Capitulo 27- no podemos estar juntos, mi manzanita.🍎
En la tarde ya había recogido mis cosas y me iba a ir de este maldito lugar envenenando, ya todo lo que teníamos que hacer en Redville ya estaba terminado. Por muy extraño yo había insistido tratando de convencer a Oliver de ir conmigo al hospital, solo quería ver a Richard una ultima vez y despedirme para no volver a entrar en su vida.
La entrada estaba llena de periodistas que habían venido de la ciudad para ver la noticia y además de los dos periódicos locales, allí estaba su madre y Juliette mirándome con odio además de la hermana mayor de Richard, me imaginaba que ya las esposas de los viejo de Sousa habían hablado de "la situación que vio esa vez en el cuarto de Cristina" y a su hermana habían pasado años sin verla que sólo la reconocía por los ojos azules iguales de su hermano, Oliver se sentó a mi lado en la sala de espera para escuchar alguna noticia e irnos
- ¿ Que ocurre con ella?— Pregunte curiosa señalando a Juliette.
—Le conté la verdad y no me perdonó. No perdono que yo le haya realizado eso a su padre, ella quería hacerlo pero con su esposo. No se atrevía a delatar a su padre—
- ¿Pero le contaste quien eras? — y el negó con la cabeza
—no hace falta solo déjalo así , ya no tenemos nada que hacer en este lugar— respondió desanimado.
Luego de pasar varias horas esperando, muchas mas de la que esperabamos estar alli, salieron los doctores a dar el diagnóstico de Richard, al escuchar que estaba estable y además siendo trasladado a una habitación pude respirar aliviada. No nos podíamos por lo tarde que se había vuelto y estábamos cansados para conducir una autopista toda la noche, yo aprovecharía el día siguiente que recibiría visita y lo vería, no quería irme sin despedirme al menos... otra vez no.
Yo me acerqué a su habitación esperando tener un momento libre para entrar, cuándo vi mi momento me escabullí en su habitación rápidamente.
- ¿Richard? ¿Richi? — le Susurraba cerca de la cama, se veía bastante tranquilo pero no abría los ojos la puerta se abrió y entro un doctor y me miro sorprendido.
- ¿ Qué haces aquí joven? — preguntó al darse cuenta que no compartía ningún rasgo de los genes De Sousa por lo que levanto bastante sospechas.
- Yo.. yo.. solo quiero saber como esta verlo— respondi preocupada y el doctor me sonrió.
- Es un hombre fuerte, resistirá eso fue una caricia para él, te puedo dejar un rato solo para que no digas que soy malo— dijo el anciano sonriendo y salió de la habitación.
- ¿Olivia? — Preguntó mientras me tomaba la mano yo lo miré sonriendo al ver que estaba despierto...
- Richard, soy yo. —dije besándolo la mejilla mientras lloraba.
—¿Entonces tenía que ser abaleado por una lunática para que aceptara tus sentimientos hacia mi? Me debiste hablar asi en primaria y no te seguía en tanto club aburrido que entrabas.— se burlo mientras acariciaba mi rostro yo me sonreí por sus ocurrencias.
- ¿No te gusto el club de lectura? —
— Lo oooodié—. Respondió sarcástico y yo sonrei por verlo alli, como siempre.
- Al menos Cristina no formó un club de arquería porque con su puntería...— respondí
– si te hubiera apartado de mi lado.— dijo acariciando mi rostro y yo sonreí
- no debe ser, no podemos Richi — respondí apartándome.
- ¿Sabes que siempre lo supe? Desde el primer momento que te vi en la cafetería. Dereck no se dio cuenta pero yo si, siempre soñaba a con esos ojos, tienes siempre la misma expresión triste en ellos, aunque Derek no se da cuenta de cualquier cosa así la tuviera en frente con un letrero, yo si. Por algo soy agente del FBI — respondió alardeando sobre su cargo
- ¿Entonces fue verdad lo que me dijo Derek que a todas tus novias las buscas en la base de datos?— El sonrió y se hundió entre hombros.
- A todos los busco, es mi súper poder. Ven aquí —dijo haciéndome espacio en la cama y señalándola.
- No puedo, me voy a ir New York... no puedo Richard, yo.. no podemos estar juntos.— respondí apartándome.
- Vamos, al menos despídete de mí de alguna forma, te necesito... recibí un balazo por ti, ven.— respondió haciéndome pucheros.
—¿Como quieres que me acueste allí estas herido?— Pregunte sonrojada apartando la mirada.
—No es la primera vez que me disparan , ven siéntate aquí — dijo empujándome hacia él.
– sabes que me voy a ir – respondí mientras suspiraba fastidiaba y el me jalaba más a sus brazos.
- vamos... por favor—rogó haciendo puchero —
Al menos iba a ser nuestra despedida y después de esto... no nos volveríamos a ver, me acosté a su lado mientras él me abrazaba.
— Solo quédate así, quédate un momento a mi lado— me susurro al oído de forma melosa.
—Hijo, aún no entiendo como metiste preso a tu tío y a tu padre. Esto se verá mal con nuestros amigos , te dije... — gritaba la madre de Richard entrando en la habitación y ella nos miró sorprendida.- yo me levanté sorprendida y ella sonrió algo incómoda.
- Al menos algo bueno trae esto, Andrea, mira Richard por fin tiene novia.. ya podemos celebrar la boda que tanto estábamos planeando no importa si según sea la amante de Cristina, no importa — dijo la mujer saliendo de la habitación haciendo escándalo por los pasillos.
- Yo.. — pronuncie levantándome de detenerla sonrojada y él me tomó del brazo.
- Ya, no le des vuelta, hablar con ella es como hablar con la pared...asi que sólo déjala estar así. — dijo para darme consuelo.
— No soy la amante de tu prima— asegure riendome.
— No me importa Livy, ya nada de eso me importa mi Livy— dijo abrazandome.
(...)
Al regresar a la ciudad luego de que habíamos logrados nuestro cometido Dereck se fue inmediatamente de Redville y la mayoría del clan de Sousa estaban una prisión de máxima seguridad, nosotros solo empujamos las piezas al igual que Richard que se dedicó desde que ingresó al FBI en el departamento de delitos relacionados al crimen organizado a desmantelar a su familia, él sabia que el clan ocultaba algo y empezó a desenredar el pasado de los De Sousa, una familia respetable que por generación y generación había pisoteado una gran zona del país con su dominio de las drogas aunque Cristina seguía en juicio si terminaría en manicomio o a prisión.
Cualquiera de los dos me llenaba extrañamente de felicidad aunque me sentía mal por su rostro, me había dejado cegar por la venganza y me habia rebajado de la misma forma que ella, destruyendo una de las cosas que mas ella quería: su delicado rostro, no era su culpa haberse reprimido desde siempre aquellos deseos hacia las mujeres, la bisexualidad no era pecado, pero para ella aceptar que tendría que amar a una mujer que no era ella, no era algo que ella preferia.
Ya 9 meses después de todo, recibí una visita que jamás esperaba recibir. Harold entro de mala gana en mi oficina avisándome de aquella visita que no esperaba.
— ¿lo hago pasar o lo golpeó donde mas le duela? —Preguntó Harold celoso.
— Dile a mi asistente que Cancele mis citas esta tarde— respondí levantándome del escritorio
- ¿ lo quieres ver? ¿ estas segura?— Preguntó preocupado.
- Ya pase varios meses en terapia de nuevo y estoy mejor. Te lo juró y si no.... aquí siempre tengo mi navaja— dije sonriendo mientras tomaba mi bolso, aquella navaja me había salvado la vida, no era la misma con la que había herido a Cristina, pero si no tenía un arma en mi bolso.... No podía estar tranquila y mas desde que esa misma arma me habia salvado la vida en el Claro de la familia De Sousa..
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