
03
Me volteé y casi me da un paro cardíaco al ver al chico de cabellos rojos frente a mi. ¿Qué hace él aquí?
— ¿Qué pasó? ¿Sorprendida?
— ¿Qué haces aquí? — susurré — No le contaste a nadie lo que pasó, ¿verdad?
— ¿Tienes miedo de que se entere? — señaló a Hoseok.
Sí no, cómo si eso fuera lo más importante.
— Me da igual Hoseok — dije, cruzando mis brazos a la altura de mi pecho.
A todas mis acciones el ponía mucho interés. No dejaba de seguir mis movimientos, bueno sí lo hizo, cuando se topó con mis pechos.
— A mi no me parece — habló sin dejar de mirar en esa dirección.
— ¡Jimin! — gritó mi hermano.
¿Jimin? ¿Así es como se llama? Él pasó por mi lado sin ningún problema y se dirigió a la sala donde estaban todos reunidos.
Yo aunque no fui invitada, aún a sabiendo que JungKook se molestaría y me mandaría a volar, lo seguí.
— Hey In — saludó Hoseok, con su típica voz dulce y seductora.
— Un carajo — finjí una sonrisa — JungKook — me volteé a mi hermano — ¿Por qué no me presentas a tus amigos?
Ahora podía ver bien al chico que estaba al lado de SeokJin, su cabello estaba teñido de un rubio cenizo, nunca lo había visto en mi vida.
— ¿No estabas arriba comiéndote tus estúpidos discos de música?
— Me aburrí, así que decidí acompañarlos, ¿qué creen chicos?
— Perfecto — habló Jimin.
— ¿In no me reconoces? — intervino con una sonrisa el rubio — Soy Tae, Taehyung.
¿Taehyung? ¿Quién se supone que es?
— Creo que no, lo siento, soy un poco despistada — el chico bajó la cabeza y me sentí realmente mal al no poder recordarlo — Pero dime, ¿dónde nos conocimos?
— Nos cruzamos una vez en el colegio, tu me ayudaste a recoger mis cosas. Te veo mucho.
— Ah, creo que ya recuerdo — mentira — Es que ese día andaba muy atareada, ya sabes, cosas de la escuela — sonreí.
— Bueno, creo que debería presentarme también, ¿no? — alzó sus cejas — Aunque ya nos conocemos.
— ¿Se conocen? — JungKook puso cara de asombro, sí hermanito, lo conocí primero que tú y mejor.
— Sí, ellos estuvieron juntos anoche en la fiesta — intervino Hoseok — Demasiado diría yo.
Es un maldito hasta la muerte.
— Eso es porque In y yo somos muy buenos amigos — me tomó por los hombros y me acercó a él — Ya nos conocíamos de antes ¿No es cierto pequeña? — sonrió, una sonrisa bien fingida, era todo un actor.
— Sí — respondí sin añadir nada más, no sabía qué estaba pensando decir este chico así que opté por mantenerme callada.
Mientras más hablaba mis nervios empeoraban, ahora que recordaba todo lo que había pasado esa noche me sentía nerviosa. No sé como él puede estar tan tranquilo.
(...)
No podía creer todo lo que había inventado Jimin en un minuto. Ahora hasta amigos íntimos eramos. Y lo más importante es donde lo conocí, esto si me dio gracia. Pues el dijo que me había conocido en la biblioteca, por favor si se nota a leguas que el nunca a puesto un pie en un lugar como ese.
Mi hermano por supuesto comenzó a hacerme preguntas. Para el Jimin era un Dios o algo así. Me contó que es un chico de fiesta, y que las personas lo respetaban, es decir que es un total parrandero.
¿Qué hará un chico como él andando con mi hermanito? Porque puede que JungKook quiera aparentar ser un chico malo, pero no es nada de eso, es solo un niño de mamá. Con decir que toda su vida su mejor amigo a sido Kim SeokJin, el vecino del frente que es seis años mayor que él, pero hay que decir que el vecinito no está nada mal, es cuatro años mayor que yo.
Volviendo al tema de Jimin, ayer no sabía quién era Hoseok y hoy estaba reunido con él ¿Es demasiado pensar que eso está un poco raro?
