Capitulo 1

"Crecer en un pueblo destilador de sidra significaba estar rodeada de manzanos en cada lugar  a donde  ibas. 

Nuestro pueblo Redville era el número uno en producción de manzanas en el continente, más que los dos pueblos vecinos y teniamos sobretodo una enorme fabrica ubicada aquí;en Redville: Sidras, compotas, importación... 

posicionando el pueblo uno de los mejores sitios para vivir... 

Para muchos."

A pesar de ser un pueblo productor, nuestra población era pequeña: pocas calles, pocos edificios, era como una joya con olor  a bosque en todo el país; pero esto era un pueblo pequeño con grandes problemas. Me di cuenta de eso desde los diez años, siendo una niña aún  en desarrollo  de los cuales mas de una cuarta  parte de mi vida  donde había sido odiada o ignorada por parte de mi salón, incluso cuando comenzamos preescolar éramos las mismas personas en el salón que jamás  cambiaba ¿Cómo era posible que pudieran  odiarme desde preescolar?

Siempre fuimos  los mismos quince alumnos  en el salón,en la misma escuela; con la misma gente reunidos  desde que teníamos tres  años y empezamos  el jardín  de niños. Todo en este pueblo era: nacer, crecer y morir dentro del pueblo que para muchos era un hecho y una Ley.

Mi vida era patética,  pero comenzaría  a serlo con las fuerza desde que todo el odio se fortaleció  cuando comenzó esa primavera del último año de primaria, donde las manzanas estaban en su mayor momento, a un paso de ser cosechadas... llegaría  una visita. 

Pero, aún  no era nomento de contar esa historia, lo mas divertido de Redville  o lo que lo caracterizaba era que Cada casa tenía su manzano, en cada esquina te encontrabas una manzana podrida en el piso, aunque nunca me habían gustado las manzanas de mi casa ya que en frente teníamos un manzano  al igual que todas  las casas del lugar siempre tenía manzanas de todos los colores y en el invierno cuando perdía  sus hojas  y se cubría  por la nieve  podías  ver como la nieve caía  de sus ramas asemejando una manzana de hielo, mi hermano mayor me había enseñado a trepar ese árbol pero  sus manzanas me traían un mal recuerdo asociado con mi vida en esa casa, en mi vida  por lo visto las manzanas  no era parte  de mi, aunque en mi colegio había un hermoso manzano el cual podía pasar mis tardes encima de este jugando sola, comiendo, leyendo novelas de fantasía... Todo lo que sea posible  para olvidarme de mi realidad. 

Mi realidad donde no erra una niña feliz; ya que vivía con un padre alcohólico y desempleado que gastaba nuestras becas en alcohol, tenía un hermano mayor; quién  se había ido inmediatamente del pueblo  cuando cumplió dieciocho  unos 3 meses atrás ya que no podía soportar a mi padre y sus maltratos hacia él, una madre que se fue cuando yo tenía apenas cuatro años... todos se iban de esté pueblo, menos mi padre.

Oliver mi hermanito; quién  sieempre me apoyaba sembró  en mi la esperanza de un nuevo futuro; sólo  tenía  que esperar  2 años mas para poder buscarme...

Sólo  eran dos  años más...

Dos años más en este maldito lugar ya que él volvería por mi y nos iríamos lejos de este lugar a vivir una nueva vida.

Una  vida de fantasía  dónde  escapaba de ésta, con un padre que  nunca quiso una niña y desde  el momento de que mi madre  escapó  de nosotros  tener una niña para él estaba extinto en su vocabulario, por lo que tenía que usar el cabello corto para no tener que ver mi cabello largo en su cepillo o en el suelo ya que le recordaba a ella, con ropa de segunda mano y   siendo uno de los primeros lugares en muchos ámbitos en el colegio: la número uno en la lista de honor y la número uno en la lista de presa para el bullyng.

¿Podía pedir algo más?

Si, que el día donde el caos tocará por fin a mi puerta al menos fuera piadoso  conmigo.