CAPÍTULO 35
Tenemos en nosotros mismos una balanza de sentimientos. La misma va a pesar más de un lado que del otro, siempre dependiendo de como te sientas.
Puede que la balanza pese más en el lado malo, ese estado en donde no encuentras un motivo para sonreir, solo miles para llorar. Ese maldito estado que te quita el sueño y mantiene tu mente sumergida en pensamientos que duelen y lastiman. También puede que la balanza pese más del lado bueno, y en ese estado sonríes, ríes y te encuentras en paz contigo mismo, y con todos a tu alrededor. Hoy me atrevo a decir que mi balanza está pesando más del lado bueno.
Realmente se con seguridad que tengo más motivos para sonreír que para llorar. Hoy me veo al espejo y me encuentro, sé que estoy ahí, se quien soy y lo que puedo llegar a ser. Cuando después de una tormenta logras encontrarte, el sol brilla por cada partícula de tu cuerpo y los demás notan eso; "te veo mucho mejor y eso me gusta" y a ti te gusta sentirte así, verte así.
La balanza de nuestros sentimientos puede pesar más de un lado que del otro, o puede mantenerse estable, pero recuerda que siempre hay un poco de vida, un poco de color. Se que es difícil encontrar algo de vida en tu estado de muerte, pero si te detienes a pensar vas a ver que algo bueno hay. Solo hay que dejar de pensar en eso que te hace mal, en eso que te hunde, en eso que te pierde, en eso que solo te destruye en silencio.
Cuando dejas lo negativo a un lado, ves lo bueno de la vida, lo bueno de tu propia vida. Y con lo bueno me refiero a un amigo, un familiar, tu mascota, un viaje, un momento, un recuerdo feliz, una canción... recuerda siempre rescatar algo de todo lo malo, y solo así la balanza va a moverse un poco y va a pesar menos del lado malo.
Puede que me digas que no hay nada bueno en tu vida, o en ti, yo tambien pensaba asi. Creía que todo estaba mal en mi, que no tenía ningún motivo para sonreír, sólo quería morir, desaparecer y olvidarme de todo. Pero bastó una sonrisa para darme cuenta de las otras sonrisas que tenía conmigo. Hay que buscar sonrisas y no ceños fruncidos, lágrimas de risas y no de tristeza. Que tu balanza de sentimientos pese más del lado bueno.
Aunque se complique, aunque se haga difícil, no lo creas imposible y busca un momento que te traiga paz y te haga sonreír. Hay días y momentos malos, pero son solo eso: días y momentos. Vas a estar bien.
Voy a estar bien, estoy bien. Dia a dia me encuentro mas, y me siento en paz conmigo misma. Me gusta la Zoey que veo en el espejo, no me asusta, no me da lastima, no la odio, sino que la acepto con todos sus defectos, errores y virtudes.
Perdí mi miedo a volar lejos de todo, y estoy persiguiendo un hermoso amanecer.
El motivo de mi sonrisa de todos los días tiene nombre y apellido: Nolan West.
Me hace reír incluso hasta por mensaje, y todas las noches me llama para desearme dulces sueños, todas las noches me encuentro esperando ese llamado que se que va a llegar. Cuando lo veo me siento bien, me siento protegida. Si sus ojos están puestos en mi se que estare bien ¡y ni hablar de cuando me sonríe!
Estoy empezando a sentirme a gusto. Ver a Nolan te recuerda a tu viaje favorito, siempre querrás volver o incluso querrás quedarte ahí un día más. Quiero quedarme aquí, me gusta este lugar.
Quiero que sonrías porque alguien te ama.
Dice el mensaje de Nolan que me acaba de llegar. También hace esto, dia a dia me recuerda hacer algo; ya sea sonreir, reir, o buscar alguna fotografía nuestra. En fin, siempre me hace sentir bien con esto que hace.
–¿Por qué estas sonriendo? –me pregunta Ruth, luego del instituto vinimos a tomar una malteada– ¿Con quien estas hablando? –no le contesto y suspira– Por favor dime que no es Jude.