— In, querida — mi madre me habló y rápidamente me sacó de mis pensamientos — Recuerda que mañana tienes que ir con tu padre.
— Pero mamá... — odiaba ir a su casa ¿Por qué no puede el venir a vernos?
— No vayas a comenzar a protestar In por favor — alzó los brazos en señal de paz. No quería pelear, yo tampoco.
— Está bien — me resigné — ¿JungKook va?
— No, el irá la próxima vez, recuerda que todavía tiene que estudiar para su examen.
(...)
Ya estaba de camino, en bus, porque ni siquiera me da dinero para poder tomar un taxi.
En el camino iba estallandome los oídos con SOBER de BIGBANG. Por lo menos podía escuchar buena música mientras viajaba.
Al fin llegué a mi destino y después de empujar y que me empujaran logré bajar viva de allí. La casa de mi padre estaba pintada de un color diferente y se podía ver desde donde estaba que estaban construyendo. Genial, me llenaré de polvo.
Me acerqué poco a poco y vi salir a un señor con ropa de trabajo, la cara llena de arena y un saco de cemento a cuestas. En definitiva, era mi padre.
Lo saludé con mi mano y me paré a su lado cuando estuve mas cerca.
— Oh, mi querida In — me miró con lástima. Odio que me miren con lástima. Observó todo a su alrededor y luego su vista se posó en mi nuevamente — Lo siento pero hoy no podemos estar juntos, tengo muchos trabajo aquí y quiero terminar antes de que termine el año.
Y aquí es cuando me pongo pesada y le digo todo lo que se merece, pero no, solo sonrío amable y le digo que no importa, no importan las horas en bus para llegar hasta aquí. No, claro que no. Maldito.
Volví hacia la parada del bus después de recibir un dinerito de mi padre. Lo que puede suceder cuando te sientes culpable.
Volví a colocarme los auriculares y me senté a esperar. Por encima de la música podía escuchar rugir un motor, miré hacia adelante y me encontré con una moto, súper moto BMW. El chico sobre ella me miraba aún con el casco puesto.
¿Qué diablos?
De repente se apagó y el chico bajó quitándose el casco. No puede ser.
Creo que pestañeé más de cinco veces en un segundo. No podía créemelo.
Park Jimin se acercaba a mi con una media sonrisa. En los pocos segundos que observé sus ojos pude ve que hizo un corto recorrido por todo mi cuerpo.
— Hola pequeña, ¿qué haces por aquí? — sé sentó a mi lado y cruzó sus brazos.
Me quedé observándolo de arriba a abajo, si el podía escanearme yo también a él, ¿no? Me encantaba como estaba vestido, su ropa era completamente negra, lo que más me gusta de lo que trae puesto es su chaqueta. Y se había teñido el cabello, ya no parecía un bombillo rojo.
— Se supone que venía a pasar tiempo con mi padre — alcé mis cejas — Pero aquí me ves — respondí después de mil años.
— Ya veo — dijo mientras jugaba con sus llaves — ¿Ya vas a casa? — asentí perezosamente — ¿Quieres que te lleve? — puso su mano sobre mi muslo y me miró a los ojos. Una extraña corriente invadió mi cuerpo.
— No gracias, no estoy interesada — quité su mano, solo su mano ahí provoca a que mi corazón se impulsara.
— Hey, no estés pensando cosas malas — soltó una carcajada — Te llevaré directo a casa.
— Bueno, si es así — miré la maquina, wao, vaya que era linda y potente, se puede notar con el sonido del motor.
Los dos nos levantamos a la misma vez y llegamos juntos a donde estaba la moto. El tomó el casco y me lo extendió para después ponerse el de él.
— Sube pequeña, te daré una vueltecita.
Subí y al instante me agarré de su cintura. Joder, voy a morir aquí detrás, su espalda ancha y su abdomen formado se sentían realmente sexy.
Rápidamente esas imágenes volvieron a mi mente ¿Cómo puedo hacer esto? Estoy actuando igual que él, como si no hubiera pasado nada, seguro que para él no significó más que una noche cualquiera, pero para mi no, no me refiero a que esté enamorada de él, me refiero a que tuvimos sexo, ni siquiera nos conocíamos y ahora estamos aquí, como simples conocidos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro