(Este cuento pertenece al Ciclo del Kazaer, el Príncipe Abisal).

Sacaron al hombre que se había expuesto al manuscrito, el Exoreth se acercó al médico que lo debía revisar. —Quiero un informe detallado de todos los problemas que presentó el investigador. El doctor rápido contestó. —Tal parece que, trabajando con el manuscrito, este terminó en este estado tan deplorable, no sabemos que pasó, las cámaras muestran que fue decayendo poco a poco de forma muy gradual. El hombre viendo al doctor se acercó a las pertenencias del trabajador, y de allí sacó un celular, que traía anotaciones del investigador.

Lo encendió, había estado trabajando durante ya más de una semana con el Manuscrito Nefilim, sacado de las Ruinas de Arakae. A medida que iba avanzando, encontraba largas listas de palabras sobre las que estaba trabajando, hasta que, finalmente dio con algo que le pareció importante.

"Las inscripciones transcritas, son en Honihen, reconocida lengua muerta que se ocupó hace muchos años. Las leyendas dicen que es el idioma que se hablaba entre los dioses. Tras largas investigaciones con el manuscrito, descubrí la conexión entre Laberinto Sideral y las Ruinas Arakae, es esa extraña entidad antiquísima que se mueve en las sombras, el Progenitor Nefilim."

El hombre leyó atento el texto, inquieto por los descubrimientos.

"Definitivamente esto tiene un carácter que llevará a nuestras investigaciones a otro nivel ¿Podría ser que exista un lugar, fuera de este universo? Pensamos durante años de trabajo, que a lo que se referían las viejas razas era solo un mito, que los Génesis no existían de verdad, y nos negamos a creer en los textos proféticos de Laberinto Sideral, y que existiera un lugar como la mítica Ciudad de Taentrea, que conecta con el mundo de los dioses. Después de leer estas inscripciones, estoy seguro de que las visiones que he tenido por el manuscrito son verídicas, de que aquellos que bajaron a lo más profundo de Laberinto Sideral y enloquecieron, en realidad sí tuvieron una audiencia con los dioses, con los Génesis."

El celular parecía estar siendo cubierto por un extraño hollín que ennegrecía sus manos y la pantalla táctil, más cercano a ser brasa, pues emanaba un extraño calor que el Exoreth no podía comprender bien, pero no le dio mucha importancia.

"Verídicas, sí, en efecto. Nefirilaem decía la inscripción, se refiere a los Nefilim y a una antigua deidad que los creó llamada Eiura Shegiagk. Cuando empecé a investigar este manuscrito de las antiguas Ruinas Arakae, pensé que habían sido hechas por el mismo autor, pero no, esta la escribió un ser profano que habla de ese líquido mitológico que buscamos, la Sangre Negra, y que podría dar respuesta a los enigmas sobre la mitología del universo. Sea como sea, el Manuscrito Nefilim debe permanecer resguardado, pues no solo su contenido, sino el manuscrito en sí es un peligro latente para cualquiera que lo posea y desee desvelar sus verdades arcanas."

El Exoreth notó que las palabras se hacían cada vez más difíciles de leer, la pantalla perdía su brillo, sus manos estaban hirviendo bañadas en el hollín negruzco, soltó entonces el celular y este al impactar contra el suelo se deshizo en cenizas, tal cual como si hubiera sido quemado hasta no dejar nada más. Sacaron el cuerpo del investigador, transformado ya en hollín, y el Exoreth habló a los sujetos que se lo llevaban. —Desháganse de lo que queda, ya conocen el procedimiento, el protocolo debe ser el de máxima seguridad. Comentó, mientras se dio media vuelta, y susurró para sí mismo. —Así que el Príncipe sí existió, el mítico Kazaer que derrocó y usurpó el trono de los dioses.