La balanza pesa más del lado bueno, lo nombró y no me dolió.
–No es Jude.
–No te creo.
–Ruth, te digo que no es Jude.
–Entonces muéstrame la razón por la cual estabas sonriendo.
Trago saliva.
–Es algo que vi en internet.
–Estas mintiendo.
–No lo hago.
–Cuando mientes parpadeas muchas veces seguidas –le frunzo el ceño– Te conozco hace años, y eso haces siempre. Zoey, dame tu celular.
–No estoy obligada a hacerlo.
–Me voy a poner violenta –me río y en esa distracción me quita el celular.
–¡Ruth devuelvemelo!
Intento luchar, pero es imposible, Ruth es mas fuerte que yo y ya está revisando los mensajes. Me mira a los ojos y luego al celular otra vez, así unas reiteradas veces.
–¿Qué carajo?
–No te enojes, yo...
–No estoy enojada –sonríe– Bueno, sí un poco por haberme ocultado esto –acto seguido me tironea del pelo– Pero admito que esto me esta gustando –sonrie malevolamente– Quiero detalles sucios.
–No hay detalles sucios.
–El chico te metio la lengua hasta la garganta y eso te gusto, es obvio que hay detalles algo sucios.
–¿Cómo es posible que hayas leído tan rápido los mensajes?
–Soy experta. Además al parecer se besaron más de una vez ¡y prácticamente en mis narices! –me rio– ¿Besa bien?
–No voy a responderte eso.
–Porque besa bien, si besara mal me hubieras dicho que no.
–Te detesto.
–No es cierto –me sonríe– Estoy esperando que me cuentes todo, amiga.
–Solo si prometes no enloquecerte.
–Soy mas locura que persona. Vamos, suéltalo, quiero contarle todos los detalles a mi colega Nicholas Sparks.
Me río y niego con la cabeza.
Me encuentro contándole todo a Ruth, y estoy sonriendo porque cada palabra me lleva a cada momento con él. Mi corazón se acelera como si lo estuviera viviendo una vez más, mi piel se eriza como si Nolan me estuviera acariciando o diciendo "eres la mejor parte de mi, siempre lo has sido"
–Quiero que me adopten –dice cuando termino mi feliz relato, y me río– No, en serio ¿te das cuenta que nacieron para estar juntos?
–No lo sé...
Ruth sonríe.
–Antes me ponías cara de mala y me decias que no, ahora sonríes y me dices que no lo sabes. Es un avance, estás avanzando a algo que te hace bien desde siempre y eso me gusta, realmente.
–¿No me estoy apurando? Es decir.... ya sabes –me encojo de hombros.
–¿Te sientes bien con él? –asiento– ¿Sientes dudas? –niego. Es cierto, no estaba dudando, no como antes– Entonces no te estas apurando, Zo. Deja de pensar y déjate llevar.
–Es lo que estoy haciendo.
–Y es lo mejor que has hecho –me sonríe– Estoy muy feliz por ti, Nolan te hará bien.
–¿Y yo?
–¡Tu tambien le haces bien! Ahora entiendo porque sonríe como un idiota y porque le brillan los ojos todos los días. Menos mal... pensé que se había metido en drogas.
Me río y nuevamente siento como la balanza pesa más del lado bueno. Se que voy a estar bien.
Salimos de la confitería, y decidí dejar de hablar de mi, no porque Ruth quisiera, solo porque quiero saber como marcha todo entre ella y Killian. Me alegra mucho escucharla feliz, y cuanto más se de Killian más me gusta para mi mejor amiga. Está siempre para ella, es atento, y le da todo el cariño que merece.
Al final de todo, su primo se enteró de la relación que están iniciando, pensaron que iba a pegar el grito en el cielo, pero los sorprendió apoyándolos.
Ruth deja de hablar, y su rostro se tensa por completo, observo en la dirección en la cual está viendo y lo veo a él. Después de semanas está de pie a pocos pasos de mi, observandome detenidamente y sonriendo levemente. Quiero vomitar, y si puedo hacerlo en su cara mejor.
Mis piernas comienzan a temblar, pero es una sensación que puedo controlar. Semanas atrás me hubiera caído al suelo, o hubiera corrido a sus brazos exigiendo un por qué o exigiendo vergonzosamente amor.
Se acerca con pasos lentos hacia a mi, y es ahí cuando me doy cuenta que nos encontramos cerca de su local de tatuajes. Cuando Jude avanza hacia a mi, Ruth tironea para alejarme de él.
–Zoey, vamos... –me susurra.
–No –le digo con seguridad mirando los ojos del hombre que me lastimo. Soy capaz de hacerlo y no sentirme triste, enferma, o con miedo. Lo observo y solo quiero decirle que se vaya al carajo y se quede ahí por toda su miserable vida.
–Hola –dice sonriendo. Estoy a nada de vomitarle la cara– Te veo bien –increible como aguanto mis ganas de hacerlo.
–Si, como sea, nos vamos –dice Ruth y la ignoro– Zoey...
–Dejala, ella quiere quedarse –dice Jude. No quiero quedarme, solo quiero ver que soy capaz de decirte adiós en la cara.
–Tienes razón, quiero quedarme –digo y sonríe– Quiero ser capaz de decirte muchas cosas en la cara, asi como tu nunca fuiste capaz de hacerlo conmigo. Alguien tiene que ser el hombre una vez ¿no? –Ruth se ríe bajito.
–Zoey, yo... yo quise hablarte, solo que no supe como.
Me río.
–Excusas baratas de una persona que no vale la pena –me sorprendo de mi misma y me gusta– No vales la pena, Jude.
–No piensas eso.
–Te lo estoy diciendo.
–Pero estas mintiendo.
–Eso es lo que te gustaría ¿no? pero por suerte no estoy mintiendo.
Jude suspira y niega con la cabeza.
–Lo siento.
–Tu si estas mintiendo. Eres una maldita mentira –niego con la cabeza, sin dejar de mirarlo a la cara– Todo vuelve, Jude ¿sabes eso? No te deseo el mal porque fui educada para no hacerlo, pero tu te lo estas buscando solo.
–Quiero recompensarte.
–Vete a la mierda, entonces. Solo asi me recompensaras un poco.
–Zoey, por favor... intentémoslo una vez más.
Me rio.
–¿Y tu novia?
–No es mi novia, ella me... me dejo.
–Me alegro entonces, eres alguien malo y tóxico.
Me mira a los ojos y antes hubiera reaccionado como una tonta enamorada, ahora lo observo sin emoción alguna.
–Zoey, quiero intentarlo, en serio.
–Yo no quiero, quiero que te vayas a la mierda y te quedes ahí por siempre. Ese es tu lugar, eso es lo que eres. Necesitaba esto, verte y ser capaz de decirte todo esto en la cara. Me sorprende que todo haya sido tan rápido, pero me alegra. Soy feliz de decirte que te vayas al carajo y no sentirme mal por eso, te veo y solo quiero vomitarte en la cara, quitarme finalmente lo poco que siento por ti.
–Bien.
Dice entre dientes y sonrío. Me siento realmente bien conmigo misma.
–Si, bien.
–Espero que seas feliz.
–Lo soy.
Frunce el ceño.
–¿Ya tienes otro?
–Eso no es de tu incumbencia.
–Que fácil me reemplazas.
–Mira quien lo dice –me río– Hazme el favor de correrte de mi camino de una vez, tengo que acompañar a mi mejor amiga a comprarse ropa y tu me estás estorbando. Por suerte ya no me molestaras mas, me quite un gran peso de encima. Adiós, Jude.
Y dicho esto lo empujo, mi mano hace contacto con su cuerpo y nada siento. Caminamos y Ruth lo mira para enseñarle el dedo del medio y luego felicitarme por el valor que tuve.
Se cerró un capítulo, adiós a Jude, adiós a la sensación de tristeza, de odio, y miedo. Hola a todo lo que me hace bien.
Es hora de escribir un nuevo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro