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14

—¡Estás loco! ¡¿Que rayos fue eso?! ¡Me acabas de meter en tremendo lío de nuevo!—

Vale, quizá esto firme mi sentencia de muerte. Le estoy gritando a Bakugō Katsuki... De acuerdo, quizá hoy si sea mi último día de vida.

—Eso, pequeña rata, ¡es el plan! ¡Y deja de gritarme!

—¿Qué? ¿Pequeña rata?— me estoy aguantando el no gritarle, me debo concentrar en el plan... ¡Pero no entiendo nada! —Y bien, ¿Cuál es ese plan?— ruedo los ojos mientras le doy un sorbo a mi refresco

—Lo voy a explicar solo una vez, así que no me interrumpas y presta atención.— yo asiento y me recargo en la mesa —Kirishima nunca vio como rival a Kaminari.

—¿Rival?

—Por si no te diste cuenta rata, a Kirishima le gustas desde hace tiempo, pero ni él mismo se había dado cuenta.

El calor sube a mis mejillas de golpe, siento mi respiración acelerarse un poco, y mi estómago empezar a revolverse.

—Quiero vomitar...— comentó poniendo mi mano en mi estómago

—¿Que? Que asco, vete antes que riegues todo en mi comida.— responde asqueado alejando su hamburguesa y papas fritas de mí

—No, es decir... Siento que mi estómago se está revolviendo...— coloco mi mano en mi boca, no me estoy sintiendo nada bien

—¿No te cayó bien la hamburguesa?— pregunta algo más serio, se levanta de su asiento y se sienta a lado mío

—No es eso.— intentó regular mi respiración y lo volteó a ver —Yo... ¿Yo le gustaba a Kirishima desde hace tiempo? ¿Ya no le gusto? ¿Cómo puedes estar tan seguro de todo eso?— pregunto algo incrédula y casi desesperada por obtener respuestas claras

Se me hace difícil creerlo. No se porque pero, ¡pero no me pasa!

—¿Tan ciega eres?— frunce el ceño algo confundido

—No lo se, creo que sí. Quiero decir, yo siempre tuve en cuenta que él era solo un amigo, incluso llegué a creer al principio que solo lo hacía por lástima, y quizá sí, así fue, pero...

—Pero ya no.— me interrumpe de la nada —Sí, en un principio solo te quiso ayudar por humanidad y su actitud varonil la que tanto habla, pero ahora lo hace porque el muy idiota te quiere. Y creo que ya sabe lo que siente, es cosa diferente que quiera gritarlo a los cuatro vientos.

Quedó algo sorprendida por las palabras de Bakugō, no creí que él diría tal cosa. Creo que eso me hacía falta, una confirmación sincera y ajena a Kirishima y a mí, y Bakugō es él mejor para darmela.

Lo abrazo. Rodeó con mis brazos su cuello y escondo mi rostro en su hombro. Él se queda estático y con las manos alzadas, sin corresponder, cosa que esperaba, pero aún así, permanezco así.

—Gracias. Gracias por esto. Gracias por ofrecerte. Aunque no creo que funcione del todo bien jaja...— sonrió y cuando estoy por apartarme siento que el rodea con sus brazos mi cintura

Estoy por apartarme pero siento que no me suelta.

—Ahm... ¿Bakugō?— pregunto intentándo mirarlo

—Shh... No te muevas, él está aquí.

—¡¿Ah?!— reaccionó dramática intentando despegarme con aún más razón

—¿Por qué otra razón crees que te abrazaría? Ahora cierra la boca.

¡No puede verme así! ¡Tengo que apartarme!

—¡Que no te muevas!— grita bajito, y suspira —Ese fue tu error con Kaminari.— susurro intentando calmarse y no perder los estribos

Me detengo y decido prestar atención.

—¿A qué te refieres?

—Kirishima no estaba consciente de sus sentimientos, y no sentía a Denki como posible amenaza porque tú misma le dijiste que no te gustaba. No sintió el peligro de perderte.— me empieza a soltar lentamente y yo me separó, quedando frente a frente

—¿Estas diciendo que usé los celos para que él actúe?— alzó una ceja nada convencida

—¡Hasta que lo captas!— una voz desconocida se mete en la plática

Los dos nos sobresaltamos y volteamos a ver. Detrás nuestro, en la mesa que estaba vacía cuando entramos, hay una chica de cabellera castaña rojiza, gordita y de ojos grandes y brillosos. Con cachetes regordetes que te invitan a apretarlos.

—¿Tú qué?— pregunta Bakugō con brusquedad y disgustado

—¡Oh! Perdón, se me escapó.— se disculpa avergonzada y con el rostro algo colorado —No pude evitar oír su conversación.

Observándola mejor, veo que tiene nuestro uniforme, el uniforme de la U.A.

—Oh, ¿estudias con nosotros?— pregunto curiosa

—Si, soy de primeros.— nos sonrió cálida, pero Bakugō solo chasqueo su lengua, a lo que ella frunció sus labios algo incómoda —Disculpen haberme metido. No molestaré de nuevo.— inclino su cabeza en forma de disculpa y se volvió a girar a su comida

Esta sola, comiendo acompañada de su celular y audífonos. Me da algo de pena.

—¿Quieres comer con nosotros?— pregunto de la nada

En cierto modo, al verla así, sola, alejada de todos, me recordó a mí. Y antes de poderlo pensar, las palabras salieron de mi boca.

¿Será esto lo que sintió Kirishima cuando me vio la primera vez?

—¡¿Ah?!— soltaron mis dos acompañantes, Bakugō molestó y la chica desconcertada

—No, no, no. Están en una "cita" supuestamente. Arruinare sus planes.— habló enseguida negando con las manos y mordió su labio inferior, y, discretamente, señaló con su cabeza al ventanal que estaba a nuestro lado —Sus amigos están afuera desde hace rato. Será mejor que no me meta más. Les pido disculpas una vez mas por meterme.— inclino nuevamente su cabeza, recogió su charola con su comida, sus cosas y se dirigió a una barra que estaba vacía

—Rara como siempre...— soltó Bakugō con cierto disgusto

Solo pude suspirar y sentir algo de pena por ella, se veía demasiado solitaria.

—Hey, es hora de concentrarnos en nuestro plan.

—Sí, perdón por distraerme.— me acomodé de nuevo y tome una papita con capsup —¿Decías?

—El objetivo es hacer que el pelos parados actúe por fin.

—¿Estas diciendo que le gustó pero él no lo sabe aún?— alzó una ceja, y el niega mientras come su hamburguesa

—No, te estoy diciendo que ya lo sabe pero es demasiado lento para actuar porque no quiere "espantarte", ¿te lo tengo que explicar con dibujitos de preescolar?— finaliza irritado

—Jaja, Kirishima resultó más complicado de lo que creí.— reí pasando mi mano por mi frente—¿Y que sigue?— no puedo creer que haré esto

Pero Bakugō está distraído de repente. Que raro.

—¿Bakugō?— agitó mi mano frente a él

—¿Ah?— me mirá

—¿En qué piensas?— pregunto algo curiosa

—Que te importa.— desvía su mirada de la mía —Vaya, vaya, al parecer alguien está actuando más pronto de lo que creí.— comento divertido, y justo en ese momento, la campana que anunciaba nuevos clientes al pasar por la puerta, retumbó

Dirijo mi mirada a la puerta, y ahí están. Kirishima, Sero y Denki entrando.

—Oh... ¿Ahora que hago?

—Si te ves nerviosa esto no funcionará.— comentó relajado

¿Cómo le hace?

—¿Tanto se me nota?— lo veo de reojo mientras el trio pide algo en la caja

—¿Qué si no? Mira, tienes que verte cómoda.— lanzo su papa de mala gana a la charola, algo hastiado de mi actitud —Se supone que somos "novios".— me recordó

—Pero Kirishima no querrá acercarse a mí. Creerá que soy de tu propiedad.— lo ví preocupada por como se podría desarrollar todo esto

—¿De mi propiedad?

—Si, digamos que eres posesivo.— agregué bajito jugando con mis manos

—¡Oye!

—¡Chicos! Espero no les moleste que nos unamos.— una voz que me hace temblar y me acelera el corazón se escucha a un lado nuestro

—Agh...— se queja Bakugō —Solo si cierran la boca.

Después de una comida bastante incómoda, ocasionado por el mal humor de Bakugō, las miradas acusatorias que nos daba Denki cada tanto, la cara de confusión de Sero, y el silencio sepulcral de parte de Kirishima, salimos de local.

—Bueno chicos... Me despido.— hablé apenas todos estuvimos fuera

—Te acompaño.— hablaron Kirishima y Bakugō al mismo tiempo

¡¿Ah?! ¡¿Por qué a mi?!

—Oh, perdón...— se disculpa incómodo mi pelirrojo amigo

—Da igual, andando rata.— habla indiferente Bakugō hechando su mochila a su espalda y empezando a avanzar sin esperarme

Solo alcanzó a hacer la mano en modo de despido a los chicos y seguir a mi supuesto novio desde atrás.

—Ya, se supone que nos debes emparejar, no separarnos. ¿Y que rayos con lo de "rata"?— me quejó acomodando la mochila en mi hombro

—Creo que la cara de oso te lo específico bastante bien.

—¿Cara de oso?— pregunto confundida —¿Te refieres a la castaña de esta tarde?

—Si, si, como sea.

—¡Pero sigo sin entender como esto me acercará a él! Sabes como es Kirishima, así que nos dará el debido espacio como la supuesta pareja que somos. Esto solo lo alejara de mí, además ...

—¡Quieres callarte!— me gritó dándose la vuelta bruscamente —¡Cállate y sigue el plan maldita sea! ¡¿Por qué no puedes hacerlo igual que ella?!— me grita irritado y molestó

—¿Cómo rayos quieres que te siga si no le encuentro lógica a ésto?— intentó controlar mi volumen y no gritarle para no molestarlo más

—¡Sería más fácil si no fueras tan estúpida!— da un paso adelanté imponiéndose

—No deberías gritarle a una mujer Bakugō.— interviene alguien

Mi corazón se detiene cómo por milésima vez en este largo día.

No puede ser, no puede ser, no puede ser, ¡No puede ser! ¡Kirishima no nos pudo haber oído!

Tragó saliva y me rehusó a voltearlo a ver. ¿Con que cara lo veré ahora? Se que el nunca hubiera estado de acuerdo en ayudarme a conquistar a alguien usando los celos, es algo cruel. Y si ahora está enterado que solo quería provocar ese sentimiento en él... Me odiará por el resto de su vida.

¡Estupendo! ¡Shione, has decepcionado a la persona que más quieres por un estúpido plan!

—¿Que quieres Kirishima?— Bakugō logra recuperar la poca compostura que tiene

—Que dejes de gritarle.— escucho que se acerca —Shion... ¿Estás bien?— me pregunta amablemente

Su voz, sus palabras, resultan como un calmante a mi agitado corazón, sin embargo, no soy capaz de verlo o siquiera, responderle.

—Shion... ¿Estás bien?— repite, y puedo sentir su mirada clavada a mi espalda

—Rat... Shione.— corrige Bakugō y me extiende la mano —Andando.— casi me ordena

—No soy rata...— habló casi en un murmullo —Cállate Katsuki.— una lágrima inesperada cae ligera por mi mejilla y por fin, toca el pavimento —No puedo con tu estúpido plan.— alzó la cabeza y lo miro a los ojos

—¿Qué?— pregunta un confuso Kirishima

—Tch...— escucho que el rubio chasquea la lengua y se gira para continuar con su camino a si hogar, pero, sin antes soltar —Como quieras... Solo no seas retrasada mental y dile de una buena vez, rata.— finaliza, ¡tan lindo como siempre!

Si señores, eso último fue sarcasmo, por si no lo notaron.

Y entonces, en silencio, desaparece de nuestra vista.

¡Lo que faltaba! ¡Me deja así sin dar una sola explicación! ¿Y que quiere que le diga a Eijirō?

"Oye, me gustas, pero te quería poner celoso, jugar con tus emociones para hacerte reaccionar, ahora, ¡se mi novio!"

Maldito bastar...

—¿Que fue eso?— siento una pesada mano colocarse en mi hombro, y una voz varonil exigiendo una explicación

—¡Qué Bakugō invento un estúpido plan para ponerte celoso y que admitieras que te gustó!— gritó aprentando con fuerza mis ojos cerrados, así como mis puños también

Pero. Que. Rayos. Acabo. ¡¡¡De decir!!!

¡¿En serio Yamada?! ¡Eso era justo lo que no debías hacer, maldita retrasada!
Vaya ... Quizá Bakugō no se equivocaba con el estúpido apodo.

—¡¿Que tú me gus-gus-gustas?!— empieza a tartamudear al darse cuenta de lo que mis palabras significaban —¡¿Celos?! ¡¿Que rayos Shion?!—. Me voltea con algo de fuerza, pero sin lastimarme. Esta molesto y confundido, lo puedo percibir en su voz.

Coloca ambas manos en mis hombros y me sacude levemente, como exigiendo que lo vea a los ojos, cosas que por supuesto no pienso hacer.

—Shion, ¿Acaso escuchas lo que acabas de decir?

—Sí —. Aprieto mis ojos con más fuerza, como si eso fuera a hacer que Kirishima desaparezca o que olvide la idiotez que acabo de gritar —. ¿No es cierto?— pregunto débilmente, y, a decir verdad, con algo de temor a su respuesta

Una brisa fresca sopla, recorre mi nuca y se desliza por mi cuello, haciéndome temblar de frío.

Quiero ir a casa. Quiero encerrarme en mi cuarto y regresar a la yo de antes, a la yo que se encerró en su caparazón para no confundir, para no dañar, para no provocar emociones y sensaciones horribles en la gente.

Porque la yo de antes tiene en realidad demasiadas cosas en las que pensar que no se daba el tiempo para abrirse a los demás. Porque si lo hacía, terminaba en verdadero desastre, confundiendo a todos por sus palabras, por sus acciones, por sus emociones extrañas. ¡Siempre lo arruinaba!


Cerrarme a los demás nunca fue una opción, solo era una necesidad... Una tonta necesidad... Porque si no, pasaría lo que ha pasado las últimas semanas.

—¿Shion? Shion mírame.— siento que coloca su cálida mano en mi helado rostro, y, con su pulgar, limpia una lágrima que se me había escapado sin darme cuenta

—No me digas así.— retrocedo levemente mi rostro, pero él no quita su mano —No te merezco Kirishima... No debería estar acá, contigo, con ustedes, con todos ustedes porque... Porque no los merezco...— niego frenéticamente con la cabeza, intentándo que me suelte, pero él no lo hace

—Ya..., oye... Mírame, ¿si? Porfavor.— casi suplica

Con temor, empiezo a abrir mis ojos lentamente.

—¿Por qué sigues aquí?— por fin lo veo, sus ojos carmín brillan a la luz de los faroles que empiezan a dar su luz ante la oscuridad que se presenta con lentitud —¿Qué no oíste? Estaba siguiendo un plan para ponerte celoso, básicamente un plan para herir, "sacudirte" y que actuaras, para llevar tus emociones al dolor, porque según...,— me detengo antes de decir el nombre de su amigo, si lo voy a perder, al menos debería dejarlo con la preciada amistad del cenizo —Según eso funcionaría, y yo de estúpida lo estaba siguiendo.— colocó mis manos en las suyas que sostienen mi rostro —Estaba por fragmentar la amistad de tu grupo que me acogió, aunque eso suene engreído. Y quizá sí, después de todo lo soy, soy una estúpida engreída que se hace la maldita víctima con tal de obtener amigos.— aprieto la mano de Kirishima con fuerza, pero él no se inmuta —¡¿Qué no oyes?!— gritó infantil, como una niña exigiendo que la dejen en paz —¡Ya no me muestres compasión ni cariño, que no lo merezco!

Mi voz sale desgarrada y mis lágrimas se sueltan, y caen ahora sin parar. Quiero que se detengan, pero no pueden.

—Sí, te he oído.— por fin habla con voz neutra

Mis ojos pasean por su rostro, por su mirada, esperando que continúe, buscando señales de odio, de decepción, de tristeza, o de cualquier cosa que me demuestre que realmente ha oído mis palabras y no se ha perdido en sus pensamientos.

—Pero todavía no escucho el porque.

—¿Qué?

—Solo he escuchado excusas. Pero dime claramente Yamada,— el que me llame por mi apellido me pega como puñal al corazón, ya que sonó muy frío, pero creo que me tendré que acostumbrar a ese trato, después de todo, supongo que es la manera como me tratara de ahora en adelante —¿Por qué?

—¿Eh?— lo veo frunciendo mis cejas sin entender

—¿Por qué pensabas hacerlo? ¿Por qué quieres que me declare? ¿Que te reclamé como... Cómo mía?— dice esto último con un fuerte sonrojo que ha aparecido de la nada en su piel vainilla

Es hermoso.

—¿Re-realmente te gustó, Kirishima?— pregunto sintiendo  mis rodillas temblar

—Sí, y mucho, no sabes cuánto. Agh... Shione, me tienes loco desde hace tiempo.

Mi corazón se detiene. Siento un bajón y luego como si algo subiera de golpe por todo el cuerpo. Mi estómago empieza a sentir mariposas que se tornan en un remolino que me hace querer tapar la boca, como si en cualquier momento fuera a vomitarlas.

Eso es todo. Es la confirmación que tanto necesitaba oír. La confirmación para continuar y no dudar.

Así que no lo pienso más, simplemente me dejó llevar y colocó ambas manos en su rostro algo frío, y pego sus suaves labios a los míos con algo de fuerza.

Adoro está sensación que me provoca, adoro todo de él, y sin duda, esto es exquisito.

Unos segundos bastan para degustar sus labios y provocarme algo de calor. Un beso corto, pero para mí, unico.

—Eijirō...— lo llamo al separarme poco a poco de él, quién se ha quedó de piedra —Me gustas, me gustas demasiado. Me equivoque y te pido perdón por pensar en seguir tan tonto plan.— lo veo directo a los ojos sintiendo mil cosas por dentro —No se que sería de mi sin ti. Disculpame por todo lo malo que he ocasionado, incluso disculpame por haberte besado sin permiso justo ahora... Pero es que te quiero demasiado.

Sus ojos están abiertos a más no poder, su rostro está completamente colorado hasta las orejas, y aunque quiere decir algo, porque veo que su boca se abre y se vuelve a cerrar como queriendo pronunciar o aunque sea emitir un sonido, no sale nada, así que, antes de que se me acabe la adrenalina, decido seguir hablando.

—Ni yo sé de dónde estoy sacando el valor para decir todo esto. Solo quiero decirte gracias, gracias por todo lo que has hecho por mí. Por soportar mis cambios repentinos, mis inseguridades y personalidad rara.— sonrió algo divertida recordando el desastre de nervios que era antes —Si no hubieras estado aquí para mí, no se dónde estaría justo ahora. Quizá encerrada en mi alcoba viendo televisión, sin ningún preciado recuerdo almacenado. Y aunque aún me cuesta abrirme sin confundir o sin arruinarlo todo, espero que a tu lado, pueda seguir creciendo.— acarició con mis pulgares sus ahora tibias mejillas coloradas

El silbido del viento pasando entre los árboles, el sonido de los vehículos a lo lejos y el murmullo de algunas personas cerca de donde estamos nosotros acompañan el momento que ha quedado en silencio.

Bajo mis mano poco a poco, con la vergüenza empezando a hacer acto de presencia. Creó que... Que aquí acabo todo.

Él no dice nada más, ni se mueve o algo por el estilo.

Quizá exageré y daba por sentado que el quería iniciar algo más allá de una simple amistad, o quizá mis sentimientos son muy fuertes que lo asusté.

Ah... Bueno, al menos lo intenté.

—Perdón si ha sonado algo fuerte todo esto jeje...— mis mano reposan sobre sus firmes hombros y las dejo ir cayendo poco a poco con mi mirada fija en el suelo ahora —No te sientas forzado a nada, solo necesitaba decirte esto de una vez antes de que la regara más jaja...

Mi risa se pierde y él continúa sin emitir sonido alguno, sus manos aún están en mis mejillas, así que, con cuidado y algo de cariño en el toque, las aparto despacito.

—Que tengas una linda noche Kirishima. Gracias por escuchar.— finalizó, agachó la cabeza levemente en modo de reverencia y me doy la vuelta, apretando en mis manos los tirantes de mi mochila.


¿En serio quedará todo así?

Ya no sé que pensar.

Y aunque ahora siento su mirada sobre mí, que cada vez me alejo más, tengo el prescentimiento de que no hará nada.

Quizá me quedaré sin él...

Espero les haya gustado jeje... Linda noche ^^












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