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25. Muérdago

Mia

Para: Scottie-Doo
Encontré dos más.

De: Scottie-Doo
Dos más?

Para: Scottie-Doo
Encontré dos dibujos más, ven rápido.

Estaba estudiando en mi casa, revisé mis cuadernos y encontré dos imágenes más. Jamás había visto a estas dos personas, pero tal vez Scott sí.

Mi primera reacción habría sido llamar a Stiles, pero no he hablado con él últimamente.

Siento que mi corazón se ha partido en dos. Me duele no tenerlo cerca, lo necesito, pero tampoco puedo olvidar lo que sucedió. Tengo razón al estar dolida y molesta. Yo confío ciegamente en Stiles, pero él no en mí.

El donante de esperma había estado toda la mañana en la casa, pero por fin se había ido. Lo cual era perfecto, porque no me haría problemas por la llegada de Scott. Que, por cierto, se estaba tardando.

―Lobo, deberías de atacar a Scott cuando llegue, por retrasarse ―le sugerí.

Mi bebé movió la cola y ladró.

―Sí, sabía que aceptarías.

Unos minutos después, escuché que un carro se aparcó en mi garaje. No le di importancia al hecho de que fuera el motor de un carro y no el de una moto... y fui directo a abrir la puerta. Ahí, frente a mí, estaban Scott y Stiles.

Debí suponer que vendría con él.

Diablos, verlo hacía todo más difícil.

Lobo se acercó inmediatamente a Stiles y este le hizo cariño en su cabeza, mientras que su mirada estaba fija en mí.

―Hola ―me dijo y le respondí de la misma manera. Nos era imposible apartar la vista del otro, sé que él me extraña tanto como yo a él.

―Aunque me da lástima terminar con su intercambio de miradas amorosas, debo hacerlo, porque tenemos asuntos más importantes que atender ―dijo Scott―. ¿Dónde están los dibujos?

Bueno, eso fue lo único que necesitamos para volver en sí.

Le entregué mi cuaderno con ambos dibujos. Eran un hombre y una mujer. El hombre se veía de 50 años, mientras que la mujer aparentaba de 40.

― ¿Sabes quiénes son? ―le pregunté a Scott.

―Sus rostros se me hacen familiares, pero no sé de dónde ―respondió―. ¿Tú los reconoces? ―le preguntó a Stiles. Este miró fijamente los dibujos, pero al final negó.

―Jamás los he visto.

―Ellos son los siguientes, lo sé ―les dije.

Y... no, no lo sé porque yo los mato...

Sé que Stiles sabía lo que yo estaba pensando, porque agachó su cabeza y murmuró un 'lo siento'.

―Tal vez deberíamos preguntarles a más personas si los reconocen ―sugirió Scott.

Me crucé de brazos y me recosté en la pared de mi sala. ―Tal vez deberíamos de preguntarle al señor Stilinski si los puede buscar.

― ¿A mi papá? ―preguntó Stiles.

Oprimí las ganas de responder con un comentario sarcástico.

―Sí, es el alguacil, tal vez él pueda ayudarnos a buscarlos ―dije.

―Pero, ¿cómo le decimos? ¿Que tú los dibujaste y que eres una especie de psíquica que puede ver quienes van a morir? ―Stiles sonaba exaltado.

―Tal vez deberíamos decirle la verdad ―dije.

― ¿Te refieres a decirle en serio? ―preguntó Stiles―. ¿O, decirle otra cosa, y no lo que creo que quieres decirle?

―Sabes a lo que me refiero ―le respondí.

Stiles negó con la cabeza y se alejó de nosotros.

―Creo que Mia tiene razón―intervino Scott―, es mejor que le contemos la verdad, la verdad de todo.

― ¿Recuerdas cómo reaccionó tu mamá? ―le preguntó Stiles―. No te miró a los ojos por una semana.

―Sí, pero lo superó ―respondió―. Y, de hecho, eso nos volvió más unidos.

―No puedo, él está muy abrumado con todo lo que está pasando, no quiero agregar algo más a su lista ―dijo Stiles.

―Está abrumado porque no tiene ni idea de lo que está pasando ―le dije―. Hay gente muriendo en su ciudad, la ciudad que debe proteger y no es su culpa no saber qué está pasando.

―Stiles, se va a enterar tarde o temprano ―le dijo Scott.

―Sí, pero... ¿es este momento el indicado? ―preguntó Stiles.

Me dolía tener que decirle que le contara a su papá, porque el hecho de que sepa todo, lo puede volver más vulnerable, o bien..., podría hacerlo más fuerte.

―Y, ¿si no contarle hace que muera más gente? ―preguntó Scott de vuelta.

―Y, ¿si contarle hace que muera él?, ¿ah? ―le soltó Stiles―. Es mi padre. No puedo... no puedo perder a mis dos padres, ¿sí? ―suspiró―. No a los dos.

Stiles y yo no éramos amigos cuando su mamá murió, pero aún recuerdo su mirada perdida y el sufrimiento que lo envolvía. Sé lo que es perder una madre. Sé, también, que no sufriría mucho si mi padre muriese, es como si ni siquiera estuviera... pero, para Stiles, su padre lo es todo y es un gran hombre.

No podemos obligarlo a contarle nada, menos si puede volverlo un blanco para el Darach.

―Tienes razón ―le dije―, no deberías decirle.

Stiles suspiró. ―No, no es cierto, no tengo razón ―me miró a los ojos antes de decir―: Se lo diré.

Los tres nos quedamos en silencio por unos segundos, esto era algo importante.

Intercambié miradas con Scott. ―Te ayudaremos ―dijimos los dos al mismo tiempo.

Stiles sonrió, pero era una sonrisa débil. ―No, es algo que tengo que hacer solo.

Le entregué mi cuaderno y cuando él lo cogió, su mano tocó la mía y ninguno soltó el cuaderno. Fui yo la primera que rompió el contacto.

―Avísame si necesitas ayuda ―le pedí.

Él asintió y luego se fue en su Jeep, dejando a Scott aquí en mi casa.

―Acabo de perder mi único regreso a casa ―murmuró.

―Puedo llevarte en Volbee, no tengo problema ―le ofrecí y el pareció aliviado.

Pero, entonces, su teléfono empezó a sonar. Tenía un mensaje nuevo, el cual leyó en voz alta.

― "Tráeme algo de comer, no tendré tiempo de tomar un descanso" ―dijo él―. Es de mi mamá.

No pude evitar reír a carcajadas. ―Ni siquiera te dijo 'hola'.

Scott frunció el ceño. ―Deja de burlarte de mí.

―Oh, lo siento, pero no puedo evitarlo ―dije secando una falsa lágrima de mi mejilla.

Él rodó los ojos. ― ¿Podrías acompañarme por algo de comer para mi mamá? ―juntó las palmas de sus manos, rogando que hiciera de su chofer.

―Tienes suerte de que soy gentil, de que tu mamá sea demasiado linda como para dejarla morir de hambre y, de que mi papá no esté.

Estábamos saliendo de casa, claro que antes le había dejado comida a Lobo, no creo que me vaya a demorar en volver, pero bueno... estoy saliendo con Scott McCall, el hombre lobo... es probable que muchas cosas extrañas pasen hoy.

― ¿Alguna vez sabremos cuál es el problema que tienes con tu papá? ―me preguntó.

―No ―respondí.

―Stiles me dijo que sabes lo de Deucalion y lo de los posibles sospechosos.

Entré a Volbee y cuando me senté suspiré. Dos segundos después, Scott estaba sentado de copiloto.

―No quiero hablar de nada, ¿sí? ―le dije―. Solo vayamos por la comida de tu mamá.

Cuando llegamos al hospital, este era un CAOS.

Afuera había un millón de ambulancias, había camillas con pacientes... todos sangraban. ¿Acaso hubo un accidente como 'Destino Final'?

―Con razón mi mamá no iba a tener tiempo de ir por comida ―dijo Scott.

Ahora estábamos entrando al hospital. No nos demoramos en encontrar a su mamá, estaba justo al lado de la recepción. Scott alzó el taper con comida para que su mamá lo viera.

Ella se acercó a nosotros con una gran sonrisa en el rostro. ―Me muero de hambre ―dijo, mientras tomaba el taper y lo ponía sobre el mostrador―. Lo siento ―fue lo siguiente que dijo cuándo se dio cuenta de que no había agradecido a Scott ni a mí por traerle el sagrado alimento―. Muchas gracias por traerme la cena ―abrazó a Scott y luego a mí.

― ¿Todo bien? ―le preguntó Scott.

― ¿Salvo por la mitad de las víctimas de un choque de 10 autos que se desviaron del centro, y que el jefe de emergencias no responde? ―respondió la señora McCall―. Sí, todo bien.

― ¿Cómo que no responde? ―le pregunté. Es decir, es el encargado, es el primero que debería estar aquí.

Qué desconsiderado.

―Nadie puede ubicarlo ―dijo la señora McCall―. Así que ahora debemos esperar por el médico de guardia.

― ¿Señorita? ―una señora se acercó a nosotros, parecía tener mucho dolor―. Disculpe, ¿podría darme algo para el dolor?

―Lo siento ―le respondió la señora McCall―. Pero si te doy algo, podría complicar las cosas, así que debemos esperar a los médicos, ¿sí? ―ella guio a la señora a un asiento en el pasillo.

Desearía poder hacer algo por ella.

―Tu puedes hacer algo por ella ―le dije a Scott.

― ¿De qué hablas? ―susurró―. No soy médico.

―Pero eres un hombre lobo que puede absorber el dolor, ¿no?

Scott abrió la boca para decir algo, hasta que se dio cuenta de que yo tenía razón. ―Haré algo por ella.

Él se acercó a la señora y luego de decirle que una vez leyó en internet que el contacto humano podía aliviar el dolor, tomó su mano y le quitó algo de ese dolor. Ahora la señora se veía mucho más aliviada.

Suspiré.

Eso es algo que me gustaría hacer.

Scott ayuda a las personas.

Yo solo las veo sufrir, o morir. Y no puedo hacer nada al respecto.

― ¡Ayúdenme! ―gritó alguien. Cuando giré vi a Ethan cargando a Danny, quien parecía no poder respirar―. ¡Necesito, ayuda!

La señora McCall fue la que se acercó a ellos, bueno, además de Scott y de mí. Guio a Danny a uno de los asientos del pasillo y empezó a revisarlo, tomé la mano de mi amigo.

― ¿Él estará bien? ―le pregunté a la señora McCall.

―Aun no sé, querida ―me dijo.

Scott le estaba gritando a Ethan, le estaba culpando por lo que le estaba pasando a Danny.

―No hice nada ―respondió el gemelo malvado 2―. Dijo que le dolía el pecho y que no podía respirar. Y cada vez se puso peor.

La señora McCall estaba escuchando los latidos de Danny, pero él parecía empeorar.

―Esto no es bueno ―dijo ella, tomando el pulso de Danny―. ¡¿Cuánto más tardará la Doctora Hilyard?! ―gritó hacia la recepcionista, pero no obtuvo respuesta, o al menos no oí ninguna―. Tiene la laringe hacia un lado ―me dijo― creo que es un neumotórax a tensión.

Antes de que ella pudiera decir algo más. Danny se lanzó al suelo y vomitó una cosa blanca con grumos.

―Muérdago ―murmuró Ethan.

Unos minutos después, estábamos llevando a Danny sobre una camilla de hospital a uno de los cuartos de emergencia.

― ¿Pueden volver a la sala de espera? ―nos pidió la señora McCall, pero ninguno le hizo caso.

― ¿Dónde están los enfermeros y los médicos? ―preguntó Ethan―. ¿Dónde están todos?

―El hospital está lleno hoy ―respondió la señora McCall―. Están atendiendo a otros pacientes.

―Ok, mamá, ¿cómo podemos ayudar? ―le preguntó Scott.

―Cariño, no pueden ―respondió―. Su pulmón colapsó. Tiene el corazón presionado contra la caja torácica.

Con cada segundo que pasaba parecía que Danny tenía mucho más dolor. Me sentía completamente desesperada. No podíamos perderlo. Danny no puede morir.

―Va a morir, ¿no? ―Scott sonaba alterado.

―No, no va a morir, no va a morir ―dije, sonaba como una niña haciendo una rabieta, pero no sabía qué más hacer―. Por favor señora McCall, haga algo, por favor ―le pedí completamente desesperada.

―Eso haré, él no morirá ―respondió ella―. Scott, toma la cinta. Mia, toma esas tijeras y córtale la camiseta.

Ambos asentimos e hicimos lo que nos pidió, mientras que Ethan solo nos veía trabajar.

―Mamá, no respira ―dijo Scott.

Sé que él trataba de ayudar, pero decir eso no ayudaba en absoluto, me ponía nerviosa y sé que ponía aún más nerviosa a su mamá que es la que en verdad está haciendo algo importante aquí.

―Lo sé, lo sé ―le respondió ella. Luego, empezó a palpar el pecho de Danny hasta que clavó una gran jeringa que había sacado de uno de los cajones de al lado. Luego, sacó un lado de esta haciendo que el aire pudiera llegar a los pulmones de Danny.

Ya había visto que los doctores hacían eso en momentos extremos, claro que solo había sido en películas, pero verlo en la vida real es una experiencia completamente distinta.

Danny empezó a respirar y cuando lo vi hacerlo, empecé a llorar de la felicidad.

―Gracias ―le dijo mi amigo a la señora McCall.

―No hay problema ―respondió ella.

―Muchas gracias ―le dije, aún seguía llorando, me siento como una niña. Ella me sonrió en respuesta y asintió.

―Eso fue asombroso ―le dijo Scott.

―No fue problema, no fue la gran cosa ―respondió ella.

Pero sí lo fue. La señora McCall salvó la vida de Danny.

           

✎❣

Hola! Otra vez desaparecí, lo siento, pero a veces no puedo escribir tanto como me gustaría y... eso me entristece bastante :(

Espero que hayan disfrutado este cap, no fue muy largo, pero lo hice con cariño, pronto pasarán más cosas, eventualmente Mia se encontrará cara a cara con Deucalion y... también se enterarán de qué es ella!

Muchas gracias por seguir leyendo!!

Pd. Una nota para los que leen NSJF... he estado haciendo el cap, tengo todas las ideas en mente, pero no las he terminado de plasmar bien, por ello no he subido nada. Además, no he tenido tanto tiempo de escribir! Dios! en serio! extraño escribir!

xoxo,

Rose

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