39. El verdadero Alfa
Mia
Cuando llegué a casa, Lobo me recibió, noté que no le había dado nada de comer desde que me fui con Stiles el día anterior. Así que le serví comida, llené su plato de agua y lo acaricié para que no sintiera que me había olvidado de él.
Al subir a mi cuarto, cogí mi ballesta, que estaba bajo mi cama y la colgué de su tirante sobre mi hombro.
Bien, ahora estaba lista para ir a luchar contra Jennifer... aunque no sabía qué tanta diferencia haría con mi ballesta...
Me fui en Volbee hasta el punto de encuentro, pero no había nadie todavía. Esto me pasa por ser puntual.
―No esperaba que tu vinieras ―escuchar la voz de Deucalion se estaba volviendo algo normal.
―No esperaba que estuvieras aquí tan pronto ―respondí cruzándome de brazos.
Él sonrió. ― ¿Ya te transformaste?
Negué. ―Creo que no funcionó tu mordida ―mentí y él claramente se dio cuenta.
―Tú dices algo, pero los latidos de tu corazón dicen otra cosa, ya funcionó la mordida. Mejor, así podrás aprender a combatir cuanto antes.
―No quiero pelear como salvaje, para eso tengo mi ballesta.
― ¿De qué te ha servido? ―me preguntó―. Las garras y rapidez de un hombre lobo son mil veces mejor.
Él parecía muy divertido con todo esto y yo, aun no entiendo por qué, ¿cuáles son sus verdaderos motivos? ¿qué quiere de mí?
― ¿Por qué me mordiste? ―le pregunté finalmente.
Él alzó una ceja. ―Ya te lo dije.
―No, dime la verdad, porqué lo hiciste.
Deucalion suspiró, dio un par de pasos hacia mí, me sorprendió que yo no diera un paso hacia atrás.
―Si te digo, no me vas a creer.
Me encogí de hombros. ―No sabrás si no me lo dices.
―Soy tu padre, Mia.
―Eso ya me lo has dicho antes.
―Pero aún no lo quieres creer ―quitó sus gafas y frotó sus ojos, parecía cansado―. Aunque no quieras aceptarlo, soy tu padre, y, aunque no lo creas, siempre he estado pendiente de ti.
¿Pendiente? Sí, claro...
―Tu mamá solía contarme cómo estabas, eso hasta que murió ―noté dolor en sus palabras―. Solo tuve la oportunidad de estar cerca de ti una vez cuando eras niña, tenías tres años, probablemente no lo recuerdas.
No, definitivamente no lo recordaba.
―Había tenido una discusión y estaba herido, me presenté a tu casa, pensé que tú no estabas, tu mamá me había prohibido acercarme a ti.
― ¿Por qué? ―la curiosidad me había invadido, era extraño oír que alguien hablaba de mi mamá. El donante de esperma jamás lo hacía, no para contarme historias, solo para decirme que yo no era nada comparada con ella.
―Quería criarte lejos de este mundo ―respondió encogiéndose de hombros―, lo acepté porque pensé que sería lo mejor para ti.
―Y aun así decidiste morderme ―le reproché.
―Ese día me viste transformado en hombro lobo ―continuó sin hacer caso a mi comentario―, me sorprendió que no te asustaras de mí, claro que, cuando tu mamá me vio contigo, casi me mata ―rio―, admito que ese día pudo matarme, estaba bastante molido.
Jamás creí que vería una verdadera sonrisa en la cara del Alfa de la manada de Alfas.
―Nunca quise que estuvieras lejos de mi ―prosiguió―, pero lo hice por tu bien. Ahora que, sé que estás envuelta en este mundo, no tengo motivos para seguir lejos de ti. Por eso te mordí, solo para activar las habilidades que ya tenías.
―Jamás tuve ninguna habilidad de hombre lobo.
―Claro que sí ―respondió―, ¿acaso crees que una Sibila puede curarse tan rápido por sí sola? ¿o que una Sibila en realidad es detenida por la "ceniza de montaña"?
― ¿Cómo sabes...?
―Sé qué ha pasado contigo, Mia ―dio otro paso hacia mí―. Tus habilidades de mujer loba han estado a flote desde que el inútil de Peter Hale te atacó el año pasado. Algunas más potentes que otras, por eso has tenido visiones de Sibila y por eso has podido curarte.
― ¿La ceniza de montaña no debería de afectarme?
Sí, de todo lo que dijo, eso es lo que más me llamó la atención.
―No, como Sibila no, como mujer loba sí.
―No entiendo, ¿soy una o soy la otra?
―Eres ambas, solo debes saber controlar las dos partes.
Me siento demasiado confundida. Nada de lo que dice tiene sentido. ¿Cómo es posible que pueda ser dos seres sobrenaturales a la vez?
Entonces, algo vino a mi mente y me molesté. ― ¿Por eso me quieres en tu manada? ¿Porque puedo ser una Sibila y mujer loba a la vez?
― ¿No has escuchado nada de lo que dije? ―ahora él se molestó―. Te quiero en mi manada porque eres mi hija y es ahí donde perteneces.
―Pues no gracias, prefiero quedarme donde estoy ahora, con mis amigos y no con tu estúpida manada asesina.
Su mirada era intensa, sus ojos rojos brillaban y a pesar de estar tan cerca de él, no tenía miedo. No me iba a matar, eso estaba claro.
―Han llegado un poco tarde, no, ¿Scott? ―dijo Deucalion, me tomó por sorpresa su cambio de voz repentino, ahora sonaba despreocupado.
De entre los árboles, aparecieron Isaac, Allison y Scott. Stiles no estaba con ellos.
―Nos retrasamos un poco. ¿Dónde están los demás? ―Scott me miró y me encogí de hombros. No tengo idea de dónde están los Alfas..
―Ocupados en otras actividades ―respondió Deucalion.
― ¿Solo seremos tú y yo contra ella? ―le preguntó Scott.
―Y Mia, también ―asintió hacia mí―. Te sorprenderá ver qué buen equipo hacemos los tres.
Tanto Isaac, como Allison y Scott me miraron en busca de respuestas.
―No por nada traje mi ballesta ―les dije alzando mi arma para que pudieran verla.
―Dijiste que habías ido a cambiarte de ropa ―me dijo Allison.
Oh sí... yo les había dicho eso, aunque en realidad había ido por mi ballesta. Bueno, tampoco es como si siempre les dijera la verdad, a veces tengo que mentir un poco para poder despistarlos y hacer lo que quiero.
― ¿Mentí?
Scott negó con la cabeza, pero no había nada que él pudiera hacer para evitar que me uniera al enfrentamiento. Él giró hacia Isaac y le susurró algo que... pude oír perfectamente... supongo que las habilidades de mujer loba sí están apareciendo en mí.
―Busca a Stiles y luego ve al silo del Nemeton ―dijo Scott―. Alejaremos a Jennifer mientras los sacas de allá.
― ¿Cómo lo harán? ―le preguntó Isaac.
―Tengo un plan.
➸
Luego de que Isaac y Allison se fueran, tanto Deucalion como yo, seguimos a Scott, no nos había dicho cuál era su plan, pero confiaba en él. Cuando se ponía serio, tenía buenas ideas... en cualquier otra ocasión no, era terrible.
Caminamos por al menos quince minutos, ninguno hablaba entre sí. La tensión era palpable y, cuando decidí decir algo que nos relajara a todos, llegamos a lo que parecía ser una destilería abandonada.
―Dijiste que tenías un plan ―le dijo Deucalion cuando llegamos a la entrada.
―El primer día de clase, Jennifer nos mandó un mensaje a todos ―empezó a explicar Scott.
―Oh sí ―dije―, un mensaje súper largo del final de un libro que nunca nadie leyó ―incluyéndome... lo siento, estaba muy ocupada con "Orgullo y Prejuicio".
Scott asintió. ―Era la última frase de "El Corazón de las Tinieblas" de Joseph Conrad, quiero enviarle un mensaje a ella.
Deucalion solo asintió, no parecía importarle mucho el plan de Scott.
Mi amigo sacó su celular y grabó un símbolo que había en uno de los muros. ― ¿Ves esto? Es un símbolo de venganza ―dijo él, luego, giró la cámara para que también lo enfocara―. Hablas de equilibrio, de salvar gente. Sabemos lo que quieres de verdad. Y ya sabes dónde encontrarnos.
Dicho eso, dejó de grabar y envió el video a Jennifer.
― ¿Seguro que va a saber dónde estamos? ―pregunté.
―Así es ―respondió Deucalion―, no creo que tarde mucho en llegar.
➸
Deucalion tuvo razón.
No paso ni media hora, cuando una figura apareció en la neblina fuera de la destilería, al principio noté a Jennifer, luego, apareció otra figura a su lado. Me tomó tres segundos darme cuenta de que pertenecía a Derek. Crucé miradas con Scott, ninguno de los dos esperaba que él viniese con ella.
¿Qué diablos está haciendo este estúpido lobo?
Deucalion, por otro lado, no parecía estar sorprendido... como siempre, mantenía una postura imperturbable.
En cuanto entraron a la destilería, ambos pararon a tres metros de nosotros, como nadie dijo nada, fui la primera en hablar. ― ¿Me puedes explicar qué demonios estás haciendo con el Darach?
Derek dirigió su mirada a Jennifer y luego la posó en mí. ―Aunque sea difícil de creer, intento ayudarles.
― ¿Ayudarnos? ―repitió Scott.
―Como hermano contra hermano ―intervino Deucalion―. Es demasiado americanizado.
Giré a verlo, con total incredulidad.
― ¿Es este el momento de soltar bromas? ―le reproché.
Como había hecho él varias veces esta noche, simplemente me ignoró. ― ¿Estás lista, Jennifer?
La mirada de nuestra exprofesora daba miedo, lo admito. Si las miradas mataran, definitivamente ella ganaría.
Deucalion empezó a quitarse la casaca de encima, preparándose para la batalla. ― ¿Recolectaste tus hierbas? ¿Les rezaste a tus dioses antiguos y a tus robles? ―lanzó la prenda a un lado―. ¿Degollaste a un bebé, quizás?
―Creo que ya sé de dónde sacaste tu sentido del humor macabro ―me susurró Scott, debido a ello, se ganó un golpe en el estómago de mi parte.
Ninguno de los presentes nos hizo caso, todos prestaban atención a... ¿mi padre?
― ¿Les mostramos por qué tuviste la necesidad de sacrificar a nueve inocentes solo para enfrentarme? ―dijo dando varios pasos hacia Jennifer mientras se transformaba en hombre lobo.
Su cara se llenó de cabello, su piel oscureció y... asumo que sus ojos se tornaron rojos, no podía verlo bien desde donde yo estaba parada.
― ¿O ya van doce? ―su voz sonaba cada vez más gruesa y tétrica.
El rostro de Jennifer ya no parecía molesto, ahora se veía asustada.
Derek se transformó en hombre lobo rápidamente y se lanzó hacia Deucalion, el segundo, fácilmente detuvo la embestida cogiendo ambos brazos de su atacante.
― ¿También ves los ojos azules de Derek? ―le pregunté a Scott, él solo asintió.
¿Por qué no están rojos? ¡Se supone que Derek es un Alfa!
Jennifer aprovechó ese momento para lanzarle un ataque a Deucalion, el cual no surtió efecto, es como si ella no hubiera hecho absolutamente nada, algo así como Greenberg en un examen de Economía. Esta vez, Deucalion cogió a los dos por la garganta y los elevó del suelo. Los lanzó a ambos, pero Derek se recuperó rápidamente y volvió a arremeter contra él.
―No mates a Derek ―dije, Deucalion me miró y lo lanzó sin complicaciones al otro lado de la destilería, justo sobre llantas―. ¿Gracias...?
Asumí que me hizo caso y lo lanzó para no matarlo.
Cuando hizo esto, Jennifer aprovechó para acercarse a mí y tratar de atacarme, no entendí por qué hasta que Deucalion se puso enfrente de mí y la cogió por el cuello.
― ¿Tratas de ir por mi hija? ―le dijo molesto―. No te vuelvas a acercar a ella.
¿Deucalion acababa de salvarme?
No tuve tiempo de procesar la información, ya que él colocó a Jennifer de rodillas y se dirigió a Scott.
―Mátala ―le ordenó.
Scott me miró y yo negué con la cabeza. Al hacer eso, Deucalion soltó un rugido que hizo que ambos cayéramos al suelo. Giré hacia Scott, él se había transformado en hombre lobo, pero sus ojos seguían siendo marrones.
―Mátala ya ―repitió Deucalion―. Sus padres están muriendo. ¿Esa tormenta que oyes? Ella está enterrándolos vivos. Es su conexión con las corrientes telúricas. Mátala y terminará.
―No terminará ―advirtió Jennifer―, no conmigo. Te hará matar a todos los que amas. Es lo que él hace.
―Están muriendo, Scott. Tu madre y los padres de tus mejores amigos. Mátala ya, y esto terminará. Conviértete en el Alfa que naciste para ser. Conviértete en asesino.
―No están muertos aún ―respondió Scott.
― ¿Y quién va a salvarlos? ¿Tus amigos? ―dijo entre risas.
Scott se puso de pie y en ese momento sus ojos cambiaron al color dorado de hombre lobo. ―Mi manada ―respondió corrigiendo hacia Deucalion.
Al escuchar eso, Deucalion se acercó a Scott más rápido que Flash y lo cogió del cuello, tal como tenía a Jennifer hace medio segundo. Cogió la mano de Scott -la cual tenía sus garras fuera- y se acercó a ella.
―Quizás solo necesitas que te guíe un poco ―dijo él.
Cogí mi ballesta lo más rápido que pude y lancé una flecha a la pierna de Deucalion, él giró a verme, me estremecí cuando sus ojos rojos se posaron en mí.
― ¡Déjalo ir! ―le grité.
Me puse de pie, aún con mi ballesta apuntándolo.
―No te metas en esto, Mia ―me advirtió, pero no le hice caso, lancé una flecha a su brazo, pero él ni se inmutó, es como si no lo estuviera tocando.
―Mia ―me llamó Scott―, no te preocupes por mí.
Fruncí el ceño. ― ¿De qué hablas? ¿La vas a matar?
―No, es solo que acabo de recordar algo que me dijo Gerard hace un tiempo.
― ¿Qué diablos te dijo ese viajo asqueroso? ―y, ¿por qué lo recuerdas justo ahora?
―Me dijo que Deucalion no siempre está ciego ―de su bolsillo sacó algo, aunque no logré ver bien qué era. Solo sé que, cuando lo lanzó salieron chispas que nos dejaron enceguecidos por un minuto.
― ¡Maldita sea, Scott! ¿No pudiste advertirme? ―le grité, pero no obtuve respuesta.
Cuando por fin pude recuperar la vista, noté que los tres hombres lobos habían vuelto a la normalidad.
―El eclipse ―dijo Deucalion, quien se tambaleaba―, ya empezó.
Lo peor de todo es que Jennifer no estaba en ningún lugar de la destilería.
― ¿Escapó? ―me preguntó Scott.
―Su meta es matar a Deucalion, no se ha ido ―le respondí.
En ese momento, una sombra apareció en la entrada, era Jennifer con la apariencia de Darach, o sea, con su verdadera cara. En cuanto entró, lanzó a Scott contra unos cilindros que habían dentro de la destilería. Y, luego, se acercó a Deucalion, lo cogió del cuello y lo lanzó al suelo. Empezó a golpear su cabeza contra el piso, haciendo que él suelte gritos de dolor.
Lancé una flecha hacia la cabeza de Daraniffer -sí, es otro mix de palabras-, pero ella lo cogió antes de que la pudiera tocar. Ella se acercó a mí rápidamente y me acercó hacia Deucalion.
―No le hagas nada ―pidió.
Pero ella no le hizo caso y me lanzó hacia un muro de la destilería, al caer golpeé mi cabeza. No quedé inconsciente, por suerte. Derek se acercó a mí y me ayudó a sentarme. Mientras, Daraniffer siguió golpeando a Deucalion contra el suelo.
― ¡Detente! ―le grité a ella, pero estoy segura de que no se escuchó en absoluto, mi voz salió como un chillido.
― ¡Jennifer! ―gritó esta vez Derek poniéndose de pie y acercándose a ella―. Él no sabe.
― ¿Qué cosa?
―Cómo es tu aspecto verdadero ―le respondió, esto hizo que ella girará hacia Deucalion.
―Él sabe lo que le costó llevar a Kali a su manada, pero nunca ha visto el precio que tu tuviste que pagar.
Daraniffer alzó una ceja. ―No, no lo ha visto.
Ella se puso de rodillas nuevamente junto al cuerpo de Deucalion. Colocó su mano sobre sus ojos y él soltó un grito ensordecedor. Cuando ella lo soltó, él parpadeó varias veces, su vista primero se fijó en mí.
―Mírame ―le ordenó Daraniffer, cuando él no lo hizo, gritó―: ¡Mírame!
Él giró hacia ella, pero casi al instante su forma cambió a la de Jennifer, ya no era el Darach. Alzó su mano para atacarlo una vez más, pero se tambaleó sin fuerza. Derek la sostuvo antes de que cayera al suelo.
― ¿Qué sucede? ―preguntó ella.
―Curarlo te debilitó ―le explicó Derek―, eso me pasó cuando sané a Cora. No tendrás tu fuerza durante algunos minutos.
¿Él sanó a Cora? ¿Cuándo? ¿Qué ha sucedido? ¡No entiendo nada!
―Entonces hazlo tú ―le pidió―, mátalo.
Derek negó. ―No.
― ¿Qué? ―Jennifer se veía desconcertada.
―Como decía mi madre, soy un depredador, pero no tengo que ser un asesino ―le dijo Derek, luego la cogió del cuello―. Déjalos ir ―dijo refiriéndose a los papás de nuestros amigos que seguían encerrados.
Lamentablemente, él no pudo contra ella y Jennifer lo lanzó sobre unas cajas y empezó a golpearlo varias veces en el rostro. Mientras ellos forcejeaban, me acerqué a Jennifer por detrás y le golpeé la espalda, haciendo que ella girara hacia mí y soltara a Derek.
― ¿Quieres pelear conmigo, Mia?
Fruncí el ceño. ―Quiero derrotarte.
En ese momento, sentí fuerza correr por mi cuerpo, en mis dedos aparecieron garras y fue tan extraño que grité.
―Tus quince minutos terminaron ―dijo Derek.
Jennifer se alejó de nosotros y lanzó ceniza de montaña a su alrededor, bloqueándonos de ella.
―Como te dije, Derek, o los padres o tú ―dijo Jennifer―. Supongo que ahora tendré que quedarme con ellos. En unos minutos, estarán muertos y no necesitaré un eclipse lunar para matar a un lobo demonio.
Scott tenía una mirada determinada en el rostro, se acercó al campo de protección que se había formado alrededor de Jennifer y lo tocó con su mano.
―Ya has intentado esto antes, Scott ―le dijo ella―, no recuerdo que hayas tenido mucho éxito.
La mirada de Scott jamás dejó a Jennifer, estaba concentrado en sacarla de ese círculo. El campo de protección parecía flaquear. De un momento a otro, los ojos de Scott cambiaron de dorados a rojos y fue ahí cuando logró dar un paso dentro del círculo, rompiendo el sello y lanzando a Jennifer al suelo.
― ¿Cómo hiciste eso? ―le preguntó Jennifer.
Derek se colocó a mi lado, ambos estábamos estupefactos.
―Ahora soy un Alfa ―respondió Scott―. Detén lo que estés haciendo para causar la tormenta o te mataré yo mismo. No me importa si eso altera el color de mis ojos.
―No cambiará el color de los míos, así que permíteme ―dijo Deucalion.
No sé en qué momento se había puesto de pie. Se acercó a Jennifer y le desgarró la garganta. En cuanto lo hizo, su apariencia cambió al del Darach.
La tormenta cesó cuando ella dejó de luchar por vivir.
― ¿Esto quiere decir que los demás están bien? ―pregunté viendo a Derek.
―Solo hay una forma de averiguarlo ―respondió Scott. Él llamó a Stiles y me alivié al saber que él y todos los demás estaban bien. Solo parecía que necesitaban una escalera o algo así logré escuchar.
La pelea con el Darach había terminado, pero aún quedaba un asunto pendiente.
Deucalion.
✎❣
Falta solo un capítulo más y luego los extras!! Estoy emocionada por iniciar el cuarto libro, el título y portada ya los tengo, pero aún no puedo compartirlos, aunque me encantaría! No son nada fuera de lo común, de hecho, son súper normales, pero igual me emociona jaja
Tengo una noticia, hace un tiempo me puse a ver todas las películas de Marvel otra vez -de hecho, ya perdí la cuenta de todas las veces que las he visto-, y, se me vino una idea a la mente. ¿Cuál? Bueno... en realidad es una historia centrada en el Capitán América... porque... ¿quién no ama al Capitán? En fin, empecé a trabajar en una historia y... ya tiene forma. Síp, he creado una nueva fic, ¿por qué? Bueno... porque no puedo evitarlo.
Así que, si alguno de ustedes quisiera leer una historia del Capitán América, los invito a hacerlo :) Se llama "Inevitable" y lo podrán encontrar en mi perfil desde ahora!
En lo que concierne a esta historia, subiré al capítulo 40 el próximo fin de semana como máximo!
xoxo,
Rose
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