Nolan;

Tu mensaje me sorprendio, es decir... no lo esperaba porque ya no hay nada que perdonar cuando te perdone todo, y lo hice por el cariño que te tengo, porque no me gustaba la idea de dejar rencor cuando viví los mejores momentos contigo.

Agradezco el respeto de tu mensaje, porque se de quien me hablas, se a que te refieres, lo dijiste sin decirlo y eso provoca otra sensación en mi. Supongo que ya pude acostumbrarme a esto, y no duele tanto. Puedo vivir con esto, asi que tu tienes que hacerlo también.

Se que nada fue con malas intenciones, todo fue inesperado y de sorpresa, se que no estaba en tus planes que esto pasara, y por eso no tienes la culpa. Ya te lo dije, aquí nadie tiene la culpa de nada, solo es algo que tenía que pasar porque así estaba escrito. Lo que ya está escrito, no se puede cambiar. Muchas veces somos nosotros quienes escribimos, pero el destino siempre nos sorprende, y nos guste o no hay que lidiar con ello.

Por más que ocultes o niegues la verdad, la misma sale a la luz tarde o temprano. Tu verdad ya la conoces, y ahora estás cargando con todos los sentimientos que te trae. Uno de esos sentimientos es la culpa hacia mi, y no quiero que la sientas, porque yo no te odio, no te desprecio, ni nada de eso. Me dices que no fuiste honesto conmigo, cuando en realidad lo fuiste, solo que no sabias esa verdad que estaba en tu corazón.

No puedo aconsejarte en cuanto a Zoey, me disculpo por eso, pero no me sale. Lo único que espero es que no sufras demasiado, y que logres ser feliz. No vuelvas a ignorar jamás el llamado de tu corazón, porque si lo haces estarás tan perdido como ahora.

Espero que te encuentres y estes bien, es todo lo que pido. Recuerda que el amor es una guerra, y si te das por vencido... ya te das por muerto. Recuerda que después de la lluvia, sale el sol, y muchas veces un hermoso arcoiris.

No me respondas este mensaje, no me agradezcas nada, ni nada por el estilo. No quiero sonar grosera, pero no me vuelvas a escribir... te quiero, pero aun me debilitas.

Cuando me sienta realmente bien y completa, te escribire, lo prometo. Mientras tanto, encuentra tu paz y se feliz, Nolan.

Dejale mis saludos a los chicos allí, y a tu familia. Dile al profesor Walden que echo de menos sus clases de literatura.

Te quiere, Maddie.

Leo el mail de Maddie y me siento un poco mejor. Creí que no iba a recibir respuesta, pero acabe de leer una, y una respuesta bastante comprensiva a decir verdad, así que debo respetar y comprender su espacio. No mas mensajes para Maddie, no más llamadas, no mas nada. Así que borro su número, su mail, borro todo lo que me lleve a ella y esperare a que algun dia me hable, y espero que ese dia ella este feliz, se lo merece.

Las líneas se dibujan, se muestran claras y precisas, para luego borrarse, desvanecerse... otra vez. Asi continuamente, y no logro acostumbrarme. Creo que jamas me acostumbrare.

Me pregunto cómo hubiera sido aceptar la verdad sin Jude en el medio. Quizás hubiera sido menos complicado. Pero la realidad es otra, así que debo dejar de soñar con un qué hubiera sido si... y aceptar esta realidad. Aunque apeste, duela y moleste, yo me lo busque al ignorarlo todo.

Cuelgo mi mochila en el hombro, y me preparo para un nuevo dia. Un nuevo y jodido dia.

Una vez en el instituto, me dirijo a la clase de lenguaje, y como es una clase que comparto con Ruth, me siento a su lado.

–¿Un mal dia para ti? –le pregunto al ver su ceño fruncido y triste.

–Pasando la etapa de padres a punto de separarse.

–Oh... lo siento.

Ruth se encoge de hombros.

–Supongo que no veo la hora de que pase, asi ya no escucho sus gritos, y peleas en las que siempre termino en el medio –se ríe negando con la cabeza, y sus ojos se llenan de lágrimas. Quiero abrazarla, pero se me niega– Si me abrazas, llorare como una niña y nadie quiere ver eso.

–Pero llorar te aliviará, Ruth.

Me mira, sonríe y seca las pocas lagrimas que caen sobre su rostro.

–Tu cara no es de buen dia tampoco.

–Mi tema no se compara al tuyo.

–¿Qué tema?

–No quiero traerte mis tontos problemas.

–Quizás tus problemas me hacen sentir menos miserable.

Se ríe, y me hace reir a mi.

–De todas formas no es algo que pueda hablar contigo.

–¿Por qué no?

–Simplemente porque no.

Ruth se posa como si fuera una investigadora profesional y me rio. Me gustaría que el profesor llegue y la interrumpa.

–No puedes hablarlo conmigo porque... A es un tema de hombres –me río– No, no es eso. Mmm... –abre sus ojos– No puedes hablarlo conmigo porque soy la mejor amiga de tu problema –agacho la cabeza, y Ruth aplaude– Soy una genia, gracias muchas gracias.

Me río y niego con la cabeza.

–Callate.

–Puedes confiar en mí, no le diré nada. Además... no estamos pasando mucho tiempo juntas.

–¿Y eso por qué?

–Creo que es más que obvio.

Jude.

–Me parece estupido que te deje de lado por Jude.

–Bueno, no me deja de lado. Anoche me invitó a dormir a su casa porque sabía que necesitaba un poco de silencio, y lloró conmigo mientras me escuchaba –sonríe– No dejó de ser mi amiga, siempre tengo un mensaje preguntándome cómo estoy, pero solo eso... un mensaje. Los únicos tiempos en los que estoy con ella, son aquí, en el instituto. Los fines de semana, es de Jude. La echo de menos...

–Tienes que hablarlo con ella.

–Podría, pero no puedo reclamarle nada. Yo le hice lo mismo cuando salía con Oliver, y Zoey siguió estando para mí, incluso cuando él me rompio el corazon. Así que, apoyo a mi amiga en esto, aunque Jude sea un idiota.

Se ríe.

–¿Sigue sin agradarte?

–Digamos que es una persona que no me provoca nada, ni odio, ni simpatía. Solo se que si le hace algo a mi amiga, dejara de tener pelotas –me rio, y me sonríe– Cuando te cases con Zoey ¿puedo ser la madrina de uno de sus hijos?

–Eso no va a pasar.

–¡Claro que va a pasar! Tienen que estar juntos, si Zoey es tu novia, yo estaría tranquila... aunque claro, también te cortaría las pelotas si algo le haces, pero se que no serias capaz.

–¿Cómo lo sabes? La trate mal más de una vez..

–Pero solo la hiciste enojar, y tuve que escuchar sus insultos hacia ti –la miro y asiente.

El profesor entra al salón de forma apresurada, disculpándose por su tardanza. Una vez que se acomoda, y deja de estar agitado, la clase comienza.

En la hora del almuerzo, observo a la distancia a Bianca y Ronny, ambos manteniendo su almuerzo a base de risas, sonrisas y abrazos, al lado de ellos esta Zoey, sonriéndole al celular.

–Somos el duo de los fracasados –me dice Ruth, parándose a mi lado y haciendome reir.

Nos sentamos en la mesa junto a ellos, pero evidentemente no nos notan demasiado. Siguen en su mundo de color, de alegría y de risas, mientras que Ruth hace caras que me hacen reir.

–¡Amor! –le grita feliz Zoey al celular– Espérame... iré al baño asi puedo hablar mejor.

Nos sonríe, se pone de pie y sale corriendo al baño. Suspiro y aparto mi bandeja con comida, mi apetito se fue así de la nada.

Ronny nota esto, y le hace señas a Bianca, ella asiente y ahora todos parecen poner atención a mi. No se si eso sea bueno.

–Tal vez... lo mejor sea olvidar, amigo –me dice Ronny.

–¿Olvidar? –me río– Desde los cinco años vengo sintiendo algo por ella, incluso cuando no sabía que era. Luego cuando lo supe, lo oculte. Ahora que lo admití, como querían ¿me tengo que olvidar? –me vuelvo a reir– Estas mas que claro que no puedo olvidarme de ella. Y no quiero poner otra persona en mi vida pretendiendo que la amo, y que nada siento por Zoey, eso no es justo –miro especialmente a Bianca, ya que es amiga de Maddie, y me asiente.

–A Nolan le costó reconocer sus sentimientos –dice Bianca– No puede ahora simplemente olvidarlos –asiento dándole la razón– Solo tiene que aprender a vivir con ello.

–Y morir en el intento –agrego.

–No sabes el final que tendrá todo esto –me dice Ruth.

–No terminare con Zoey, Ruth.

–¡Dejame soñar! –su grito exagerado me hace reir.

–Tienes razón, no se como terminara esto, nadie lo sabe. Lo único que sé es que duele como al mierda, y que nada puedo hacer.

–Me dijiste que pedirle perdón a Maddie te hizo sentir más aliviado–dice Ronny, y Bianca asiente – Si le dices a Zoey lo que sientes...

–Estás loco –le digo.

–Puedes callar tus sentimientos, pero no tus acciones y en tus acciones está la verdad.

–Que profundo... –dice Ruth.

–Lo sé –Ronny sonríe.

Zoey vuelve a la mesa, con sus mejillas sonrojadas y sonriendo más de cuando se fue al baño. Me mira, y le sonrío. Solo le sonrio porque su sonrisa es contagiosa, incluso cuando esa sonrisa produce un dolor en mi.

Cuando miro a Ruth se encoge de hombros, y hago su mismo gesto.

–¿Qué haremos para mi cumpleaños? –pregunta Bianca, calmando la tensión que hay y se lo agradezco. Por suerte no me odia, al menos no tanto como lo esperaba.

–¿Quieres que te lleve, bebé? –la voz familiar de Ruth llega a mis oídos, me encuentro esperando el autobús para ir a casa, y se que ella está en su auto. Cuando me volteo, veo que no está sola, está acompañada por Zoey quien se ríe de su broma. Ruth me hace una mueca como si me estuviera pidiendo perdón y yo solo me encojo de hombros.

–Depende –le digo.

–¿Le pagaremos bien? –le pregunta a Zoey y ella vuelve a reír.

–Eso depende de sus servicios.

–Tiene cara de hacerlo duro –largo una fuerte carcajada– Se que detrás de esa cara de tierno se esconde un león.

–Como diría Paul, es el poder de ser un West.

–¡Ya cállense las dos y llévenme a casa!

–Que fácil eres.

Me vuelvo a reír, y me subo a la parte trasera del auto.

Al menos el viaje se mantuvo entre risas, bromas, y más risas. Eso hizo que todo sea menos tenso e incómodo. Además, cabe aclarar que me gusta ver a Zoey reír por una de mis bromas.

Cuando Ruth deja a Zoey, me paso al asiento del copiloto y conduce hasta mi casa, aunque no sea un largo trayecto.

–Si necesitas hablar con alguien, puedes hacerlo conmigo –me dice al llegar– Recuerda que somos el duo de los fracasados.

Me río y asiento.

–Lo mismo para ti, Ruth –asiente sonriendo– ¿Segura estarás bien en casa?

–No iré a casa, iré a lo de una tia. Me gusta escaparme de los problemas.

–Ojala pudiera hacer lo mismo.

–No, amigo, no puedes escaparte del corazón.

–Eso es una mierda.

–Todo lo que tenga que ver con el amor, lo es en partes. Ahora bajate de mi auto, y deja de llorar.

Me rio y me despido de ella. Recién cuando bajo del auto de Ruth noto que en el garage está estacionada una camioneta negra con el logo del estudio de modas de Nathalie.

Entro a la casa, y veo unos cinco modelos, todos masculinos, las únicas mujeres son Nathalie y su asistente. Ambas me sonríen saludándome con la mano, y les devuelvo el saludo para dejarlas en lo suyo.

En la cocina está Paul, con cara de enojado mientras toma su café de todas las tardes.

–¿Has visto a esos modelos? –me pregunta y me rio.

–Si, y me siento el hombre más horrible del mundo.

–¡Tu madre está rodeada de esos malditos modelos dia a dia!

Me vuelvo a reír y me sirvo yogur.

–Es su trabajo, Paul.

–Mi trabajo es estar rodeado de niños, y ella de modelos.

–Mamá tiene ojos solo para ti, aunque te estés cayendo a pedazos.

–¿Gracias?

–No hay por qué –me rio– De todas formas, ¿por qué están aquí?

–Porque hubo un problema en el estudio.

Nathalie entra a la cocina sonriendo y cantando una feliz cancion, cuando ve a Paul deja de cantar y le hace pucheros para hacerlo reír, pero Paul no se ríe.

–Mi amor no estes asi...

–¿No puedes tener otro trabajo? –pregunta como un niño molesto– Bien, eso sono egoista. Es lo que te gusta y debo aceptarlo.

Se cruza de brazos y Nathalie sonríe.

–Me gusta mi trabajo, si y te amo a ti, Paul. No te cambiaria por esos modelos, no te cambiaría por nada.

–Pero te miran mucho y eso me molesta.

–No me miran como tu lo haces –lo abraza– Además, estoy algo vieja para ellos.

–A ellos les gustan las mujeres con experiencia, y tu estas buena.

–Carajo... –digo y se ríen.

–Me dan igual esos modelos. Si quieres... hoy puedo usar el disfraz de diablita.

–Hola, estoy aquí –se vuelven a reír.

–Sabes que con ese disfraz me gusta duro.

Pongo cara de asco, Paul lo nota y se ríe.

–Lo sé.

–¿Puedo ir a dormir a la casa de Ronny? –se rien– Me llevo a Hope.

–No, me encargare de que lo escuches todo –me dice Paul y Nathalie larga una fuerte carcajada.

–¿Por qué me tuvieron que adoptar unos jodidos sexopatas? –pregunto de forma exagerada, pero ninguno se ríe– Estoy bromeando.

–Tus bromas no nos dan risa –dice Nathalie.

–¿Y crees que escucharlos teniendo sexo me da risa? –ahora si se rien y me acerco para abrazarlos– Los amo, y lo saben.

Claro que los amo, me dieron los mejores momentos de niños y me lo siguen dando ahora. Solo que de grande entiendo las cosas que de niño no, y con eso me refiero al sexo.

Los amo por darme esta vida, y los amo por traer a Zoey a mi vida. Si ellos no me hubieran adoptado, jamás la hubiera conocido.

Y aunque hoy la este pasando algo mal, siempre estaré agradecido con la vida por poner a Zoey en ella. Por ponerme a Paul y Nathalie.

Siempre se puede rescatar algo bueno entre tanta mierda. Siempre hay algo de color en tu momento gris. Solo hay que saber verlo.