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CAPÍTULO 32

¿Recuerdas la sensación que tenías cuando eras niño y dabas vueltas hasta marearte?

O bueno, yendo más al presente, si alguna vez estuviste ebrio, también entenderás de qué hablo.

Así me siento cuando pienso en Nolan. Doy vueltas, no dejo de hacerlo y me mareo. Me mareo en sentimientos, recuerdos, momentos, imagenes, trato, lo que sea. Todo lo que tenga que ver con él, me hace dar vueltas hasta marearme.

Quiero bajarme de este carrusel que no deja de girar, que no deja de confundirme con sus imágenes borrosas. Quiero que pare, y cuando parece que va a pasar, vuelve a dar una vuelta sorpresa.

Las imágenes que se presentan en mi cabeza, son de Jude y Nolan. Como si uno representara mi enfermedad, y el otro mi medicamento. Uno me empuja hacia la nada misma, y el otro me ofrece su mano. Uno me mira sin mirarme, si es eso posible, y el otro me sonríe, haciéndome sentir única.

Podria correr hacia los brazos que quieren salvarme, pero para eso tengo que estar segura de lo que siento, de quien soy, de lo que estoy a punto de hacer. Porque si hago un paso sin estar segura, voy a hacerle mal a alguien.

¿Cómo saber qué es lo que siento si estoy en un carrusel que no deja de dar vueltas? ¡Podría vomitar!

Hasta que no deje de dar vueltas, no podré dar un paso hacia una dirección. Y debo decir que me aterra del paso que daré próximamente, porque puedo caer al abismo o puedo simplemente salvarme.

Mientras yo daba vueltas, el tiempo a mi alrededor seguía avanzando. Había llegado el cumpleaños de Ruth, y como todo cumpleaños de mi mejor amiga, el festejo no se puede dejar para otro momento.

Las cosas en su casa seguían estando un tanto difíciles, más allá de que sus padres le hayan dicho que podía festejarlo ahi Ruth se negó, y me pregunto si podian venir a casa.

No hubo problema con ello, cuando de Ruth se trata, muchas veces es una Orwell más. La conozco de toda la vida, y mis padres la adoptaron de cierta forma.

En casa nos habíamos reunido los amigos de siempre, y alguna que otro familiar de Ruth, mas que nada sus primos. Y por supuesto, la presencia que todos estábamos esperando; Killian ¡por fin lo íbamos a conocer!

–¿Podemos jugar a una ronda de yo nunca? –propone la cumplañera.

Antes de proponer este juego, Ruth le pregunto a mis padres si no había problema con ello, y claro que dijeron que no. La típica de "mientras estén aquí, pueden hacerlo. Estamos tranquilos"

–Detesto ese juego –dice Isabella, la prima de Ruth– Siempre termino en el baño vomitando.

–Te apoyo en eso –le digo.

–¡Vamos, chicas. No sean tan flojas! –grita Ronny, y Ruth le aplaude dándole la razón.

Finalmente todos optamos por jugar, más allá de las quejas la cumplañera no aceptó un no, con la excusa de "es mi cumpleaños" Apenas pasaba de medianoche, esto va a terminar mal.

Y el juego comenzó, todos riendo, burlandonos, o quejándonos de aquellos que no bebieron cuando les correspondía.




No se cuantas rondas fueron, pero creo que fueron lo suficiente como para ya sentirme mareada.

¡Que gracioso! Ahora mi cuerpo siente la misma sensación que mi mente, estoy dando vueltas y cabe aclarar que estoy sentada. Los efectos del alcohol no suelen ser muy divertidos.

Me encuentro riendo por algo que dijo Ronny, no recuerdo que, lo único que sé es que sonó demasiado estúpido y más en su estado en el cual las palabras se le arrastran.

Dejó de reír cuando veo a Isabella riendo con Nolan. Siento un malestar en mi estómago cuando los veo con demasiada buena onda, quiero vomitar y pienso que es por el alcohol. Los efectos están llegando.

Me cruzo de brazos y deje de estar feliz, riendo por cualquier cosa, ahora me siento molesta, realmente enojada y no sé por qué.

–¿Dolió? –me pregunta Ruth sentándose a mi lado, y la observo con el ceño fruncido.

–¿El qué?

–Que te haya picado el bicho de los celos –se ríe aplaudiendo como una foca, se burla de mí, pero no le encuentro la gracia– ¡Te pico el bicho de los celos!

Grita y capta la atención de Nolan.

Te detesto, Ruth.

Nolan me observa con ojos interrogantes, pero solo por un breve momento, luego se sigue riendo con Isabella. Estuvo toda la noche con ella, a mi solo me hablo para hacerme una que otra broma y ya.

Ruth inventa una canción de mis supuestos celos, y Killian, que es el más sobrio de todos, me sonríe y la aleja de mi. Suficiente alcohol para Ruth.

Nolan me sigue mirando mientras habla con Isabella, y me siento más molesta aún. Que deje de mirarme cuando habla con ella.

Bien ¿qué es esto? ¡Estoy girando otra vez y más fuerte aún! Y estoy segura que no es por el alcohol. Simplemente odio esta sensación, me odio, odio a Isabella. Bueno... no me hizo nada, siempre fue buena conmigo ¡detente, Zoey!

Me levanto furiosa de mi lugar, tambaleando y me dirijo al baño. Necesito calmarme, necesito agua fría ¡necesito bajarme del carrusel!

Entro al baño y me mojo la nuca con agua fría, casi helada a decir verdad. Mi cuerpo responde ante tal sensación y luego me mojo un poco la frente. Me observo al espejo y me arreglo el maquillaje corrido, parezco un jodido mapache.

Respiro profundamente una, y otra vez, intento calmarme, intento dar menos vueltas de las que ya estoy dando, me mentalizo en estar bien, me pregunto por qué estoy molesta, Nolan es mi amigo... nada más.

Salgo del baño y me choco con la persona que más me está mareando. Nolan me observa y sus manos se posan en mis hombros desnudos. Su tacto me hace temblar ¿desde cuando es así?

–¿Qué? –le pregunto molesta.

–¿Estas bien?

–Eso no es de tu importancia.

Nolan frunce el ceño, yo también me miraria asi. No entiendo por qué le hablo de esta manera.

–Claro que lo es.

Aparto sus manos de mis hombros.

–¿Te aburriste de Isabella que vienes por mi?

Nolan me observa detenidamente y finalmente sonríe.

–¿Estas celosa?

–Eres un idiota –quiero alejarme de él, pero Nolan se pone en mi camino– ¿Puedes apartarte?

–Lo haré cuando admitas que estas celosa.

Me rio.

–Pues sigue esperando. No estoy celosa, eso es ridículo.

–No lo es. Creo que me gusta.

Lo empujo y se ríe.

–¡Eres un idiota, Nolan!

–Si, ya lo has dicho.

–Bien, ahora déjame salir.

Se interpone en mi camino una vez más.

–¿Y si no quiero?

–Quieras o no, déjame salir.

–Ya no soy un niño, ya no te hago caso en todo.

Ahí está esa maldita mirada intimidante. Mi cuerpo reacciona y tiembla, siento nervios.

Quiero esquivarlo, correr lejos de él, pero Nolan me acorrala contra la pared y mi cuerpo tiembla aún más.

–¡¿Qué estás haciendo?! –me quejo y sonríe.

–Nada.

–Bueno, tu nada no me gusta.

–Entonces, ¿por qué estas nerviosa?

Nolan sonríe y sus manos se posan en mi cintura, trago saliva y mis nervios crecen al ver que no tengo salida.

Bien, el alcohol logra que Nolan deje por completo a su parte tímida ¿quién es este chico?

–Nolan...

–No digas nada.

Nuestras respiraciones se aceleran.

–Esto... esto no está bien.

–Se siente bien para mi.

Su boca está a centímetros de la mía.

–Estas ebrio.

–Es lo que quiero hacer sobrio cada vez que te veo, pero el alcohol me da finalmente el valor que necesito...

Sus manos se entierran en mi cintura y me acerca aún más a él.

Una parte de mi, un gran enorme porciento de mi persona... está disfrutando de esta cercanía.

–Mañana...

–No me arrepentire de esto nunca, incluso si tu lo haces... –me interrumpe.

–No quiero que sientas que te uso.

–No me estarías usando, se que quieres esto –me mira a los ojos– Dime que no quieres esto. Dime que no y me alejo, lo prometo. Aunque me cueste... –sonríe y no le respondo– Dimelo, Zoey.

Lo miro a los ojos, miro sus labios y así repetidas veces. Mi corazón se acelera, mi respiración también.

Hazlo. Una voz en mi interior me lo grita una y otra vez. Hazlo, Zoey.

Pongo mis manos en su nuca y lo acerco a mi, sus labios tocan los míos y cuando su lengua hace contacto con la mia, dejo de dar vueltas en el carrusel. Ya no estoy girando, no me siento mareada, solo siento que estoy volando y con él a mi lado, no tengo miedo de caer.

Nos besamos, me olvido de todo, de Jude, de mi corazón roto, de la sensación del alcohol y disfruto de su beso, de como su lengua acaricia la mia con intensidad.

–Realmente no me arrepentire de esto.. –dice entre besos y quiero decirle que yo tampoco, pero no lo hago, solo lo beso una vez más. Supongo que esa es mi respuesta.

Yo tampoco me arrepentire de esto.

<>

¡VAMOS LAS PUTAS! (perdon) Jajajaja. Mientras las personas normales estan haciendo previa para irse de fiesta, yo estoy feliz por este beso. Estamos felices no? Vos, yo, tu hermana, tu vecina, tu prima, todos! (ahre) (perdon si el capitulo fue algo corto, pero queria que este momento pasara de una vez)

Espero que les haya gustado como a mi, y mejor que se preparen para los proximos momentos...

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