Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🔸 Último deseo

TaeHyung había tenido una larga noche con Namjoon en emergencias, pero el tipo había sido reemplazado por su amigo el rubio. Volvía algo cansado y desganado a su habitación, pero al abrir la puerta, veía a Jin en su cama y no podía evitar sonreír.

—Oh, ahí estás

—Me dejaste solo —regañaba al genio.

—No quería ver cómo mirabas con ojitos de borrego al canoso ese —añadía—. Ven, recuestate. Te ves cansado.

TaeHyung dejaba su guitarra y se quitaba finalmente sus zapatos. Acostándose con sumo cuidado de no tocar a Jin.

—No mire a nadie con ojos de borregos —corregía—. Ya no me gusta Namjoon

— ¿Qué? —preguntaba sorprendido el genio, acercándose un poco más—. ¿Que pasó?

—Es un imbécil. El ataque de claustrofobia sacó lo peor de él —suspiraba y reía—. Desperdicie mis deseos por nada

—Lo lamento —soltaba Jin con total sinceridad.

De repente el azabache se sentaba y miraba fijamente a Jin—. ¿Cómo terminaste así?

Jin abría sus ojos sorprendido—. ¿Por qué quieres saber eso?

—Porque quiero entender ¿Siempre fuiste el genio de la cámara?.

Jin reía secamente—. Solía ser arqueólogo —respondía.

— ¿Te cruzaste con un objeto maldito? —preguntaba curioso.

El genio lo miraba con dulzura—. Así fue —afirmaba—. Mi esposo-...

— ¿Esposo? —se sorprendía TaeHyung.

—Si. Mi esposo era mi compañero, estábamos haciendo una excavación dónde habiamos encontrado un baúl con muchos artefactos que parecían venir de diferentes años —TaeHyung lo escuchaba atentamente—. La cámara la había encontrado yo y habíamos acordado que él me tomaría la primer foto a mi en nuestra primera cena apenas volviéramos de la expedición —sonreía de forma triste—. Llevaba esta ropa en la cena.

TaeHyung lo miraba con suma atención nuevamente—. ¿1920? —añadía estudiando al tipo.

— ¿Hiciste tú búsqueda? —reía dulcemente—. 1925 —respondía—. Luego de celebrar por estar finalmente en casa, él había tomado una foto mía.

— ¿Que paso después?

—Siete horas después despertaba en un cuarto oscuro. Era muy silencioso y frío allí dentro —exclamaba.

La piel de TaeHyung se enchinaba ante aquello.

— ¿Perdiste la cordura? —preguntaba seriamente.

—Oh, si. Luego cuando fui liberado las palabras de: "Soy el genio de la cámara y estoy aquí para concederte siete deseos". Solo salieron de mi boca —se encogía de hombros.

— ¿Que paso con tu esposo? ¿Cuantos años tenías? —preguntaba TaeHyung. Acercándose más.

—Yo tenía treinta y él veintiocho —exclamaba—. Una de mis amas había sido una niña de catorce años —respondía—. Fue la única antes que tú qué también me preguntó cómo termine dentro de ese artefacto maldito. Fue por el 2001—TaeHyung seguía acercándose más a Jin—. Ella tomó uno de sus deseos para saber que había sucedido con mi esposo —sonreía.

— ¿Que le pasó?

—Perdió toda su vida buscándome, para jamás hallarme —Jin lo miraba y sonreía dulcemente—. Él simplemente desperdicio los mejores años de su vida, por buscarme a mí. Falleció a sus setenta y ocho años. Solo.

TaeHyung no podía evitar entristecerse—. Pero... ¿No tenía la cámara consigo? —preguntaba, Jin negaba.

—Al atraparme, la cámara apareció en otro lugar completamente diferente. Lo mismo sucede cuando pides tu último deseo —miraba a TaeHyung.

Éste pasaba saliva y en susurro preguntaba—. ¿Y si no pido mi último deseo?

Jin se acercaba a su rostro y susurraba su respuesta—. No puedes quedarte conmigo. Eventualmente la cámara desaparecerá cuando menos lo esperes. Perderías tu último deseo 

— ¿Como estás tan seguro de eso? —preguntaba a centímetros del genio.

—Porque lo han intentando antes, pero otras imposibilidades que poseo es no poder quedarme mucho tiempo, ni pedir como deseo más deseos —añadía.

TaeHyung chasqueaba su lengua—. Que injusto —murmuraba otra vez.

Jin carcajeaba—. Si te hace sentir mejor, es la primera vez que deseo quedarme.

TaeHyung alzaba la vista sonrojado.

— ¿Cómo era él? —preguntaba.

—Como tú —susurraba.

—Ya no juegues conmigo —pedía el azabache.    

Jin reía en modo de respuesta y buscaba algo dentro de su traje. Una foto muy antigua y se la mostraba a TaeHyung.

—Creí que ya había perdido la cordura por completo cuando te ví.

TaeHyung veía la foto y exclamaba un fuerte—. Oh mierda. Ese soy yo ¿Es una de tus bromas?

—Por favor no digas esa palabra mientras te muestro lo único que tengo de mi esposo conmigo. Y no, no eres tú. 

—Pero él luce...

—Igual a tí —Jin volvía a guardar la foto con sumo cuidado—. Misterios de la vida  —sentenciaba para finalizar. Como si ya estuviera acostumbrado a no darle mucha importancia. Ya estaba maldito—. ¿Cuál es tu último deseo, TaeHyung?.

El chico dibujaba un puchero y se alejaba para recostarse—. No tengo ninguno aún. Solo quédate conmigo

—¿No tienes un compañero que esté a punto de venir o algo así? —preguntaba mirando a la puerta.

—Nadie quiere compartir habitación con el hijo de un profesor —respondía—. Creen que los voy a delatar ante el mínimo deslicé

— ¿Y tú amigo?

—Dice que aplaudo mientras duermo —se acomodaba de lado y señalaba la zona de la cama—. Ven aquí

— ¿Eres tan mimoso?

—No puedo tocarte ni tu a mi, al menos quédate cerca —pedía.

Jin no podía negarse, TaeHyung era la viva imagen su esposo. Cuando había salido de la cámara y veía al chico que fregaba sus ojos, por poco y casi se abalanzaba hacia él creyendo que el destino le había dado una segunda oportunidad. Pero luego miraba la vestimenta del chico y definitivamente no era su amor.
Aunque sus personalidades tenían similitudes, así que se recostaba al lado del chico. También de lado para verlo.

—Entiendo porque tu esposo te busco toda su vida

—Lo sé, soy precioso —se burlaba Jin.

—Lo eres —afirmaba.

La noche estaba comenzando a caer y ninguno se había movido de su lugar, Jin le había contado algún que otra historia e inclusive TaeHyung se sorprendió de las similitudes que compartía con su esposo.

— ¿Por qué Kim Namjoon? —preguntaba Seokjin de repente.

—No lo sé. Ya no te burles, lo único bueno de todo esto fue que te conocí, para luego llorar porque no existes y ni siquiera puedo tocarte

— ¿Realmente te has interesado en mi?

—Dijiste que se han querido quedar contigo antes ¿Por qué te sorprende?

—Pero no de esta forma —susurraba Jin.

La habitación de Tae estaba sumergida en la oscuridad y solo la luz del ventanal era la que entraba.

—Tus ojos son espectáculo en la oscuridad —susurraba TaeHyung.

—Los tuyos son un espectáculo en todo momento

—Eres un idiota —TaeHyung se acercaba más—. ¿Si me duermo, mañana estarás conmigo?

—No lo sé, niño bonito.

—Entonces quédate aquí hasta que me duerma y si mañana sigues aquí. Déjame verte de inmediato —murmuraba adormilado.

—De acuerdo, Tae.

Al día siguiente TaeHyung se levantaba casi de un salto.

— ¿Jin?

—Estoy aquí —el genio estaba sobre la puerta—. ¿Qué haremos hoy?

TaeHyung sonreía para levantarse de inmediato. Era domingo y había planeado que Jin a conociera al perro con el que lo había comparado la primera vez.

—Él es Yeontan, pero le decimos Tannie

— ¿El canino con el que me comparaste? —decía Jin.

El azabache sonreía. Estaba dispuesto a pasar un buen día con el genio. Se sentía estúpido por momentos y por otros veía sonreír al chico de ojos multicolor y pensaba que cada segundo valía la pena. Al finalizar el día y volver a su habitación, notaba al genio muy sonríente.

—Mi mejor amo, definitivamente —mencionaba. Se giraba y la bonita sonrisa se iba apagando. TaeHyung sacaba la cámara de su riñonera y la dejaba sobre su mesa de luz—. Debes pedir tu último deseo, niño bonito.

TaeHyung suspiraba y se paraba frente a Jin—. Lo he pensado todo el día. He tomado mi decisión.

Jin asentía con una sonrisa—. Fue un día que no olvidaré y te estaré eternamente agradecido. Ahora dime tú séptimo y final deseo.

El azabache pasaba saliva.

—Deseo... —TaeHyung miraba ese bonito rostro una última vez y susurraba—. Deseo que seas libre. Y no me digas que es una de las imposibilidades tuyas.

Jin abría sus ojos los cuales se volvían de un color miel muy bonito, natural y sutil, la cámara detrás de TaeHyung se volvía vieja y oxidada. Luego el toque de una mano lo hacía volver a mirar en dirección al genio.

—Me estás tocando —susurraba viendo a Jin.

—Niño bonito... —replicaba el castaño.

— ¿Puedo? —la mano de TaeHyung se posaba sobre la mejilla de Jin finalmente—. Di mi nombre una última vez —susurraba acercándose a Jin.

El castaño cerraba sus ojos, se acercaba a TaeHyung y susurraba sobre sus labios un último agradecimiento—. Gracias TaeHyung.

El azabache estaba listo para el beso, pero cuando abría sus ojos Jin ya no estaba. Volteaba de inmediato para ver si la cámara había desaparecido y quizás su deseo había fallado, pero el viejo artefacto seguía sobre su mesa. Oxidada y golpeada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro