa?—Acorta la distancia.

Lo tengo frente a mí con una mirada confusa. No sabe lo que me sucede, y lo peor es que yo tampoco lo sé. 

—¡Llegamos! —Anuncia Jeong desde la entrada.

Min Wook es el único que no viene con ellos. Nada extraño después de todo, acostumbra a llegar tarde.

—Hoy me sorprendiste, Jonghyunie, no jugabas tan bien —digo para molestarlo.

—¡Siempre he jugado bien! —ironiza—. Hoy quise lucirme un poco más.

—¿Por qué no vino Min Wook?

—Tiene cosas que hacer, pero viene más tarde.

Entiendo el punto, es una chica. Fútbol y mujeres, dos aspectos de su vida en los que destaca. Después tendré tiempo de felicitarlo.

Kyu Bin estuvo en la tribuna, mas no en donde acostumbro.

La primera vez que Jeong jugó un partido me indicó dónde debía estar. Un lugar fácil de visualizarme, los familiares más cercanos del equipo acostumbran a estar allí. No pensé en decirle al rubio sobre mi ubicación, no me di cuenta de ello.

Hablan de deporte mientras comemos, y por primera vez incluyen a Seo Won en la plática. Ojalá esto se repita, no quiero dividirme.

—El pollo frito está delicioso—dice Dae Ki. 

—Es hambre —ríen —. Es el mismo pollo frito de siempre.

—Compramos mucho—digo al ver el pedido.

—En un rato llega Wook, él se encargará de comerlo—Bromea mi roomie—. O puedo comerme todo yo solo.

—Jeong, te hará mal.

—Cariño, déjalo, es parte del festejo.

Jong Hyun ríe por compromiso al escuchar el comentario, sé que no lo hace con sinceridad. Es doloroso que no pueda ver la gran persona que es Seo Won. Se llevarían muy bien si intentara acercarse, descubriría un buen amigo como Dae Ki.

—Muchachos, tengo que irme—Se pone de pie. 

—¿Tan pronto? Quédate un rato más, Seo Won-ssi —dice Dae Ki.

—Me gustaría, pero tengo que viajar por la mañana.

—Que tenga buen viaje, gracias por la comida.

—De nada, que la disfruten.

—Te acompaño a la puerta—digo.

Necesito un momento a solas para despedirme. Quiero abrazarlo y darle un beso antes de su viaje.

—Voy a pensar mucho en ti —Me abraza sin ánimos de soltarme—. Piensa en lo que hablamos, ¿de acuerdo?

—Seo Won—Lo nombro dubitativa—. ¿Todo está bien?

—Sí, ¿por qué lo dices?

—No me gustan las despedidas, debe ser eso.

—Erika, no me va a suceder nada. Volveré sano y salvo.

—Lo siento, es un miedo que no puedo evitar sentir. Es que no quiero perderte.

—Mi vida, no digas eso —Acuna mi rostro—. Tal vez debería quedarme, puedo llamar y...

—¡No! Es tu trabajo, no quiero que cambies tus planes por mí. Vete, pero cuídate mucho.

—Voy a estar bien, te lo prometo. Piensa a dónde quieres ir a pasear cuando regrese. Te quiero.

Se va y siento un vacío enorme, una sensación de angustia. Las palabras que nos dijimos logran desconcertarme. Tal vez me ahogo en un vaso de agua, en un par de días volveremos a estar juntos.

"Voy a pensar mucho en ti. Piensa en lo que hablamos, ¿de acuerdo?"

Tengo el presentimiento de que no voy a volver a verlo. Me lastima pensarlo. Cargo una aflicción que me desespera por dentro.

Mis amigos platican muy animados, lo contrario a mí. Han servido el helado en pequeños vasos, dejándome la porción más grande porque saben que me gusta.

¿Me sentiré así cada vez que Seo Won deba viajar?

—¿Qué pasa, D'angelo? ¿Discutiste con Lim? —pregunta Jong Hyun.

—No... —Niego con la cabeza—. Se va de viaje por unos días y estoy preocupada.

—¿Preocupada por qué?

—Jeong, ¿y si algo le pasa? Si él no regresa...

—Erika, deja de pensar en eso—responde con calma—. Tú y yo vamos a Busan todo el tiempo, nada nos pasa. ¿Por qué piensas en algo así?

—Si algo me sucediera a mí no me importaría tanto.

—¡Deja de hablar así! Si algo te sucede, me volvería loco—Pasa su brazo sobre mis hombros—. Seo Won estará bien, créeme. No tienes por qué preocuparte.

—¿No se enojan si me voy a dormir?

—Sí, sí me enojo —resopla Dae Ki—, porque a mí nadie me dio un abrazo para felicitarme por el gol que hice. Puro Seo Won por aquí, Seo Won por allá.

—No eres Cristiano Ronaldo, Dae Ki—Se queja Jong Hyun.

—¡Discúlpame! Tú tampoco eres Lionel Messi y ella te felicitó como si fuese la copa del mundo.

—Porque es mi amiga. Erika es como mi hermana.

—Es mi amiga también, y mi gol fue mejor que el tuyo —recrimina—. Además, ¿Quién te dio el pase, eh? ¡¡Yo!! Tu segundo gol fue gracias a mí.

—Que idiotas son los dos—Carcajea el rubio.

—¡Basta, dejen de pelear! Dae Ki, jugaste muy bien, felicidades—Sonríe feliz.

—¿Cómo fue mi rendimiento?

—¡Muy bueno! Corres más rápido, se nota que entrenaste—prosigo—. No solo eres un rostro bonito e inteligente, ¡eres un gran deportista, Kim Dae Ki!

—Me sonrojas, Erika-yah —reímos.

—Si quieres puede ir a dormir, D'angelo —Se entromete Jeong—. Dae Ki ya se tiene que ir a su casa.

—¡Jong Hyun!

—A mí nunca me dices cosas bonitas. ¡A él se las dices con facilidad!

—¡Ubícate, Jeong! Hay una jerarquía de amistad y cariño. Está Lim Seo Won-ssi, yo, y tú. Eso sin contar las subunidades.

Estos dos discuten por cualquier cosa. Dae Ki es tan sarcástico como Jong Hyun, lo que lleva a una discusión sin fin ni argumentos válidos.

Al menos me sacan el miedo y la inseguridad por un rato. Espero que mañana despierte pensando en otra cosa. Mi día consistirá en ver Netflix y comer helado mientras extraño a Seoltang.


...

¡Capítulo nuevo para que no me extrañen! ¿Qué tienen para decir al respecto?

Gracias por todo el amor a la historia. Les mando un fuerte abrazo. 

JK 💜

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