Terminaron mis clases, pero antes de irme, decidí mandarle un mensaje a MiSuk.

MiSuk ✨

Holaaap, ya terminaron mis clases, te vendré a recoger a las 5:00pm como acordamos
2:04pm ✔✔

Dale, cuando salga te esperaré en la entrada principal ¿está bien?
2:05pm

Claro, esta bien; quedamos así
2:05pm ✔✔

Bien
2:05pm

Guardé mi celular, y me subí a mi auto para luego dirigirme hacia la academia donde estudiaba francés.
-Buenas tardes.- saludé a mi maestro y compañeros, para luego dirigirme hacia una de las carpetas y sentarme.
No pasó mucho tiempo para que empezara la clases.
-Bien ¿quién me puede traducir "tengo dos hijos y vivo cerca de aquí"?
Instantáneamente levanté mi brazo.
-Bien, señorita Haneúl, quiero escucharla.
-J'ai deux enfants et j'habite près d'ici.- dije mientras lo confirmaba con mi libro.
-Excelente nivel, señorita.- el maestro me felicitó.
-Gracias.- respondí brevemente con una pequeña sonrisa.
Hacer bien las cosas me encantaba.
Pasaron las dos horas correspondientes, y nos dieron el permiso de salir.
Volví a mi auto y maneje de vuelta a la universidad.
-Pero, si he visto a una chica tan guapa, ven que te llevo en mi carro preciosa.- bromeé al verla esperarme.
MiSuk se sorprendió y comenzó a reír mientras se subía a la parte del copiloto.
-

