Capitulo 1
Los pequeños rayos de luz salieron, iluminando cada parte de las calles e incluyendo alguno que otro hogar que se encontraba con las ventanas abiertas; un ejemplo de todo esto..., era el hogar de cierta pareja.
Cierto castaño yacia sentado cerca de su cama. Había estado más tiempo de lo que había deseado....
-Ya es hora.- Dijo el chico de cabello castaño. Se levantó, no sin antes despedirse de su mujer que aún yacia recostada aún costado.
Un solo beso bastó para que el chico se levantara por fin. Abriendo la puerta lentamente, se dirigió a la bañera.
Las horas pasaron y los días fueron convirtiendose en meses; estos meses pasaron a ser años desde que se comprometió con el amor de su vida. Cada segundo al estar con aquella chica fue convirtiendose en una felicidad muy "grata" hasta para el que había vivido en un habiente muy poco hostil.
El nombre de esta mujer que había dado un paso más hacia felicidad del castaño, se llamaba Rías. Su cabello de rojo y su belleza sin igual. Aveces, se preguntaba el chico si todo esto era simple sueño....
Avanzando por los pasillos, escucho cierto ruido de teclas resonando por el comedor.
-...- El castaño se quedó parado en una esquina: mirando por encima del hombro de aquella persona. Pudo saber por fin quién era.
-Mmm...- Aquella persona miro detrás de ella.- Oh, lo siento cuñado..., no esperaba que te levantarás tan temprano.
-Esta bien.- Dijo el chico.- A esta hora siempre me levanto.
-Lo se...- La voz de la chica expresaba una sonrisa, que si bien, podía ser de felicidad, está última acción le hizo sentir un tanto nervioso hasta para el chico.- ¿Y que harás hoy? Espero y no sean simples experimentos que haces en la cocina.
-HaHaHa.- Cierto, una vez intento hacer un platillo muy complejo hasta para el.- No es sábado así que..., creo no abra experimentos hoy.
La chica de cabello negro sonrió una vez. Traía puesto un camisón largo que cubría hasta sus muslos; un sujetador atado a su cintura e incluyendo alguno que otro adorno transparente en forma de rosas dispersados por todo el camisón ¿Era revelador? Esa sería una pregunta estúpida hasta para el más mínimo hombre..., el castaño siempre había creído que su "cuñada" era una mujer muy bella hasta para él...
-Tienes algo en mente para el desayuno...- Pregunto el chico.
-Unos huevos están bien para mí.- La voz de la chica resonó por aquellas paredes. Con un simple movimiento suave, cerró la computadora y se levantó para posteriormente dirigirse al otro extremo de la barra.- Por cierto, la dra pidió que recogieramos los resultados hoy mismo.
-¿Ya?.- El chico cogió un mandil cerca de la estantería de condimentos; debía de ser cuidadoso y no manchar su camisa color blanca.- Eso fue muy rapido.
-Tambien pensé lo mismo... ¡Auch! ¡Estúpida lata!
El chico miro a su costado. La peli negra se encontraba mirando aquella lata de duraznos picados, claramente intentaba alcanzarlos..., pero todo intento era en vano..., la escena era tierna de ver y hasta un punto..., también sexy de ver. Aquel camisón transparente era adecuado para la figura de la chica, pero no tan adecuado para situaciones que precisaran algún movimiento excéntrico.
"Deja de pensar en ello..." Se decía una y otra vez.
-¡Porque miér....!.- Antes que dijera una palabra incorrecta, una mano paso por encima de sus ojos y cogió la lata con facilidad no sin antes decir "¡Hey! ¡Eso es mío!".
-Solo avísame si necesitas ayuda.- No quería seguir mirando aquellos muslos al descubierto..., tenía opciones, pero esta era la más sencilla de realizar.
-Tss...- Un gracias sería lo más adecuado pero a la chica le molestaba bastante que recalcarán sus 10 cm menos que el chico.
Los minutos habían pasado y el sonido de los pasos del chico hicieron eco.
-Cariño...- Dijo el chico; llevaba una gran bandeja que contenía tres frutas picadas de diferentes procedencia, un jugo de naranja e incluyendo aquel platillo sencillo pero de gran elegancia.- Despierta amor.
No hubo respuesta, salvo aquel sonido de irritación.
-Es hora despertar cariño.- Dijo el chico donde a su vez posaba aquella bandeja cerca de la lámpara.
-Mmm~ ¿Qué hora es...?
-Son las siete y media.- Aquella chica a somos su cabeza.- Ven, déjame ayudarte.
El chico extendió su brazo y retiro las sábanas. Los pequeños mechones color rojo resaltaron una vez más al sentir la calidez de los rayos del sol; a la chica no le importaba que alguien la ayudase a levantar..., después de todo..., no tenía opción alguna.
Una vez sentada en la orilla de la cama, el chico decidió peinarla.
-¿Dónde está mi hermana amor...?.
-Ella se encuentra trabajando en la computadora, al parecer no durmió bien anoche.- Trataba de sonar lo más relajado posible.- Eso me recuerda..., tal vez llegué tarde hoy.
-Mmmm..- Esto último lo tomo como una pregunta a lo que el chico le respondió "Tus análisis ya están listos así que necesito ir por ellos.- Entiendo....
-... Se que estás deprimida pero deberías estar un poco más alegre ¿No crees?
-Hubiera estado si yo pudiera ver lo que me has cocinado; mis manos bañadas por el agua de la regadera o tal vez mis propios pies...- No iba por buen camino, y el chico lo sabía bien.- ¿Acaso quieres que mienta está felicidad?
"Tampoco quiero que solo pienses en ti" solo por un momento pensó en decirle. El chico rasgo los mechones de la chica suavemente, el tacto del cepillo era suave.
-No quise decir eso.- Dijo el chico.- solo digo que me gustaría "que mi esposa" estuviera un poco feliz. Yo también me siento...
-Perdon...- El chico sintió como alguien lo abrazo repentinamente a su costado.- No e estado de ánimos últimamente y la verdad e-es que yo...
El castaño aún sostenía el cepillo de cabello en tres sus manos; intentaba entender la situación de melancolía que pasaba por la mente de la chica... realmente lo intentaba.
-Ya ya...- El chico dejo aún lado el cepillo para posteriormente abrazar a la peli roja que aún yacia abrazada sobre su cintura.- N-no estoy enojado..., vamos, levántate..., escucha. Estuve mal yo por hablarte como si te exigiera que estuvieras contenta, entiendo tu tristeza; si tienes algo que decir dilo, yo no te detendré.
Las manos del chico sintieron las lágrimas de aquella chica que pasaban por sus pómulos.
-¡Te amo Issei!.- La chica nuevamente lo abrazo pero está vez su dirección fue totalmente dirigida al cuello del chico.- Te amo demasiado. No sabría que hacer sin ti.
-Tambien te amo Rías.- El chico correspondió el abrazo.
Realmente la amo por más de seis años ¿Otros años más no harían la diferencia...? o ¿si?
Parecía que todos esos pensamientos negativos que tenía el castaño habían acabado por fin..., aquel abrazo continuo dejando ver a una pequeña niña de cabello rojo aferrada a su único amor. Eso, era lo que realmente pensaba el chico..., fue gracias a todo esto que pudo observar cierto zapato cerca de la puerta: una sombra de aspecto lúgubre se asomó levemente.
Sabía quién era...
—Bien...- El chico hablo por fin.— Recueste y empieza tu desayuno, enseguida vendré a ayudarte ¿Esta bien?
La peli roja asintió. Tomando un pequeño impulso gracias al chico, ella se recostó cerca de la pared para posteriormente dejar aquella bandeja entre los pies de la chica. Antes que el chico se fuera del cuarto, tomo unos cuantos segundos para observar a su esposa y ver si necesitaba algún tipo de ayuda para comer.
—Mm...- Rías ronroneo.— Este sabor... ¿No me digas que es?
—Lo es.- Respondió Issei con una sonrisa; Rías no pareció darse cuenta hasta que sintió un breve aroma cálido y fuerte, pasando por sus fosas nasales.— Vendré enseguida, solo espérame...
Con este último beso del chico, Issei se retiró. Suspiro. Cada mañana era lo mismo..., su esposa no parecía querer recuperarse ya que ella creía lo que su primer médico le había dicho.
En un principio, Issei estaba furioso.
Apretó el puño una vez más e intento golpear la pared como si se tratase de aquel médico que declinó por ayudar a su esposa.
—Lamento escuchar su conversión.- Issei espabilo y miro por delante de el; era la hermana de su esposa.— Pido disculpas por mi hermana. La realidad es que ella no a estado bien que digamos.
—...- El chico no parecía entender en un principio.— Está bien..., entiendo lo que ella siente.
—Erea un buen esposo Issei.- La chica alzó su mano para posarla en la mejilla del chico.— No dejes que te desanime.
"Aveces me preguntó..., si está todo bien" se cuestionó el chico.
—Solo quiero que se recupere...- Dijo el chico.— Espera... ¿Que te paso en el dedo?
—Mm... Ah, esto.- La chica dejo aún lado su mano para después señalar aquella herida.— Estaba buscando un cuchillo, y... sin querer toque algo que no.
La herida no parecía superficial pero debía de ser atendida.
—Dejame verla.- Pidió el chico a lo que la chica ladeó su cabeza en señal de negación.— Déjame verla, insisto.
—... Bien bien, pero no lo toques.- La chica accedió.— ¡Auch!
—Realmente fue grande... ¿Dices que fue con un cuchillo?.
—¿Dudas de mi vista?.- Respondió con sarcasmo.— No es nada, solo déjalo..., ya cicatrizara más tarde.
—No...
El chico cogió a la chica de su hombro y de un solo movimiento la giro. Avanzó junto con ella hasta llegar nuevamente a la sala de estar.
—No tenemos tiempo para ésto. Tenemos trabajo recuerda, necesitamos llegar antes de que...
—Solo dame tu dedo. No tardaré demasiado en ponerte la cura.
La chica no parecía entender al chico realmente. Era un simple corte que no significaba nada pero aún así..., el seguía insistiendo.
—Es solo un corte.- El castaño la ignoro; el pequeño ruido de uno de los cajones de su costado se abrió, saco y volvió a cerrar el pequeño cajón de aspecto rústico.— Está bien..., pero terminemos esto rápido.
La relación de ambos iba bien..., la peli negra una persona buena; hace más de diez años que fallecieron sus padres, lo que la llevo a cuidar de su pequeña hermana de apenas doce años de edad. Ambas niñas salieron cuidarse mutuamente e incluyendo cierta ayuda que les proporcionaba su tío y tía.
Muchos obstáculos se presentaron, eso, claro está. Pero aún sabiendo todos aquellos obstáculos, supieron cómo evadirlos....
—"Extraño...".- Mirando aquel corte, realmente no parecía ser un simple cuchillo.— "Se que pequeño pero esto parece más..."
—Podrias dejar de mirarlo..., realmente tenemos que irnos.
—Oh, si perdona.
Los pliegues de la piel parecían estar abiertos..., casi parecía que alguien la hubiera mordido.
—Listo...- Dijo el chico, quien a su vez se levanto.— Iré a ayudar a Rías en lo que...
—No vayas.- Issei escucho mientras sentía el tacto de la peli negra que sostenía su mano.— Déjame ayudarte con eso. Tu necesitas cambiarte.
Tenía razón la chica. Issei miro a dónde se encontraba la televisión y ver la hora que yacia por encima de este mismo. Debía de cambiarse ahora sí quería llegar puntual...
—T-tienes razón...- Respondió el chico. Retiró su mano rápidamente al sentir cierto cosquilleo proveniente de aquel apretón de manos.— Iré a c-cambiarme.
—....
"Que demonios estaba pensando..., debo de estar realmente loco..." Se dijo a si mismo mientras pensaba el porque había sentido ese cosquilleo.
El chico se retiro mientras que una chica de cabello negro lo observa detenidamente.
—Es tierno...- Se dijo la chica; miro una vez aquella "curita".— Tal vez..., hacerme daño de vez en cuando funcione.
°°°°°
Oli xd
Realmente no pensé en escribir es cap pero viendo un mango se me vino la idea xd
E estado ocupado realmente e ideas no tengo cuando mi mente está ocupada. Pido disculpas y espero te guste este cap..., recuerda que mis caps son de historia lenta y si no hay algo bueno lo agregaré pa después.
Este cap tómalo como una introducción xd. Sin más puej Shao
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