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Epílogo-




Había pasado ya un año y tres meses de relación con Richard, aunque él seguía muy ocupado con su trabajo a unas cuantas horas de donde yo laboraba, siempre tenía que viajar por sus responsabilidades  como detective del FBI. Podía decirse que fue un año bueno para todos, decidimos mudar la oficina mobiliaria a un edificio de New York mas amplio, ya que era un negocio legal y próspero que durante varios meses atrás trabajó con la nueva alcaldesa de Redville... "Alcaldesa" .. ¿Quién  era? Nada mas y nada menos que Juliette era oficialmente la nueva alcaldesa. Ella aún no perdonaba a Oliver pero había logrado sacar al pueblo de su olvido impulsando  un plan para crear villas turísticas y haciendo lo imposible para volver a poner el pueblo en el ojo del país pero de buena forma limpiado su historial y sin depender tanto de la destiladora llego el momento que ella decidió volver a re-inaugurar la destiladora de Sidra y poco a poco volvía a tener vida ese lugar, gracias a su esfuerzo.

Y alli estaba un dia normal en mi oficina,  llena de trabajo y con la agenda llena. La puerta de mi oficina sonó y yo me sorprendí revisando la agenda me di cuenta que no tenía citas para este momento ya que era la hora que había  apartado  para estudiar  unas propuestas nuevas. 

—Soy Juliette de Sousa, tu asistente me hizo pasar.— Dijo la voz detrás de la puerta.

¿Juliette por este lugar? Me hizo dudar lo escuchaba, apartando  los documentos de la mesa para liberarme un poco le respondí. 

—Adelante esta abierto—. aún sorprendida, ella entró sonriéndome y al verla me sorprendio ya que se veía más radiante que cuando la conocimos hace mas de un año, con su cabello recogido y el rostro rejuvenecido parecía  una joven mujer casi igual a como  recordaba  a su hermana mayor.

—El poder te sienta bien—dije sonriendo al verla y sus mejillas se sonrojaron, yo ya no tenía el cabello teñido, había vuelto a tener mi cabello color marrón, a como yo habia sido realmente: con cabello marrón del color del chocolate y hasta casi los pechos, esa  etapa había  sido superada,   ella me miró sorprendida por mi cambio pero lo aprobaba con su mirada.

—Tienes que darme tu secreto para lucir un cabello así —dijo ella riendo mientras me abrazaba, le ofreci asiento y la mire sorprendida, en verdad era como ver a otra persona ¿no sería  Cristina  con una cirigia? Ya estaba siendo paranoica  por eso.

—Si es por el contrato con los apartamentos ya...—

—No es por eso. Veras, ¿tu hermano tiene novia? —Interrumpió sonrojada. Yo me rei por su forma de abordarme tan "indirecta".

— A este paso se volverá un monje budista — respondí, por lo que ella se sonreía con timidez.

— Siento que Oliver me evita, siempre que toca ir al pueblo.. yo... — ella buscaba las palabras que utilizar nerviosa con sus manos temblando me di cuenta que en verdad estaba enamorada y su visita no era para verme a mi precisamente.

—Te evita por que piensa que no lo quieres ver en pintura. Él sabe donde es su lugar. —Respondí y sus ojos azules se iluminaron.

—Yo.. yo a él lo quiero. Pero no sé... lo que paso con mi padre... — dudosa  me miró  y suspiré  avergonzada. 

—Asi me paso igual con Richard, no quería darme una oportunidad por su familia y deje de ir esos pensamientos cuando de verdad sentí que lo podía perder si no aceptaba mis sentimientos.-— sonreí Apenada por esa confesión. 

—Mi primo te amaba desde que te conoció cuando era aun un niño, siempre te amo.. pero Oliver y yo.. todo es más complicado, tengo hijos de por medio y yo.. lo amo – dijo con frustración

—Es el mismo caso, En este momento mi hermano esta en la ciudad, ve y díselo, dile que lo amas... ten— dije anotando la dirección de donde se estaba quedando y donde posiblemente estaría a esta hora. Ella lo sostuvo  en su mano alegre y luego me lo volvio a entregar nerviosa.

– ¿Debería hacerlo?— Pregunto dudosa.

—Ya han pasado casi 20 años, los va a agarrar la menopausia amiga y yo quiero sobrinos— dije sonriendo. Ella no aguantó las ganas de reír y se cubrió la poca para reirse a carcajadas que resonaban en toda la oficina.

– si eres ocurrente. Al menos él puede esperar de Richard y tú,  más te vale que te cases antes de que esa barriga se note más, ya suficiente tiene mi tía con esa relación tan abierta de ustedes queriendo ella una boda—

—¿Barriga? —Pregunté mirándome sorprendida.

—Estas embarazada, se te nota y espero que sea de mi primo, parte de las mujeres de nuestra familia pueden adivinar muchas cosas, aunque muchas veces lo ignoramos. Bueno la verdad no.. bromeo – sentí como el estomago se me revolvió por la noticia 

¿nosotros...embarazados? Si apenas nos veíamos. 

—¿Has tenido náuseas y te sientes mas cansada? — preguntó ella y yo asentí, antes de responder ella  continuó —Nuestra familia es de tener muchos hijos y al crecer viendo mujeres en gestación uno tiene el ojo clínico, tu tienes el doble pulso— Dijo ella riendo señalando mi cuello... Yo la mire sorprendida y negando en mi mente lo que decia No podía estar embarazada de Richard, bueno con lo que Hacíamos si era una opción... pero no podía ser posible, pensaba mientras me acariciaba el vientre rogando que fuera mentira. 

—Voy a buscar a tu hermano— dijo ella decidida luego de un rato mientras se levantaba.

Yo la despedí y al quedarme sola  corrí al baño para verme en el espejo, no me veía como alguien embarazada, mi vientre  seguía  plano así  que no podía estarlo... saque mi teléfono y marque para llamar a Richard inmediatamente.

- ¿Amor? Mi manzanita estas llamándome durante el trabajo ¿ qué ocurre?— preguntó en la otra línea de forma melosa. 

- Lo que sea que estás haciendo. Ven enseguida— le ordené  con frialdad por el mismo miedo que me controlaba y le colgué nerviosa.

Mire el calendario y conté las pastillas que tenía en la cartera, yo me estaba cuidando bien.. me estaba cuidando bien ... no podía ser... "seguro era un chiste Julliete en venganza" pensé como consuelo. A la hora Richard llegó todo sudado mirándome sorprendido, sus  ojos azules reflejaban miedo, era obvio  que por la forma que vino  tuvo que correr desde varias cuadras.  

–¿Ocurrió algo?— Preguntó preocupado mientras me abrazaba y yo lo aparté  nerviosa aun, el rechazo que le mostraba lo sorprendió  y antes que hablara  continúe. 

—Tenemos que ir al médico. Tu amable prima vino a darme noticias— respondí estresada.

Él sin entender lo que pasaba me acompaño al ginecólogo, pensando que era un cancer o un tumor lo veía nervioso y en la sala del laboratorio los resultados no tardaron en salir, ya que Richard usó sus influencias, por lo que llegaron más rápido de lo que esperábamos.

Al abrir el sobre blanco, el resultado era claro. No podía  ocultarlo ni por mas pruebas que hiciera,  la verdad estaba  escrita.

Juliette tenía razón.

—¡Mierda! —Exclame leyendo el resultado, Richard me quitó el papel para leer el comentario, con una sonrisa de sorpresa, sus brazos me rodearon con fuerza y sus labios buscaron los mios.

– ¡¡seremos padres!! —Decía mientras me abrazaba y besaba, acariciando mi vientre  yo seguía mirándolo sorprendida.

—Nosotros... solo estábamos saliendo normal.. no imaginaba —y volvi a leer el resultado otra vez, sentía el pánico dentro de mi, y Richard me abrazo con delicadeza para calmarme. 

—Prometo que seremos una familia feliz—limpiando mis lagrimas de nervio sonrió— no te pasara nada, no somos tus padres ni los mios... yo jamás te defraudare ni te golpeare y si eso pasara no tengo en dudas qque tú sacarías esa navaja que tienes en tu bolso y me la Clavarias en el rostro— dijo riéndose para darme consuelo mientras me besaba con cariño.  

Con el rostro contraído  de ternura por aquellas palabras, no había  duda en lo que sentía. 

- Te amo, Richard. Te amo de verdad —

él me miró sonriendo  llenando de amor con sus labios  cada centímetro del rostro  y acariciando  mi vientre fue a hablarle como si fuera un niño  grande. 

Jamás  me iba a arrepentir  de lo que sentía. 

(....)

Varios meses después. 

— ¡Ya no soporto este estrés,! ¿dónde está esta mi labial?— Gritaba juliette histérica y yo la miré sorprendida levantando  la ceja. 

- Tu habías dicho que el embarazo era puro amor y felicidad, pero creo que no es cierto— dije riéndome y ella me miro furiosa ¿No había  sido lo mismo que me dijo en todo el mes de mi embarazo? 

—A  diferencia de  ti;  yo quise casarme con mi embarazo antes que se note mucho mas.  Además ya estaba en los planes nuestra doble boda, tuvimos que esperar a que dieras a luz y a que el bebé tuviera unos meses y mírame ahora —dijo ella mientras arreglaba su vestido mientras se veía  en el espejo, su mirada se lleno de melancolía  y luego reaccionó.  Posiblemente recoedaba a su hermana o a su padre  que no iban a estar este día  a su lado.

—Luces hermosa cuñada— dije acomodándole el velo, era cierto ella tenía un hermoso vestido sencillo ceñido arriba al estilo sirena además de llevar de un tocado sencillo de flores blancas pequeñas, y yo llevaba un vestido corte princesa el cual ella había ayudado a elegir.

—El colmo sería que apareciera Cristina usando el mismo vestido que tu en la boda —dijo ella riéndose borrando esa expresión  de su rostro y yo gire los ojos por tal broma de mal gusto.

—Ni la invoques, es tu hermana pero mejor que se quede en su manicomio—agregué sarcástica.


Pero por mas de lo que había  ocurrido, no podíamos  borrar nuestro pasado. Julliete se acercó a mi y me abrazo con cariño tal como una madre  hubiera hecho en éste momento.

– Aún no se como pagarte lo que ella te hizo, ella y mi padre— confeso abrazándome con algo de melancolía en su voz.

—Tranquila solo haz feliz a mi hermano y a mi ssobrino, no llores por favor—le  respondí mientras secaba sus lagrimas, ella era una mujer sensible y cada vez que lo recordaba  lloraba. A diferencia de Cristina, Juliette era la mujer mas  sentimental y maternal. 

Recordar nuestro pasado, era lo mas incómodo que ocurría en nuestras reuniones familiares, mi madre se había ido y no quiso saber nada de nosotros con un padre violento y drogadicto además de un hermano que había huido.

No quería que mi hija sufriera eso, yo la protegería con todas mis fuerzas si era necesario de cualquier peligro, la amaba como amaba a mi futuro esposo... a mi futuro esposo, y yo sería  irónicamente  llamada desde ahora como Olivia de Sousa. 

(...)

En la iglesia del pueblo otra vez  estaban todos reunidos, pero yo no era la invitada. Decorada de rosado y tonos azules  era lo que yo esperaba que fuera este momento. Todos estábamos  felices a mi lado, miré  a Dereck con su novia, una hermosa y muy inteligente abogada de Londres. Ambos estaban en un proyecto de un caso muy importante en diferentes equipos y poco a poco el amor surgió  y se hicieron pareja, incluso abrirían su propia firma legal al sur de Inglaterra ya que ahora Dereck vivía allá, habían muchos rostros conocidos y otros no tanto porque eran compañeros de universidad o de equipo de Richard.

Era una boda  sencilla  para mi al igual que lo era para mi hermano. 

Al final del altar estaba Richard esperando con la bebé en brazos: nuestra pequeña Sofía, jamás me imaginé terminar con él luego de tantos años, siempre suspire por Dereck desde los 12 años y hasta hacía más de un año no me imaginaba que quien estaría esperándome al otro lado del altar iba a ser Richard de Sousa, aquella persona que consideraba como mejor amigo y que mi vida había cambiado desde que decidí ir a buscarlo ese día cuando subí treinta pisos descalza en un edificio que tenia doble ascensor. Verlo alli vestido de negro con sus ondas doradas dominadas por bastante gel  y sosteniendo una pequeña bebé con apenas unos rizos dorados y unos enormes ojos azules como su padre, había pasado 9 meses con ella dentro de mi y era exacta a su padre incluso en su sonrisa era exacta  a la de Richard.

Si deseaba  odiarlo jamás  iba a poder, Sofía  me lo iba  a recordar  todos los días  ya que compartían  hasta los mas pequeños  guiños y manías. 

- Te amo mi manzanita podrida— dijo burlandose, aquél  apodo  infantil era nuestro sello. Besándome la mejilla al llega al altar y yo gire los ojos riendome.

- Yo también, te amo manzanita podrida, Los amo a los dos.— Contesté sonriendo mientras apretaba la mejilla roja de la bebé.

Si lo hubiera amado desde un principio, desde ese momento que él me beso en la obra de la escuela o la vez que me ayudó en los pasillos. Cada acto desinteresado que él me ofrecía, ocultando un amor puro e infantil mi historia posiblemente hubiera terminado asi... unos años mas rápido y no a los 30.

Pero el tiempo nadie podía gobernarlo o manipularlo y este era nuestro momento... había comprendido que no podía dejar pasar el amor y que no podía dejar envenenarme por el deseo de la venganza, había destruido el rostro de una chica y ese recuerdo siempre me perseguiría todos los dias pensando en lo que hubiera hecho si no hubiera llegado Richard, esa venganza que simplemente no hizo gran cambio en mi vida como lo hizo el amor...

Había pasado de envenenarme con sidra  a desintoxicarme por el amor.

Fin~~~~ 



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