Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Una nueva vida para Broly

Tras la partida de Goku del planeta Vampa, Broly, Cheelai y Lemo se quedaron en silencio por unos momentos, sintiéndose realmente agradecidos por aquel inesperado gesto de buena voluntad que había tenido éste con todos ellos.
Broly miró al horizonte mientras en su interior él también albergaba un fuerte deseo de volver a enfrentarse a aquel extraño hombre que parecía sobrepasar lo inimaginable y todo lo que era conocido para él.
—La próxima vez que nos encontremos, Goku, habré mejorado y con un poco de suerte también habré conseguido controlar mi poder. Te prometo que tendremos un encuentro grandioso—pensó, emocionándose ante aquella perspectiva.

—¡Creo que ya va siendo hora de empezar a instalarnos en nuestra nueva casa!—interrumpió la soldado, mirando a Broly sonriente mientras le arrastraba por el brazo hasta el hogar que les había proporcionado el saiyan antes de desaparecer, cortando de esta manera sus pensamientos.
El poderoso guerrero por su parte, esbozó una tímida sonrisa ante esa muestra excesiva de entusiasmo. Él por lo general no era un hombre de muchas palabras y tampoco se caracterizaba por ser demasiado sociable a causa de todo lo que había tenido que vivir en soledad, pero de alguna manera, aquellas dos personas que lo habían arriesgado todo por él le habían marcado profundamente. Gracias a ellos ahora podía tener una nueva vida, alejado de la nociva influencia que Paragus había ejercido sobre él durante todos aquellos años.

—Oye ¿qué te pasa?—le preguntó Lemo mientras trataba de captar su atención mediante gestos de la mano—te veo ausente, como si estuvieras en otro mundo. ¿Va todo bien?—

—Estaba pensando en mi padre-contestó Broly sin perder la calma—tal vez pueda pareceros absurdo pero a pesar de todo, yo no quería que acabara de esa manera. Yo le quería y le respetaba.—

—Es algo muy normal. Al fin y al cabo era tu padre y la única persona con la que creciste y te relacionaste—respondió Lemo con suavidad— pero si lo piensas de otra manera, tú vida ha cambiado a mejor ahora que no está. Sin él tienes la oportunidad perfecta para poder llevar la vida libre que siempre te mereciste, sin collares eléctricos ni imposiciones absurdas—

—Eso es. Por muy duro que suene, con el tiempo terminarás pasando página y te olvidarás de Paragus de una vez por todas—asintió Cheelai posicionándose frente a él y mirándole con seriedad—por lo poco que pude llegar a conocer de él, sé que no se merecía el aprecio que le tienes. Se aprovechó de ti durante todos estos años para convertirte en una máquina de guerra y usar tu potencial en su propio beneficio ¿qué clase de padre le hace eso a su propio hijo?—

—Por lo menos ya no podrá molestar más—intervino Lemo mientras registraba la nevera en busca de algo de comida que llevarse a la boca—¡eh, mirad lo que he encontrado!—exclamó mientras sacaba un pollo congelado que Broly miró con sumo interés, haciéndole olvidar el espinoso tema del que estaban hablando, el cual le había causado un profundo malestar por las duras críticas que le habían hecho a su padre, aunque se negaba a reconocerlo frente a ellos.

—¿Y eso qué se supone que es?—preguntó extrañado, sin reconocer aquel alimento.

—Es muy fácil, se trata de...—el de piel anaranjada se quedó pensativo por unos segundos mientras se rascaba la cabeza—Cheelai ¿tú sabes qué demonios es esta cosa?—

—Pues la verdad es que no. No tengo la menor idea—ella se encogió de hombros mientras negaba con la cabeza—pero a decir verdad, tiene una pinta deliciosa ¿no creéis? ¿Por qué no lo probamos y salimos de dudas?—

No hizo ninguna falta tener que repetir la propuesta. Broly no tardó en abalanzarse sobre la nevera de donde sacó más provisiones, y se dedicó a comer todo lo que pudo hasta saciarse, mientras la mujer de pelo blanco le sonreía, feliz de poder estar por fin a su lado. Aquel enigmático hombre tenía algo especial para ella, y de alguna forma podía percibir que entre ambos se había creado una conexión instantánea desde el primer momento. Un pensamiento que, sin saberlo, compartía con él.

—Ahora me gustaría empezar a entrenar seriamente, si no os importa—intervino Broly cuando todos terminaron de comer—mi objetivo a partir de este momento será tratar de mantener mi ira a raya y ser capaz de transformarme sin perder el dominio sobre mí mismo.—

Lemo y Cheelai le miraron intrigados, y al mismo tiempo orgullosos por aquella decisión que él había decidido tomar. Sabían que aquel hombre todavía tenía mucho potencial en su interior que merecía la pena ser sacado a la superficie y ser pulido para que él pudiera llegar a convertirse en un guerrero perfecto y formidable, capaz de vender a todo aquel que se atreviera a desafiarle.

—Nosotros estaremos a tu lado en todo momento para ayudarte si es necesario, no te preocupes—sonrió ella, apoyando su mano en uno de los brazos de su nuevo amigo para animarle—

—Muchas gracias—el saiyan le dedicó una sonrisa antes de salir al exterior de aquel planetoide, que en aquellos momentos transmitía una inusual calma y tranquilidad.
A lo lejos pudo llegar a vislumbrar la silueta de su antiguo amigo Bah, que se movía a sus anchas por aquel lugar sin prestarle la más mínima atención, como llevaba ocurriendo desde que su padre decidió arrancarle la oreja de cuajo para alejarle de él y obligarle a centrarse en sus entrenamientos. Los recuerdos traídos por la nostalgia comenzaron a arremolinarse en su mente hasta que adquirieron la suficiente nitidez como para causar un profundo sentimiento de rabia e impotencia en el interior de Broly, que poco a poco empezó a descontrolarse y a desatar todo su poder ante el hecho de que su mejor amigo nunca más volvería a acercarse a él por culpa de las acciones crueles de Paragus.

—Oye, creo que está volviendo a enloquecer otra vez—susurró el de piel naranja en un tono de voz preocupado mientras observaban a lo lejos como su cuerpo estaba comenzando a convulsionar y a desprender grandes cantidades de energía. —Creo que ha sido por ver a esa especie de bestia—

—¿Te acuerdas de lo que nos contó cuando estábamos en la nave de Freezer?—respondió la mujer con el semblante entristecido—Perdió a su única amistad por culpa de su padre y ahora al verlo de nuevo, está sintiendo toda esa rabia y melancolía reconcomerle por dentro. ¡Pobre Broly, lo que habrá tenido que aguantar todos estos años por culpa de ese viejo manipulador!—
Una sucesión de gritos rabiosos les sacó en aquel instante de sus pensamientos y ambos soldados pudieron ver a Broly fuera de control, transformado de nuevo en el súper saiyan legendario, y comenzando a arrasar con todo lo que se iba encontrando por el camino, sin ningún tipo de razonamiento.

—Yo me encargo de esto—la peliblanca le guiñó un ojo a Lemo mientras echaba a correr en busca de su amigo para devolverle a la normalidad, sabiendo que ella, tal vez podría ser la única persona que podría lograrlo. Y en efecto, en poco menos de diez minutos, ella consiguió mediante palabras tranquilizadoras y  gestos agradables, aplacar su temperamento y mantener a raya su instinto destructivo, haciéndole regresar de nuevo a su estado habitual.
Lemo desde la distancia suspiró aliviado ante aquel rápido desenlace y se apresuró a ayudar a su amiga a cargar con el semi inconsciente saiyan para que pudiera descansar durante un rato en su cama y recuperase todas sus fuerzas.

—¿Crees que podremos conseguirlo?—le susurró a Cheelai, con ciertas dudas—¿Podremos llegar a conseguir que sepa controlarse por sí mismo sin que nosotros tengamos que intervenir?—

—Confía en él—asintió ella— Puede que le lleve un tiempo, pero estoy totalmente convencida de que es capaz de hacer eso y mucho más, ya lo verás.

~
Mientras tanto, en otra parte del universo...

Freezer estaba sentado en su trono mirando a través de la ventana de la nave espacial, con el rostro congestionado a causa de la ira por haber sido derrotado de nuevo por esos estúpidos simios. Y por si eso no fuera poco, todos los planes que había trazado para llegar a ser cinco centímetros más alto, habían sido frustrados de forma estrepitosa por los dos reclutas que habían escapado, lo que había dado lugar a que algunos de sus hombres empezaran a reírse de él a sus espaldas, los cuales, naturalmente ya no vivían para poder contarlo.
Aunque de todo lo malo que podía contar sobre su breve incursión a la Tierra, lo peor para él había sido descubrir que sus enemigos más odiados, Goku y Vegeta, habían logrado fusionarse entre sí, multiplicando aún más su su poder hasta llegar a superar nuevos límites que él jamás habría pensado ver jamás en esa raza.

—¡Serán tramposos!—pensó el tirano, rabioso, mientras veía como Berryblue, la mujer que siempre había permanecido a su lado sin temor a decirle lo que pensaba en todo momento, le observaba con ojos burlones y curiosos por aquella actitud tan malhumorada que estaba exhibiendo.

—Te ha salido muy mal la jugada Freezer y bien merecido que te lo tienes—le regañó ella con una sonrisa sarcástica — antes de actuar, debiste haber pensado con más detalle las consecuencias que podría traerte el hecho de querer despertar a la bestia que ese chico ocultaba en su interior, ¿no te parece?—

—Berryblue...— Kikono la miró con ansiedad, tratando de silenciarla. Conociéndola como lo había, sabía que no iba a acabar allí. Tenía la lengua demasiado afilada y ningún filtro a la hora de dejarle claro al emperador cuáles eran sus puntos de vista en cada situación a la que se enfrentaban.

—Cometiste un gran error al matar a Paragus. Tu imprudencia puede costarte un nuevo enemigo para el imperio, y eso no te conviene en absoluto. Nuestro ejército ahora mismo no está en su mejor momento y no nos podemos permitir más bajas ¿recuerdas? Por esa misma razón estamos buscando como locos nuevos reclutas por todo el universo...— continuó la mujer, sin hacerle el menor caso al científico.

—¡Berryblue, haz el favor de dejar de hablarle así al señor Freezer!—gritó Kikono casi al borde del infarto, temiendo que en uno de sus habituales arrebatos de ira provocados por cualquier crítica que pudiera recibir hacia su persona o hacia las decisiones que tomaba, el tirano arrasara con todo lo que pudiera encontrar a su paso.

—Tranquilízate—sonrió Freezer tratando de apaciguarle, antes de dirigirse a la mujer— os aseguro que Broly no será ninguna amenaza para nuestros intereses. Dejaré que los dos fugitivos que le acompañan logren domesticarle y controlar su inmensa energía, durante todo el tiempo que sea necesario. Y una vez que el trabajo sucio esté hecho, mi intención será reclutarle como uno de mis nuevos soldados de élite. Siendo un guerrero más dócil y menos inestable en sus combates, estoy convencido de que lograremos aumentar nuestras conquistas, triplicaremos los beneficios y de paso, también liquidaremos de una vez por todas a Son Goku y al traidor de Vegeta—

—Claro, lo que tú digas, Lord Freezer—asintió Berryblue de forma indiferente—por cierto, hablando de guerreros poderosos... hay algo que llevo tiempo queriendo preguntarte—

—¿De qué se trata?—pregunto el changlong con interés—

—¿Nunca se te ha pasado por la cabeza, recuperar a tus antiguos hombres? Zarbon, Dodoria y tus fuerzas especiales eran de los hombres más competentes que teníamos bajo nuestro mando ¿Por qué no les devuelves la vida a ellos en lugar de buscar por el espacio a más reclutas sin experiencia alguna? Estoy segura de que todos ellos podrían contribuir a mejorar el pésimo nivel que tienen ahora la inmensa mayoría de tus soldados.—

Kikono por su parte, y tras escuchar aquellas palabras, estaba otra vez tembloroso y cubierto de sudor. El corazón le latía a mil por hora cuando se hizo el silencio en la sala, temiendo que ahora Freezer decidiera ejecutarles a ambos por las constantes irreverencias de Berryblue. Sin embargo, y al igual que en la anterior ocasión, no ocurrió nada que pudiera resultar fatal para ellos. Suspiró aliviado al ver el rostro en calma del tirano, que parecía pensativo ante la propuesta de su compañera.

—Si te soy sincero, ha pasado tanto tiempo desde sus muertes, que ya casi me había olvidado de que una vez existieron— respondió de forma reflexiva mientras recordaba en ese momento a todos sus mejores hombres, pertenecientes a su época más gloriosa, situada en un pasado que ya estaba demasiado alejado en el tiempo— pero tu idea no es mala en absoluto y te felicito por ello. Tal vez podríamos buscar la manera de traerles de vuelta para que me ayuden en mis nuevos asuntos—y en un gesto de buena voluntad, el tirano le dirigió una mirada agradecida, acompañada de una media sonrisa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro