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40

— ¿In estás ahí? — mi hermano tocó la puerta — Jin me dijo que tal vez necesitarías ayuda, ¿puedes abrir?

Me levanté del suelo y fui a abrir la puerta.

— Estoy bien, ¿a qué se refiere SeokJin? — actúe lo mejor que pude. No voy a seguir metiendo a mi familia en estos problemas.

He decido enterrar todo lo que pasó con Jimin. Él me ha hecho demasiado daño ya, no quiero verlo nunca más. Estoy cansada de sus mentiras, de su falso amor y sus acciones. De su enferma y sucia mente, estoy cansada de todo eso y aunque lo ame y quiera volver con él, no lo haré.

Cerré la puerta detrás de mi para que JungKook no viera todo roto y bajé con él.

— ¿Ya has pensado en que quieres estudiar? — preguntó mi madre al servir la mesa.

— Sí, estudiaré lenguas. Soy buena en eso y me gusta. — sonreí — Escogeré al menos tres.

(...)

Me desperté muy temprano y salí hacia la Universidad de Lenguas para ver cuando podía hacer las pruebas de Ingreso para entrar. Me recibieron bien y me explicaron todo lo que tenía que hacer, ahora solo me queda estudiar un poco, la verdad solo será una entrevista, pero igual tengo que estudiar algo.

Tomé camino para volver a casa y sucedió lo que menos esperaba y quería en el mundo, ver a Jimin.

Bien, hora de acabar con todo de una vez por todas.

— ¿Qué haces aquí? — le pregunté cuando me planté frente a él. Miré su rostro hinchado y sus ojeras eran muy grandes, ¿qué es lo que le está pasando? Jimin nunca fue así.

¡No! Eso a mi no me importa, su vida o lo que haga con ella no es de mi incumbencia. Aunque lo mire con odio no puedo odiarlo, aunque me lo imagine siendo tan cruel no puedo creer que en verdad haya sido así.

— In no puedo. Te juro que lo he intentado, pero no puedo estar sin ti. — trató de acercarse y yo me alejé, juro que si me toca lo mato.

— Que lástima Park, pero ese es tu problema. — me alcé de hombros y negué con la cabeza — No puedo ayudarte así que puedes irte por donde viniste.

Frunció el ceño y me miró fijamente a los ojos ¿Qué buscas, Jimin? Ya no encontrarás a la JungIn que se irá contigo, ella ya no está.

— Pequeña, ¿qué es lo que pasa?

— No me vuelvas a decir pequeña, ¿qué es lo que pasa? — le devolví la pregunta sarcásticamente — Que se terminó Jimin, no volveré contigo, metete eso en la cabeza, ¿entiendes? 

— No. — dijo y tomó mis manos para detenerme — ¿Qué es lo que te pasa? Querías estar conmigo, lloraste para que te dejara quedarte, ¿por qué ahora estás así?

— Suéltame. — no lo hizo — ¡Suéltame ya Park Jimin. — manoteé para que me soltara, le di varias veces en la cara — ¡Lo sé todo, ya me lo contaron! Eres un asqueroso sucio psicópata de mierda! ¡No quiero verte más y esta vez es definitivo!

No quería llorar, había estado aguantado pero ya no podía hacerlo más, mis lágrimas salieron y no las pude detener.

— ¡Pagué por eso! — gritó, fue un grito ahogado — Yo no quise hacerlo, ella, yo la quería más que a nadie en el mundo y no quería estar conmigo, después de que le di todo quería irse de mi lado y dejarme solo.

— ¿Eso te dió el derecho de abusar de ella?

— Ella era mi novia, podía hacer lo que quisiera.

— ¡Claro que no! No podías Jimin, ¿qué te crees? ¿Que eres dueño de las personas cuando te enamoras de ellas? — negué y lo miré a los ojos — Destruiste su vida, no destruirás la mía.

(...)

Después de ducharme fui a mi cuarto para acostarme, preparé mi cama y me acosté. Estaba realmente cansada, no física sino mentalmente. Creo que tratar de no pensar en Jimin está haciendo que piense mucho más en él.

¡Pagué por eso!

¿A qué se refería? ¿Acaso habrá ido a la cárcel? Dios, no puedo imaginarlo en un lugar así.

No puedo estar sin ti.

Yo tampoco puedo estar sin ti, pero, ¿qué puedo hacer? Me siento completamente herida. Tanto que estoy intentado olvidarte para siempre.

Cerré los ojos y suspiré.

— JungIn. — mi mamá se asomó en la puerta y yo abrí los ojos — Me tengo que ir al trabajo, hubo un gran accidente en la avenida y necesitan a todos allí. — abrí mis ojos muy grandes, debe haber sido muy fuerte — Ya llamé a tu hermano y le dije que no saliera de casa de TaeHyung, podría ser peligroso. Él se quedará esta noche allá así que te quedarás sola, por favor no salgas y cuídate mucho. Siento tener que irme y dejarte sola.

— Está bien mamá, estaré bien, no te preocupes por mi. — sonreí — Tu ten cuidado, puede ser peligroso también para ti.

Dejó un beso en mi frente y se fue, volví a acostarme y me quedé completamente dormida.

¡Dios!

Un fuerte trueno acompañado de una fuerte lluvia hizo que me despertara a media noche, miré el reloj y no, no era media noche. Eran las 02:25am. Traté de calmar mi corazón para volver a dormir, me giré hacia el otro lado y grité nuevamente.

— ¿¡Qué haces!? — grité con fuerza, me había asustado mucho.

Jimin estaba sentado en el sofá de mi cuarto echado hacia atrás con las manos cruzadas mirándome fijamente, parecía un completo psicópata, ¿como entró siquiera? No respondió a mi pregunta, simplemente se quedó en silencio, mi piel se erizó por completo.

— ¿Estás loco Jimin? ¿Qué haces aquí? — mi voz tembló, no quería parecer asustada. Pero su manera de comportarse no me lo dejaba fácil — ¿Cómo entraste? Te dije que habíamos terminado, no puedes estar aquí.

Quité la sábana que me cubría y me levanté, él hizo lo mismo y vino hacia mi tumbándome en la cama nuevamente quedando encima. Traté de apartarlo pero bloqueó mis manos para detenerme y apretó su cuerpo contra el mío.

— Eres demasiado débil, pequeña. — susurró en mi oído — Debes ser más fuerte para ganarme.

¿Qué?

— Esto no es gracioso, Jimin. — le dije cuando lo vi reír.

— No estoy intentando ser gracioso.

Nuestras miradas se encontraron y nos quedamos callados por unos segundos en los cuales mi corazón quería salirse de mi pecho.

— Pequeña...

Volvió a susurrar y enterró su rostro en mi cuello respirando sobre él, yo también sentí su aroma y me debilité completamente. Soltó mis manos y se acercó a mis labios para besarme, sentí sus fríos labios sobre los míos y mi cuerpo se erizó. Pero no hice nada, no le correspondí y eso al parecer lo había dejado desconcertado.

— Solo vete. — le dije cuando me miró nuevamente, sus ojos estaban cristalizados.

— Esto no va a acabar.

(...)

— ¿Qué quieres, qué? — Jin unió sus cejas sin entender y me miró de arriba hacía abajo.

Estaba empapada, la sombrilla que había utilizado para venir estaba rota y no me di cuenta de ello antes de salir, así que mientras yo luchaba por cruzar la calle abriéndola me di cuenta de que eso sería imposible.

Volvió a posar sus adormecidos ojos en los míos. Rechistó y se hizo a un lado para dejarme entrar.

— No puedo creer que hayas venido solo por una lluviesita inofensiva.

Me dió una toalla y lo seguí escaleras arriba. Entró a su habitación y me dió ropa para dormir. Entré al baño, me sequé y me la puse.

Cuando salí lo vi dormido plácidamente en su cama, ni siquiera tiene una pizca de preocupación por su vecina.

— No hay más camas en esta casa así que si quieres dormir cómodamente como la princesa que crees que eres, te tocará dormir aquí, si no, allá abajo hay un sofá muy incómodo esperándote. — habló sin abrir los ojos y se giró boca arriba.

Le di la vuelta a la cama y me acosté a su lado, con una notable separación, por supuesto.

— No he venido por la lluvia. — confesé — He venido porque Jimin se coló en mi casa. — miré el techo — No puedo creer que esté sintiendo miedo de él.

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