Esa no me la esperaba.- comentó, poniéndose el cinturón de seguridad.
-Conóceme.- le sonreí.- a veces soy una cosa bárbara.- comencé a manejar hacia la librería, conforme a lo que acordamos.
-Me voy dando cuenta.- dijo con una sonrisa, para luego revisar su celular.
Minutos después, me estacioné al frente de la librería a la que solía ir.
-Ya estamos aquí.- le avisé, y las dos salimos del transporte.
Entramos, y la encargada del lugar nos recibió.
-Bienve...- la señora dejó de hablar al verme.- ¡Haneúl! ¿cómo se encuentra el joven Adrián?
-Mejorando.- le di esa corta respuesta, con una sonrisa.- ese chico es bastante fuerte, pronto estará como nuevo.- culminé lo que quería decir.
-Eso es bueno de oír ¿quieres recoger las cosas que dejaste ese día?- comentó, mientras buscaba en una repisa.
-Sí, por favor.- respondí, y en menos de dos minutos ya tenía el paquete en mis manos.- muchas gracias.- sonreí.
-Suerte.- se despidió la encargada, para luego dar la vuelta y seguir trabajando.
MiSuk y yo regresamos a mi auto, nos colocamos de la misma manera que cuando llegamos y comencé a manejar.
-Cuéntame de tu primo.- le dije mirándola brevemente para luego volver mi vista hacia adelante, no queremos ningún accidente.
-Bueno...- MiSuk pensó un poco.- es todo un caballero, le encantan los juegos de mesa...
-Así que un completo genio ¿eh?- comenté con una sonrisa.
-¡Claro que sí!- MiSuk me respondió.- lo estoy criando yo ¿por qué dudas?- bromeó, mientras reía.
-De acuerdo, de acuerdo.- sonreí.- cuéntame más.
-Odia que vaya a la universidad.- hizo un mueca.
-Es razonable, le gusta estar contigo.- respondí.
-Sí... tienes razón, pero es difícil ya que tengo que venir de todas formas.- explicó, mirando la ventana.
-Ya verás que todo saldrá bien.- le sonreí.- créeme
-Te creo.- me respondió brevemente.
Llegamos a mi departamento, bajamos del carro y abrí la puerta con la llave correspondiente.
-¡Haneúl!- Adrián saltó a abrazarme.
-Hola.- reí por su acción, y miré a mi acompañante.- te presento a una amiga, MiSuk.
-¿MiSuk...? Ese nombre es muy bonito.- sonrió mientras la miraba.- un gusto, yo soy...- MiSuk lo interriumpió.
-Adrián, mejor amigo de Haneúl.- rió.
Él volteó a mirarme.
-Así que le hablaste de mí...- comentó.
-Claro que sí.- le respondí.
Adrián era muy tímido cuando se trataba de conocer a nuevas personas.
-¿Se quedarán ahí?- él señaló la puerta abierta.- pasen.
Los tres entramos al departamento.
-Es tan lindo...- MiSuk habló del lugar.
-Claro que sí, Haneúl tiene buen gusto.- Adrián le respondió.
-Eso iba a decir.- reí, mientras miraba a mi mejor amigo.
-¿Y ustedes hace cuánto se conocen?- preguntó MiSuk.
-Pues...- miré a Adrián.- hace tres años, pero siendo mejores amigos llevamos dos años y tres meses.- le di una respuesta completa.
MiSuk sonrió.
-Ya veo de dónde salió la confianza que se tienen.- comentó con amabilidad.
-¿Y qué deberíamos hacer?- cuestioné mientras me sentaba en uno de los muebles.
-No lo sé.- respondió Adrián.- podríamos jugar verdad o reto.
-También cocinar algún postre.- propuso MiSuk.
-Y luego hacemos un circulo contando anéctotas.- también puse mi idea.
-Ojalá nos alcance el tiempo para todo.- deseó MiSuk.
-También lo deseo así.- comenté.- manos a la obra ¿les parece si comenzamos a cocinar?
-¡Qué bien!- exclamó mi amiga.- ¿qué deberíamos hacer?- cuestionó.
-Me gustaría intentar hacer alfajores.- respondió Adrián.
-Que sean alfajores ¿eso esta bien?- pregunté mirando a MiSuk.
Ella asintió al instante.
-Menos mal no hace mucho fui de compras y tengo todos los ingredientes.- comenté mientras veía los víveres que tenía.
-Espera... ¿sabes hacerlo sin receta?- me preguntó MiSuk.
Lo pensé un poco.
-Sé qué tenemos que usar, pero no sé las medidas.- confesé.- ¿alguno de ustedes podría buscar en internet?
-Yo.- Adrián se acercó con su celular.
-Excelente, empezemos.- dije mientras les mostraba un mandil para cada uno.
Pasó una hora exacta, y estábamos adornando los dichosos alfajores.
-Este parece tener forma de nube.- MiSuk carcajeaba.
-¡No digas nada! Quería hacer una flor.- Adrián trató de defenderse.
-De igual manera, se ve bien.- MiSuk le puso el manjar.
-Deja ese para mí, es mi creación.- él volvió a hablar.
-Bien, lo voy a separar.- MiSuk agarró un plato y colocó el alfajor.
Sonreí, parecía que se estaban llevando bien y eso me calmaba.
Pocos minutos después, estábamos sentados en el suelo con los alfajores en medio de nosotros, comenzamos a comerlas.
-Sabía que saldrían bien.- expresó Adrián.
-Por supuesto que saldrían bien.- MiSuk le contestó.
-Buen trabajo, chicos.- les dije mientras los probaba.
-Bien, ¿quién empieza a contar una anécdota?- preguntó Adrián.
-Yo.- respondí inmediatamente.- esto nos pasó, a Adrián y a mí, hace un poco menos de un año.- reí.
-¿Qué vas a contar?- preguntó él con el mismo gesto.
-Ya verás...- le respondí brevemente.- estábamos en el centro comercial, de pronto le doy mi cartera a Adrián para que "me la cuidara" mientras me dirigía al probador. Pasaron unos minutos, y salimos del lugar, para luego ir a otro; la pasamos así por unas cinco tiendas y llega un monento en el que me doy cuenta de un pequeño detalle...- reí.- ¡Adrián no tenía mi cartera!- exclamé, fingiendo indignación.- corrí hacia él, le pregunté sobre el objeto, me dice que ya me la había dado, le digo que no lo recordaba, corrimos los dos hacia tres de las tiendas y nadie sabía sobre la cartera.- seguí hablando, haciendo señas raras con mis manos.- ¡allí tenía el paquete de todos los libros de Harry Potter! ¿cómo creías que iba a dejar que se pierda así de fácil?- miré a Adrián.- sin embargo, en un buen momento, llegamos a una de las tiendas que ya habíamos ido, que por cierto, ya estaban al borde de cerrar, en fin... entramos preguntando por la dichosa cartera ¡y dijeron que sí estaba! En fin, llenamos unos cuantos papeles y ya tenía mi cartera devuelta conmigo.- sonreí victoriosa.
-Vaya... entonces ¿casi pierdes los libros de Harry Potter?- Misuk me miró sorprendida.
-Increíble, pero cierto.- contesté.
-Soy muy despistado, lo admito.- Adrián habló revolviéndose el cabello.
-Eso no se perdona.- MiSuk lo golpeó con una almohada mientras reía.
-Chicos, no a la violencia.- también reí.- entonces ¿MiSuk, sigues tú?
-Claro.- contestó mientras se acomodaba mejor.