—¿Princesa, dónde estás?

Era su voz, nuevamente había venido y ahora sabía perfectamente porqué es.

Días antes, él había bajado a alargar la cadena con la que estaba amarrada, con la excusa de que así podría moverme un poco más. Yo aproveché esto para explorar un poco el sótano y tratar de encontrar algo que me ayudara a escapar, pero no había nada

Solo simples cajas llenas de basura, ropa, ninguna arma; lo único que encontré fue una mísera lámpara, esta era algo pesada y de metal, quizás pudiera ayudarme a dejarlo inconsciente unos minutos.

Cómo último intento, me escondí detrás de unas cajas. Hasta ahí era el límite de la cadena así que tuve que estirarme todo lo que pude para poder enconderme detrás de ellas. Mi tobillo dolía horrible, sentía que la cadena se encajaba en mi piel roja e irritada por tantos días atrapada.

El silencio de la habitación y su oscuridad me ponían más tensa y nerviosa. Tenía que cubrir mis labios para evitar sollozar y revelar mi posición. Tenía mucho miedo, mi cuerpo temblaba y solo podía soltar pequeñas lágrimas ahogadas mientras que con mi mano derecha sujetaba la lámpara con fuerza 

—Princesa, ya te dije que no me gusta que te escondas. Me preocupa que te hagas daño... — la voz sonaba cada vez más cerca, por lo que mis lágrimas salieron más y más.

Mis manos temblaban y me preparé tanto física como mentalmente para ejercer mi plan. Cuando él estuviera delante mío yo...

—Te encontré~ — la voy de Ayato me sacó de mi transe y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo

Estaba delante mio, con una sonrisa tenebrosa. Mis lágrimas pararon de golpe y afloje un poco el agarre a la lámpara

—¿Qué haces aquí? Es peligroso — continuó, sonriendo y tomando mis mejillas con sus dos manos.

Volví a pensar en mi plan. Sujete la lámpara con fuerza y con toda la fuerza que logre reunir le lancé un fuerte golpe a la cabeza con la lámpara.

—¡¿Qué es lo que..?! — antes de poder terminar su frase, cayó inconsciente sobre mis piernas.

El único sonido que se escuchó fue el de la lámpara chocar contra su cráneo.

Me quedé estática unos segundos, solté la lámpara a un lado de mi y reprimi el grito que quería soltar.

Lo había... ¿Matado? Había sangre en mi ropa y en la lámpara, ¿Acaso yo..?

¡Maldita sea, ___! No es tiempo de pensar en eso

Enseguida, lo recosté en el suelo  y comencé a pasar mi mano por todo su cuerpo, buscando alguna llave que me quitara esta horrible y dolorosa cadena.

En su camisa nada, en sus bolsillos tampoco, ¿en dónde está? No creo que él sea tan asqueroso como para ponerlo en...

—No creo que vaya a hacer esto en verdad.. — trague saliva y cerré ambos ojos

El escalofrío seguía en mi cuerpo junto al sudor frío. Tenía miedo incluso con él noqueado.

Tan solo... Comencé a buscar la llave o algo que me ayudara a salir de aquí. Tuve que tratar de dejar el asco y la vergüenza de lado solo para buscar ahí...

—Mh... — ese había sido Ayato, ¿estará despertando?

Tenía que ser rápida. Tenía que encontrar algo o si no... Mi esperanza de escapar se iría

—____... — volvió a jadear y luego a retorcerse un poco.

Había quedado al menos 10 minutos inconsciente, ¿que clase de persona logra eso?

—Agh... — poco a poco fue recobrando la consciencia y abrió sus ojos lentamente — ¿_____?

—Mierda... — trague saliva y volví a tomar la lámpara

Esta vez mi cuerpo volvió a temblar pero sujete con fuerza aquella única arma que tenía y que sabía que si podía herirlo.

—____ — jadeó y colocó una mano en su cabeza, donde lo había golpeado — ¿Porqué hiciste....?

Se giró hacia mi, su cara de confusión había desaparecido y ahora era una de molestia. Yo, aterrada, retrocedí un poco, sujetando la lámpara con mis dos manos.

—Crei que me amabas, ¿Porqué me hiciste eso...? — hablaba con dificultad, su cabeza seguro le debía de estar matando en ese momento

—No.. Aléjate... ¡Lo volveré a hacer si te me acercas! — gritaba mientras retrocedía, temerosa de lo que fuera a hacer

—____, yo te amo... ¿Porqué lo hiciste? — volvió a preguntar mientras se iba acercando lentamente hacia mi

—¡Aléjate, monstruo! — volví a gritar y cerré mis ojos con fuerza, como si con esa simple acción él desaparecería

—¿Monstruo....? — repitió.

La habitación quedó en silencio, yo abri los ojos para descubrir porque era así y cuando lo hice... Un escalofrío recorrió mi cuerpo

El rostro de Ayato se había oscurecido, pero solo una tétrica sonrisa era percibible. El horror se apoderó de mi, haciendo que soltara unas cuantas lágrimas y pegara la lámpara aún más a mi.

Llegué al límite de la cadena, lastimando mi tobillo por segunda vez. Pese a eso, seguí tratando de jalarla con toda mi fuerza, tirando de ella como si se fuera a alargar o a romper para que saliera en el momento justo.

—Te has portado muy mal, ____ — su voz era grave, esta recorrió cada parte de la habitación hasta mis oídos, aterrandome

—Aléjate... — dije sollozando, sabiendo que esta vez no cambiaría nada por decir eso

—Tendré que castigarte — continuó, acercándose a mi.

—Por favor... Ayato.... ¡Te lo suplico! — mis lágrimas salían sin control alguno. Mis manos seguían sujetando con fuerza la lámpara, pero esta vez.. Ya no funcionaria, sabía que él estaría preparado para un segundo ataque y que si lo hacía... Temía por mi vida

—Veamos que tanto más podrás llorar una vez te castigue — él sonrió de lado, mostrando sus dientes.

—Por... F-Favor... Alguien... Salveme...