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El Devorador de la Oscuridad

(Este cuento pertenece al Ciclo del Dragón Abisal, el Dios Artificial y los Dioses de la Herejía).

Apsu miró a Tiamat quien observaba a los demás acarrear lo que parecían cajas con comida. Las entidades de piel verdosa sostenían los objetos con sus manos con cuatro dedos. Tiamat levantó la mano, mientras los observaba con sus ojos un poco depravados y una sonrisa maquiavélica, Apsu tomó la mano de Tiamat deteniéndola, y negándose con la cabeza.

La caravana de piratas viajaba llevándolos hasta el último umbral, buscando el Phrutonisrice para obtener la inmortalidad. La nave se movió abruptamente, algo había ocurrido que desconcertó al capitán de los piratas y se escuchó en el altavoz.

Apsu y Tiamat miraron por las ventanillas, presenciando algo ridículo por su suerte. Los planetas eran completamente negros, y las viejas estrellas parecían esferas incandescentes de brasa extraña, esa no era la peor parte, sino aquello que desvelaron los ojos de Apsu, la gran bestia cuyo nombre no debía ser pronunciado, Shykarios el Dragón Abisal.

Los piratas entonces se desviaron viendo a la criatura alimentarse de la brasa de la estrella, aferrándose atrozmente al cuerpo celeste. Al observar a la caravana, disparó un poderoso rayo energético de su hocico que desprendió oscuridad a su paso.

Tiamat lo miró maravillada, casi extasiada por desvelar una criatura única en su especie. -Quiero descubrirlo, quiero abrirlo, quiero descubrirlo, quiero revelar sus secretos, quiero revelar sus secretos. Dijo en voz alta, Apsu miró el horror abisal y corrió hacia donde estaba el capitán de la nave. Este dio una señal, nervioso.

El pirata habló a su flota de naves, y revelaron bajo su manto de velocidad una lluvia de disparos en ráfaga que golpearon a la criatura con energía, teniendo cuidado con el poderoso láser que podía arrasarlos con facilidad.

Los cañones dispararon sin cesar, Apsu se acercó al capitán. -Deten tu maldito fuego y sigamos de largo. Si un Semi Dios como el Rey Carnero no pudo matar al Dragón Abisal ¿Qué les hace creer a ustedes que una flota de piratas va a matar a una bestia de ese calibre? -¿Quién te has creído tú para hablarme así?

La mandíbula de Apsu se abrió en dos partes, sacando una segunda hilera de dientes. Poseía venas negras en su cuello que se arrastraban descendiendo desde su rostro hacia su cuerpo, el capitán se sintió amenazado pero sus hombres levantaron sus armas contra Apsu, quien los observó atentamente.

Entró Tiamat en la cabina, y con sus manos agarró a uno de los sujetos metiéndole la mano por debajo de la ropa. Él gritó, y todos observaron dirigendo sus armas hacia ella. -Son especies interesantes ¿Cómo serán sus entrañas? ¿Cómo serán sus entrañas, ah? Dijo, su mano se metió por debajo de la piel del sujeto, tocándole los órganos internos.

El capitán observaba la escena horrorizado, los dedos de ella se veían bajo la piel moviéndose frenéticamente, su sonrisa era siniestra. -Que interior tan cautivador ¡Tan cautivador! -Cazar a ese monstruo nos haría millonarios, imagina el tesoro que hemos encontrado. Apsu se mostró hostil. -Sí, pero nuestra meta es el artefacto antiguo, no cazar a esta abominación, y no llegaremos a él si te detienes a pelear contra cada horror sideral que encuentras.

El rayo impactó de paso destruyendo una de las naves de la flota pirata, arrasando con esta en cosa de segundos, el escudo de energía que usaban no era capaz de mitigar de ninguna forma el poder destructor del monstruo.

El capitán notó su error al ver que el escudo de energía creado por su ingeniera más inteligente no había sido capaz ni siquiera de detener el impacto del ataque, era un ataque equiparable a los Rayos de Alta Energía Planetaria.

"No" pensó él, diría que más bien era equiparable a un R.E.G.A.D.C. (Rayo Energético Galáctico de Alta Densidad Condensada) ocupados por las civilizaciones armamentísticas más poderosas que existían en el universo, y que eran alimentadas a base de energía de agujeros negros.

La bestia enorme desplegó sus extrañas alas y emprendió el vuelo hacia la caravana, Apsu se mostró molesto y les contestó a todos. -Bajen sus armas, todos queremos salir de aquí con vida, tengo una forma de escapar pero necesito un artefacto especial para cargar las Balistas Energéticas de Baja Densidad.

Apsu tomó un maletín, y de él sacó una munición extraña que ninguno de los piratas había visto antes, cargó la munición tras ello dio la orden de que se apuntara. El capitán mientras desplegó las naves moviéndose hacia un cinturón de asteroides cercanos, para así lograr perder al Dragón Abisal.

La criatura se movió raudo siguiendo a los piratas, las naves se dispersaron lo suficiente como para diluir la atención del gran horror, la nave principal esperó el momento. Shykarios abrió el hocico disponiéndose a disparar, cuando Apsu dio la orden, y la ráfaga disparó hacia su hocico explotando los proyectiles en una ráfaga violenta de energía condensada, aturdiendo a la criatura temporalmente.

Los asteroides hicieron a la nave perder rápidamente la visión del monstruo, la criatura no tardó más de diez segundos en recuperarse y en su agresividad disparó nuevamente su rayo de oscuridad contra los asteroides borrándolos en cosa de segundos.

De su espalda salieron esferas negruzcas que se dispararon como proyectiles teledirigidos produciendo grandes explosiones circulares a los asteroides, mientras la ceniza negra de los planetas a su alrededor se levantaba como el polvo, siendo atraído hacia el hocico del monstruo.

Apsu miró lo que estaba ocurriendo, cada vez se desperdigaban más esas esferas extrañas pero su hocico se veía extremadamente peligroso. Se acercó al Capitán rápido, preocupado. -Activa el maldito Salto de Plano con la caravana, si no quieres que todos seamos borrados de la existencia.

El Capitán miró hacia atrás volando a Velocidad Espacial, viajando a velocidades cercanas a la de la luz pero eso no sería suficiente para lo que se venía. Dio entonces la orden a la caravana, y activaron el motor de salto de plano, tras ello las naves se distorsionaron y cambiaron de fase, a un lugar extraño donde los colores se habían invertido, parecía que pequeñas criaturas flotaban por el vacío cósmico de un plano que jamás habían visto.

Apsu se quedó congelado viendo algo que nunca había visto, no aparecía en ningún libro de los Génesis, ni en los textos Enoquianos, era un lugar que nunca había desvelado. Tiamat miró por la ventana, y vio una criatura extraña con ojos grisáceos cincelados de escarlata, ella no musitó ni una sola palabra en su asombro.

El salto terminó, y volvieron a la realidad original. Fue un corto tiempo pero parecía que habían pasado días sin volver. Apsu quedó congelado al ver que Tiamat no dijo absolutamente nada al verlo, sus ojos resplandecían con un brillo grisáceo igual que los de la criatura que vieron. Alguien habló aterrado, uno de los piratas.

Apsu escuchó al Capitán asombrarse, y al mirar hacia afuera vio algo que simplemente lo encandiló, los planetas habían desaparecido, la estrella había desaparecido, no se habían movido en el salto debido a que habían ido a un plano que jamás nunca nadie había descubierto. Eso no fue lo que asombró a Apsu, lo que de verdad lo dejó helado fue el hecho de que el espacio poseía un color verdoso de fondo, la oscuridad del vacío cósmico había sido devorada por el Dragón Abisal.


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